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Por fin se tomó declaración al espía Stiuso

Marcha concurrida, bien controversial y política

Fuentes: La Arena

El grupo de fiscales convocantes tuvo su marcha del 18F bien concurrida, con amplia cobertura del grupo Clarín. Las declaraciones de los manifestantes a los medios dejaron la impresión de vivir en uno de los peores países del mundo, incluso en dictadura. En favor del grupo de los fiscales que llamó al 18F y del […]

El grupo de fiscales convocantes tuvo su marcha del 18F bien concurrida, con amplia cobertura del grupo Clarín. Las declaraciones de los manifestantes a los medios dejaron la impresión de vivir en uno de los peores países del mundo, incluso en dictadura.

En favor del grupo de los fiscales que llamó al 18F y del monopolio que la prohijó desde el primer día que la anunciaron en Comodoro Py al 2002, o sea Clarín, hay que reconocerles que su jugada fue exitosa.

Tenían mucho a favor de la «Marcha del Silencio» y la Policía Metropolitana macrista había medido en 300.000 personas la concurrencia, con muchas horas de antelación a que comenzara. Se desconocen los criterios futuristas con que opera la fuerza fundada por el comisario Jorge «Fino» Palacios.

Puede que la cantidad exacta haya estado por debajo de ese pronóstico, pero en tal caso se dirá que la lluvia fue la culpable. Es que a la hora en que comenzaba la caminata desde Plaza Congreso hacia Plaza de Mayo se largó el aguacero.

Unos asistentes más o menos, no se puede subestimar el impacto del evento pues fueron varios miles y miles de argentinos los que concurrieron, no sólo en Buenos Aires sino también, en menor medida, en otras ciudades.

En cuanto a la cantidad, aprobó el examen. Si de calidad se trata, en toda manifestación política importa analizar la dirección que tiene y la base social que la acompaña.

La dirección política tuvo dos componentes muy destacados, en lo formal. En la cabecera estaba la secta poco prestigiosa de fiscales: Campagnoli, Sáenz, Marijuan, Pleé, Moldes, Stornelli y el resto del equipo que casi sale de memoria, por su reiterada exposición mediática y las veces que salió a la cancha, convocado por Clarín. Junto a ellos el ex trabajador de la justicia Julio Piumato, que de trabajador tiene poco (otro Piumato denunciaba la flexibilización laboral y la Banelco impulsada por su ahora socia Patricia Bullrich).

La otra parte de la conducción política estuvo en manos de Clarín, que la fogoneó en todos los días previos. La última apuesta fue la tapa con las declaraciones de la camarera Natalia Fernández y sus graves denuncias contra el procedimiento de la fiscal Viviana Fein en el departamento del fiscal apenas unas horas después de su deceso.

El dominio del holding Magnetto fue total durante la caminata. Tenía un móvil y puesto con dos «periodistas estrellas» cada dos cuadras, dando cámara en vivo y minuto a minuto. La batuta del director de orquesta no tuvo discusión.

Lo bueno es con tanta filmación y declaraciones se pudo tener una idea más precisa de las ideas de la clase media que caminaba. Los cartelitos de «Justicia» fueron mayoría entre los que portaba esa gente. Seguramente era su sincero deseo, pero fue desubicado en política pues quienes debían proveer ese servicio eran los fiscales que iban adelante. Allí deberían haber canalizado ese reclamo y no contra la presidenta de la Nación, que era el sentido de los marchantes.

Las otras consignas ya habían sido escuchadas en otros cacerolazos, tales como que hoy se vive en un país sin seguridad, con corrupción, en una dictadura.

Pies de barro

La marcha idolatraba a Nisman, como si su muerte lo hubiera convertido en un santo o mártir de la justicia democrática.

Su muerte -todo pinta para suicidio- obviamente que no la quería nadie. Y menos el gobierno al que injustamente le «tiran con un muerto». Se entiende el dolor de sus familiares y aún de sus colegas, que podrían haber encontrado una mejor forma de homenajearlo que la de ayer, que dividió aún más al país.

Hecha la aclaración, el cronista insiste en que la labor de Nisman fue pésima en la causa AMIA desde el tiempo en que era el tercer fiscal junto a Eamon Mullen y José Barbaccia, al lado del mal juez Juan J. Galeano. Y que a partir de 2004, entronizado en la unidad fiscal AMIA por Néstor Kirchner, lo suyo fue calamitoso, como dijo Memoria Activa, 18J y Apemia, entre otros grupos de familiares de víctimas del atentado.

Obedeciendo órdenes y pistas de las embajadas de Estados Unidos e Israel, más sus correspondientes servicios secretos y la SIDE local, el fiscal acusó sin pruebas a Irán, tal como pedían aquellas potencias extranjeras y determinados intereses políticos locales.

Esto está documentado entre otras cosas por los dos libros de Santiago O’Donnell en base a cables de WikiLeaks; en uno hay un capítulo sobre AMIA y en otro sobre el propio Nisman.

Ayer el prestigioso jurista Julio Maier consignaba en una nota de opinión en Página/12: «Pero, para mi horror, ha cobrado actualidad el hecho, afirmado en un libro publicado al parecer hace más de dos años -yo no lo he leído, pero procuraré hacerlo en breve si consigo un ejemplar-, corroborado por cierta prueba documental y no desmentido por sus protagonistas, de que un funcionario judicial recibía órdenes de representantes de Estados extranjeros o sometía sus dictámenes a un Estado extranjero para su corrección o se disculpaba ante los representantes de ese Estado por el hecho de haber decidido obrar de tal o cual manera o por no haber informado previamente su decisión. De eso, sin embargo, no se habla».

Basado en el mismo hecho, de la dependencia del fiscal respecto a la embajada norteamericana, el abogado Juan G. Labaké, dijo que Nisman era un traidor a la Patria, opinión compartida en un programa Minuto1 por el periodista Juan J. Salinas, investigador del atentado a la AMIA.

Un programa no precisamente kirchnerista como el de Rolando Graña, 3P, por América, entrevistó antenoche a Andrés Fidanza, quien publicó una investigación en la revista Anfibia (http://www.revistaanfibia.com/cronica/el-rompecabezas-nisman/)

Allí se lee: «Los últimos trascendidos, desde la Fiscalía que investiga la muerte de Nisman, indican que en el departamento se encontraron muchos fajos de dólares. La madre del ex fiscal, apenas enterró a su hijo, fue al banco y retiró el contenido de la caja fuerte, que sería de 800 mil dólares por lo que ahora la ex mujer, Sandra Arroyo Salgado entrará en litigio. Por otra parte, del testimonio de algunos colegas, se desprende que Nisman era un agente de la CIA. El ex Director Ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, afirma que Nisman se suicidó y, sin el pudor de otros, acusa al fiscal muerto de haber armado la investigación según las necesidades de la CIA y el Mossad. A su camioneta se la alquilaba una empresa manejada por la CIA».

En otros términos. Nisman era un ídolo con pies de barro.

Condicionan a la fiscal

Es evidente la maniobra política de la oposición para presentar la muerte de aquél como un homicidio, con lo que lograrían dos objetivos en simultáneo. Por un lado sacarían la causa de la órbita de la fiscal Fein y la jueza Palmaghini para ponerla en la justicia federal, tal como reclama la ex mujer del muerto, Sandra Arroyo Salgado. Y por el otro, con la tesis del homicidio, arremeterían más y mejor contra el gobierno nacional que al haber sido acusado por Nisman, y luego por Gerardo Pollicita de graves delitos, sería el principal sospechoso de esa muerte.

Antes el grupo de fiscales que tributa a la oposición conservadora, caso de Sáenz, aseguraban que el gobierno quería condicionar y sacar del medio a Fein, pero ahora todo indica que esa fue otra de sus tantas falsificaciones. Y que quienes quieren correrla de la causa son los de la oposición, Clarín y Arroyo Salgado.

La fiscal tendrá que aguantarse la fortísima presión social que surgió ayer con la «Marcha del Silencio». Esa porción de la sociedad adhiere a la teoría de que hubo un asesinato y que la presidenta es la «prime suspect». ¿Cómo hace Fein para sostenerse en lo que hasta ahora indican las pruebas colectadas en su fiscalía, que ponen al suicidio en primer lugar?

El arma fue pedida por el fiscal a Lagomarsino. Se disparó a un cm de la cabeza. En la pistola, el short y la camisa del muerto sólo estaba su ADN. El disparo entró a 3 cms de la oreja y tuvo una trayectoria compatible con una lesión autoinflingida. No hubo heridas en el cuerpo ni señales de que se hubiera defendido. El cuerpo no fue arrastrado al baño. Según la autopsia no hubo intervención de terceras personas.

En la tarde de ayer la fiscal informó que había tomado declaración al espía Stiuso y que había recibido los análisis toxicológicos. Estas medidas indican que su labor sigue avanzando. ¿Será que se acumula más material indiciario del suicidio y por eso se redobla la campaña para sacar a Fein del medio?

La marcha de ayer afortunadamente fue pacífica, hasta el momento de cerrar esta nota. Una buena, en medio de tantas malas. El mérito de que no hubiera incidentes no fue precisamente del diario «La Nación», que en su editorial de ayer hizo todo lo posible por esparcir veneno y generar violencia. Allí se editorializó que el gobierno » ha exaltado, sin embargo, sucias banderas de los derechos humanos que se desconocen en el caso de quienes combatían, desde las instituciones de la defensa nacional». También que «los dos presidentes de este período, marido y mujer, y los responsables de la política de migraciones han dejado un Estado con fronteras indefensas, por donde se han filtrado los peores elementos que podrían haberse afincado en la Argentina».

Lo más hipócrita del editorial de «Gaceta Ganadera» fue su título: «Que sea una jornada en paz».

Fuente original: http://www.laarena.com.ar/opinion-marcha_concurrida__bien_controversial_y_ademas_politica-132913-111.html