Una ley impulsada por el gobierno porteño en la Legislatura le bajó el escalafón a las licenciaturas en instrumentación quirúrgica, en enfermería y en bioimagen. Las consecuencias: menos salario y menos capacitaciones. El sector dejó ver hoy y en la calle que en su gran mayoría son mujeres y que van a dar la pelea […]
Una ley impulsada por el gobierno porteño en la Legislatura le bajó el escalafón a las licenciaturas en instrumentación quirúrgica, en enfermería y en bioimagen. Las consecuencias: menos salario y menos capacitaciones. El sector dejó ver hoy y en la calle que en su gran mayoría son mujeres y que van a dar la pelea por el reconocimiento como «profesionales». Pañuelos, posibles explicaciones y el estado el diagnóstico de la situación.
Tienen el pañuelo blanco que dice «profesional» anudado en la cabeza.
Marchan desde Congreso a Plaza de Mayo bajo pleno sol de mediodía por Avenida de Mayo.
Están gritando con los cuerpos, de ambo y barbijo, en la calle: «Acá estamos». La gran mayoría también dice: «Y estamos autoconvocadxs».
Política de escritorio
El 1º de noviembre la Legislatura porteña aprobó la Ley de Profesionales, presentada el legislador de Cambiemos por José Luis Acevedo, mediante la cual varias licenciaturas accedieron al escalafón profesional en el sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires. Tres quedaron afuera de esa inclusión: los y las licenciadas en instrumentación quirúrgica, en enfermería y en bioimagen, quedando así en el escalafón general, donde están por ejemplo los administrativos.
«No saben explicar el porqué de esta situación», dice a lavaca Cristian Acosta, de la Asociación de Enfermería de Capital Federal y trabajador del Hospital Ramos Mejia, mientras marcha.
Mónica, instrumentadora quirúrgica del Hospital Garrahan agrega una posible respuesta: «Porque no tienen conocimiento, porque hacen leyes desde el escritorio. No saben a lo qué nos dedicamos, qué hacemos».
La Ley afecta a quienes trabajan en los 33 hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, pero prende un alerta para todo el sistema de salud. Mónica: «Esto sienta precedente».
No se sabe si se refiere a la Ley, o a la multidinaria marcha.
Precarización PRO
Cristina es licenciada en enfermería del Hospital Udaondo. «Estamos todas y todos unidos», dice mientras banderas de hospitales y escuelas llegan una tras otra a Plaza de Mayo. La lista excede a las instituciones afectadas por la Ley, pero ella hace un diagnóstico de ese sector: «En los hospitales del gobierno de la Ciudad están precarizando».
Contratos en negro, horas no reconocidas, trabajos insalubres. La Ley se convierte así en otra nueva forma de precarización que afecta el bolsillo pero también la posibilidad de seguir capacitándose.
Cristian Acosta suma: «Esta ley podría haber sido un acto de reparación pero termina siendo un acto de discriminación que se le hace a tres licenciaturas, a tres títulos de grado y a tres profesiones que son fundamentales en el sistema sanitario».
En ese sentido, la Asociación Argentina de Instrumentadoras Quirúrgicas presentó un amparo por discrminación. Stella Maris Delor, presidenta de la Asociación y jefa de quirófano del Hospital de Clínicas, explica el sin sentido: «Para el gobierno de la Ciudad podemos estar a cargo de las áreas quirúrgicas pero no nos reconocen como profesionales de la salud. Estamos acá para que no llegue el mensaje de que nuestra licenciatura no tiene la importancia que tiene que tener».
Cristian coincide: «Hace una baja en la jerarquía de estas profesiones: mandan un mensaje de que la carrera no vale para el gobierno, y así no están fomentando la formación en estas áreas».
Las consecuencias son concretas: en su salario Cristian calcula que la baja será entre 10.000 y 15.000 pesos. Stella Maris calcula que en una guardia una instrumentadora cobra alrededor de $1.800; si pasara al escalafón profesional estaría cerca de los $4.000. Pero también perderían en el acceso a licencias que tienen los que aplican al escalafón profesional, por ejemplo la licencia por stress o por congreso para capacitarse.
Dar el diagnóstico
«Sin licenciados en bioimagen no hay diagnóstico», dice la bandera. Miriam, del Hospital Roffo, explica que el primer paso es ser técnica o técnico radiólogo: de ahí viene la licenciatura.
Una colega del Hospital Zubizarreta detalla, por si es necesario: «Estamos capacitados para hacer toda tarea de imágen: medicina nuclear, radiodiagnóstico, tomografía computada, resonancia magnética, hemodinamia, placas en quirófano».
La lista es larga pero el diagnóstico es uno solo, y es claro: «Nos dejaron en el escalafón general: ahora somos administrativos. No lo vamos a permitir».
Fuente: http://www.lavaca.org/notas/masiva-marcha-de-enfermeras-e-instrumentadoras-somos-profesionales/