Al momento de evaluar la gestión del actual gobierno y compararla con el régimen anterior o su proyección futura, son utilizadas dos metodologías totalmente diferentes. Para hablar del fracaso de Cambiemos es necesario recurrir a por lo menos un centenar de rigurosas estadísticas oficiales que demuestran los fracasos de gestión del actual Gobierno. Ej: cuatro […]
Al momento de evaluar la gestión del actual gobierno y compararla con el régimen anterior o su proyección futura, son utilizadas dos metodologías totalmente diferentes.
Para hablar del fracaso de Cambiemos es necesario recurrir a por lo menos un centenar de rigurosas estadísticas oficiales que demuestran los fracasos de gestión del actual Gobierno.
Ej: cuatro por ciento de aumento de la pobreza, caída del consumo superior al catorce por ciento, riesgo país de más de mil puntos, pérdida del valor del peso de más de ciento veinte por ciento, caída en el patentamiento de automóviles nuevos de cincuenta y seis por ciento, inflación del cuarenta y cinco por ciento, aumento muy superior en alimentos, aumento de la indigencia, sometimiento de una parte importante de la población, alrededor del treinta y cinco por ciento, a un genocidio implícito o de baja intensidad por la imposibilidad de estos sectores de acceder a una alimentación adecuada y restricciones en el acceso a los medicamentos, estos aumentaron en los últimos tres años de más de un cuatrocientos por ciento, con caída de las ventas del once por ciento.
Esto es solo una pequeña muestra no solo del desastre de la gestión sino del recurso técnico del que hay que servirse para para demostrar aquel desastre.
En cambio en el caso del Kirchnerismo vasta con hablar de la yegua, la puta, la soberbia, criticar sus actos públicos rodeada de militantes, sus cadenas nacionales, la corrupción que no se termina de probar y solo con esto se construye el material necesario y suficiente para descalificar su gobierno.
Ni hablar cuando se afirma que «los mercados» (sic) reaccionan a futuro por el temor a que vuelva el populismo sin ningún tipo de fundamentación argumental o científica.
Hace poco tiempo, en el marco del Programa de Investigación que dirijo en la Universidad de Buenos Aires, realizamos una encuesta de opinión sobre una muestra en todo el país de cinco mil setecientos casos en niveles de clase medias altas y altas.
La pregunta era: «Mencione y fundamente tres críticas al gobierno Kirchnerista».
La respuesta respuesta fue sorprendente.
Recibimos sobre cinco mil setecientos casos una sola respuesta que hacía referencia sin fundamentarla a la «pérdida de institucionalidad». Cuando uno comenta estas comparaciones en otros países a sus habitantes les resulta imposible entender como a pesar del desastre de Cambiemos sigue manteniendo una intención de votos del treinta por ciento.
En nuestro entender esto tiene entre otras explicaciones que además que existe como consecuencia del accionar de algunos medios de comunicación, de la falta de proteínas y vitaminas en la población o la propaganda oficial, una nueva forma de analfabetismo funcional: la de los que leen pero no entienden.
Luis Yanes. Geógrafo y profesor de la UBA
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.