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Mauricio Macri y el progresismo latinoamericano

Fuentes: Rebelión

Simbólicamente el proyecto emblemático del neoliberalismo en Latinoamérica el ALCA vio su tumba en Mar del Plata, Argentina, con su característico tono discursivo Hugo Chávez decía: «Cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí, en Mar Del Plata, está la tumba del ALCA: alca, alca, alca… al carajo». A pesar […]

Simbólicamente el proyecto emblemático del neoliberalismo en Latinoamérica el ALCA vio su tumba en Mar del Plata, Argentina, con su característico tono discursivo Hugo Chávez decía: «Cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí, en Mar Del Plata, está la tumba del ALCA: alca, alca, alca… al carajo». A pesar de que estamos en plena celebración se han ocurrido acontecimientos que ponen en ciernes el fututo de los proyectos pos-neoliberales.

Si bien el catalizador de los proyectos pos-neoliberales en América Latina fue la crisis del sistema de dominación y explotación; y, aunque Hugo Chávez aparece en la historia como el punto de inflexión entre el modelo neoliberal y el pos-neoliberalismo en América Latina, no podemos negar que en el Cono Sur se alumbraron las expresiones más importantes en términos geopolíticos: la victoria en Brasil de Lula da Silva y en Argentina de Néstor Kirchner motivaron posteriormente la ola de procesos progresistas y las ideas integracionistas.

Hay una idea generalizada respecto de que con Mauricio Macri estos procesos han llegado a su fin. Podríamos decir que es parte de la recuperación estratégica del neoliberalismo, pues, el neoliberalismo era lo «viejo que no terminaba por morir» y que subyacía en las sociedades en espera de las condiciones para revivir. Lo ocurrido en Argentina pone en riesgo los avances en términos de integración regional, Macri ha anunciado que solicitará la aplicación de la cláusula democrática en contra de Venezuela. En antítesis a Néstor Kirchner, promotor del pensamiento integracionista, de UNASUR, Macri vuelve la mirada al Norte, a los organismos multilaterales de crédito, y reinaugura la estética del sumiso en Argentina.

Su aproximación al modelo neoliberal solo nos conduce la mirada al colapso vivido por Europa en los últimos años y no augura ninguna salida virtuosa. Macri es el pasado con halo a un discurso que se ha endosado los logros del progresismo, Durán Barba estratégicamente desnuda las fallas de los procesos progresistas, la lógica de cooptación para con las organizaciones sociales y la falta de una estética que no se distancie de los sentimientos quizás «menos» importantes de la población, la vanalidad, la superficialidad, el pragmatismo como propaganda descubren los límites del progresismo para comunicar lo programático y trascendental de los proyectos.

Con su aparato mediático articulado a nivel continental y haciendo casa en EE.UU, las oligarquías latinoamericanas, defenestradas tras la crisis neoliberal, han logrado su cometido poner en ciernes la continuidad de los proyectos progresistas y de avanzada. Al progresismo le queda otra batalla fundamental, el 6 de diciembre en Venezuela, solo la unidad latinoamericana progresista y revolucionaria puede encarar victoriosamente este reto con éxito, las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias nunca más deben estar de espaldas a este hecho de trascendental importancia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.