El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en la presentación del II Informe de Gobierno, solo mencionó una vez la palabra mujer, al referirse que una indígena será la titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), informó La Cadera de Eva.
Ya en el informe escrito, compuesto por 757 cuartillas, se otorgaron tres y media al tema de las mujeres con el título «Violencia contra las niñas y mujeres y equidad de género», donde se mencionaron las acciones que implementó el gobierno, entre ellas, foros de Consulta Nacional que permitieron el diseño del Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres 2020-2024.
Además, reportó que se brindó atención psicológica médica y legal. En cuanto a la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres (AVGM), señaló que se necesita poner en marcha un mecanismo administrativo, entre otras acciones. Sin embargo, no hubo mención alguna en su discurso.
Cuando se trata de cuestionarlo en las mañaneras, el mandatario cambia la conversación. El 29 de julio, en una de las conferencias donde se dieron apenas algunos minutos a «los temas de las mujeres», aclaró que su prioridad eran los pobres. Si fuera así, la abogada feminista Patricia Olamendi Torres pregunta lo siguiente:
«¿Por qué no han ido a revisar a las comunidades si estas mujeres tienen agua? ¿Cuántas clínicas de geriatría han formado para mujeres adultas mayores? ¿Cuántos centros para el retiro? Las mujeres mayores siguen trabajando, ¿dónde está el apoyo?, ¿quién a las abuelas?».
Violencia contra las mujeres
En el Informe, el Presidente hizo caso omiso de las alarmantes cifras de la violencia. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo, de enero a julio del 2020 fueron asesinadas 240 mujeres, lo que representa un aumento de 7,7 por ciento en comparación con 2019.
Pese a estas cifras, López Obrador decidió recortar recursos y desaparecer 11 programas contra la violencia hacia las mujeres. En una conferencia de prensa, argumentó que «nunca había protegido tanto a las mujeres como ahora». Las cifras, sin embargo, dicen otra cosa.
En julio pasado, el feminicidio se incrementó en 17 entidades del país, es decir, en más de la mitad de los estados que conforman la República Mexicana y registró un aumento de 7,7 por ciento en el ámbito nacional, solo en lo que va del año.
En relación con los feminicidios registrados en este 2020, el Estado de México se ubicó en el primer lugar, seguido de Veracruz, la Ciudad de México, Nuevo León, Puebla y Jalisco, en los primeros lugares. Entre enero y julio del presente año, Guanajuato es la entidad con la mayor cantidad de homicidios dolosos en contra de mujeres, con 276 casos, seguido del Estado de México, Chihuahua, Baja California y Michoacán.
Despenalización del aborto
La despenalización del aborto fue uno de los temas de campaña de Morena, bancada que logró ganar en 20 estados del país. El gobierno de la Cuarta Transformación solo ha logrado la despenalización del aborto en Oaxaca y el avance en los otros estados ha sido lento.
Solamente en la Ciudad de México, desde 2007 y en Oaxaca desde septiembre del 2019 se puede interrumpir legalmente un embarazo, hasta las 12 semanas de gestación. ¿En los demás estados?
No hay registro certero del número de abortos clandestinos, pero antes de la pandemia, de acuerdo con el Observatorio de Muerte Materna, esta práctica estaba dentro de las primeras cinco causas de muerte materna.
¿La salud de las mujeres?
El Presidente señaló que el covid era un tema de salud, no político, pero nunca mencionó cómo es que las medidas sanitarias han afectado a las mujeres, siendo que la muerte materna por contagio del virus SARS-CoV-2 se ha convertido en la principal causa de muerte.
La atención a la salud de las mexicanas, antes y durante la pandemia covid-19 quedó en el olvido para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en contraste con los ofrecimientos oficiales los resultados fueron contrarios. A septiembre de 2020, la 4T desapareció 19 acciones y programas de salud, tanto del presupuesto como en lo concreto. Creció la muerte materna de tres a 34 por ciento en dos años y hasta en 308 por ciento, asociada a la pandemia, solo en un mes.
Se cerraron las casas de emergencia obstétrica; desaparecieron dos programas esenciales para disminuir la muerte por cánceres femeninos, no se repartieron las vacunas para el papiloma humano y se redujo la entrega de anticonceptivos; se descuidó la atención a la arterioesclerosis múltiple y se «rediseñó» el plan para reducir el embarazo en adolescentes que pone en riesgo la vida de niñas y adolescentes que no dará resultados hasta dentro de 10 años.
Todos los esfuerzos encabezados por las diputadas morenistas, como Lorena Villavicencio, para evitar estos desvíos presupuestales y los programas asociados a organizaciones civiles, fueron inútiles. Se redujo el dinero destinado a cánceres femeninos, no obstante, que el de mama es la primera causa de muerte en mujeres productivas, afectó a 10 millones de mujeres en prevención y tratamientos, según la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam).
Desigualdad laboral
El Presidente augura que primero los pobres y lo demás es accesorio. El simple hecho de ver que el desempleo pegó más a las mujeres que a los hombres durante esta pandemia, un 43 por ciento más que a los hombres (INEGI) ¿no es un llamado para crear un programa para las mujeres?
Los recortes a las guarderías, el aumento de las jornadas de cuidado, la estrategia de Aprende en casa, sin considerar los tiempos y los ritmos de las mujeres, denota que sí «hay una ceguera de género», como escribió la periodista Sara Lovera en su columna previo al informe.
El gobierno de la 4T presumió la posibilidad de dar de alta a las trabajadoras del hogar en el Instituto Mexicano del Seguro Social; sin embargo, solo se ha podido registrar al uno por ciento de ellas, de acuerdo con la política mexicana Patricia Mercado.
Una de las razones por las que el número de afiliadas sea mínimo, es que solo alrededor del 50 por ciento de las empleadas domésticas alcanzan dicho ingreso, por lo que quedan sin la oportunidad de asegurarse, de acuerdo con la jefa del Gabinete Interamericano de Seguridad Social (GISS), Leyla Acedo Ung.
Otra razón es que el esquema del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para este propósito es que son las mismas trabajadoras las que deben inscribirse al programa una vez que convenzan a sus empleadores.