A unos meses de terminar su mandato, Mujica afirmó que «está fuerte el peronismo, por más que lo critiquen», y sostuvo que Scioli «es el que mayor posibilidad» tiene de reemplazar a la presidenta Cristina Kirchner.
«El próximo gobierno debe ser peronista, porque si no es peronista, pobre Argentina», dijo ayer el presidente uruguayo José Mujica, en una entrevista en la que habló largamente del final de su mandato, que concluirá el 1º de marzo, y analizó la relación bilateral entre ambos países. El mandatario relativizó los roces políticos que hubo durante su gobierno y el de Cristina Fernández de Kirchner, y dijo que el gobernador bonaerense Daniel Scioli «es el que mayor posibilidad» tiene de sucederla. En diálogo con el periódico montevideano La Diaria, hizo énfasis además en la necesidad de profundizar la integración económica de los países que forman parte del Mercosur.
«A Argentina la veo como siempre, llena de incertidumbres. Es una belleza, Argentina, porque interpretarla es una fuente de creatividad intelectual. No es fácil. Lo que tengo claro es que el próximo gobierno debe ser peronista, porque si no es peronista, pobre Argentina», manifestó el presidente uruguayo, consultado por la situación preelectoral en este país. Conocedor de la política local, Mujica de todas formas advirtió «no tengo idea» de «cuál peronismo será», pero que «si el gobierno no es peronista, se van a juntar todos los peronistas y le van a hacer la vida imposible».
En octubre del año pasado, Scioli viajó a Montevideo para acompañar a Mujica durante el cierre de los comicios presidenciales uruguayos. En esa ocasión, ambos intercambiaron elogios. Ayer, el dirigente del Frente Amplio destacó la «muy buena relación» que tiene con el gobernador bonaerense, a quien calificó como «un gobernante moderado». Dijo, además, que «es el que tiene mayor posibilidad» de ganar las elecciones en la Argentina. «Está fuerte el peronismo, por más que lo critiquen -agregó-. El peronismo kirchnerista arranca con una base electoral del 30, 35 por ciento, y eso en Argentina es mucho.»
Con respecto a las relaciones bilaterales, el presidente uruguayo relativizó los roces diplomáticos de los últimos años. «Los uruguayos seguimos cometiendo el error de tener ese sentimiento antiargentino. Es una situación paradojal, ellos nos quieren pila y nosotros los tratamos como un noviazgo no correspondido. Nos tienen flor de cariño y una fidelidad increíble, porque siguen viniendo para acá, contra las leyes de la economía», graficó la situación.
De todas formas reconoció que «Argentina está metida en un proyecto muy proteccionista, muy encerrado», lo que «crea dificultades comerciales», pero a pesar de eso se manifestó «optimista para la perspectiva que tenga el próximo gobierno», a pesar de que el presidente entrante, Tabaré Vázquez, tuvo una relación complicada con Néstor Kirchner durante su primer mandato. «Lo que sí tengo claro es que si a la Argentina le va mal, a nosotros nos va mal. Que me digan lo que quieran, pero yo cuando juega Argentina con Alemania, hincho por Argentina.»
En ese sentido aseguró que «a la larga o a la corta con Argentina uno tiene que negociar, porque los países no se mudan», por lo que «hay que generar el mejor marco posible para negociar, aun en las peores circunstancias». Entre los desafíos inmediatos hacia el futuro en la relación bilateral, destacó la importancia de que la Argentina brinde su apoyo al nuevo Puerto de Aguas Profundas que está construyendo Uruguay, y libere la navegación del río Paraná para que Paraguay y Bolivia puedan beneficiarse de la nueva salida al Atlántico.
Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-265565-2015-02-06.html