Cerca de 150 mil manifestantes marcharon desde temprano hacia Plaza de Mayo, para repudiar el golpe de Estado de 1976. Pero lo hicieron en actos separados, realizados en simultáneo. La Plaza empezó a llenarse poco después del mediodía. Los primeros manifestantes que llegaron lo hicieron con importantes columnas de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres-Línea […]
Cerca de 150 mil manifestantes marcharon desde temprano hacia Plaza de Mayo, para repudiar el golpe de Estado de 1976. Pero lo hicieron en actos separados, realizados en simultáneo.
La Plaza empezó a llenarse poco después del mediodía. Los primeros manifestantes que llegaron lo hicieron con importantes columnas de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres-Línea Fundadora y Familiares e Hijos de Desaparecidos, encabezadas por Nora Cortiñas y Marta Vázquez y portando una enorme bandera con fotos de los desaparecidos durante la dictadura militar. Junto con esta columna marcharon miles de militantes de organizaciones kirchneristas, peronistas revolucionarias y otras del campo popular que si bien apoyan al gobierno en contra de la ofensiva darechista, mantienen frente a éste reservas sobre algunos temas vinculados a la economía y otros. Allí también marcharon seguidores del Partido Comunista, y de una fracción del Partido Socialista. Al frente de la multitud que reunieron los organismos de DDHH, marchó un centenar de chicos y chicas de la comparsa La Chilinga, todas vestidas de color morado, que bailaron al compás de tambores y redoblantes, siendo muy aplaudidos por los miles que se hallaban en las veredas de Avenida de Mayo.
Casi al mismo tiempo, llegaban al lugar los que se reunieron convocados por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (MVJ) y partidos de izquierda antikirchneristas, aunque estos últimos se quedaron más de una hora en los límites de la Plaza. Y recién avanzaron hacia al final del primer acto pero cuando ya comenzaba el festival organizado por la línea de Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe de Bonafini.
La primera en hablar en el palco fue la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, quien tuvo un discurso en el que la demanda de Justicia se mezcló con críticas a distintos sectores, en particular a un grupo de empresas privadas (entre ellas, Clarín) y al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y su Policía Metropolitana.
En su discurso Estela Carlotto sostuvo que «hoy los cómplices son los mismos que antes. Son los mismos que defienden el pasado y quieren construir un país para pocos». También subieron al escenario principal distintos artistas, entre ellos Florencia Peña y Juan Palomino.
Carlotto agregó que «los cómplices del hambre son los mismos de hace 30 años: son los Macri, los Herrera de Noble, los Bunge y Born, los Pérez Companc, los Rocca, Fortabat, Blaquier y su ingenio Ledesma, la Sociedad Rural Argentina, Mercedes Benz, Ford, Techint, Acindar y tantos otros».
Carlotto también señaló que «la dictadura se hizo entre muchos, militares y civiles, al servicio del exterminio y la apropiación de niños y son los mismos que hoy pretenden volver a las recetas neoliberales que tanto daño nos han hecho, los que contrajeron la deuda externa inmoral, fraudulenta e ilegítima y hoy quieren que se pague con el hambre del pueblo».
«Algunos nombres pueden cambiar pero los intereses que defienden son los mismos, un país para pocos, para ellos», repitió Carlotto. Además aseguró que «los ideólogos y beneficiarios de la política de exterminio que quieren la vigencia del aparato represivo y un país para pocos no son sólo los empresarios. Como en el golpe de Estado del `76 se encuentran también políticos como Ruckauft, economistas como Martínez de Hoz, médicos como Bergés y curas como Von Wernich, periodistas como Grondona, abogados y jueces como Bisordi», resumió Carlotto.
Cuando concluyó ese primer acto, el MVJ y la izquierda ingresaron a la Plaza. Pero entonces ya entraban los que respondieron a la convocatoria de la línea de Madres que lidera Bonafini. Entre ambos grupos hubo algunos insultos y trompadas, pero los incidentes no fueron más allá de esos muy pocos golpes cruzados.
Impedidos de subir al escenario principal, el MVJ y la izquierda llegaron con su propio escenario móvil: un camión con un enorme acoplado desde el que sus dirigentes dieron discursos que incluyeron fuertes críticas al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Lo hicieron en medio de abucheos y chiflidos de algunos de los asistentes al festival de las Madres. Otros grupos de izquierda quedaron concentrados frente a la Catedral.
El cierre de los actos, después de los números artísticos en el escenario principal, estuvo a cargo de Bonafini, quien hizo una encendida defensa del matrimonio presidencial y formuló duras críticas a todos los medios que no son del Estado, a los periodistas que trabajan en ellos y, también, a la oposición.
Al finalizar el pase de numerosos artistas, habló Bonafini quien le agradeció al gobierno nacional su política en el campo de los derechos humanos, y le pidió al pueblo que «recordemos lo que se está haciendo ahora en el momento de votar». Respondió a las críticas por haber organizado un festival afirmando que «cantamos porque nunca negociamos la sangre de nuestros hijos».
Bonafini destacó que la Argentina «es el único país de Latinoamérica que condena a los genocidas y los manda a las cárceles».
Más adelante repitió la consigna de la convocatoria «No pudieron apagar tanto fuego». Reivindicó la lucha de sus hijos y criticó a la oposición por «falta de propuestas políticas». Recordó que el golpe de Estado de 1976 fue un golpe «cívico militar» y subrayó, al igual que lo había hecho Estela de Carlotto en su discurso, que «los cómplices de entonces son los mismos de ahora».
Bonafini fustigó los pedidos por frenar los juicios contra represores y afirmó que «algún día los Menem y los Duhalde y toda esa manga de atorrantes van a pagar todo lo que hicieron. (…) Los pueblos hacemos las revoluciones también desde las plazas colmadas», agregó.
Hebe de Bonafini criticó los pedidos por frenar los juicios contra represores y afirmó que «algún día los Menem y los Duhalde y toda esa manga de atorrantes van a pagar todo lo que hicieron».
«Los pueblos hacemos las revoluciones también desde las plazas colmadas», dijo durante su discurso en el acto central por los 34 años del inicio de la última dictadura militar.
En su discurso, Estela de Carlotto afirmó que «la dictadura se hizo entre muchos militares y civiles al servicio del exterminio».