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Entrevista a Óscar Castelnovo periodista de la agencia de noticias "Rodolfo Walsh", cronista de vidas tras las rejas

«Nadie debe morir en la cárcel»

Fuentes: Norte de Corrientes

El periodista de la agencia de noticias «Rodolfo Walsh» Oscar Castelnovo habló con NORTE de Corrientes, donde opinó respecto a la situación del sistema carcelario en el país (él y la agencia donde milita realizan talleres de Periodismo y Expresión en diversas cárceles) y denunció que existe «un plan represivo clandestino estatal destinado a los […]

El periodista de la agencia de noticias «Rodolfo Walsh» Oscar Castelnovo habló con NORTE de Corrientes, donde opinó respecto a la situación del sistema carcelario en el país (él y la agencia donde milita realizan talleres de Periodismo y Expresión en diversas cárceles) y denunció que existe «un plan represivo clandestino estatal destinado a los hombres y mujeres tras la rejas para aniquilar su entidad humana o destruir su vida». Castelnovo denunció dos recientes asesinatos en la cárcel de mujeres de Ezeiza y otra muerte en Devoto por abandono de persona. El diálogo se dio en el contexto de una huelga de hambre iniciada el lunes pasado en la Unidad Penal Nº 6 de San Cayetano. El periodista también dio una charla en la Universidad Nacional del Nordeste para varias decenas de estudiantes de Periodismo.

-¿Por qué se refiere a la situación de las cárceles como un tema «piantavotos»?

-Así es tomado por la clase política, no por nosotros. Es jodido porque el kirchnerismo triplicó el número de presos en el país y sigue el silenciamiento. En 2002 había 22.000 y hoy hay más de 60.000 y llegamos a tener 70.000. Es un tema jodido porque lo que estructura la vida en una cárcel es la violencia, la vejación de derechos. A ninguna de estas personas le cumplen con los plazos que marca la ley para dejarlas en libertad o condenarlas. El mito de que entra por una puerta y sale por otra nosotros lo desmentimos absolutamente, es una de las tantas maniobras o estrategias para intervenir en el «sentido común» de las personas y después todo el mundo anda diciendo eso; es un tema jodido porque los que tendrían que estar que son los partidos populares y los organismos, en su mayoría desertaron, salvo excepciones. Esa también es una política del kirchnerismo que los capta, seduce o compra para neutralizar el vínculo tan necesario entre los hombres y mujeres en situación de encierro y los militantes que se organizan para terminar con esta injusticia.

Es mucho más alto el índice de muertes en estos lugares, donde para estar preso tenés que tener 18 años y estar saludable, porque si estás enfermo debés estar en un hospital y si tenés una enfermedad terminal tenés que estar en tu casa. Nadie debería morir en la cárcel, entonces, ¿por qué es mayor el índice de muertes, de muerte violenta, que en la sociedad «libre»? Nosotros sostenemos que hay un plan represivo clandestino estatal destinado a los hombres y mujeres tras las rejas para aniquilar su entidad humana o destruir su vida. Si éste es un gobierno constitucional, ¿por qué tiene campos de concentración de muerte y tortura en la inmensa mayoría de las cárceles del país?

Es «piantavotos», porque al político que muestra su preocupación por lo que ocurre en las cárceles, una buena parte de la sociedad lo va a cuestionar, porque así está armado desde la clase política y los medios. En la política oficial del Estado y de los partidos este tema no existe, es «invisibilizado».

-¿Por qué se refiere a las cárceles como «campos de concentración»?

-Campos de concentración porque en las cárceles del país no te protege la ley, no te protege un juez, vos estás aislado, por caso, supongamos en la Unidad Penal bonaerense de Marcos Paz que queda en un descampado, te torturan con picana, no se entera tu familia, te rompen los huesos y te mandan a un buzón (una clase de celda) que tiene un tanto así de orina y de materia fecal, eso es un campo de concentración, la tortura extrema es cotidiana en las cárceles. Hay una política de excluir tu humanidad, ya no tenés a quién denunciar, estás en un lugar que es una selva. El servicio penitenciario recluta presos por droga o por beneficios, son los llamados «coches bomba». El servicio terceriza la violencia, vos vivís en permanente terror, estrés, que a veces termina en un «suicidio» que es provocado y es la única salida que se encuentra. El único derecho que se pierde estando preso es el de ambular, no perdés el derecho a la educación, a estar comunicado con tu hijo, a tener un teléfono. Podés estar comunicado pero no te dejan tener un celular porque se «comete delito con ellos», si es así entonces nadie debería tener un celular. El celular no debería ser para nadie con ese criterio, sin embargo es otro derecho recortado, la comunicación tan necesaria.

-Hoy en la provincia de Corrientes, los reos del Penal Nº 6 están haciendo una huelga de hambre. El reclamo fundamental es la demora en las causas. ¿Esto es algo normal en las cárceles del país?

-«La ley como la lluvia, nunca puede ser pareja, el que la aguanta se queja; mas el asunto es sencillo, la ley es como el cuchillo, no ofende a quien lo maneja», le dice el Moreno a Martín Fierro. Los jueces son parte de este plan, una parte sustancial; conforman la omertá argentina (el pacto de sangre y silenciamiento entre los miembros de la mafia siciliana) que cajonean las causas por años, se «olvidan» de las personas, son números en los expedientes; son mal vistos los jueces que denuncian a sus pares o superiores y la pueden pasar muy mal. Son una clase que es parte de este fin, esta calaña oligárquica está en los apellidos, a los jueces los nombran los políticos, se entrelazan los intereses para sostener un sistema que sólo puede sostenerse con una parte de la población marginada y excluida.

-Y si a usted le tocara vivir una experiencia, como la muerte de un hijo en un asalto, ¿eso lo haría cambiar, pensaría distinto?

-Hay una dimensión que es personal y familiar, yo defendería a mi hijo de cualquier peligro, pero eso es un hecho puntual que ocurre en esta dimensión personal y familiar; nosotros hablamos de una dimensión social, de una comunidad que debe ser inclusiva para todos, no queremos que se mate al hijo de nadie. La actitud del que viene en esa forma tan violenta y desesperada a robarme o matarme, seguramente habrá causas sociales que lo expliquen.

En José León Suárez, en los basurales del Ceamse, van a comer cientos de argentinos y tienen una hora para hacerlo. La guardia es privada, sacan su armas para echarlos, hay denuncias de que hay cadáveres. Si una madre no recogió la cena disputándola con las ratas en una hora, para quedarse un tiempo más tiene que aceptar ser violada, y si esta madre no tiene las cualidades estéticas para esa lacra, ella misma presa de la desesperación entrega su hijos de 8, 9 o 10 años para que sean violados para poder comer, y ese pibe o esa chiquita cuando crezca con el grado de violencia inoculado por la sociedad, ¿qué respuesta esperamos, más que una respuesta desesperada y violenta? No empecemos por el final de la película cuando el chico está robando un kiosco, empecemos por José León Suárez, un pibe que no vio trabajar a su padre, a su abuelo, por las políticas neoliberales, que no tuvo escuela, pizarrón ni maestros, ni deportes. Acá se fabrican estas conductas, que van a tener una respuesta violenta. La única manera que tenemos para solucionar esto es pensar en serio, ver las cosas desde su raíz que está en la distribución de los bienes materiales y culturales, en un ordenamiento desigual desde el vamos.

-¿Cómo ve usted al servicio penitenciario en las distintas cárceles de todo el país y por qué dice usted que debe ser desmilitarizado?

-Ahora se está pidiendo la desmilitarización de los servicios penitenciarios, esto facilitaría el camino. Y te digo que soy abolicionista, pero vos para educar, para enseñar una carrera o un oficio, no necesitás a penitenciarios con armas y con grados, necesitas un docente, un médico, ¿para qué cuernos queremos una fuerza militarizada? Uno de los pocos países en el mundo que mantiene militarizado el servicio penitenciario es Argentina.

-Quizás no esté al tanto, pero días atrás un grupo de vecinos de un barrio periférico de la ciudad, que recibieron el mote mediático de «justicieros», detuvieron y golpearon a un chico que iba en moto y que momentos antes había robado una cartera. Esta clase de hechos, ¿qué reflexión le merece?

-Yo no estoy a favor. Si lo agarraste a un pibe y recuperaste lo que te pudo haber robado, pegarle está demás, pegarle a una persona que en una actitud desesperada no corresponde, yo trataría de integrarlo, darle una contención. No estoy de acuerdo. Hay una falencia desde la matriz institucional del Estado hacia lo social, y eso genera un problema entre los individuos y se crea agresión, sobre todo a chicos que pueden tener una conducta de este tipo, pero eso no soluciona el tema, tenés que cambiarle el horizonte y la vida a ese pibe, tiene que haber un proyecto de inclusión. Que reciba un linchamiento no creo que haga mejor a nadie, el chico necesita contención, cultura, amor y no golpes. Entonces ¿que hay que hacer con un policía cuanto comete un gatillo fácil?

Un abolicionista que descree del sentido del encierro

«Nosotros descreemos de que la cárcel resocialice. En 200 años y pico, porque las cárceles nacen con el capitalismo, no ha sucedido y no se han logrado los fines para los que alega su existencia, yo soy abolicionista y creo que la cárcel va a desaparecer, es algo disvalioso para la sociedad, como en varios países se abolió la pena de muerte», dijo a NORTE de Corrientes el periodista Oscar Castelnovo.

«Esta forma tan contundentemente negativa para la vida de una sociedad, esta forma de castigar selectivamente a los pobres va a ser remplazada por otro tipo sociedad y otro tipo de gobierno. Nuestra lucha apunta a eso, aunque sea una vida por una denuncia», vaticinó.

Finalmente graficó su postura con un ejemplo: «Estados Unidos tiene la tasa más alta de prisionización y de delito, eso demuestra que la cárcel no conduce a bajar el delito, y un país capitalista y vecino de Estados Unidos como Canadá, tiene un índice bajísimo de prisionización y el índice bajo de delito, esto lo dijo (el miembro de la Suprema Corte de Justicia, Eugenio) Zafaroni».

«Él dijo también que el mayor asesino serial ha sido el Estado, él lo dijo en público, estas cosas no son negadas por muchos hombres encumbrados de este país», aseguró.

Sobre el «silencio» mediático y los prejuicios sociales

El periodista Oscar Castelnovo comentó durante la entrevista que durante la semana pasada «fueron asesinadas dos mujeres en la cárcel de Ezeiza», y agregó: «Allí hace muchos años que tenemos un vínculo con ellas, participen del Taller de Periodismos o no. Esto nos produce mucho dolor», manifestó.

«En (la cárcel de) Devoto hubo una muerte por abandono de personas, de un compañero con VIH, incluso se envió un habeas corpus para que el juez le ordene a los médicos la atención y fue cajoneado por el servicio penitenciario, el juez nunca lo recibió», agregó, y aseguró que «el Poder Judicial es cómplice absoluto en la inmensa mayoría de los casos».

«Hubo tres muertos en 2 semanas, no fue tapa de Clarín o Página 12, esto sucede y nadie se entera, todo se silencia, acá también los medios silencian y cuando se refieren a la cárceles lo trivializan, tergiversan la realidad; si muere un profesional de (el barrio porteño de) San Isidro es tapa de todos los diarios y ya estamos hablando de poner más duras las leyes», fustigó Castelnovo.

«Para el preso la condena es perpetua, después cuando salís y decís que estuviste preso, ya nadie te da trabajo, sos sospechoso para todo el mundo, sos la oveja negra de la familia, lo que te obliga a reincidir. Si nadie te da laburo, no te dan ningún gesto de cordialidad después que sufrís un maltrato grave, ¿qué opción te queda? ¿Y quién piensa en solucionar esto?», reflexionó.

Fuente: http://www.argenpress.info/2012/09/argentina-castelnovo-cronista-de-vidas.html