«La cuestión es que el delito no puede ser apartado de otros problemas sociales no criminalizados y la exclusión social de los culpables casi nunca brinda solución a los problemas» René van Swaaningen Nahir Galarza, una joven de 19 años fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo. Esta es la […]
«La cuestión es que el delito no puede ser apartado de otros problemas sociales no criminalizados y la exclusión social de los culpables casi nunca brinda solución a los problemas»
René van Swaaningen
Nahir Galarza, una joven de 19 años fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo. Esta es la primera sentencia, con el actual código penal, a una mujer menor de 20 años. En caso que Galarza reúna todas las condiciones actuales para la libertad condicional, podría dejar de estar privada de su libertad en 37 años y 8 meses.
En el año 2004, a partir de las manifestaciones de Blumberg, se modificaron varias leyes, entre ellas se llevó la libertad condicional de 20 a 35 años. Este incremento igualmente depende del tipo de crimen. Nahir Galarza, en caso de confirmarse la sentencia, a sus casi 57 años podría recuperar la libertad, un genocida a los 30 años ya podría estar libre.
Natalia Melmann, fue raptada, violada y asesinada el 4 de febrero de 2001 en Miramar. Fueron condenados a cadena perpetua, en 2002, tres miembros de las fuerzas represivas del estado bonaerense: Oscar Echenique, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez. Hoy gozan de salidas transitorias. Nahir Galarza, deberá aguardar mucho más tiempo.
El padre de Pastorizzo expresó: «Nahir empieza a morir día a día en la cárcel». El sistema penal se basa en la venganza, el castigo y el sentido común de una sociedad conmocionada a partir del tratamiento de los medios de comunicación. La sentencia al encierro, es una sentencia de muerte. El año de 2014, la Procuración Penitenciaria de la Nación y la Comisión Provincial por la Memoria registraron un total de 6843 hechos de tortura y malos tratos en los ámbitos federal y de la provincia de Buenos Aires. Y, el año 2016, se registraron 385 muertes violentas, con 156 decesos notificados en cárceles
Nahir Galarza, según su declaración, asesinó a Fernando Pastorizzo. Lo que no ha tenido en cuenta la cobertura mediática o la justicia penal es el arma utilizada. Nuevamente un arma del estado es la herramienta utilizada para asesinar. Aproximadamente un 20% de los femicidios en Argentina son con las armas de las fuerzas represivas y hay 300 asesinatos por gatillo fácil por año. No se discute la abolición de las fuerzas represivas asesinas así como tampoco se plantea la posibilidad de desarmar la policía, gendarmería o ejército. Hablar con una perspectiva distinta a estas posibilidades de desarme o eliminación de los aparatos represivos del estado puede potencialmente encubrir la discusión de fondo para la construcción del cambio cultural para una sociedad distinta.
Las instituciones policiales están para vigilar y controlar a la sociedad bajo el manto de una pseudoprotección en la cual las personas se sienten seguras, tranquilas y con su propiedad privada inmune. Un trueque de control y sumisión social para no estar excluidas de lo que las leyes consideran humanas.
En el mundo hay 11 millones de personas privadas de su libertad, un incremento del 30% en los últimos 30 años. La sociedad aún no se plantea el abolicionismo penal como solución.
Fuente: http://virginiabolten.com.ar/politica-argentina/nahir-galarza-la-condena-muerte-carcelaria/
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