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Néstor Kirchner y una etapa histórica tras su muerte

Fuentes: Rebelión

Ha muerto un hombre que, para bien o para mal, hizo lo que creyó correcto en una Argentina acorralada y marcó un punto de inflexión en nuestra joven Democracia. Las prácticas políticas no han sido las más limpias, pero desde el también fallecido ex presidente Raúl Alfonsín tampoco lo han sido. No hablemos ya de […]

Ha muerto un hombre que, para bien o para mal, hizo lo que creyó correcto en una Argentina acorralada y marcó un punto de inflexión en nuestra joven Democracia. Las prácticas políticas no han sido las más limpias, pero desde el también fallecido ex presidente Raúl Alfonsín tampoco lo han sido. No hablemos ya de la Dictadura genocida.

Gestiones bien hechas en materia económica, distribución del ingreso y derechos humanos, no así en materia institucional, prácticas poco claras en materia de corrupción política. Pero lo que sí podemos decir es que hoy la Argentina recuperó con este matrimonio el pensamiento político por sobre el discurso frívolo, consumista y posmoderno que caracterizó al menemismo.

El ex presidente Kirchner generó en un sector social, a menudo olvidado y marginado, una identificación popular y nacional mientras acumulaba a su alrededor cada vez más poder. Este movimiento social sobrepasó a su figura política que no la pudo contener. De tal modo que debería importar menos, en sentido práctico, cómo hayan sido sus formas y métodos políticos o las verdaderas intenciones que había detrás, como lo que ya es de la gente, para la gente y por la gente.

Es cierto que el matrimonio ha tenido prácticas en el pasado que no se corresponden en absoluto con las hechas en el presente. Y tiene aún hoy prácticas que no podemos consentir en materia de relaciones exteriores (Estado de Israel, por ejemplo). Se deben aceptar estas críticas.

Cuando eran gobernadores de Santa Cruz nunca se dignaron a conmemorar el 24 de Marzo, ni a recibir a las Madres, ni a las Abuelas. En materia de derechos humanos su actuación es reciente. Lo mismo puede decirse desde el punto de vista de la redistribución de las riquezas y las políticas de privatizaciones en el gobierno Menem.

Pero sucede que los argentinos debemos de una vez por todas empezar a ser pragmáticos y dejar de lado las valoraciones de herencia judeo-cristiana: bueno/malo. Repito. Si ayer los K no hacían lo que deberían haber hecho, lo importante será que sí lo hacen hoy. Como tampoco importa si se trata de una cuestión de hipocresía o electoralista (a la periodista de centro derecha Magdalena Ruiz Guiñazú le llegó a admitir que Hebe de Bonafini era sectaria pero que la tenía a su lado para contenerla, para que no se maneje autónomamente).

Lo que debemos entender los argentinos es que no existen ni héroes, ni mitos, ni leyendas. Y que nuestras transformaciones sólo son tales si son colectivas, de todos, para todos y por todos. Por eso esto no debe agotarse aquí, ni en una figura…sino en un movimiento que siga avanzando, que no pare. Para eso es importante que sólo consideremos líder al pueblo, no a un matrimonio, ni a una figura… más allá del reconocimiento al protagonismo y la importancia que han tenido en lo que debería ser el prólogo de algo por venir y que tenemos que buscar entre todos.

Esta reflexión, tanto como el debate que pueda generar o no, no pretende centrarse tanto en la figura de Néstor Kirchner como superación de un orden burgués y su lógica interna, que en cierto modo él representó y supo gestionar. Lo único que pretende en el fondo y en la forma es reconocer una gestión burguesa a la que le aplica en determinados ámbitos de la vida económica ciertas políticas de justicia social y redistribuye la riqueza más equitativamente. En los parámetros de un mundo burgués como en el que nos movemos a diario, no deja de tener cierto mérito.

Desde luego que podemos inferir que esta situación era la única posible ante las contradicciones y el desorden burgués que nos lleva al 2001, tanto como podemos reconocer que podría haberse gestionado de otra forma dentro de estos parámetros de única directriz. El peronismo ha sido básicamente eso en la vida política argentina. Cuando Perón en 1943 (obsesionado como ciertos líderes mundiales ante el avance exitoso la Revolución Rusa y del comunismo de la mano de la experiencia soviética) se reúne con los generales y cadetes del ejército argentino en el Colegio Militar de la Nación y les dice que o la gran burguesía entrega el 30% de lo que tiene al proletariado o se resigna a perderlo todo, incluso las orejas, lo que está haciendo es en realidad mostrarle a la burguesía nacional cuáles eran los mecanismos necesarios para que el estado de cosas del poder real siga (en líneas generales ya que siempre existe cierta flexibilidad inherente) conservándose en las mismas manos.

Repito. El debate no gira en torno a la superación de los problemas de fondo de la Argentina, así como no existe hoy ese debate ni en España, ni en Francia, ni en Venezuela.

Pero está en nosotros, los argentinos, que dependamos menos de líderes y figuras, y más de la sociedad civil. La utopía sirve para caminar, dice Galeano. Puede que en parte no le falte razón a aquellos que ven en los K a un peronismo aburguesado que hizo guiños al menemismo en su día y maquiavélicamente pragmático y electoralista. Pero si entendemos que la política es el arte de lo posible, no sería errado advertir que la etapa K en la Argentina ha servido, entre cosas loables y cosas que no, para recuperar, instalándose en un sector social olvidado históricamente, una parte de esas utopías que habían enterrado los profesionales de la política de la mano de los tecnócratas de Chicago.

En esta recuperación de la política y el debate social, profundamente peronista con sus pros y sus contras, el matrimonio K ha tenido un papel indiscutible.

Vuelvo a repetir, si se me escucha, que debemos depender menos de figuras y líderes políticos como de una sociedad civil instalada definitivamente en la voluntad y el hacer. Debemos seguir caminando…y recoger las posibilidades de hoy que ayer era imposible pensarlas e ir en busca de más sueños por conquistar.

El arte de lo posible, se inscribe dentro de los parámetros reales de la gestión burguesa. Es lo posible dentro de este sistema burgués de reparto. Pero no se agota aquí, desde luego.

Siento esta pérdida. Es un poco una pérdida de todos.

Descanse en paz Néstor Kirchner…

Blog del autor: http://el-julepe-producciones.blogspot.com/2010/10/nestor-kirchner-y-una-etapa-historica.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.