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Nietos originarios

Fuentes: Rebelión

La aparición del nieto de Estela de Carlotto fue la noticia de la semana, y quizás sea la del año. Sin dudas, se está escribiendo una de las páginas más alegres de la historia argentina. Más de tres décadas de búsqueda incansable de una de las principales referentes de Abuelas de Plaza de Mayo dieron […]

La aparición del nieto de Estela de Carlotto fue la noticia de la semana, y quizás sea la del año. Sin dudas, se está escribiendo una de las páginas más alegres de la historia argentina. Más de tres décadas de búsqueda incansable de una de las principales referentes de Abuelas de Plaza de Mayo dieron sus frutos.

La Confederación Mapuche de Neuquén, a través de un comunicado, celebró el fruto de la lucha de Abuelas y aprovechó la ocasión para «refrescar» la Memoria, «antes que la euforia se disipe». El escrito es claro desde el título: «Los nietos de las naciones originarias sin Memoria, Justicia ni Reparación».

«Queremos hablar de nuestros nietos desaparecidos hace 120 años a manos de un Estado genocida que aplicó el Terrorismo de Estado, torturó y desapareció miles de mapuches y originarios de este extremo del país y de la región del Chaco, simultáneamente», contextualiza el comunicado. Las «campañas» para exterminar a los indígenas, para quedarse con sus tierras, también fueron parte de un plan sistemático político-económico como el de la última y más sangrienta Dictadura. El paralelo no permite la duda.

La noticia de la aparición de Guido Carlotto repercutió en los medios nacionales e internacionales. La organización mapuche recordó y comparó con algunas líneas del periódico El Nacional, fundado por Dalmacio Vélez Sarsfield, y que son más que gráficas: «Algunas familias fueron entregadas a otras familias de nuestra sociedad. Así debe hacerse. Porque lo que hasta hace poco se hacía era inhumano, pues se les quitaba a las madres sus hijos, para en su presencia y sin piedad, regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas». La cruda cita es del año 1885, cuando las invasiones iban culminando y los medios eran más «piadosos». «Luego de ser trasladados como prisioneros al Puerto de Buenos Aires, comienza la tarea de desintegrar a la mínima expresión a la familia mapuche», afirma el comunicado de la Confederación.

El escrito denuncia que ésta fue una nueva modalidad de «exterminio» que tenía como objeto «no dejar rastro del mapuche como colectivo o como sociedad organizada». La foto de la situación es contundente: «Desterrar a los hombres jóvenes para el trabajo esclavo en los cañaverales de Tucumán o a la Isla Martín García; las mujeres entregadas como sirvientas a las familias ricas del puerto y nuestros niños entregados en adopción a la ‘Sociedad de Beneficencia'».

Unos años antes, los medios y el propio Estado cuidaban aún menos la horrorosa situación. El periodista e historiador, Osvaldo Bayer, recuerda en la película Awka Liwen y en varios artículos, un aviso titulado «Hoy entrega de indios», que publicaba el gobierno en los medios en 1879: «A toda familia que lo requiera se le entregará un indio varón como peón, una china como sirvienta y un chinito como mandadero».

«Llama la atención escuchar a estas horas hablar de ‘ciclo que se cierra’ y ‘reparación’, cuando somos millones los que todavía esperamos que nos escuche una justicia que no es ciega sino que se hace la sorda», dice la Confederación casi al final, y agrega: «Y deseamos, como vamos comprobando, que cada vez más la sociedad evite imitar esa sordera y ceguera artificiales de una justicia que no llega».

Fuente: Cooperativa de Comunicación La Brújula

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.