«No entiendo de qué se me acusa en este juicio ni mi defensa tampoco», dijo ayer el cabo primero de la policía neuquina José Darío Poblete en el primer día de audiencia donde se lo procesa como el autor material del disparo que dio muerte al maestro Carlos Fuentealba en abril del 2007, durante una […]
«No entiendo de qué se me acusa en este juicio ni mi defensa tampoco», dijo ayer el cabo primero de la policía neuquina José Darío Poblete en el primer día de audiencia donde se lo procesa como el autor material del disparo que dio muerte al maestro Carlos Fuentealba en abril del 2007, durante una represión a los docentes de esta provincia en la ruta nacional 22. El policía de 36 años se negó a declarar por el momento, dejando entrever que lo hará más adelante. El único acusado mantuvo su mirada en forma altanera y desafiante desde el mismo momento que entró a la sala del juicio en el viejo recinto de la Legislatura neuquina, la cual estuvo repleta de maestros, familiares y amigos de Sandra Rodríguez de Fuentealba, además de personalidades que llegaron de todo el país para presenciar el comienzo del juicio como Nora Cortiñas de Madres Línea Fundadora y Stella Maldonado, la secretaria general de la CTERA. También llegó a Neuquén Hebe Bonafini, quien sobre Poblete dijo que «es un cínico», remarcando a la prensa presente que «se llega a este proceso por la lucha de los neuquinos. Pero no hay que parar hasta que este policía se pudra en la cárcel, sin dejar de nombrar constantemente al ex gobernador (Jorge) Sobisch para que después lo condenen a él también».
Al momento de exponer las partes los fundamentos de la acusación, lo que presentó el abogado de la querella y representante de la familia Fuentealba, Gustavo Palmieri, estuvo lleno de emotividad, ya que el tribunal autorizó que se pase en la sala un video de 3 minutos con fotografías e imágenes del momento en que fue asesinado el profesor neuquino, a quien Palmieri definió como «mi amigo personal Carlos Fuentealba». El propio abogado de la querella prometió públicamente «probar la evidencia de que la persona que mató a Carlos y que es llevada a juicio hoy lo hizo sabiendo lo que estaba haciendo y cumpliendo órdenes que recibió».
Luego llegó el turno de los testigos. De los 5 que hablaron en la primera jornada sobresalieron los testimonios de Gonzalo Arroyo, el docente que conducía el Fiat 147 donde estaba Fuentealba al momento de ser herido de muerte, asegurando que «fui rodeado y emboscado por un grupo de policías, y luego sentí el disparo que entró al auto e impactó en quien después supe que se llamaba Carlos Fuentealba». Y también una maestra primaria, Andrea Rosso, quien aseguró haber visto como «dos policías apuntaron por detrás al automóvil (donde estaba la víctima) y luego comenzó a salir humo del mismo». Rosso, quien es del mismo pueblo de donde era oriundo Fuentealba, Junín de los Andes, estaba en un auto de la seccional de ATEN por delante mismo del coche que fue atacado y donde cayó el profesor de Química y Geografía.
En el testimonio del docente de música Gonzalo Arroyo a los jueces de la Cámara Primera de Neuquén Mario Rodríguez Gómez, Luis María Fernández y Héctor Dedominichi, salieron a luz elementos que no se conocían fehacientemente de la investigación. Si bien se sabía que el Fiat 147 que conducía había rozado a un efectivo policial que estaba en la ruta, Arroyo detalló que «yo sentí haber golpeado el cuerpo de un policía con la puerta lateral y que algo quedó enganchado al espejo retrovisor. Frené e inmediatamente fui emboscado por muchos policías y segundos después estalló una granada dentro del coche por la parte trasera, por lo cual yo salí del coche y me tiré al suelo… Tiempo después supe que el compañero que estaba detrás de mí en el coche fue herido». En el automóvil, además de Arroyo y Fuentealba iba otro acompañante de nombre Santiago, quien resultó ileso del ataque policial recibido.
De la primer jornada de este juicio quedó también en claro el enfrentamiento que desde el mismo momento que comenzaron a exponer sus argumentos se empezó a dar entre el querellante Palmieri y el defensor de Poblete, Ladislao Simón, ya que éste varias veces denunció al tribunal que «se está desnaturalizando el trámite de este juicio, exponiendo pruebas en forma extemporánea ya que cuando (la querella) lo tuvo que hacer no lo hizo».
Mientras esto sucedía dentro de la vieja Legislatura provincial, decenas de maestros, trabajadores de distintos gremios enrolados en la CTA neuquina, los ceramistas de Zanon y gran cantidad de estudiantes, desafiaron la lluvia que prácticamente no paró en la puerta misma donde se lleva a cabo el juicio y donde se instaló por parte del gremio ATEN una carpa blanca que se mantendrá durante todas las audiencias. Además y cumpliendo un paro provincial de 24 horas, los trabajadores neuquinos y de otros lados del país también marcharon por las calles céntricas de Neuquén al cumplirse ayer 14 meses del asesinato de Carlos Fuentealba. El reclamo fue unánime: «Perpetua para Poblete y cárcel para (el ex gobernador) Sobisch».