El consumo de carne, leche y pan, productos básicos de la dieta de la sociedad argentina, registra mínimos históricos debido a la crisis económica que se agravó desde que el presidente Javier Milei comenzó a gobernar en diciembre pasado.
La Universidad Católica Argentina ya había advertido en un informe que la pobreza creció del 44,7 % al 55,5 % entre el primer trimestre de 2023 y el de 2024. La indigencia, además, pasó del 9,6 % al 17,5 %.
El acelerado empobrecimiento ha impactado en todos los sectores de consumo, pero principalmente en alimentos, ya que la mayor parte de la sociedad está recortando la compra de productos básicos porque no los puede pagar.
«Hablamos de la carne porque muestra la dirección de la política económica: el consumo local cae a niveles históricos mientras la producción se reorienta a la exportación y pide un mejor tipo de cambio. El país para pocos», escribió la economista Candelaria Botto.
La reflexión se debe a que la Bolsa de Comercio de Rosario reveló en un informe que el consumo de carne bovina durante el primer cuatrimestre de 2024 fue de 42 kilos per cápita. Es el indicador más bajo desde que comenzó a hacerse la serie, en 1914.
De esta forma, para fines de 2024 se prevé que el consumo anual per cápita de carne vacuna estará por debajo de los 45 kilos. El promedio histórico era de 73 kilos.
Dicho de otra forma, los argentinos nunca habían comido tan poca carne, que es uno de los emblemas de su gastronomía. Y no se debe a que se hayan vuelto veganos o vegetarianos, ya que el informe demuestra que están sustituyendo la carne de vaca por cerdo y pollo, que son más baratos, aunque esos mercados también están a la baja.
Así, los argentinos consumirán este año un 9,0 % menos de proteína animal de la que comieron en 2023. Será la tasa más baja en los últimos 13 años.
El Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino reveló en un informe que, entre el primer trimestre del año pasado y el de 2024, el consumo de lácteos se desplomó en un 18,7 % en toneladas de producto.
De manera específica, la compra de leche fluida cayó un 19,6 %, mientras que la de leche en polvo fue del 30,4 %.
También agregó que, entre 2019 y 2023 (es decir, durante el gobierno de Alberto Fernández), el consumo per cápita anual de leche aumentó de 182 a 194 litros, pero en 2024 se espera una reducción. La compra de quesos, en tanto, cayó un 10,4 %, lo que denota el recorte en todo tipo de alimentos.
Lo mismo ocurre en el caso del pan, ya que el Centro de Investigación y Formación de la Central de Trabajadores de la Argentina reporto una caída del 45 % en las ventas.
El saldo negativo es generalizado. Desde que asumió Milei, por ejemplo, el consumo en supermercados cayó un 17,6 %; la compra de medicamentos, un 35 %; la industria, un 14,8 %; y la construcción, un 32,6 %.
Uno de los datos que evidencian la gravedad de la crisis, es que la jubilación mínima, tomando en cuenta un bono extra que entregará el Gobierno, hoy es de 276.931 (302 dólares), pero es la primera vez en la historia que este monto es menor al precio de la canasta básica, que es el indicador con el que se mide la pobreza.
En otras palabras: es la primera vez que las jubilaciones no alcanzan para evitar ingresar en el universo de pobres e indigentes.
A nivel general, la jubilación mínima se desplomó en un 12,3 % entre julio de 2023 y 2024, y en un 6,8 % con respecto a diciembre de 2023, que es cuando comenzó a gobernar Milei.
El Centro de Investigación y Formación de la CTA (CIFRA) publicó este lunes un informe de Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti que concluye que “de las 23 empresas seleccionadas, se verifica la apropiación de ganancias extraordinarias por parte de 10 empresas cuyo nivel de rentabilidad superó el 40% de las ventas en el primer trimestre de 2024”.
El informe señala que las 10 empresas que obtuvieron estas “súper ganancias” son: Aeropuertos Argentina 2000, Metrogas, Pampa Energía, Aluar, Richmond, Mirgor, Arcor, Ternium, Loma Negra y Banco Macro. Además, 17 de ellas “duplicaron su nivel de rentabilidad entre los primeros trimestres de 2023 y 2024”.
De esas 10 empresas, las que más ganancias obtuvieron son: Aeropuertos Argentina 2000 con utilidades del 80,1% de las ventas, Metrogas (74,3%), Pampa Energía (68,3%), Aluar (52,1%), Richmond (51,2%), Mirgor (51,2%), Arcor (50,2%), Ternium (49,6%), Loma Negra (45,8%), Banco Macro (44,9%). Aun más, destaca el informe, “los niveles de rentabilidad de las empresas Aeropuertos Argentina 2000 y Ternium son los más elevados de, por lo menos, el primer cuarto del siglo XXI”.
Los integrantes del CIFRA consideran que las causas de esta super rentabilidad se hallan en “una profunda redistribución regresiva del ingreso, cuya dimensión y desenlace es aún desconocido” y que “la devaluación desencadenó (…) una importante traslación de ingresos en favor de la rentabilidad empresaria, en especial de las grandes empresas y grupos económicos”.
Las conclusiones de este informe se basan en el análisis de los balances empresarios de 23 empresas de diversos sectores: siderurgia, aluminio, alimentos, golosinas, farmacéutico, cemento, lácteos, electrónica y autopartes, aeropuertos, energía, petróleo, bancos y medios de comunicación.
Manzanelli y Amoretti destacan que estas 23 empresas tienen en común “ser grandes empresas, frecuentemente oligopólicas en sus mercados y, en la generalidad de los casos, constituidas en grupos económicos donde uno o varios accionistas controlan diversas sociedades y, por ende, acentúan su poder de mercado”.
El informe subraya el caso de dos empresas que obtuvieron esta súper ganancia: a la cabeza de estas empresas, Aeropuertos Argentina 2000 con utilidades del 80,1% de las ventas, y Ternium con el 49,6%. Los autores hacen tal distinción ya que, dicen, “en ambos casos se trata de grupos económicos con una fuerte impronta en el actual gobierno. A tal punto que diversos funcionarios de alto rango provienen tanto del grupo Eurnekian propietario de Aeropuertos Argentina 2000 (como el anterior y el actual Jefe de Gabinete o el Ministro de Justicia, entre otros) como de Techint controlante de Ternium (y el desembarco de ex gerentes en YPF, la Subsecretario de Hidrocarburos y la Secretaría de Trabajo)”.
El documento concluye que “las evidencias son contundentes en indicar que al menos una parte de las grandes empresas pudieron apropiarse de un nivel de ganancias extraordinario en el período recesivo que inauguraron las políticas del gobierno de Milei”.
Las empresas seleccionadas para el análisis son: Aeropuertos Argentina 2000 (AA 2000) del grupo Eurnekian; Metrogas que es una asociación entre YPF y la norteamericana Integra Gas Distribution LLC; Pampa Energía del grupo Mindlin; Aluar del grupo Madanes; el laboratorio local Richmond; Mirgor perteneciente a Nicky Caputo (el primo del ministro de Economía); Arcor propiedad de los Pagani; Ternium del grupo Techint; Loma Negra propiedad de capitales brasileros; el Banco Macro del grupo homónimo propiedad de los Brito; Transportadora Gas del Sur controlada por Pampa Energía y la familia Sielecki; AGEA del grupo Clarín; Molinos Río de la Plata de Pérez Companc; Mastellone propietaria de la marca La Serenísima actualmente controlada por la familia Mastellone Hnos. en asociación con Arcor y el fondo inversor Dallpoint Investments LLC; Edenor también controlada por Mindlin; la cementera Holcim de capitales suizos; YPF bajo control estatal; Pan American Energy una asociación entre Bridas (de los Bulgheroni y la china CNOOC) y British Petroleum; el Banco Galicia cuyos principales accionistas son miembros de las familias Escasany, Ayerza y Braun; la harinera y alimenticia Morixe adquirida el año pasado por Sociedad Comercial del Plata (SCP), ambas del accionista mayoritario Noel; Molinos Agro del grupo Pérez Companc; La Anónima (Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia) de los Braun, Ferrum controlada por la firma de grifería FV de la familia Viegener.
Precios del Primer mundo, pero con salarios del cuarto
Comparar precios de los bienes entre Argentina y otros países está cada vez más de moda en las redes sociales. Pero no parece una moda pasajera: por razones coyunturales como el tipo de cambio, pero también por otros factores que son estructurales como los costos de logística y los impuestos, un mismo producto puede pagarse hasta tres veces más que en otros lugares del mundo.
Con un presupuesto de 28 euros, los hermanos Al y Tomi, influencers en TikTok, compraron en España un maple de huevos, dos croissants, un pack por dieciséis yogures, una botella de vino, un pack por diez cervezas, un paquete de fideos, seis litros de agua, medio kilo de queso rallado, un pan lactal grande, un pack de cuatro postres de chocolate, un pack de cuatro postres de vainilla, un paquete de papas fritas y medio kilo de camarones.
En Argentina, con ese mismo dinero disponible, habría que dejar en la caja los camarones, el paquete de papas fritas y al menos cuatro de los ocho postres.
En enero, el usuario de TikTok, Manu Guija, también recorrió supermercados y relevó precios que, medidos en euros, eran equivalentes en Argentina y España. El video se hizo viral. Por eso, volvió unos meses más tarde y encontró diferencias significativas: el mismo café que en España costaba 4,39 euros, en Argentina costaba 6. Siempre medidos en esta moneda, los precios que registró el influencer (las gaseosas 1,99 euros en España y 2,57 en Argentina, y el pan lactal 2,59 en España, 5,06 en Argentina), son hasta 106% más altos.
“Hay varios factores que explican estas diferencias: por un lado, la volatilidad cambiaria, porque hay meses en donde Argentina está cara en dólares”, afirma el economista Martín Kalos. “Pensemos solamente de diciembre a hoy. En diciembre hubo una devaluación del 120% de un día para el otro y de ahí para acá el 75% de esa devaluación ya se perdió”. Eso significa, agregó, “que hoy, cuando uno compara precios, podrías estar importando un 75% más barato en pesos que lo que importabas hace seis meses ese mismo producto. Pero ¿qué hace el comerciante que tiene que vender la mercadería acá? Por un lado, pone el precio al tipo de cambio al que accede hoy, pero también al tipo de cambio al que cree que va a acceder mañana”.
Otro problema es el cepo. “Muchas veces significó que por momentos no había acceso a importar, o a los dólares. Eso también es un problema que impacta en el precio, porque la oferta entonces era menor” y “el que tenía una computadora importada sabía que no muchos otros la tenían, por lo que podía fijar un precio sin tener demasiada competencia”, agrega el economista.
Por último, pero no menos importante, el economista se refiere al tema de la logística. La destrucción de la red ferroviaria y la falta de inversión en infraestructura aumentaron los costos del transporte interno, ya que la única alternativa es el traslado en camiones, un medio mucho más caro que otros como los trenes, por ejemplo.
Además, “el flete desde cualquier lugar del mundo a Argentina es relativamente más caro, porque Argentina está lejos geográficamente de los principales centros productores y de consumo, y es más costoso un flete marítimo hasta acá, dado que en general no viene tanta mercadería”, concluyó.
Para el economista Federico Poli, “Argentina se encuentra cara en términos de dólares respecto al resto del mundo, y peor aun cuando se miden los precios en relación con el salario”.
Hay varios factores que explican esta situación. “El valor del tipo de cambio real (TCR) es central cuando se comparan los precios locales respecto al resto del mundo. Cuando la evolución del tipo de cambio se atrasa respecto a la evolución de la inflación, los precios en dólares de los bienes se incrementan, detalló.
El economista destacó el impacto de los costos logísticos, pero también “la inexistencia de financiamiento de largo plazo y el escasísimo y caro financiamiento de corto plazo para capital de trabajo”. Otros factores, “como la volatilidad e inestabilidad económica, son insoslayables a la hora de analizar la realidad empresarial en Argentina”, consideró. “En este contexto macro y microeconómico, el sistema de precios también está roto”.
Los bienes transables son los más afectados por el atraso cambiario, “en la medida en que tienen que competir con bienes producidos en el exterior, ya sean bienes importados en el mercado local o en terceros mercados donde se exportan”.
La situación no es nueva, pero se agudiza. “Es una característica histórica del tipo de estructura económica de nuestro país”, señaló Poli.
Un informe de la consultora Analytica comparó los precios de una canasta de once productos básicos (entre ellos carne, huevos, queso, leche, shampoo y lavandina) y el poder de compra de los salarios argentinos con los de otros países del mundo y la región. “En la Argentina (Buenos Aires), adquirir la canasta de once productos básicos requiere el 32,8% del salario mínimo. En los Estados Unidos (Nueva York), demanda apenas el 2,8%; en España (Madrid), el 5,4%; en Chile (Santiago), el 15,4%; en Uruguay (Montevideo), el 18,2%, y en Brasil (San Pablo) el 22%”, sostiene el informe.
Por otro lado, señala que “la Argentina tiene la segunda canasta más cara en dólares (US$ 86,8) por detrás de la de Uruguay (US$ 104,9), pero el salario mínimo más bajo (US$ 238)”.
Para la economista Laura Testa, “el principal problema es la diferencia brutal que existe en los ingresos, que están por debajo de la canasta básica”. Agrega que, en casos como el de la vestimenta, los precios comparativos son más caros “porque tiene demasiados elementos importados, y porque la producción del hilado está monopolizada”.
Francisco Eggers también considera al tipo de cambio como fundamental. “Es una cuestión de tipo de cambio real. El 13 de diciembre se devaluó y se llegó a un tipo de cambio relativamente alto. Pero desde entonces tenemos una especie de ‘tablita cambiaria’, que mantiene al dólar oficial subiendo a un ritmo de 2% mensual, bien por debajo de la inflación. Eso implica que los precios nuestros suben no sólo en pesos, sino también en dólares, en euros o reales”, explicó.
A corto plazo, lo que importa es el tipo de cambio real. “Por supuesto que hay otras cosas que hacen al costo para corregir, como la eficiencia estatal. Pero lo que mejora la competitividad a corto plazo es el tipo de cambio real”.
El problema, afirmó, es que “si se liberara el mercado cambiario y se pretendiera no aumentar el dólar (mantenerlo con el 2% mensual), habría una invasión de productos importados como en la época de Martínez de Hoz o la convertibilidad, porque varios productos están en Argentina más caros que en el exterior”.
Más allá de todos los factores y de la necesidad de que el Estado intervenga (y de cómo lo haga) los argentinos, viajen o no viajen, notan la diferencia: “Te hicieron creer que podías condimentar la ensalada”, dice Manu Guija en el video que hizo desde España para TikTok. El aceite de oliva cuesta 9,55 euros en ese país, y €15 en Argentina.
El 35% de los trabajadores es pobre
El 34,9% de los trabajadores ocupados se ubica por debajo de la línea de pobreza por el aumento de la canasta básica total.
“Estamos frente a un récord creciente de personas que tienen trabajo, pero son pobres ya que sus ingresos familiares no alcanzan a cubrir una canasta de bienes y servicios básicos», marca un informe del Centro para la Recuperación Argentina (RA) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Y agrega: «Se trata de un fenómeno que se incrementó en los últimos años y aumentó significativamente en el último semestre”.
Tomando como punto de comparación el año 2017, los ingresos promedios de las personas ocupadas cayeron casi un 40%, 14 de los cuales fueron durante los últimos seis meses, indica el reporte.
Según el estudio del Centro RA, el nivel del empleo está en niveles similares al momento de la salida de la pandemia (tercer trimestre del 2021) y, correlativamente, la tasa de desocupación crece proporcionalmente más que lo que desciende la tasa de empleo y actividad.
El informe agrega que actualmente hay 265.950 nuevos desocupados en nuestro país. Y pone de manifiesto que es alarmante observar el crecimiento de 32,4% de desocupación entre el cuarto trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, totalizando 1.088.000 desocupados.
“La relación de la tasa de empleo es inversamente proporcional con la tasa de desocupación. Mientras la primera va en caída, la segunda tiende a aumentar”, aclara el informe.
En cuanto a los rubros más golpeados, la construcción concentra el 42,7% de los empleos perdidos, un sector concentra altas tasas de precarización e informalidad.
“Entre las causas que explican la caída de este rubro en particular se encuentra la paralización de la obra pública. Los sectores productivos que siguen en cantidad de empleos perdidos son los de comercio y servicios financieros e inmobiliarios, que están directamente relacionados con la capacidad de consumo y el poder adquisitivo de las clases medias y trabajadoras”, señala el Centro RA.
Despidos en Scania Tucumán
La patronal le llama “proceso de transformación estratégica”, pero en los hechos Scania está despidiendo a trabajadores de planta con mucha antigüedad y contratando precariamente por el otro lado.
Hasta el momento son 16 los trabajadores despedidos. La fábrica ya venía con una política ofensiva de retiros voluntarios desde el año pasado. Hay preocupación y bronca entre los trabajadores que señalan que fueron despedidos trabajadores con 20 años de antigüedad en la fábrica.
Desde la conducción del SMATA local, Luis Diarte, dijo que ven con preocupación esto, pero no anunció ni una reunión. Están dejando a los despedidos a su suerte de aceptar indemnizaciones mientras la planta en realidad se expande vía el contrato precario.
Pelear contra los despidos y contra la precarización laboral, son una misma pelea. Buscan deteriorar las condiciones laborales del conjunto ampliando la planta precarizada y contratada, la nueva modalidad de “pasantes”, le quita completa responsabilidad a las empresas. Hay que coordinar fuerzas para enfrentar los despidos y el plan de flexibilización.
Crecen el desempleo y la desocupación
Desde que asumió Javier Milei al gobierno, el desempleo creció 32,4 % y la desocupación alcanzó al menos a 1.088.000 personas. Así lo reveló un informe de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que resaltó que esos niveles que hablan del “deterioro significativo de las condiciones sociales de la Argentina” son «similares” al momento de la salida de la pandemia, en septiembre de 2021.
El estudio fue realizado por el Centro RA, de la Facultad de Económicas, sobre la base de los datos oficiales sobre empleo, actividad e ingresos publicados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec, para el primer trimestre de este año.
Según los números analizados, “la relación entre empleo e ingreso revela que en la Argentina actual el trabajo no supone la inmediata mejora de las condiciones materiales de las personas”.
El estudio del Centro RA reveló también que el 35 % de las personas con trabajo son pobres. “Hoy en día, conseguir un empleo no significa dejar de ser pobre”, subrayó el informe.
Lo que mostró el análisis de datos es que desde que comenzaron los comicios que catapultaron a Javier Milei como presidente (PASO de agosto, generales de octubre y balotaje de noviembre) hasta sus primeros tres meses de gobierno hubo un crecimiento de 32,4 % de la desocupación.
Hasta marzo de 2024 se registraron 1.088.000 desocupados, 266.000 de los cuales fueron creados por las políticas de ajuste, desfinanciamiento del sector productivo, apertura de las importaciones y desregulación del Estado.
Según el informe, los datos muestran que “la relación de la tasa de empleo es inversamente proporcional con la tasa de desocupación. Mientras la primera va en caída, la segunda tiende a aumentar”.
Milei lo hizo: crecen el desempleo y la desocupación
Proporcionado por Página|12
Pero el análisis de los datos revela otra cuestión: “La última medición advierte que 404 mil personas dejaron de estar ocupadas, lo que corresponde a un descenso de 3 puntos entre el cuarto trimestre de 2023 y el primero de 2024”, precisó el informe.
Esto se relaciona directamente con los 266.000 desocupados antes mencionados. Los 139.000 restantes se convirtieron en subocupados demandantes, lo cual «significa que son personas que involuntariamente trabajan menos de 35 horas semanales y siguen buscando una nueva ocupación”.
Los rubros en que más cayó la desocupación fue la Construcción, con casi 173.000 obreros menos hasta el primer trimestre de este año. Le siguieron Servicios Financieros, Comercio, Administración Pública y Defensa, e Industria.
Ferrum suspende durante julio la producción
La recesión también se registra en la principal industria de griferías y productos para sanitarios del país. La empresa suspendió a casi 500 trabajadores de su planta ubicada en Villa Rosa, partido de Pilar en la zona norte del conurbano, en una nota a la Comisión Nacional de Valores (CNV) comunicaron que:
«La compañía decidió realizar una parada parcial de su producción mensual de artefactos sanitarios teniendo en consideración el nivel acumulado de inventario de producto terminado. La producción en su planta industrial ubicada en Villa Rosa, partido de Pilar, se detendrá desde el 1° hasta el 31 de julio inclusive. Durante este periodo, su planta industrial de Avellaneda continuará operando normalmente».
La empresa llegó a tener 1.300 personas en las dos plantas (Avellaneda y Villa Rosa) y controla más del 50% del mercado local y exporta parte de la producción. En la planta de Avellaneda la empresa produce los sanitarios premium que se comercializan en hoteles lujosos y edificios ostentosos donde viven parte de la clase empresarial. Mientras que, en la planta de Villa Rosa, se producen sanitarios más económicos que son usados en la construcción y en los planes de vivienda. La paralización de esto es la causa por la cual la empresa dejó de ganar como estaba acostumbrada.
Desde el año pasado, Ferrum viene despidiendo trabajadores. En total, estiman que desde que comenzó el año dejó sin trabajo a 100 operarios, la última tanda fue en abril
Según el balance de Ferrum, por el período de 9 meses cerrado en marzo pasado, sus ventas fueron de $78.800 millones, comparado con el mismo periodo del año anterior donde las ventas fueron de $96.452 millones, es decir nunca perdieron dinero. Como vemos “las crisis de las empresas no son las mismas que la de los trabajadores”. Frente a esto, el sindicato está más preocupado por el stock acumulado de la empresa, que por la situación de los trabajadores a quienes dice representar, muchas de las suspensiones han sido acordadas y avaladas por el gremio.
Es increíble pensar que para
empresas multimillonarias como Ferrum sus crisis son por
sobreproducción y que esa crisis deba ser pagada por los
trabajadores.
“Los sindicatos deberían ponerse del lado de
los trabajadores y dejar de permitir que este ajuste se siga
profundizando, hasta el momento hay despidos en muchas fábricas, en
el Estado en diferentes rubros, una declive generalizada donde los
sindicatos se mantienen pasivos, yo los convoco a que representen a
los trabajadores como tiene que ser”, finalizó Sebastián.
Continúa la caída productiva
Los primeros datos de junio tampoco muestran señales de recuperación, con respecto a mayo, mucho menos con respecto a un año atrás:
· el patentamiento de motos cayó 3,7% interanual y 16,6% respecto a mayo;
· la producción automotriz se ubicó 40,2% debajo de junio 2023 y perdió 16,7% intermensual;
· el despacho de cemento fue 32,8% menor al año anterior y 7% inferior al mes de mayo.
Esto implica que no hay una recuperación en “V” (un repunte rápido) pero tampoco una “L”, es decir, una estabilidad en un piso bajo, sino que continuamos en caída. El propio Gobierno lo reconoce en el avance de Presupuesto que dejó trascender: estima una caída del Producto Bruto Interno en 2024 de 3,5% con un desplome de la industria y el comercio que orilla los 10 puntos.
El resultado directo de esta recesión es la pérdida de puestos de trabajo, que ya supera los 100.000 sólo en el sector privado registrado, a lo que se agregan los despidos en el sector público, encabezados por el Estado Nacional pero que arrastra también a provincias y municipios, y la pérdida de empleo no registrado. Así, la desocupación empieza a aparecer como una preocupación central en la vida cotidiana.
Los salarios tampoco repuntan: según el indicador que se analice (SIPA, INDEC, RIPTE), la pérdida de poder adquisitivo desde noviembre de 2023 oscila entre los 9 y los 14 puntos en los primeros meses del año.
En ese contexto, el gobierno se aferraba a la “fiesta” en los mercados financieros: la estabilidad en los dólares paralelos legales (MEP y CCL) y por ende de la brecha cambiaria, la baja en el riesgo país, la suba de los bonos y acciones argentinas. Sin embargo, esta semana, esa confianza pareció quebrarse, o al menos ponerse en tensión.
El detonante fue la conferencia que el ministro de Economía, Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, dieron el viernes pasado tras el cierre del mercado. Si bien transcurrió ya una semana, no hubo más precisiones que el anuncio en sí mismo: un traspaso de la deuda del Banco Central al Tesoro Nacional.
La consecuencia de esta decisión sobre las cuentas públicas es que el Estado Nacional va a tener que ampliar aún más su superávit fiscal para afrontar el pago de, al menos, los intereses que surjan de dicho endeudamiento. Para ello, el Gobierno deberá aumentar la recaudación o reducir aún más el gasto.
La primera opción no parece viable sino todo lo contrario: con la promulgación de la Ley Bases, la suba en la recaudación por la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias se verá compensada por la reducción del impuesto a los bienes personales.
En cuanto al gasto, en los primeros 5 meses del año ya se recortó 31,4% y no pareciera haber mucho más margen para reducir partidas. Entonces, ¿de dónde saldrán los recursos para pagar los intereses?
Además de esta pregunta, la cuestión de las regulaciones cambiarias (popularmente conocidas como cepo), que Milei tanto prometía eliminar en campaña, no encontró respuesta en dicha conferencia, y se desató la incertidumbre: en la semana los dólares paralelos aumentaron entre 3,4 y 3,6%, pero llegaron a estar hasta 6% arriba, ampliando así la brecha cambiaria.
Mientras tanto, desde el ministerio de Economía, se niegan a devaluar o acelerar la tasa de devaluación mensual, pautada en 2%. De hecho, en el avance de Presupuesto detallaron que a fin de año el dólar va a valer $1.016,10. Sin embargo, el mercado no le cree. Tanto las consultoras privadas que releva el BCRA como el mercado de futuros de dólar, estiman devaluaciones mensuales más altas y un dólar a fin de año por encima de los $1.200.
La semana entrante se conocerá la inflación de junio, que, según las consultoras superó los 5 puntos, interrumpiendo el sendero descendente que el gobierno mostraba como un logro (en mayo fue de 4,2%).
Mientras el mercado reacciona ante la incertidumbre, el Gobierno parece mantener la calma. En el medio, 47 millones de argentinos y argentinas esperamos que se tome una medida a favor de las grandes mayorías.
La industria y la construcción se desplomaron en mayo
La actividad industrial experimentó una caída interanual de 14,8% en mayo, anotó una merma de 0,2% respecto a abril y acumuló una disminución de 15,2% en lo que va del año. A la vez, la construcción se desplomó 32,6% respecto a igual mes de 2023 pero registró una variación positiva de 6,2% en la dinámica mensual.
Según el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), quince de las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales, acusando los embates de la recesión económica.
En orden a su incidencia en el nivel general, se exhibieron retrocesos en “Industrias metálicas básicas”, 25,0%; “Alimentos y bebidas”, 6,4%; “Productos minerales no metálicos”, 32,4%; “Madera, papel, edición e impresión”, 18,4%; “Maquinaria y equipo”, 22,0%; “Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras” 33,6%.
Completaron la lista “Productos de caucho y plástico”, 25,8%; “Sustancias y productos químicos”, 8,3%; “Otros equipos, aparatos e instrumentos”, 28,1%; “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes”, 19,7%; “Productos textiles”, 21,4%; “Productos de metal”, 10,3%; “Prendas de vestir, cuero y calzado”, 8,7%; “Productos de tabaco”, 14,8%; y “Otro equipo de transporte”, 10,3%.
El único rubro que creció en relación con mayo de 2023 fue “Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear” (2,6%), lo que cristaliza la buena performance del sector petrolero durante los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei. Junto al agro y la minería, el segmento energético es de los pocos que arrojaron luz verde en el tablero económico.
En cuanto a la construcción, que padeció las consecuencias del cese de la obra pública, si bien la contracción en términos interanuales se consolidó en dos dígitos (-32,6%) nuevamente, parece haber encontrado un piso en marzo. Vale recordar que en abril cortó la racha de caída al mostrar una tenue recuperación de 2% comparada con el derrumbe de -16,2% en el mes previo. En mayo, continuó el sendero alcista al incrementarse en 6,2%.
Hacia adentro de la estadística, los datos del consumo aparente de los insumos para el sector sufrieron bajas interanuales de 60,4% en artículos sanitarios de cerámica; 48,9% en hierro redondo y aceros para la construcción; 47,8% en asfalto; 47,2% en mosaicos graníticos y calcáreos.
También se observaron retracciones de 41,8% en pisos y revestimientos cerámicos; 36,7% en placas de yeso; 35,8% en ladrillos huecos; 31,9% en hormigón elaborado; 28,5% en el resto de los insumos (incluye grifería, tubos de acero sin costura y vidrio para construcción); 27,2% en cemento portland; 25,7% en yeso; 14,1% en cales; y 3,7% en pinturas para construcción.
Por otra parte, las encuestas cualitativas que realiza el INDEC entre las empresas de la construcción volvieron a arrojar expectativas desfavorables con respecto al nivel de actividad esperado para el tercer trimestre de 2024, en línea con lo ocurrido en meses anteriores.
El 62,5% de las compañías dedicadas a obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 25,9% estima que disminuirá y 11,6% que aumentará. Entre las que trabajan con la obra pública, el 50% opina que el nivel de actividad disminuirá, mientras que el 42,3% cree que no cambiará y el 7,7% que aumentará.
Las compañías del rubro privado identificaron como principales causas de la crisis a la caída de la actividad económica (30,5%) y los altos costos de la construcción (24,1%). En el segundo grupo, el 28,8% se volcó por la recesión y el 27,6% por los atrasos en la cadena de pagos.
«Con relación a la variación estimada para los próximos tres meses de la cantidad de personal ocupado, permanente y contratado, entre las empresas que se dedican principalmente a obras privadas, 75% prevé que no habrá cambios, 17% estima una disminución y 8%, un aumento. En el caso de los empresarios que se dedican a obras públicas, 55,8% cree que no habrá cambios, 38,5% estima que disminuirá y el 5,7% restante opina que aumentará», completa el informe.
Una mala noticia para Javier Milei
La Dirección de Estadísticas y Censos porteña informó que la inflación de junio en la Ciudad de Buenos Aires fue del 4,8 %, lo cual es la antesala de un freno al supuesto proceso de desinflación que pregona el gobierno nacional.
Según la medición, la suba de precios en la primera mitad del año trepó al 88,9 %. Y pese a que el dato mensual es cuatro décimas más que la registrada el mes pasado por el Indec (4,4), la cifra que mejor traduce los incrementos es la comparación interanual de junio de 2023 a junio de 2024. Durante ese período, los precios en la Capital Federal aumentaron al menos 272,7 %.
Según el Índice de Precios de la Ciudad (IPCBA), los rubros que empujaron a la suba fueron los aumentos en los Servicios Públicos como la luz y el subte. Solo las tarifas tuvieron un aumento promedio de 7,3 % con relación a mayo.
El segundo rubro de mayor incremento fue Educación con 6,5 %, apenas por encima de Restaurants y Hoteles” con 6,4. El informe indica que a esto se le suma 4,7 % producto del aumento en el pasaje subte que, sin embargo, en los hechos fue de 360 % a partir del 1° de junio.
En Salud el incremento fue de 4,7 por las actualizaciones en las cuotas de la medicina prepaga, mientras que más abajo se ubicó la medición en alimentos: 2,7 promedio, de acuerdo al informe oficial.
Indumentaria mostró aumentos promedio de 3,3 mientras que Información y Comunicación subió 4,9 %. Y el ítem de Seguros y servicios financieros tuvo un avance de 11,7 %.
El 4,8 % confirma la tendencia que anticipaban los analistas privados que hablaron de un freno en la presunta baja de la inflación.
El presidente Javier Milei también había admitido esta posibilidad consciente de los efectos del recorte de subsidios que empujaron los aumentos en los servicios públicos.
Jorge Macri se sube a la motosierra: la economía porteña en una segunda pandemia
POR JOAN VEZZATO
La economía porteña se desplomó en el primer trimestre de 2024, reflejando una crisis comparable a la de la pandemia. Jorge Macri, en su afán por emular la motosierra de Milei, lleva adelante fuertes recortes del gasto público en una Ciudad que, lejos de encontrarse en una situación crítica en cuanto a recursos, cuenta con superávit financiero. Mientras tanto, al igual que a nivel nacional la pobreza, la indigencia y el abandono a los sectores económicos llegan a niveles récord.
La Ciudad de Buenos Aires revivió los efectos de la pandemia en materia económica a lo largo de este primer trimestre. Si bien es cierto que, hasta el momento, no hubo barbijos ni decretos que restringen la circulación, según las propias estadísticas de la Ciudad, la economía porteña cayó un 6,5% anual el primer trimestre de 2024. En el primer trimestre de 2020 el desplome fue de las mismas proporciones: -7,1%. Una recesión similar, pero sin medidas de aislamiento social.
Si nos guiamos por la recaudación de Ingresos Brutos -un impuesto que puede tomarse como estimador de la actividad- vemos que la caída real de recaudación en junio 2024 duplica a la del mismo mes de 2020. Esto podría ser un indicio de que la situación del segundo trimestre de 2024 fue aún peor que la del primero.
La situación social da cuenta de esta crisis. En el primer trimestre de 2024 la pobreza comparada con el peor momento de la pandemia es aún mayor (35,1% vs 33,6% en el 2° trimestre 2020). La indigencia en la Ciudad de Buenos Aires llegó a niveles récord en por lo menos 20 años, con el 15,3% de las personas que no llegan a cubrir la canasta alimentaria.
Frente a esta crisis en todos los planos, la reacción del Gobierno de Jorge Macri replica a la que su antecesor, Horacio Rodríguez Larreta, tuvo durante la pandemia. Un Estado que desampara a las familias, las personas trabajadoras y las empresas. Si en 2020 la ayuda estatal del territorio porteño se vio favorecida por las políticas del Gobierno Nacional como el ATP, el IFE, refuerzos de Ingresos o líneas de crédito a tasa subsidiada, hoy todas esas medidas de acompañamiento quedaron absolutamente inoperativas. Es más, en esta oportunidad, el Gobierno nacional fue el primero en dejar a la producción y al trabajo librados a una supuesta libertad de mercado. En su búsqueda de “equilibrio” ya destruyó más de 100.000 empleos registrados en el sector privado y erosionó los ingresos de las familias con un dinamismo pocas veces visto en la historia argentina.
La comparación de las gestiones porteñas de Larreta y Jorge Macri merecen ciertas salvedades. Mientras el ex precandidato a presidente contaba en la pandemia con un Estado que acumulaba un déficit financiero crónico y la relación deuda versus producto bruto más grande de toda la gestión Pro, el primo del ex presidente recibió una situación de deuda saneada (por el propio Rodríguez Larreta que explícitamente se diferenció en esta cuestión de Mauricio Macri) y dos años seguidos de superávit financiero.
En ese sentido, se ve en Jorge Macri una excesiva sobreactuación del ajuste del gasto público. En su afán por mimetizarse con Milei y su feroz ajuste, el Jefe de Gobierno porteño acumula un nuevo superávit financiero en medio de una de las crisis más grandes de los últimos años en la Ciudad.
Este superávit se obtiene a partir de un ajuste real del gasto público del -17% en el primer trimestre del año que incluye un ajuste del gasto en salarios públicos del -12%. La situación del gasto en obra pública es aún peor, cayendo un 33%. La única obra relevante anunciada en el Plan de Obras 2024 fue el viaducto del Tren Sarmiento, de la que no hay noticias ni avances y contrariamente se están empezando a programar 3 bajo-nivel (obras de menor magnitud y que van en sentido opuesto al de la elevación de la vía).
La motosierra de Jorge Macri no termina ahí, también se pueden ver recortes en educación (-13%) particularmente en infraestructura escolar (-27%), en salud (-12%) en la principal política de asistencia alimentaria a las familias más vulnerables como es el Programa Ciudadanía porteña (-32%). En la política de vivienda el recorte alcanza al 41% en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad, encargado de la urbanización de los principales barrios populares. Las políticas destinadas a las personas en situación de calle -a quienes el Jefe de Gobierno ve como un problema de orden y limpieza del espacio público y no como una tragedia social- también sufrieron un recorte del -17%. No se salvó siquiera uno de los caballitos de batalla de Jorge Macri: la seguridad. La Policía de la Ciudad acumula un recorte del -19% en el primer trimestre del año.
Sin embargo, así como a nivel nacional hay sectores privilegiados por los que la motosierra no pasó (desde los subsidios a Mercado Libre hasta las exenciones impositivas a las empresas de Nicolás Caputo y Rubén Cherñajovsky en Tierra del Fuego), en la Ciudad también los hay. Dos gastos clave, históricamente denunciados por desvíos de fondos y sobrecostos, presentan aumentos por encima de la inflación este año: el Contrato de recolección de basura (+25%) y la Dirección General de obras en vías peatonales destinada a la reinstalación de veredas (+35%). Si de privilegiados hablamos el contrato de recolección de basura en la historia de la Ciudad fue el que le permitió un vertiginoso crecimiento al Grupo Macri (no exento de denuncias por corrupción) y hoy beneficia a empresas como el Grupo Roggio, también concesionario del subte desde hace décadas y que a su vez se repite entre los principales contratistas de obra pública, un círculo virtuoso para algunos. Pero los ganadores no quedan solo ahí, también continúan en el negocio de la reparación permanente de veredas sanas que llegó a identificarse con el nombre de “larretismos” y que tiene entre sus beneficiarios a aportantes de campaña del Pro. La verdadera casta del presupuesto porteño.
El ajuste también puede sentirse por ejemplo en el aumento del boleto de subte que llegó a $650. Medido en poder adquisitivo (IPC) está en su mayor valor desde la salida de la convertibilidad y medido en USD es el valor más alto de toda la serie. A esto se le suma el tarifazo en servicio de luz y gas que se siente en las empresas porteñas, donde según un relevamiento de la federación de comercio e industria dos tercios de los encuestados declara que el aumento tendrá un impacto significativo en los precios y que más del 40% tuvo dificultades para pagar la boleta de marzo lo que “lo lleva a considerar ajustes que contemplan reducción de personal”. Sin dudas otro agravante para la situación del empleo y la actividad.
La Ciudad de Buenos Aires es una de las principales generadoras de riqueza privada del país, pero también es uno de los principales destinos de los gastos en obra pública del Estado Nacional por la cantidad de edificios públicos que la habitan, mientras que la administración pública (tanto nacional como local) es uno de los principales sectores de empleo (segundo después de los servicios) y, por ende, el impacto del Estado en la motorización de la economía porteña es muy relevante. Ante el sostenido ajuste del Estado Nacional resulta imprescindible preguntarse: ¿por qué Jorge Macri decide replicar una nueva pandemia económica a pesar de tener una capacidad presupuestaria mucho más holgada que la de muchas provincias del país? En medio de una crisis económica que aún no encontró su piso, la explicación para entender por qué el Jefe de Gobierno no aprovecha la acumulación de superávit de los últimos años interviniendo de manera activa para amortiguar el efecto de la crisis es que aún se encuentra obnubilado por las fuerzas del cielo.
El Gobierno afronta vencimientos de deuda por US$ 3.500 millones en julio
En un contexto de dificultad del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para acumular divisas y apuntalar sus arcas, se asoma un nuevo foco de tensión sobre el nivel de reservas internacionales y el programa económico del Gobierno: el Tesoro deberá hacer frente a compromisos de deuda nominada en dólares por US$ 3.600 millones en las próximas semanas.
Si bien el oficialismo atesoró más de US$ 17.000 millones en el Mercado Libre de Cambios (MLC) desde mediados de diciembre de 2023, en junio se frenó la adquisición de dólares. Por ahora, esa dinámica se replicó en la primera semana de julio: sólo pudo adquirir US$ 73 millones. En simultáneo, la brecha cambiaria volvió a ensancharse a 51% por el avance de las cotizaciones paralelas tras tocar un umbral de 15% a comienzos de 2024.
En tanto, el mes pasado se cortó la racha compradora y, por primera vez en la era Milei, el Banco Central terminó cediendo US$ 47 millones en el promedio mensual por una mayor demanda de importadores en el MLC, el incremento de la importación energética ante las bajas temperaturas y el esquema del blend, que permite a exportadores liquidar el 20% en el mercado financiero.
«Estos datos confirman que hacia adelante el BCRA tiene un fuerte desafío para acumular reservas y que necesita lograr rápidamente dos avances: que el Tesoro acceda al mercado de deuda en moneda extranjera y que se genere un flujo de inversiones que ayude a no depender solamente del superávit comercial para generar esos excedentes», reza un informe de MegaQM.
Según el cálculo del jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, hasta mediados de junio, se volcaron al contado con liquidación (CCL) unos US$ 9.000 millones por el mecanismo conocido como «dólar exportador». La cifra implica un promedio mensual de US$ 1.400 millones que el BCRA sacrificó en pos de aumentar la cotización exportadora y, en simultáneo, mantener a raya la cotización del CCL.
En ese marco de tensión cambiaria, el calendario de vencimientos de títulos públicos en moneda extranjera contempla pagos en concepto de capital e intereses por US$ 2.552 millones para los tenedores de Globales y Bonares, de acuerdo a las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
A ese monto se suman US$ 645 millones de capital adeudados al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros US$ 431 millones a devolver a distintos organismos multilaterales, entre intereses y capital, por préstamos efectuados en los últimos meses.
A pesar de que el ministro de Economía Luis Caputo informó que el Tesoro ya le compró al Central los dólares para honrar las deudas con privados y entidades internacionales, el desembolso de US$ 3.600 millones tendrá un impacto directo en las reservas internacionales, hoy en US$ 29.946 millones.
Con una estacionalidad que juega en contra por la importación de energía y el fin de la cosecha gruesa, es de esperar que continúen los aprietos para la autoridad monetaria en términos de acumulación de divisas. En uno de sus informes diarios, el analista financiero de Wise Capital, Ignacio Morales, advirtió que «la caída en el ritmo de acumulación de reservas enciende luces de alarma frente a los próximos vencimientos de deuda a los que debe hacer frente la Argentina».
Explorando esa línea argumental, Morales sostuvo que el riesgo país, o la capacidad de honrar los compromisos, «clavado en 1.400 puntos refleja el desánimo frente a una escasa acumulación de divisas en medio de la temporada del año más interesante a nivel exportaciones del agro».
Por otra parte, un reporte de la consultora LCG expresó que la temporada alta de liquidaciones «no se tradujo, al menos por el momento, en un aumento significativo de las reservas del BCRA» y «el ritmo de liquidaciones, que había empezado a menguar en mayo, se volvió negativo en junio y corridos tres días de julio no se observa un cambio rotundo».
«Un grifo más abierto para los pagos de importaciones a partir del cronograma estipulado, menores temperaturas que alientan la demanda de energía, un tipo de cambio exportador que sostiene una dinámica de atraso, tasas bajas que estimulan la toma de créditos para aguantar la liquidación, y menores precios internacionales son todos factores que explican la menor entrada de reservas a las arcas del BCRA», describe el análisis.
Más allá de las advertencias de los economistas, el equipo económico se muestra confiado con la hoja de ruta planteada. De hecho, el titular del Banco Central, Santiago Bausili, reconoció que podrían resignar entre US$ 2.000 y US$ 3.000 millones de reservas internacionales por un fenómeno propio de la estacionalidad del invierno.
Junto a Caputo, ratificaron la continuidad del dólar blend y el crawling peg de 2% mensual. De esta manera, echaron por tierra las versiones de una corrección al alza del tipo de cambio oficial para compensar el atraso cambiario que perciben algunos agentes económicos.
Fuentes: RT, Red Eco Alternativo, Perfil, Página/12, La Izquierda Diario
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