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Retomar un texto de Ramón Doll escrito en 1939

Para expropiar, primero, Las Malvinas

Fuentes: Rebelión

1. Introducción o inquietud primera.

Hace 82 años Ramón Doll (La Plata, 1896-1970) escribía: “No podremos negociar tranquilos nuestra independencia material, si primero no traemos a los planos de más luz el despojo pirático de Las Malvinas, sea cual fuere su importancia táctica, porque su importancia fundamental estriba en que la consagración del despojo coloca al Estado Argentino en posición desairada, humillante, cada vez que tiene que tratar con los agentes comerciales británicos y con los intereses particulares de aquel país.”[2]

Durante el mes de febrero de este año, el submarino nuclear norteamericano USS Greenville llego a las Malvinas, el ministro de Defensa de la República Argentina, Agustín Rossi, en declaraciones a la prensa no descartó que el USS Greeneville lleve armamento nuclear además de la propulsión que genera su reactor.

Evidentemente, las Islas Malvinas una vez más entran en el juego Geopolítico de las potencias de la OTAN y sus adversarios de turno. Pienso: este nuevo acontecimiento para cualquier hombre o mujer que siente amor por el suelo en el que vive debería dejar un profundo sentimiento, de bronca, indignación y/o de humillación. Sin embargo, escuché pocas voces en los medios de comunicación de argentinos y argentinas manifestando su enojo. Y ahí, en ese preciso momento recuerdo un texto de Ramón Doll, a fin de encontrar algunos rastros, claves, huellas o contraseñas para desentrañar esa desatención sobre el tema.  

2. Ramón Doll o cuando ser Nacionalista es también ser un maldito

Antes de hablar del texto, por diferentes razones, es necesario presentar a su autor. Ramón Doll, como este último hecho en Malvinas, ha sufrido la indiferencia de buena parte de los argentinos y argentinas[3].  

Ramón Doll, nació en La Plata el 12 de septiembre de 1896. Estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires[4]. Una vez finalizados sus estudios, realiza dos publicaciones. Una es sobre el indulto (1919), la otra sobre el Frigorífico Anglo S.A. (sin fecha de publicación ¿1920?). El segundo trabajo, sobre el frigorífico inglés, inaugura una interrumpida labor de Ramón Doll por desmenuzar los nudos de la dependencia económica, cultural y política argentina respecto del capital anglosajón.  En 1928 se afilia al Socialismo. En poco tiempo rompe con la dirección del Partido Socialista Argentino (PSA) en el marco del conflicto que entre los años 1920-1921 se desata en su interior tras la Revolución Bolchevique.  Durante la década del 30´, Ramón Doll se desempeña como abogado, lo nombran como Juez del Crimen. En aquella época, signada por la corrupción, el fraude y la profundización de la dependencia del capital británico, con episodios como el deshonroso Pacto Roca Runciman, Doll acelera el acercamiento a otros pensadores, escritores, historiadores, periodistas, que se proponen revisar las raíces de esta dependencia. Todos ellos entienden que hay que denunciarlas y exponerlas para salvar a la Comunidad Nacional. Pero la tarea no resultaba fácil, había que desenredar un complejo tejido colonizador que enlazaba al mundo del arte, la intelectualidad argentina y la historia enseñada en las escuelas y universidades escrita por los historiadores liberales y euro situados, desde Bartolomé Mitre[5] a José Luis Romero[6]. Evidentemente por ello, Ramón Doll decide participar en Agosto de 1938 de la fundación del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, un centro dedicado a revisar la historia argentina colocando el foco en la segunda mitad del siglo XIX, momento en el cual la facción vencedora (los liberales de Buenos Aires) comenzaron a narrar la historia oficial de la República Argentina. Inmediatamente el Instituto se constituye como una usina para el Pensamiento Nacional nucleando a figuras como Ernesto Palacio, Manuel Gálvez, Julio y Rodolfo Irazusta, Carlos Steffens Soler, Ricardo Font Ezcurra, Roberto de Laferrere, Alberto Ezcurra Medrano Alberto Contreras y José María Rosa. Destaco aquí que José María Rosa, meses antes, había participado de la fundación de otro Instituto de Estudios revisionistas en la Ciudad de Santa Fe: El Instituto de Estudios Federalistas[7].

En 1939 se publica, probablemente, una de las obras más significativas de Ramón Doll: Acerca de una Política Nacional. En ese libro profundiza sus críticas al liberalismo argentino. En 1943, Ramon Doll con un grupo de escritores, pensadores y estudiosos de tendencia nacionalista, algunos de ellos provenientes del catolicismo otros de extracción militar, se suma al armado de lo que será luego la Revolución de los Coroneles del 4 de junio de 1943.  A partir de junio de aquel año, Doll comienza a ocupar cargos en el  Estado[8]. Fue ministro de Hacienda en la intervención federal de la provincia de Tucumán, en 1944 es designado como Rector interventor de la Universidad Nacional de Cuyo. Durante las presidencias de Juan Domingo Perón ocupa varios cargos, por ejemplo, como asesor letrado de la Fiscalía de Estado de la Provincia de Buenos Aires, en la época que este organismo estuvo bajo la dirección de Arturo Enrique Sampay. También fue asesor letrado de Transportes de la Capital Federal. Al mismo tiempo, señala Darío Pulfer que Ramón Doll participa de la creación de la ADEA, Asociación de Escritores Argentinos, colabora en la Revista Sexto Continente y publicó notas en La Prensa, que en aquel entonces era uno de los órganos de difusión de la CGT[9].

Todos estos cargos y funciones cesan a partir del golpe cívico militar de 1955. Ramón Doll, como tantos otros pensadores nacionales, es incluido en las “listas negras” de la dictadura militar excluyéndolo de toda actividad intelectual posible.[10] A partir de esa fecha, señala Norberto Galasso: “Ramón Doll permanece vencido, recluido en su viejo caserón de la calle Junín. Allí, pasa largas horas en una sala sombría poblada de fantasmas.”[11]

3. Las Malvinas y las dos zonas privilegiadas

El texto comienza con una descripción de las Américas, que Ramón Doll divide en dos, dice: “Una, la tierra que comienza en el Atlántico y en el Golfo de Méjico, justo la extensión que ocupan los Estados Unidos de Norteamérica: otra, la cuenca del Rio de la Plata, que debía abarcar aún más territorio que el Virreinato así llamado.” Luego agrega: “ambas zonas del continente americano son dos bendiciones de Dios. Clima templado, tierras blandas, raudales inagotables, que arrastran desde los trópicos o desde los glaciares mediterráneos limos fecundos.”[12]

Me interesa señalar que Ramón Doll se diferencia de otros autores anteriores a su época (Sarmiento, Alberdi, Mitre) y contemporáneos (Juan B. Justo, Américo Ghioldi, José Ingenieros), que hablan de las razas como un determinante para el desarrollo de ese pueblo, como afirmaba José Ingenieros, “donde hay más blancos habrá más desarrollo”[13]. En cambio, para Ramón Doll es en los recursos naturales en donde se encuentra la piedra angular de todo lo posible para una Nación. Ahora bien, Ramón Doll señala que mientras: “Los vecinos del Norte no hicieron más que agrandarse, avanzaron hacia el oeste y hacia el sur, todavía corrieron al Pacífico, llegaron a Alaska, a Filipinas, entraron a buenas o malas en todo Centroamérica e hicieron del Mar Caribe un lago territorial. […] En la Cuenca del Plata no pudieron desenvolverse sino muy deficientemente.”[14] En este punto el autor se pregunta: ¿Qué ha ocurrido? ¿por qué esta diferencia de destino?, rápidamente ensaya una respuesta, afirma Doll: “La explicación es muy sencilla y debe hallarse en las reacciones y recelos de todo orden que la formación de naciones latinas y católicas provocaron en los pueblos de entonces.”[15]

4. Los Yanquis y Nosotros

Ramón Doll, como otros pensadores nacionales (Leopoldo Marechal, Manuel Ugarte, Fermín Chávez, Leonardo Castellani, Alberto Buela), pondera la tradición, historia y cultura de la “madre Patria” España. Allí encuentra el basamento espiritual, en otras palabras, expone la clave para comprender la identidad y entidad del Ser latinoamericano. Observo que Ramón Doll, en sintonía con lo que señalará unos años después la filósofa y pensadora Nacional Amelia Podetti (Villa Mercedes, 1928-1979), encuentra diferencias profundas entre la colonización de América impulsada por los europeos del norte y la desplegada por los europeos de la Península Ibérica. Advierto que en ambos casos refieren a un conjunto de valores, ideales, nociones y proyectos distintos. Se podría decir que hablan de una Cosmovisión anglosajona (o del Atlántico Norte) y otra Cosmovisión Ibérica (luego Iberoamericana). Dice Podetti: “La síntesis clásico-cristiana-musulmana (ocho siglos de guerra y de convivencia con los moros) genero consecuencias antropológicas culturales. […] un ámbito histórico cultural nuevo, uno de cuyos rasgos típicos procede del hecho de que esa creación cultural está inseparablemente acompañada por la evangelización.”[16]  Afirma Ramón Doll: “Este no era un pueblo de mercaderes, sino de soldados y de productores, que tenían una fe y podían redoblar su empuje imperial con el aliento de una honda aspiración religiosa sustentada por reservas económicas inagotables.”[17] En otra parte del texto escribe Doll: “Aquel territorio [aludiendo al Norte de América] se pobló mal. El plantel humano originario, formado por colonias mercantiles, es decir, por factorías de mercaderes que planeaban compañías comerciales. No anunciaba nada bueno. […]”[18]

Otra vez observo que mientras buena parte de los intelectuales de su época (José Ingenieros, Alejandro Korn, Aníbal Ponce, José Luis Romero) al mirar hacia atrás, al pasado colonial, todos ellos reprochaban a los españoles y a nuestros gauchos e indios por ser el germen de nuestros fracasos, Ramón Doll invierte totalmente esa ecuación. Escupe la cara de Benjamín Franklin, aquella que sonríe tibiamente en el billete de cien de dólares. Aborrece el modelo liberal con su progreso hacia la incultura, codicia, insatisfacción y el soborno. Dice: “Nosotros no podemos arrogar una representación más genuina de la civilización europea en América que cualquier yanqui fabricante de salchichas o de artículos de goma. Por lo demás, el progreso técnico no es más que un capítulo y muy insignificante de esa civilización que ha creado el chofer, sin duda, pero que no lo ha puesto en el pináculo ni en el grado primo de una escala de valores. ”[19]  

Párrafo aparte merece su antisemitismo. Para Ramón Doll, el imperialismo anglosajón actuaba en sociedad con los banqueros de religión judía. Doll, como otros de su tiempo, se encandilo con los brillos de las esvásticas alemanas. Como señala Galasso, en algún momento le jugó un pleno a la victoria del Nacional Socialismo en la guerra. Jugó y perdió. Pero vale detenernos en reflexionar sobre estas lecturas de Doll.

En relación al avance imperialista de los Estados Unidos escribe en este texto: “El inglés y el judío dominantes en los mares y en los bancos, en la diplomacia y en las bolsas de comercio, se acariciaban sus barbas rabínicas al contemplar aquel pichón de harpía o cachorro de chacal que tenía toda la vocación de la rapiña, de la avaricia, y del atraco que el siglo exigía.»[20] Hoy estas afirmaciones serían condenadas por todas las corrientes ideológicas existentes, ahora bien, debemos recordar que Ramón Doll escribió antes de la Segunda Guerra Mundial y antes del Holocausto. De hecho, tras la Guerra y el Holocausto, como señala Galasso, Doll no volvió a tener ninguna aparición pública más. Puede que en parte sea por el derrotero del antisemitismo y el Nacional Socialismo, puede que en parte haya sido porque estaba excluido tras el Golpe cívico militar al Presidente Juan Domingo Perón en 1955. Pero ¿De dónde surgían estos razonamientos? ¿por qué razón? Ramón Doll, escribe en aquella tormentosa década de 1930, años oscuros, en Argentina y en el mundo. Tras el colapso económico y financiero de 1929, muchos trabajadores quedaron desempleados. Desesperados, optaron por vender sus pertenencias y solicitar préstamos de dinero. Como señalan historiadores como Eric Hobsbawm o Ernest Gellner[21], muchos de los prestamistas eran de origen judío, la familia Rothschild por ejemplo amasado fortunas y se encontraba entre las más ricas de Europa durante aquellos terribles años. El Nacional Socialismo promovido por Adolf Hitler apuntó contra estos banqueros convirtiéndolos en los “chivos expiatorios” de todos los males del mundo. Ramón Doll por momentos siguió esta lectura, asociando a todo el pueblo judío con el capital financiero mundial. A sus ojos, los judíos representaban quienes vivían de la usura, aprovechándose de la miseria y la desesperación de los trabajadores.

Hoy, 82 años después, la historia ha demostrado que lejos de ser los culpables de los males del mundo el pueblo judío ha sufrido el sometimiento de los fuertes, quedando a merced de las decisiones de las potencias del Atlántico Norte, las vencedoras en aquella sangrienta Guerra. Perseguidos, torturados y asesinados por los Nazis primero, fueron  expulsados de Europa y llevados a poblar tierras ya pobladas por los palestinos después. Como en otras ocasiones, los socios del Norte se lavaron las manos con sangre (del pueblo Palestino y del judío).[22]           

5. Que significa el despojo de Malvinas

Leonardo Castellani (Reconquista, 1899-1981) en su libro El nuevo gobierno de Sancho (1942), escribe: “Hay dos argentinas, una con capital en Buenos Aires, otra en Malvinas.”[23] Ramón Doll, en línea con esta idea de Castellani, señala que el capitalismo británico tiene una intencionalidad política.

Recordemos el contexto en el cual escribe, en la década del treinta, la mayoría de las fuentes de energía estaban dirigidas por grupos empresarios desde Londres, París o Bruselas. Sin embargo, Doll encuentra otros planos en donde se ejerce la dominación, más ocultos, que se despliegan en simultáneo al dominio económico británico. Afirma: “El capitalismo británico es no sólo un hecho económico, sino que esta acoplado a una voluntad política de hegemonía y opresión que lo trasciende comprometiendo nuestra soberanía, inhibiendo actitudes del Estado Argentino y paralizando el natural desarrollo.”[24] Vale preguntarse en este punto, ¿Cómo ha sido posible? Ramón Doll afirma que con la anuencia, dice, “de los llamados organizadores de la Nación, los Sarmiento, los Mitre, los Alberdi, que prestigiaron una constitución anglosajona, lisa y llanamente, porque esa constitución perfeccionaría jurídicamente la entrega del país al extranjero.”[25]

Observo que nuevamente aparece la idea de infiltración de una Cosmovisión ajena, que digita la constitución del país para consolidar la dependencia. ¿A que hace referencia Ramón Doll? A la ausencia de leyes que defiendan la soberanía Nacional. Que protejan nuestros recursos naturales y las producciones industriales argentinas. Para Doll en la constitución de 1853 Lo que prima son las reiteradas menciones a la libertad que tienen los inversores extranjeros para prosperar con nuestros recursos. En otras palabras, Doll deja al descubierto la libertad vacía que se propone en la ley suprema de nuestro país. Bien sabemos, desde la Revolución Francesa, que esa libertad sólo es disfrutada por los centros de poder económico, parafraseando a Doll, el término libertad debería incluso escribirse en otro idioma.

A pesar de todo, Ramón Doll remarca la historia de enfrentamientos que tiene nuestro pueblo con los anglosajones, desde antes de nuestra Revolución de Mayo ya los  habíamos combatido y vencido en dos oportunidades, luego se produjo la ocupación de las Malvinas y la resistencia de nuestros guachos, con Rivero a la cabeza, después los bloqueos y la Batalla de la Vuelta de Obligado. En los tiempos que escribe Ramón Doll, la atmosfera de la dependencia económica británica es sofocante. Justamente por esa razón afirma: “Ya podemos comprender perfectamente cuál es la función específica del dominio inglés de las Malvinas. Con respecto a la Argentina sirven como una advertencia muda, como de un gesto simbólico del señorío sobre nuestro país. Desde el archipiélago malvinero, un inglés fue apostado ahí para que constantemente nos hiciera un signo imperativo de silencio y sumisión respecto a la situación de colonia vergonzante con que nos tiene subordinados.”[26]

En ese sentido, encuentro que para Ramón Doll la Cuestión Malvinas en 1939 era una Cuestión central. Dice: “Las Malvinas son en manos de Inglaterra algo así como la fianza o si se quiere la prenda o el arras que simboliza la venta total de la soberanía Argentina”, luego agrega: “Habría que plantear directamente como problema nacional la vindicación de las Malvinas, como cuestión previa, como nudo vital de nuestra emancipación integral.”[27]

Ramón Doll hace 82 años y bajó un escenario sombrío llamaba a recuperar las Malvinas. Entendía que era una cuestión pendiente, como una obra reconquistadora de lo que él llama: “la Soberanía pura”. Ahora bien, Ramón Doll con este texto, colmado de un sentimiento Nacional, ejerce con su queja nuestra Soberanía. Nos deja una serie de nociones para pensar, ideas que vislumbran una tradición de lucha por nuestras Islas. Nos incita a volver a pensarnos desde una Cosmovisión propia en donde los problemas son otros, en el sentido de ser diferentes a los que aparecen en las tapas de los diarios como en la mayoría de los medios hegemónicos de comunicación. Comenzar por no aceptar una Cosmovisión que es ajena es un buen comienzo. Ramón Doll nos enseña que recuperar nuestra conciencia Nacional, nuestra Cosmovisión,  es la mejor forma de luchar por nuestra Soberanía.     

Notas:

[2] Doll, Ramón, “Las Malvinas, cuestión previa”, en Hacia la liberación, Buenos Aires, Editorial del Renacimiento argentino, 1939, p. 16.

[3] Si bien es un autor que ha sido considerado como uno de los críticos más filosos del llamado “Nacionalismo argentino”, no he encontrado muchos trabajos sobre su persona. En realidad, sólo hallé un libro dedicado a la obra y vida de Ramón Doll, es de Norberto Galasso y se titula: Ramon Doll. Socialismo o Fascismo (Buenos Aires,  Centro Editor de América Latina, 1989). En este trabajo Galasso recorre minuciosamente sus ideas, críticas, polémicas, ensayos e intervenciones políticas en los diferentes ámbitos culturales que frecuento Doll. Luego, encontré un puñado de autores que se han detenido a estudiar algunos aspectos de su obra, como es el caso de su amigo y compañero del Instituto de Investigaciones históricas Juan Manuel de Rosas, Julio Irazusta, quien le realiza una hermosa semblanza  en un libro especial con sus principales trabajos que la editorial Dictio publicó en su Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino: Doll, Ramón, Acerca de una Política Nacional [y otros ensayos], Buenos Aires, Dictio, 1975. En el 2008, Alfredo Mason dictó una conferencia en el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas en donde recorría la obra de Ramón Doll, disponible en: https://pensamientolatinoamericanoblog.wordpress.com/2016/09/22/ramon-doll-un-francotirador-nacional-y-popular/;  Aritz Recalde en su: Cuaderno de Trabajo N° 20 del Centro de Estudios Juan José Hernández Arregui (CEHA), de mayo de 2018, también realizó un interesante trabajo sobre la aguda crítica de Ramón Doll a los medios de comunicación. Marcela Croce, en el 2012, realiza un capítulo titulado: “Víctimas de la policía: los ensayos críticos de Ramón Doll”, en: Rosa, Nicolás (Editor). Historia del ensayo argentino. Intervenciones, coaliciones, interferencias. Madrid-Buenos Aires, Alianza Editorial, 2002. Otro conjunto de autores que lo han recuperado, son aquellos que se han abocado a realizar distintas aproximaciones al ideario Nacional o Pensamiento Nacional: Enrique Zuleta Álvarez, El Nacionalismo Argentino [2 tomos], Buenos Aires, Ediciones La Bastilla, 1975; Alberto Buela, Aportes al Pensamiento Nacional, Buenos Aires, Ediciones Cultura et Labor, 1987; Fermín, Chávez, El Pensamiento Nacional. Breviario e ideario, Buenos Aires, Nueva Generación, 1999; Pestanha, Francisco y Bonforti, Emmanuel, Introducción al Pensamiento Nacional, Remedios de Escalada, UNLa, 2014.  Más recientemente, en el 2018, mi amigo Marcos Mele, publico un excelente trabajo sobre la obra de Ramón Doll y su relación con los intelectuales de su época, disponible en: http://vientosur.unla.edu.ar/index.php/ramon-doll-y-su-obra/ y Darío Pulfer, en el 2020, en una extraordinaria labor de digitalización, puso a disposición de todos nosotros, algunos de los ensayos más relevantes de Ramón Doll, en: http://cedinpe.unsam.edu.ar/content/pulfer-dario-notas-y-criticas-de-ramon-doll-1943-1955.

[4] Este dato, debería ser revisado, según Norberto Galasso, Ramón Doll estudió en La Plata (no encontré aún otro dato más preciso sobre la Universidad en donde se recibió de abogado), Galasso menciona “una llegada” al mundo literario de Buenos Aires, “un primer encuentro” con el grupo de Boedo: Álvaro Yunque, Elías Castelnuovo, Ricardo Molinari. De allí, induzco que no frecuentaba estos ámbitos antes de 1927.

[5] Doll, Ramón, Liberalismo. En la literatura y en la Política, Buenos Aires, Claridad, 1934; Las mentiras de Sarmiento, Buenos Aires, Editorial La Federación, 1952;

[6] Doll, Ramón, “Las ideas políticas en Argentina”, por José Luis Romero, en: Revista del Instituto de Investigación Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Número 15-16, Año 1951, pp. 

[7] Instituto Bibliográfico Antonio Zinny,  Historiografía Argentina y rioplatense, Buenos Aires, 1982; Barreiro, José, El espíritu de mayo y el Revisionismo Histórico, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1955.

[8] El escritor, Gustavo Martínez Zuviría (Seudónimo, Hugo Wast, Córdoba 1883-1962) que ocupa el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública; Héctor LLambías, ocupa una Secretaría de Estado; Bonifacio del Carril  (Buenos Aires, 1911-1994) ocupa la Secretaría en el Ministerio del Interior y Ramón Doll con Federico Ibarguren y H. Bernardo integran la intervención a la Provincia de Tucumán.

[9] Pulfer, Dario, “Notas y críticas de Ramón Doll (1943-1955), en: El Peronismo en sus fuentes, Ficha de trabajo Diciembre 2020, Buenos Aires,  p. 3.

[10] AAVV, Quien es quien en la Argentina: Biografías contemporáneas, Buenos Aires, Krapf, 1941, p. 219.

[11] Galasso, Norberto, Ramón Doll: socialismo o fascismo, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1989, pp. 137-138

[12] Doll, Ramón, “Malvinas, Cuestión previa”, en Hacia la liberación, Buenos Aires, op., cit., p. 9

[13] Ingenieros, José, La evolución Sociológica Argentina. De la barbarie al Imperialismo, Buenos Aires, Talleres Rosso, 1918.

[14] Ibídem, p. 10.

[15] Ibídem, p. 11

[16] Podetti, Amelia, “La irrupción de América en la historia”, en Revista Hechos e Ideas, Buenos Aires, Noviembre-Diciembre, 1981, p. 41.

[17] Doll, Ramón, “Malvinas, Cuestión previa”, en Hacia la liberación, op., cit., p. 13.

[18] Ibídem, p. 14.

[19] Ibídem, p. 15.

[20] Ibídem, p. 17.

[21] Hobsbawm, Eric, Naciones y nacionalismo, Buenos AIRES, Crítica, 2012; Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 2007; Gellner, Ernest, Naciones y nacionalismo, Buenos Aires, 1991;

[22] Chomsky, Noam y Pappé, Ilan, Conversaciones sobre Palestina, Buenos Aires, Marea Editorial, 2016; Bregman, Ahron, La ocupación. Israel y los territorios palestinos ocupados, Buenos Aires, Crítica, 2014. Kramer, Gudrum, Historia de Palestina. Desde la conquista otomana a la fundación del Estado de Israel, Madrid, Siglo XXI, 2007.

[23] Castellani, Leonardo, El nuevo gobierno de Sancho, Buenos Aires, El Ateneo, 1942. 

[24] Doll, Ramón, “Malvinas, Cuestión previa”, en Hacia la liberación, op., cit., p. 16.

[25] Ídem.

[26] Ibídem, p. 19.

[27] Ibídem, p. 20.

Facundo Di Vincenzo. Profesor de Historia –Universidad de Buenos Aires, Doctorando en Historia– Universidad del Salvador, Especialista en Pensamiento Nacional y Latinoamericano –Universidad Nacional de Lanús, Docente e Investigador del Centro de Estudios de Integración Latinoamericana “Manuel Ugarte”, del Instituto de Problemas Nacionales y del Instituto de Cultura y Comunicación. Columnista del Programa Radial, Malvinas Causa Central, Megafón FM 92.1, Universidad Nacional de Lanús.