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Periodismo, MPN y mafia

Fuentes: Rebelión

Hace diez días, una familia de la localidad de Centenario fue víctima de la «inseguridad» mediante el acceso de un grupo de personas a su hogar, el robo de documentación y elementos de trabajo y, como frutilla del postre, el incendio de la vivienda. Uno de los integrantes de esa familia es el periodista Mario […]

Hace diez días, una familia de la localidad de Centenario fue víctima de la «inseguridad» mediante el acceso de un grupo de personas a su hogar, el robo de documentación y elementos de trabajo y, como frutilla del postre, el incendio de la vivienda. Uno de los integrantes de esa familia es el periodista Mario Sánchez, quien trabaja en la radio municipal de dicha localidad y como corresponsal de la radio LU5 de Neuquén Capital.

Luego de este suceso, nuevamente la familia recibió dos ataques. En la primera oportunidad, desde el exterior de la casa vecina le arrojaron botellas con líquido inflamable.  Y, para que no queden dudas de la intencionalidad de estos hechos, el sábado  tiraron un ladrillo a su terreno envuelto con un papel que mostraba una explícita amenaza: «El que ataca al MPN muerte» y una foto del actual gobernador, reelecto y ahora aliado con el gobierno nacional, Jorge Augusto Sapag.

No sería creíble que el mismo gobernador mandara una «advertencia» que lo deje en semejante evidencia, con foto y todo, pero el MPN es una mafia y en esa afirmación no existe novedad. Sapag, inmediatamente, apareció en los medios repudiando lo acontecido con el periodista. Sin embargo no hizo ningún mea culpa sobre su partido.

Estamos en democracia. Eso debería significar, entre tantas otras cosas, que como periodistas podemos actuar con total libertad, investigar lo que nos parezca oportuno y denunciar todas las injusticias, tramoyas e irregularidades con las cuales nos topemos. Sin embargo, Mario Sánchez no puede afirmar lo mismo. Para él, su profesión le está valiendo el trastorno de su familia, la pérdida de elementos de trabajo y documentos y, por si esto fuera poco, la incertidumbre sobre qué pasará mañana.

La prensa no puede trabajar bajo amenaza. Acallar las voces del periodismo  es dejarse en total evidencia, es decir en voz alta que hay cosas que la sociedad no debe saber, porque no conviene que se sepan, porque son demasiado oscuras. El MPN se impuso hace unas semanas como gobierno una vez más, siendo el único partido que ha gobernado esta provincia en su historia. El partido que quiere mantener todo bajo control, los ricos y los enriquecibles, los pobres a un costado y la clase media tambaleando según los precios ajustados al valor de los sueldos petroleros. Las y los periodistas quietos, sin molestar, sin investigar demasiado.

Ya mataron a un maestro, pero no lograron la inacción del pueblo. Ya mataron a muchas mujeres, hombres y niños de hambre, pero no lograron que se resignen. No vamos a permitir que pasen por encima del periodismo, que se filtren entre la información y la verdad con agresiones dignas de una dictadura. Hoy, por Mario Sánchez. Mañana por toda la sociedad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.