Argentina se encuentra en las vísperas de grandes conflictos por la aplicación del ajuste concertado por el gobierno de Macri con el Fondo Monetario Internacional. Las movilizaciones en la calle se suceden en forma cotidiana, mientras todos los especialistas diagnostican un agravamiento de la crisis económica y un creciente deterioro social. En este contexto conversamos […]
Argentina se encuentra en las vísperas de grandes conflictos por la aplicación del ajuste concertado por el gobierno de Macri con el Fondo Monetario Internacional. Las movilizaciones en la calle se suceden en forma cotidiana, mientras todos los especialistas diagnostican un agravamiento de la crisis económica y un creciente deterioro social. En este contexto conversamos con Claudio Katz y Eduardo Lucita, que son dos conocidos integrantes de EDI (Economistas de Izquierda) sobre las alternativas en debate.
MH: En distintos artículos han señalado las dificultades del escenario económico y político actual ¿Para Uds. por dónde pasa el debate actual?
CK: Es evidente que no existe ninguna posibilidad de superar el dramático horizonte que afronta el país sin rechazar en forma categórica el acuerdo con el FMI. El sometimiento a ese convenio debe ser impedido antes de su afianzamiento como regla de futuro, no olvidemos que el acuerdo alcanza a los 36 meses, es decir, que condicionará también al próximo gobierno cualquiera sea. El FMI no ha cambiado y las fantasías sobre su nueva sensibilidad social han sido refutadas por sus políticas de ajuste en todos los países.
EL: En este sentido pensamos que formalizar una convocatoria a desarrollar una campaña conjunta de actividades por la ruptura del acuerdo con el FMI, puede ser una posibilidad. De esa forma se podría instalar un programa de emergencia que abra el camino a transformaciones más profundas. Se podría plantear el conjunto de medidas indispensables para enfrentar la grave situación económica, siguiendo el principio que las consecuencias de la crisis deben recaer sobre sus causantes y no sobre el pueblo.
MH: ¿Qué formas concretas tendría esa convocatoria?
CK: Podría ser concertar un acuerdo entre entidades, corrientes y agrupaciones de economistas, para coincidir en un programa de actividades y de propuestas en común. La idea podría ser formar una suerte de Coordinadora de economistas contra el FMI. De esa forma podríamos acompañar la resistencia social y política al pacto con el Fondo, que ya se expresa en múltiples documentos, pronunciamientos y actos de protesta, no es ajeno a ello el nuevo rol que se le quiere asignar a las FF AA. Creo que podríamos aportar con nuestro conocimiento a la batalla cultural en curso para demostrar que el ajuste no es inevitable y que existen otras alternativas para superar la crisis actual. Otro camino a seguir.
MH: ¿Ven viable esa propuesta?
EL: Lo pensamos como una posibilidad y nos apoyamos en la complejidad y, sobre todo, en las perspectivas que está tomando la crisis, que son realmente preocupantes. Desde hace algunas semanas el BCRA ha logrado mantener estable el tipo de cambio pero a un costo muy alto en tasas de interés y en el cambio de deuda en pesos (Lebacs) por deuda en dólares (Letes), lo que abre el interrogante sobre la sustentabilidad de la deuda de corto plazo, algo que ya advirtió el propio FMI.
El presidente Macri en su reciente conferencia de prensa, en la que no dijo nada sustantivo, cambió la caracterización de turbulencia a tormenta, como diciendo que es más profundo el problema. Tanto él como sus funcionarios se niegan a hablar de crisis, pero es indudable que estamos en una crisis, y no menor. Incluso la directora del FMI vino para la reunión ministerial del G20, pero no era necesario que lo hiciera acompañada de todo su staff, incluso del economista que está a cargo del caso argentino (NR: Roberto Cantarelli), vinieron a ver qué estaba pasando, a auscultar el ambiente económico y político.
CK: Efectivamente puede considerarse que fue una misión adelantada del Fondo, incluso en otra conferencia Christine Lagarde advirtió que las metas de inflación y fiscales estaban para cumplirse.
A lo dicho por Eduardo agregaría que l os dueños del poder también advierten el posible incumplimiento de las metas acordadas con el FMI. Se perfilan dos escenarios: una regresión controlada o un estallido inmanejable. El primer contexto repetiría lo ocurrido en Grecia y el segundo lo padecido en el 2001.
EL: Desde lo económico me parece que al tener un tipo de cambio flotante las devaluaciones operan como válvula de escape. Recordemos que ya hubo tres en pocos años -2014, 2015 y ahora- distinto a Grecia que el Euro (como también la convertibilidad en tiempos de De la Rúa) ejerce un presión hacia abajo permanente, por lo que me parece que el escenario más probable es el del ajuste permanente, ahora desde lo social sí puede haber un 2001, porque las tensiones sociales se van acumulando y la recesión recién está comenzando.
Es necesario suspender el pago de la deuda
MH: Pero el gobierno dice que el año que viene la economía repuntaría.
EL: Sí, si el tiempo acompaña la cosecha será buena y hay que ver la situación internacional que por el momento no ayuda, si se recupera el precio de la soja, si mejora económicamente Brasil, si baja el precio del petróleo… Pero lo cierto es que hoy una cosecha no alcanza, incluso con la baja de las retenciones la contribución al fisco sería menor y además ¿cuándo ingresarían esos dólares si no se les impone un plazo para hacerlo?
MH: ¿Y entonces qué contenidos concretos tendría esa convocatoria?
CK: Para evitar los despidos masivos, la pulverización del salario y la contracción del nivel de actividad, la enajenación de nuestra soberanía y la sumisión al sistema financiero internacional es necesario suspender el pago de la deuda. Esa decisión es imprescindible para cortar el festival especulativo con títulos públicos y para reducir las altísimas tasas de interés que sofocan la actividad productiva. Permitiría utilizar en forma racional los escasos dólares que ingresan al país. También serviría para revisar el estado real del endeudamiento. Urge una auditoría integral de la deuda comenzando por las operaciones concertadas por el gobierno Macri.
EL: Esas medidas son necesarias porque en los últimos meses se consumó una monumental salida de dólares. El dinero que falta en las escuelas y hospitales se esfumó del país por la ausencia de controles al movimiento de capitales. Para contener ese drenaje habría que instaurar el control de cambios, junto a rigurosas disposiciones de supervisión estatal del ingreso y la salida de fondos. Sin ese manejo no hay forma de contener realmente las corridas cambiarias y la economía nacional continuará navegando a la deriva.
CK: Es indispensable retomar el principio de soberanía en el uso de las reservas, que el gobierno ha delegado a los funcionarios del FMI. Ellos garantizan la libre flotación del dólar provocando interminables temblores de la economía.
Junto a la introducción del control de cambios es necesario regular todo el movimiento de divisas. La obligatoriedad de liquidar en el país las divisas de exportación, en un plazo máximo de 30-90 días debe ser restaurada de inmediato.
MH: ¿Pero estas medidas no requerirían algún tipo de acción oficial sobre el sistema financiero?
CK: Sin dudas. La experiencia indica que junto a la protección de los recursos financieros hay que establecer un riguroso control estatal de los préstamos y depósitos de los bancos. Esta decisión es urgente, puesto que el gobierno ha comenzado a traspasar la insolvencia fiscal a las entidades, mediante la mayor colocación de bonos de dudosa cobrabilidad. El control estatal de los bancos es la única forma de contrarrestar esas aventuras protegiendo al pequeño ahorrista.
La misma urgencia presenta la protección del Fondo de Garantía Y Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, que es el principal botín que quiere incautar el FMI. El gobierno le colocó bonos depreciados mientras utilizaba los dólares de las reservas para financiar las fugas de capital. El FGS es la joya de la abuela que se intenta rematar con los mismos procedimientos utilizados por Menen. Es la gran presa apetecida por los acreedores y por los grandes grupos nacionales que quieren recuperar las acciones que tienen en la ANSES. De esa forma esperan enterrar cualquier resabio de participación estatal en sus compañías. El FMI exige que se afronte el gasto corriente de las jubilaciones con los recursos del FGS. Con esa decisión la reserva se extinguiría en poco tiempo y quedaría abierto el camino para reintroducir los fondos privados de pensión.
El bache de las cuentas públicas fue potenciado en el último bienio
MH: Pero el gobierno argumenta que la causa de la crisis es el desequilibrio de las cuentas públicas y que la solución es reducir ese desbalance….
EL: Ellos pretenden circunscribir todo el temblor actual a un problema fiscal y suponen que se resuelve desde el gasto y no de los ingresos. Por eso acusan a la población de originar el déficit, ocultando que el bache de las cuentas públicas fue potenciado en el último bienio. Transformaron los problemas precedentes en una crisis fiscal. Para favorecer a los grandes grupos se eliminaron las retenciones al agro y la minería. Por eso es impostergable la reimplantación de esas cargas. Junto a esa reintroducción correspondería restaurar los gravámenes a los bienes suntuarios, ampliando las escalas de Bienes Personales y Ganancias.
El mismo principio debería regir el reordenamiento del monotributo junto con revisar todas las exenciones impositivas y la reimplantación de los aportes patronales eliminados.
Para afrontar la durísima situación actual se impone, además, la adopción de un impuesto extraordinario a los ganadores del modelo y a las grandes fortunas. También a los depósitos off shore. Esas tenencias deberían ser una de las principales fuentes de recaudación adicional. Contienen dinero generado en el país transformado en activos radicados fuera de nuestras fronteras. Luego del último blanqueo resulta posible utilizar los archivos de la AFIP para instrumentar esta medida.
CK: Además, yo diría que el oficialismo focaliza la crisis en el desbalance fiscal para ocultar la gravedad del desequilibrio externo. Con desgastados pretextos de eficiencia facilitó el indiscriminado ingreso de importaciones, generando el mayor déficit comercial de la historia, El fomento de la especulación financiera condujo, además, a una apreciación cambiaria que deterioró las exportaciones. También desguarneció a la economía frente a las adversidades externas. Sin administración del comercio es imposible revertir esos problemas. Medidas más drásticas de control estatal de las importaciones y exportaciones serían también necesarias para rehabilitar la economía.
Esas iniciativas deberían facilitar la recomposición del tejido social, comenzando por quitar el IVA a los artículos de primera necesidad y la distribución gratuita de alimentos entre los sectores empobrecidos. Frente a la pesadilla inflacionaria que se agravará en los próximos meses, proponemos el control estatal de los precios. La efectividad de esa regulación depende de la firmeza en su aplicación, recurriendo especialmente a las normas vigentes que permiten penalizar las remarcaciones y el desabastecimiento. El éxito de esa acción depende de la participación de los consumidores, especialmente de las organizaciones sociales.
La destrucción del salario y de las condiciones de trabajo es el corazón del acuerdo con el FMI
MH: ¿Qué se podría hacer para evitar el inminente deterioro de los sueldos y el peligro de un gran desempleo?
EL: Es indudable que la destrucción del salario y los ingresos populares, de las condiciones de trabajo, es el corazón del acuerdo con el FMI, por eso una nueva reforma laboral y el ataque a los sindicatos. Esta agresión podría ser revertida con aumentos de emergencia y reapertura de paritarias libres y la defensa de los Convenios colectivos. También programan el despido masivo de empleados públicos para generalizar el desempleo y debilitar la resistencia social.
Una ley prohibiendo los despidos y suspensiones durante dos años es la única forma de cortar la perspectiva del paro masivo, que asumirá mayores proporciones con el inicio de la recesión en el sector privado. Que debe complementarse con el control del cumplimiento efectivo de la jornada legal de 8 horas, en camino a la reducción de las horas de trabajo, la igualdad de género en relación al salario y las condiciones de trabajo y el cupo laboral para trabajadores/as trans.
CK: No olvidemos además que los atropellos en curso incluyen la continuidad de los tarifazos que asfixian a las familias y quebrantan a las pequeñas empresas, ya se anunciaron nuevos aumentos en luz, gas y combustibles y hoy nos enteramos de los nuevos precios de los boletos del transporte. Su justificación en futuras inversiones queda refutada por enormes ganancias de los concesionarios, que no se traducen en mejoras del servicio. Para encubrir ese desfalco los costos de las empresas se mantienen en un invariable secreto. Hay que hacer públicos esos costos.
Yo creo que los tarifazos son tan inadmisibles como la denigración de los subsidios. Se oculta que estas subvenciones existen en todos los países y cumplen una estratégica función de apuntalar el consumo y la producción. Proponemos retrotraer las tarifas a noviembre pasado y suspender los aumentos mientras dure la crisis. Posteriormente deberá discutirse una evolución acorde al incremento del salario. Esa decisión también implica revisar los contratos y eliminar la garantía en divisas. La dolarización de las tarifas conduce al colapso de la economía.
MH: Para terminar ¿cuán grave es la recesión que está comenzando?
EL: Después de dos años de anémico vaivén del PBI se perfila una recesión de grandes proporciones, que se agravará con los recortes que impone el acuerdo con el FMI a la obra pública. Fijate que algunos consultores de cuño neoliberal (Broda, Santángelo, Ecolatina) ya comienzan a pronosticar para este año una caída del PBI de entre -0.5 y -1%, cuando se venía hablando de 0.4 ó 0.5 positivo. El drástico freno ya comenzó con la sub ejecución del presupuesto. Este dramático resultado no es inexorable si se implementa un plan de recuperación de la economía, basado en obras públicas y créditos a las PYMES.
CK: Aunque el gobierno se empeñe en demostrar que la crisis es un azaroso efecto de tormentas externas, herencias de la gestión anterior o conductas de la sociedad, salta a la vista la responsabilidad de su modelo neoliberal centrado en la libertad de mercado. Ese esquema ha recreado los típicos desequilibrios de la apertura comercial, la desregulación financiera, la precariedad laboral y el desbocado endeudamiento.
EL: Es más grave que una recesión, incluso La Nación recoge comentarios de Wall Street que hablan de que la recesión sería más prolongada. Para salir de esta encrucijada para la que el gobierno no tiene más margen de maniobra que ratificar el rumbo, hay que señalar otro camino. Creo hemos aportado ya algunos elementos para esto pero, sobre todo, es necesario coordinar y aunar esfuerzos, con el mayor desprendimiento de apetencias personales, de grupos o de partidos. El movimiento de mujeres, un movimiento de movimientos, es un ejemplo a seguir. Diría pensar menos en el 2019 y más en que este es el momento de actuar de conjunto para evitar que la sociedad termine instalándose en la crisis. Ahora es cuando.
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