Recomiendo:
0

Semana corta y de asunción del nuevo gobierno de CFK

Problemas locales y globales

Fuentes: Rebelión

Debido a los dos días feriados del 8 y 9 de diciembre, tenemos una semana corta en la Argentina, con muchas definiciones para pensar la economía que se viene, no solo por anuncios locales, sino también por la continuidad y gravedad de la crisis, especialmente en Europa y EEUU. Veamos los fenómenos locales. A pocos […]

Debido a los dos días feriados del 8 y 9 de diciembre, tenemos una semana corta en la Argentina, con muchas definiciones para pensar la economía que se viene, no solo por anuncios locales, sino también por la continuidad y gravedad de la crisis, especialmente en Europa y EEUU.

Veamos los fenómenos locales. A pocos días de instalarse el nuevo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) se develará a los integrantes del equipo económico y con ello algunas hipótesis sobre continuidades y rupturas. Entre estas últimas, se empezaron a elucidar luego de las elecciones de octubre, y están en proceso de desarrollo, especialmente la eliminación de los subsidios a los servicios de agua, luz y gas.

Es casi una rutina semanal las conferencias de prensa del gobierno otorgando precisiones sobre un proceso que por ahora no alcanza al 10% del total de subsidios, pero que se reconoce se ampliará con el correr del tiempo.

La incógnita se irá develando a medida que transcurra el nuevo gobierno, reconociendo que tendrá impacto sobre los sectores medios, restringiendo otras posibilidades de consumo.

Es cierto que por ahora, los anuncios afectan a empresas y residentes que conforman la elite económica, y se reconoce la imposibilidad de sostener una política generalizada de subsidios, especialmente en la zona metropolitana, asumida como una discriminación hacia el resto del país.

La preocupación pasa también por la incidencia en los precios, con aumentos en diferentes rubros y que afectan la evolución y el crecimiento de la economía argentina en momentos de pronósticos a la baja de la expansión mundial.

Situación fiscal y del comercio exterior

Hay que reconocer que la motivación sustancial alude al cambio de la situación fiscal, que hace tiempo dejó de ser holgada y se comenzó a transitar por zona de déficit, lo que se agrava con las necesidades de divisas para atender los pagos de la deuda pública.

La falta de divisas está motorizada por una tendencia a la disminución del superávit comercial. Como forma de enfrentar la situación se destacan las conversaciones sostenidas la pasada semana entre las presidentes de nuestro país y Brasil en Caracas, en ocasión de realizarse la reunión de la CELAC.

Es que Brasil es, desde hace mucho tiempo, el principal socio del comercio exterior de la Argentina, y acumula durante los años de crecimiento (2003-2011) importantes déficit del balance comercial, especialmente agravado con la expansión de la producción automotriz.

Como la producción de autos es una industria de ensamble, la mayor fabricación supone el ingreso de mayores volúmenes de autopartes, contribuyendo así al deterioro de las cuentas externas. Solo el 23% de las autopartes son de producción local, mientras que el 77% restante son importadas. Se estima que el déficit comercial de autopartes puede llegar este año a casi 8.000 millones de dólares.

La gravedad del asunto incide en la pérdida de puestos de trabajo de una tradicional actividad industrial, que por las modificaciones estructurales de industria de armado, tiende a desaparecer empresas pequeñas y medianas de tradición en el sector.

Entre las preocupaciones locales figura también el elevado costo del dinero producto en la coyuntura de las medidas adoptadas para restringir a compra venta de divisas. El costo del crédito aparece elevado y conspira con la necesidad de mantener elevado el nivel de actividad y consumo.

Preocupaciones por la crisis mundial

En el ámbito global se esperan decisiones de peso en Europa, cuando ya se conocen importantes ajustes en la economía italiana, por disminución de gastos sociales del Estado, principalmente en salarios y asignaciones previsionales, como restablecimiento de impuestos e incrementos de alícuotas, caso del IVA.

Se trata de unos 24.000 millones de euros, unos 32.000 millones de dólares. Una mitad son recortes y el resto para la promoción y el crecimiento de la actividad económica. Decisiones graves asumidas en día domingo en la perspectiva de continuar eliminando el «Estado de Bienestar» europeo. Lo previsible es el descontento y el conflicto social especialmente motorizado por los sindicatos.

La imagen del ajuste italiana anticipa otras decisiones importantes en la semana sobre la continuidad de la zona euro, por lo menos, tal como se la conoce hasta ahora. Entre las principales decisiones aparece la política fiscal conjunta y la necesidad de involucrar al Banco Central Europeo en el salvataje de las impagables deudas públicas.

El problema es que ya no se trata de una crisis en la periferia europea, sea Grecia o Portugal, sino que se instala en la tercera potencia de la zona del euro, Italia, y compromete a las hegemónicas, Francia y Alemania, especialmente por el carácter acreedor de sus sistemas bancarios.

La «austeridad» es hegemónica en la política europea y eso preocupa por el horizonte recesivo que devuelve. Por ese lado debe analizarse la gira del responsable del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, recorriendo las principales plazas del viejo continente en encuentros con los titulares de economía y los bancos centrales.

El mensaje de EEUU pasa por animar a una mayor intervención estatal con involucramiento de las autoridades económicas y monetarias para sostener el nivel de actividad europeo que afecta gravosamente la continuidad y profundidad de la crisis mundial del capitalismo.

Por la crisis mundial, el capitalismo, en el diagnóstico estadounidense, requiere de una fortísima intervención estatal, para sostener con recursos fiscales, aún con mayor deuda, la actividad económica, de lo contrario el horizonte recesivo puede transformarse en depresión. Más aún, lo que preocupa es el descontento y posible escalamiento de la conflictividad social.

Muy cerca está el 2009 y su recesión mundial, temida en estas horas como pronóstico para el 2012. La recesión europea y la desaceleración estadounidense preocupan a China, la «fábrica del mundo», que teme por la reducción de las compras desde el resto del mundo, en especial de los principales compradores de Europa y EEUU, lo que afecta la continuidad del crecimiento del gigante asiático y su carácter de locomotora del crecimiento mundial.

Entre otras cuestiones, es una situación que alimenta la conflictividad en China por paros productivos o relocalizaciones y readecuaciones de una producción a la que se le achican los mercados donde colocar su producción, no siendo tan evidente el reemplazo de un mercado externo altamente solvente por uno interno, masivo, sí, pero de menor capacidad de consumo.

Lo global incide en lo local

Como se puede apreciar, el problema para la Argentina no es solo la desaceleración de Brasil, principal socio comercial del país. China se convirtió en el otro gran vínculo comercial.

Las perspectivas de la economía mundial inciden a la hora de pensar el futuro cercano de la evolución económica del país. Por eso, las perspectivas de análisis tiene un ojo centrado en las decisiones locales, y otro mirando al exterior. Las perspectivas son de crecimiento de la cosecha con gran volatilidad de precios, no siendo tan clara la continuidad de precios internacionales en alza.

Queda claro que la situación mundial no resulta ajena en la evolución económica local. Que lo que está en discusión es el capitalismo mundial y sus formas de producción y relaciones sociales, algo que necesita estar más presente en el debate del orden económico local y regional.

Con la CELAC se potencian los vínculos políticos regionales. Resta avanzar en mayores articulaciones productivas, económicas y financieras que le otorguen volumen e independencia a la región en un momento de potenciación de la crisis mundial.

Son reflexiones para pensar el presente y futuro del país, su inserción regional y global. El capitalismo en crisis es motivo de discusión y de incertezas, que demanda un debate en profundidad sobre el modelo productivo y de desarrollo.

Es una cuestión que apareció en la discusión entre los gobiernos regionales en la CELAC, con algunos radicando sus objetivos y rumbos en la recreación de las políticas liberalizadoras y de acercamiento a los centros de poder mundial, especialmente EEUU; y otros llamando la atención sobre las necesidades de pensamiento y prácticas independientes con horizonte de emancipación.

Resulta de rigor destacar que existieron opiniones que transitan un discurso más allá de una u otra de las variantes sustentadas, entre ellas, las de la Argentina.

 



Julio C. Gambina es Profesor de Economía Política en cursos de grado y posgrado de la Universidad Pública en la Argentina, en Brasil, México, Chile y Colombia. Doctor en Ciencias Sociales de la UBA. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.