Tal como se escuchó en la última audiencia del juicio a los responsables de la masacre de Avellaneda: «La organización e integración en el reclamo por parte de grupos piqueteros, Asambleas Barriales, ONGs y otros constituía una amenaza para la estabilidad de la democracia». Lo dijo Carlos Soria, ex jefe de la SIDE, en referencia […]
Tal como se escuchó en la última audiencia del juicio a los responsables de la masacre de Avellaneda: «La organización e integración en el reclamo por parte de grupos piqueteros, Asambleas Barriales, ONGs y otros constituía una amenaza para la estabilidad de la democracia». Lo dijo Carlos Soria, ex jefe de la SIDE, en referencia a los días previos al 26 de junio de 2002. Hoy parece no haber cambiado este concepto en relación con la unidad de las organizaciones sociales y su trabajo solidario, con el que sostienen comedores, copas de leche, emprendimientos productivos, talleres de capacitación laboral y actividades artísticas y culturales.
Solo desde este razonamiento corporativo de los políticos, quienes ven en la unidad de las organizaciones populares una amenaza para sus intereses, se entienden las intimidaciones y agresiones incrementadas en la medida que avanza la campaña por la proximidad de las elecciones.
Estos son solo algunos de los últimos «aprietes» y agresiones sufridas por distintas organizaciones:
– El 31 de mayo de 2005 se produjo una salvaje agresión a Adrián Rastapkelvich, de la asamblea barrial de San Telmo, quien recibió una puñalada en un pulmón de parte de José María García. García integra un grupo de provocadores vinculados a punteros, antes menenistas y ahora kirchneristas, quienes intentaron apropiarse del local ubicado en Carlos Calvo 546, donde funciona un comedor y merendero de esa asamblea barrial.
– Entre el 4 y el 10 de julio, Mari Álvarez, integrante del CUP Mariano Moreno (Frente Popular Darío Santillán), fue amenazada con llamadas telefónicas anónimas, en tres oportunidades, en las que se le decía: «zurda de mierda; te vamos a hacer cagar, piquetera de mierda; dejate de joder porque te vamos a dejar tirada en una zanja». La organización a la que pertenece Álvarez cuenta con copas de leche y comedores populares, micro emprendimientos productivos y realiza y gestiona junto a otras organizaciones y vecinos tareas de urbanización y zanjeo en los barrios, y reclama al municipio, entre otra cosas, una solución al problema de contaminación y subida del nivel de las napas freáticas.
– El 7 de julio, durante una reunión de vecinos e integrantes del MST Teresa Vive del municipio de Lomas de Zamora en la que se trataban distintos problemas de infraestructura barrial, Chávez, director municipal de Vialidad, le dijo a Ari Díaz (del MST Teresa Vive): «te voy a agarrar solo por ahí y te voy a hacer cagar, hijo de mil putas».
– El 12 de julio se produjo un atentado contra la vida de 40 chicos que tomaban la merienda en el comedor comunitario del MTD «Darío Santillán» (Frente Popular Darío Santillán), ubicado en calle 2, frente a la manzana 54 del barrio Don Orione, de Almirante Brown. A la tarde, los chicos empezaron a sentir olor a quemado proveniente de un salón trasero, donde va a funcionar la panadería del barrio. Allí comprobaron que ardía una de las paredes. Según testigos, tres personas mayores habían incendiado las gomas apiladas contra la parte exterior de esa pared. Al apagar el fuego, los vecinos encontraron un trapo rociado con alcohol y, plantada allí, la bandera bonaerense creada mientras Eduardo Duhalde gobernaba la provincia.
– El 28 de junio pasado, por la mañana, mientras trabajaba junto a sus vecinos en el mejorado del tendido eléctrico frente a su domicilio, en el barrio La Fe de Monte Chingolo, Lanús, Leonardo Santillán (hermano de Darío, asesinado el 26 de junio de 2002 en la denominada «Masacre de Avellanada»), estuvo a punto de ser detenido, sin motivos ni orden judicial, por integrantes de la policía bonaerense que se desplazaban en el patrullero 8160, patente EKB-536, perteneciente a la comisaría de la zona. Después de desistir de la detención por la reacción vecinal, el agente luego identificado como Máximo Ponce amenazó de muerte a Leonardo, en presencia de testigos. «Cuando estés solo te voy a hacer cagar», le dijo. La denuncia fue radicada en la UFI Nº 9 de Lomas de Zamora.