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Reforma eléctrica en México: dar el paso, pero seguir caminando

Fuentes: Rebelión

¿Qué país del mundo se ha desarrollado sin tener el control del gas, del petróleo, de la electricidad? ¿Qué nación, hoy industrializada, logró avanzar sin una política de protección del Estado y control de los recursos energéticos?

Algo de historia

Cuando Inglaterra tenía ya un buen nivel de desarrollo industrial a principios del siglo XIX (como resultado de la primera revolución industrial), Alemania, que no terminaba de consolidar un Estado Nación, mantenía una perspectiva proteccionista y “pragmatista” para impedir que las mercancías inglesas barrieran con la posibilidad de generar las propias. Estados Unidos, tras la guerra de Secesión y la victoria del norte industrial, estableció el control de los recursos naturales, y el Estado se hizo cargo de la construcción de infraestructura nacional, imponiendo mucho mayores aranceles a las mercancías inglesas y francesas para incubar su propio proceso de desarrollo sin la presión de tener el mercado interno inundado de productos europeos.

Osvaldo Martínez, economista cubano, dice que, si Estados Unidos hubiera hecho caso a las políticas liberales de Adam Smith y de David Ricardo, ya en boga en la época de Lincoln, y en particular la teoría de las ventajas comparativas, el país no hubiera salido de la producción agrícola; es decir, la potencia no hubiera construido “nuevas ventajas comparativas”, tomando en cuenta que estas son dinámicas, no estáticas.

Desde la primera guerra mundial, donde los yacimientos de carbón estuvieron en el centro de las disputas imperiales, pasando por la segunda guerra mundial y hasta la invasión a Irak y las agresiones contra Venezuela, el control de los recursos energéticos, como el carbón, el gas, el petróleo y la electricidad, ha sido estratégico.

Quien controlara el carbón, en el siglo XIX, tenía garantizado un lugar predominante en el escenario económico mundial. Quien controlara el petróleo, el gas y la electricidad, desde principios del siglo XX y hasta nuestros días, lo mismo: tiene garantizado un papel de predominancia en la geopolítica mundial, en las exportaciones, en las rutas comerciales, etc. Quien hoy logre controlar el litio tiene garantizado hacia futuro un lugar estratégico para todos los desarrollos de la revolución del 5G, la inteligencia artificial, las baterías eléctricas, el mundo de las telecomunicaciones, revolución de la que, por cierto, apenas estamos viendo los primeros implementos.

Las revoluciones rusa y china, desde una perspectiva socialista en el siglo pasado, también tuvieron al control de sus recursos energéticos como algo estratégico y central.

Ríos de sangre, principalmente de los pueblos de países poseedores de reservas energéticas, se han derramado por las intenciones de las potencias por controlar los yacimientos petroleros, las minas, las plantas generadoras de electricidad, etc.

Aun así, sigue habiendo voceros del gran capital y de la ultraderecha política que repiten la cantaleta de que “es mejor deshacerse de estos recursos”, “es mejor que lo controlen los privados”; querer “controlar la electricidad es totalitario, antidemocrático, propio de una dictadura”, puras mentiras y campaña ideológica para apropiarse de estos importantísimos recursos en disputa mundial.

Privatización eléctrica y el desmembramiento del proyecto desarrollista

Como resultado directo de la Revolución Mexicana, que consolidó varias de sus conquistas hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas, se afianzó la idea de que los recursos energéticos eran indispensables para el desarrollo, y no podían estar en manos de privados, mucho menos si estos eran extranjeros. Así, en 1938 se da la expropiación petrolera, y años más tarde, en 1960 se da la nacionalización de la industria eléctrica.

Todos estos años, los trabajadores de Pemex, CFE y la extinta Luz y Fuerza, crearon una verdadera proeza: un desarrollo sostenido del sector energético mexicano. Se multiplicaron los pozos petroleros, se tendieron las líneas, se llegó hasta las zonas más recónditas para dar electricidad a pueblos que jamás habían gozado de este recurso. Muchas generaciones de trabajadores sentaron los cimientos de lo que, después, los privados, principalmente extranjeros, llegaron a apropiarse.

Para México los resultados del proyecto desarrollista están a la vista, en contraste con la decadencia del modelo neoliberal. Basta decir que, según datos obtenidos por José Luis Calva, la tasa media de crecimiento anual del proyecto de desarrollo “liderado por el Estado” fue de 6.07% del Producto Interno Bruto, mientras que la del proyecto de desarrollo “liderado por el mercado” (es decir, la estrategia neoliberal) tuvo sólo 2.31% de crecimiento en el mismo indicador. Mientras que con el desarrollismo la productividad del sector industrial creció 3.12% anual, con el neoliberalismo se “creció” al 0.68% anual.

Y en cuanto a salarios, ni qué decir, el desastre del neoliberalismo es patente. Mientras que en el desarrollismo el poder adquisitivo del salario manufacturero creció prácticamente 200%, de 1982 al 2018 este se desplomó, aunque no tanto como el poder de compra del salario mínimo que cayó en más del 60% durante el periodo.

Gráfico: Poder adquisitivo de los salarios mínimos y manufactureros, variaciones porcentuales acumuladas

Fuente: José Luis Calva, La economía mexicana en su laberinto neoliberal.

La reforma neoliberal de 2013

La actual Reforma Eléctrica busca fortalecer a la CFE y detener su desaparición planeada desde el gobierno de Salinas de Gortari, con la descapitalización y el boicot permanente a la empresa estatal, y por los demás gobiernos, hasta el de Peña Nieto. Sobre todo, la reforma propuesta, intenta contener el fuerte giro de tuerca privatizador que se impuso con la Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) en diciembre del año 2013.

Los cambios de 2013 le quitaron a la CFE la rectoría en la conducción de la política en materia de electricidad en, por lo menos, dos aspectos centrales: uno, desintegra a CFE en varias empresas separadas entre sí, “autónomas”, desarticulando sus funciones esenciales de generación, transmisión, distribución y comercialización. Y dos, le quita funciones estratégicas, al arrebatarle la determinación del despacho eléctrico y la fijación de las tarifas. Desde entonces tenemos a la CFE hecha pedazos: CFE Generación, CFE Transmisión, CFE Distribución y CFE Comercialización. Al separar sus funciones, se debilita cualquier organismo. Así, CFE quedó a merced de los intereses privatizadores que van penetrando en cada área estratégica, sometiéndola a sus intereses.

Por otro lado, la reforma de 2013 da lugar a la creación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que fija las tarifas y da los permisos de producción independiente privada. Además, se separa de la CFE el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), que tiene como función “intermediar” en el mercado eléctrico, haciéndose cargo del despacho, dejando en el último lugar a la CFE y su energía, para despachar en primer lugar a los proveedores privados. Es decir, la energía que primero se adquiere para inyectarla en la red de transmisión es la privada; y la última en adquirirse es la pública.

Hay que resaltar que los permisos de generación eléctrica otorgados a los privados en el año 1994 sumaban 55 permisos; pero en el año 2020 ya existían 1.407 permisos. Hoy, 2021, se estima que existen más de 1.500 permisos de producción “independiente”.

Según el documento “Apuntes para comprender la controversia sobre la industria eléctrica”, del colectivo de trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Animal Dañero, en el año 2000 la generación pública de electricidad era de 95.7%, mientras que la privada era de 4.3%, esto cambió dramáticamente para el año 2012, cuando los privados ya controlaban el 48% del sector. Hoy, Iberdrola y los demás privados ya poseen más de la mitad del sector eléctrico mexicano, y estimaciones de la CFE establecen que para el año 2024, de mantenerse la tendencia, el Estado tendría sólo el 30% y los privados el 70%.

Entre el año 2016 y el 2019, la CFE redujo su tasa anual de crecimiento promedio en 4.9%, mientras que los privados la aumentaron en 53.10%, en el mismo periodo.

Se dieron tantos permisos, que pronto se rebasó la cantidad de megavatios (MW) necesarios para atender la demanda de energía eléctrica nacional. Sin planeación de ningún tipo, para 2021 existe ya la generación de 86,039 MW, para una demanda real de 46,628 MW. O sea, casi el doble. Y están pendientes de aprobación, solicitudes de generación por otros 30,074 MW adicionales, por lo que prácticamente la oferta estaría muy cerca de triplicar la demanda real.

La red de transmisión tiene límites, no puede soportar toda la generación privada y pública, porque revienta si se sobrecarga y el daño económico nacional sería de grandes dimensiones. De este modo, cada vez que se dan permisos privados, CFE tiene que sacar energía, dejar de producir, o bien “tirar carga”. Por eso, a mayor generación privada, necesariamente, menor generación pública. El resultado es el desuso de las plantas de generación de CFE, pues apenas están trabajando al 55% de su capacidad, y sigue retrocediendo.

Este cuadro documenta la situación en 2020:

Fuente: CFE

Los llamados contratos legados

La CFE no puede subir en primer lugar su energía a la red de transmisión. CENACE, por la reforma de 2013, adquiere primero la energía “limpia”, en donde se refugiaron los privados, y al final la de CFE.

Pero por ley, CFE es la responsable de abastecer energía a 46.2 millones de usuarios. ¿Cómo dar energía sin poder subirla a la red de transmisión? Muy sencillo: tiene que comprarla en el mercado eléctrico. ¿A quién? Pues a los privados, que son los primeros en el orden del despacho.

CFE queda obligada al abasto, pudiendo generar la energía necesaria, pero no se le despacha.

Existen los llamados “contratos legados” por 20 o más años, en que CFE Generación, debe abastecer de energía a los usuarios, a través de CFE Suministro Básico. Pero tiene que comprarla.

Corte

Aquí podemos hacer un primer corte de caja: el costo de oportunidad por capacidad instalada más no utilizada; es decir, por tener en desuso el 45% de la capacidad de generación de las generadoras de CFE, es de 215 mil millones de pesos, al año. Adicionalmente, lo que desembolsa CFE en la compra obligada de energía, por contratos legados, y que se embolsan los privados, es 223 mil millones de pesos, también al año. Ambos conceptos, representan pérdidas para CFE de 438 mil millones de pesos al año.

El orden del despacho.

Pero ¿cómo está jerarquizada la energía que despacha CENACE? Veamos:

Según la ley vigente, la primera energía en ser despachada es la que presente los menores costos variables, que prácticamente es el combustible. Curiosamente no se contemplan los costos fijos para el criterio del despacho. Entonces casualmente las que tienen menores costos de combustible, son, obviamente, las generadoras eólicas y fotovoltaicas, donde están los intereses privados. Observen, por ejemplo, el caso de Iberdrola que es la energía “más barata”, dado que se genera con hélices, “rehiletes”, movidos por aire, y como el aire “no cuesta”, tiene registrado CERO pesos de costo variable. Es absurdo.

Fuente: CFE

Se trata de una mentira, porque en realidad, si se toman los costos reales totales, que incluye los costos fijos, la energía producida por Iberdrola en México, no es la más barata, ¡sino la más cara!

Fuente: CFE

Por lo demás, tanto la generación eólica como la fotovoltaica son energías intermitentes, pues en días sin mucho viento o con nubosidad estas plantas no generan la suficiente energía ni con la intensidad requerida por el sistema. ¿Qué sucede entonces cuando “se va la luz” o hay bajo voltaje? El usuario no le reclama a Iberdrola sino a CFE, porque ella es la responsable, por ley, de la transmisión, distribución y el abasto. Por esa razón, CFE tiene que “respaldar” a los privados eólicos y fotovoltaicos, cuando no hay viento suficiente, ni calor solar intenso. Este respaldo, también es gratuito para las trasnacionales; pero tiene un costo para CFE, de 4 mil millones de pesos al año.

Definitivamente, el Estado debe promover las llamadas energías limpias, pero es mentira que estas sean muy redituables y baratas. Es más, a decir verdad, la energía limpia más estable y más costeable es la de las plantas hidroeléctricas, de las cuales la CFE tiene más de 60, pero por la reforma neoliberal pasada estas deben esperar hasta el sexto lugar para poder entrar al sistema eléctrico nacional.

Veamos estos datos:

Fuente: CFE

Las plantas generadoras, tanto eólicas como solares (fotovoltaicas), representan una inversión menor a las de ciclo combinado (que usan gas para calentar agua y con el vapor mover las turbinas), pero producen relativamente muchísimo menos energía que las plantas de ciclo combinado. La inversión promedio de una planta eólica es de 130 mil millones de dólares, y tiene una capacidad de 102 MW, pero el factor de planta nos dice lo que efectivamente se puede producir al usar esa forma de generación, que en este caso es de sólo de 32%. El costo unitario es de 3 mil 983 dólares por KW efectivamente producido, frente al de 2 mil 701 dólares por KW para las plantas fotovoltaicas y mil 662 para las plantas de ciclo combinado. Por lo que esas energías limpias no resultan ser las más económicas, ni en costo total ni en inversión.

El autoabasto

Otra modalidad de permisos a los generadores privados es el llamado producción para el autoconsumo.

Si un campesino trabaja su tierra, la siembra y cosecha maíz, y con él hace sus tortillas para comer, eso se llama autoconsumo. En teoría, se dieron permisos a 239 centrales generadoras para su autoconsumo de electricidad, debiendo existir entonces 239 consumidores de esa energía. Pero otra es la realidad. Esas 239 generadoras surten de electricidad a 77.767 consumidores. Es decir, las centrales de “autoconsumo” dan electricidad a muchos más entes, a muchas más empresas, a muchos más clientes, que sólo a ellas mismas. Es en realidad un enorme boquete de corrupción y de saqueo disfrazado de “autoconsumo”. Y en ese mercado negro están firmas como Grupo Bimbo, Altos Hornos de México, Teléfonos de México, Palacio de Hierro, FEMSA, Grupo Modelo, Sabritas, Oxxo, Seven, entre muchas otras más. Las pérdidas de CFE por este mercado negro son de 20 mil millones de pesos al año.

Hay que agregar que esta farsa de “autoconsumo” es a nivel nacional; es decir, si la generadora eólica de Iberdrola en Oaxaca se asoció con una maquiladora en la frontera norte y le surte energía de “autoconsumo”, se tiene que transportar esa energía de Oaxaca a la frontera pasando por toda la red de transmisión y distribución sin pagar un solo peso por el transporte, llamado porteo.

En las carreteras privatizadas e incluso públicas, hay casetas de cobro para el mantenimiento del asfalto, señales, puentes, bacheo, etc. Lo mismo ocurre con las torres y red de transmisión. Hay desgaste que requieren mantenimiento preventivo, correctivo y de inversión. Pero los privados no pagan nada por el porteo de su electricidad. Esto también representa un costo para CFE, que de hecho es un subsidio, de 30 mil millones de pesos al año.

Las intenciones de la propuesta de reforma eléctrica actual

Como proyecto central para la segunda mitad de la presidencia de López Obrador se ha presentado esta iniciativa de reforma eléctrica que intenta revertir, no todo el saqueo en el sector eléctrico mexicano, sino apenas las púas más espinosas que se impusieron en los últimos gobiernos neoliberales. Se trata de una reforma muy importante, pero que debe ser el inicio de una serie de acciones más que avancen en el sentido de asegurar nuestra soberanía energética, sin la cual el desarrollo económico y el bienestar social no podrían estar asegurados.

Hay que decir que la propuesta, enviada al Congreso el pasado 30 de septiembre, en tanto que pretende reformar los artículos 25, 27 y 28 de la constitución, necesita mayoría calificada en el Congreso para ser aprobada. Y Morena, el partido en el gobierno, sólo tiene mayoría simple, por lo que las tensiones políticas entre los partidos y en los debates políticos en diversos medios se han venido polarizando.

Con la reforma actual se intenta cancelar los contratos legados, los supuestos contratos de autoconsumo, los permisos de producción privada fuera de la legalidad, y que los privados paguen todo el porteo, la transmisión y distribución, y que se formen en las subastas para ser despachados con el criterio de costo total real y no costo variable que es engañoso. Además, desaparecen la CRE y las funciones del CENACE, se reintegran a la CFE.

La reforma actual, propone privilegiar las energías renovables, y las plantas contaminantes seguirían después en el orden del despacho, como se muestra en la imagen.

Fuente: Gobierno Federal.

La propuesta del gobierno, para un nuevo orden de despacho, contempla que el Estado quede a cargo de una “transición energética” y que utilice de manera sustentable todas las fuentes de energía de que dispone la nación. Se pretende “reducir las emisiones de gases y componentes de efecto invernadero”. Y ya con una CFE en mejores condiciones técnicas y financieras, “se impulsará el financiamiento y la planeación energética sustentable”.

Primero van todas las plantas de la CFE, en orden de la más barata y ecológica, a la más cara y contaminante. Y después, los privados, también comenzando con las más baratas y menos contaminantes.

Reforma generosa

Con los cambios propuestos en la Reforma en materia de electricidad, se les deja a los privados el 46% de la generación eléctrica nacional. Esto equivale a darles el sistema eléctrico de un país como del tamaño de Argentina. Nada mal para ellos, pero ni eso quieren, aspiran al control total, como en España.

La propuesta del gobierno es demasiado generosa. En realidad, Iberdrola, Enel, Repsol, Mota-Engil, etc., nada merecen. Toda esa riqueza eléctrica era de la Nación, y se les entregó durante los gobiernos neoliberales violando la ley, o comprando votos en ambas cámaras. A billetazos, se aprobó en 2013 este descomunal despojo que les reditúa ingresos anuales por cerca de 500 mil millones de pesos.

En realidad, es el pueblo de México el que fue expropiado. Fue la riqueza creada por varias generaciones de electricistas, la que se arrebató a la mala. Nada se les debe a los privados de la electricidad. Ni siquiera inversión trajeron.

El 80% de las plantas de generación privada se financiaron así:

  • El 50% de la inversión salió de la banca comercial, en donde se depositan los ahorros de los mexicanos. En particular se les otorgaron créditos provenientes de las AFORES.
  • El 30% lo obtuvieron de la Banca de Desarrollo, en donde se depositan los impuestos de los mexicanos.
  • El 15% salió de los Fondos de Inversión, que son recursos generados en México.
  • Y sólo el 5% es el capital de ellos, de los extranjeros.

Puerta giratoria

Sin inversión real, sin haber martillado un solo clavo, ni hincado un solo poste, pero comprando a presidentes, secretarios de Estado, destacados miembros de diversos partidos, cooptando a dirigentes sindicales como los secretarios generales del Suterm (Víctor Fuentes) y del SME (Martín Esparza) y haciendo pasar por la puerta giratoria a quienes les fueran funcionales para su despojo, así nos expropiaron de nuestra electricidad.

¿Cómo que si se renacionaliza el sector eléctrico, es una expropiación contra ellos, los privados? ¿Pues que ellos crearon esa riqueza eléctrica? ¿Cómo está eso de que les pertenece y que como no se las podemos quitar, les dejamos el 46%?

Sobre el litio

México posee una tentadora reserva de litio, elemento vinculado directamente con las nuevas tecnologías y con la llamada “transición energética global”. Los grandes poderes imperiales se relamen los bigotes de la enorme fortuna que podrían acuñar si se apoderan de los yacimientos del mineral. Un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), dice que “tan solo en el 2020 las acciones de la empresa de autos eléctricos Tesla aumentaron en un 700%, convirtiendo a su dueño en el segundo individuo más rico del mundo” (aunque varias mediciones ya lo colocan como el poseedor de la fortuna más grande del planeta). Y que “se prevé que las acciones de Albemarle, SQM y Lithium Americas podrían transformarse este año en las grandes estrellas de las bolsas, en especial la de Nueva York, gracias al auge que varios analistas proyectan para el litio”.

A decir de un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, “el suelo mexicano cuenta con 1.7 millones de toneladas de reservas mineras de litio” y es el noveno país en reservas de litio en el mundo.  Las principales reservas en millones de toneladas son: Bolivia (21), Argentina (19.3), Chile (9.6), Australia (6.4), China (5.1), Canadá (2.9), Alemania (2.7) y México (1,7).

La reforma propuesta, que ya se debate en el Congreso, consiste en estatizar el litio sin eliminar las concesiones ya en marcha. Adán Augusto López, secretario de gobernación, informó que a la fecha hay 8 concesiones aprobadas para la explotación del litio, de estas quedarán vigentes las que demuestren que a la fecha han iniciado la explotación para empezar la producción. La empresa que ha avanzado más en ese sentido es Bacanora, que posee 10 concesiones aprobadas, pero de las cuales en el estudio de factibilidad de 2018 salió a relucir que sólo está explotando 3, que son las que conservaría para la explotación de litio. Además, Bacanora Lithium es una empresa británica relativamente pequeña (cuyo principal accionista es la empresa china Ganfeng Lithium), por lo que da la impresión de que la enorme mayoría de los yacimientos del mineral están todavía vírgenes y sin concesión otorgada.

Aprobada la reforma, estas concesiones quedarían vigentes, pero no se otorgaría ninguna más, y el recurso como su explotación serían estatizados.

Si es así, y en realidad es muy pequeña la penetración de los privados en el sector, bien podríamos darle las gracias a Bacanora y los suyos, y apropiarnos del 100% del litio. ¿Para qué mantener ese pie de los privados en el recurso estratégico? Son de las cosas en donde, sin mayor aspaviento, el Estado podría avanzar más en la recomposición de las cosas.

Dar el paso, y seguir avanzando

Si dejar a la energía en manos de privados, realmente estuviera teniendo resultados en México las tarifas hubieran bajado como prometieron, y no fue el caso; la migración a energías limpias estuviera avanzando a paso firme, pero la realidad es muy diferente; en Texas no se hubiera presentado la crisis de apagones durante semanas enteras debido al esquema de lucro privado que se mantiene en el sector energético de ese país; en España no subirían las tarifas como la espuma, golpeando duramente a las familias, mientras las transnacionales como Iberdrola acuñan enormes fortunas.

Transnacionales que fracasan en el mundo, que quiebran el sector, que hunden en apagones y carestía a pueblos enteros, hoy se presentan en México como las salvadoras. Los gobiernos neoliberales no les abrieron las puertas en nuestro país porque realmente fueran más eficientes o ecológicas, sino porque son parte del mismo grupo, de la misma élite, de la misma clase privilegiada, de esos que se han aprovechado del saqueo. O si no, que le pregunten a Felipe Calderón y a su secretaria de energía, Georgina Kessel, que terminando su gestión gubernamental fueron anunciados como “consejeros” de Iberdrola, si no es que desde siempre fueron empleados de estas transnacionales, utilizando su posición, influencias e información privilegiada dentro del gobierno mexicano, en beneficio de sus jefes oligarcas.

El asunto es que la electricidad es un derecho esencial, no un recurso que pueda ser privatizado y manejado en aras del lucro privado de un puñado de magnates. Necesitamos electricidad para el bienestar y para el desarrollo, no para ensanchar los bolsillos de los grandes capitales de la energía.

Esta iniciativa de reforma constitucional es importante y se requiere que sea defendida por la población, desmontando la campaña de mentiras de los grandes medios. Pero, a decir verdad, debemos ir por todo, y no estacionarnos en poseer un poco más de la mitad del sector. Lo de la Nación, para la Nación.

Referencias

Apuntes para comprender la controversia sobre la industria eléctrica, Animal Dañero – SME, https://issuu.com/disturbiosme/docs/apuntes_para_comprender_la_controversia_sobre_la_i

Calva, José Luis. “La economía mexicana en su laberinto neoliberal”, en revista El Trimestre Económico,  vol. LXXXVI (3), núm. 343, julio-septiembre de 2019, pp. 579-622, tomado de: https://www.eltrimestreeconomico.com.mx/index.php/te/article/view/921

Iniciativa de Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, CFE, https://www.cfe.mx/cdn/2019/Archivos/Boletines/PRESENTACION%20MIGUEL%20REYES%20LIE.pdf

Panorama litio en América Latina, CELAG, https://www.celag.org/panorama-litio-en-america-latina/

Este sería el nuevo esquema del sistema eléctrico nacional, de aprobarse la reforma, Aristegui Noticias, https://aristeguinoticias.com/1210/mexico/este-seria-el-nuevo-esquema-del-sistema-electrico-nacional-de-aprobarse-la-reforma/

México, noveno país en reservas de litio, asegura informe en EU, La Jornada, https://www.jornada.com.mx/notas/2021/06/07/economia/mexico-noveno-pais-en-reservas-de-litio-asegura-informe-en-eu/

Iberdrola, abusiva y ventajosa tras contratar a Calderón y Kessel: AMLO, Contralínea, https://contralinea.com.mx/iberdrola-abusiva-y-ventajosa-tras-contratar-a-calderon-y-kessel-amlo/

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