Al poco de la noticia relacionada con la cacería y el accidente del rey en Botsuana, saltó la noticia del anuncio por el gobierno argentino de la adquisición del 51% de las acciones de la filial en ese país de la empresa Repsol-YPF. La polémica abrió un nuevo frente informativo, que acabó nublando en parte […]
Al poco de la noticia relacionada con la cacería y el accidente del rey en Botsuana, saltó la noticia del anuncio por el gobierno argentino de la adquisición del 51% de las acciones de la filial en ese país de la empresa Repsol-YPF. La polémica abrió un nuevo frente informativo, que acabó nublando en parte el escándalo relacionado con el monarca, esta vez cargando la tinta los medios de comunicación en lo que denominaron la expropiación de una empresa española. No voy a entrar en los calificativos empleados, aun cuando la base principal de los argumentos ha sido el ataque contra los intereses españoles, concretado, en este caso, la empresa Repsol. Siendo el asunto más complejo de lo que nos han contado, voy a intentar explicar un poco lo que he ido averiguando, que no es poco.
Los orígenes de Repsol y su expansión empresarial
En 1981 el Instituto Nacional de Hidrocarburos se hizo cargo de las distintas empresas estatales que operaban en el sector, como Hispanoil (exploración y producción), ENPETROL (refinado), REPESA (lubricantes), CAMPSA (combustibles), Petronor (combustibles) y Butano (gas), entre otras. Atrás había quedado un largo recorrido iniciado durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, cuando se constituyó el monopolio estatal de CAMPSA. En 1987 se conformó un grupo empresarial, todavía en manos del estado, que pasó a denominarse Repsol, si bien, tres años después inició un proceso de privatización que culminó en 1997.
Paralelamente la empresa inició una política de expansión, lo que se concretó en el aumento de la participación de otras empresas e inversores privados, tanto españoles como extranjeros; la búsqueda de nuevas áreas de exploración y producción de hidrocarburos en otros países; la adquisición parcial o total de otras empresas; e incluso la puesta en práctica de nuevas estrategias empresariales, ligadas a la especulación financiera, siempre con el objetivo de optimizar los beneficios empresariales. Repsol está presente actualmente en 50 países de todos los continentes, siendo América Latina donde dispone, con 20, una presencia mayor.
Fue dentro de en este proceso de expansión como Repsol acabó adquiriendo la empresa argentina YPF. El origen de ésta data de 1922, cuando el gobierno argentino creó una empresa estatal con el objetivo de explotar sus yacimientos petrolíferos del país. Bastantes años después, en plena vorágine neoliberal de los noventa, el gobierno argentino, con Carlos Menem como presidente del país, privatizó la empresa -como tantas otras-, que acabó siendo adquirida en 1999 por Repsol, creándose así la empresa Repsol-YPF como filial en ese país. No fue un caso único, pues durante el gobierno del PP presidido por José Mª Aznar nuestro país culminó el camino iniciado ya con Felipe González, cuando numerosas empresas se abrieron a los mercados internacionales, especialmente en América Latina. Por entonces las empresas originarias de España se convirtieron en el segundo inversor en ese continente, tras EEUU, con una presencia en distintos sectores: banca, energía, agua, líneas áreas, telecomunicaciones… Telefónica, Repsol, Banco Santander, BBVA, Iberia y tantas otras acabaron comprando y/o controlando áreas estratégicas de esos países. Un control que nunca repercutió en beneficio de sus poblaciones, sino todo lo contrario.
Repsol en Argentina a través de YPF
El precio de compra de YPF, según ODG, OMAL y Ecologistas en Acción, fue de 13.158 millones de dólares, prácticamente de saldo y por debajo de su valor real. Si nos atenemos a lo expresado por esos mismos grupos, han evaluado que, al cabo de más de una década, Repsol-YPF ha tenido un saldo favorable de 8.813 millones de dólares, sin contar lo que obtenga como compensación por la expropiación parcial aprobada por el gobierno argentimo. El éxito empresarial de la adquisición de YPF ha sido, pues, grande, en la medida que se ha apropiado de los recursos de un solo país, pues en otros sólo lo hacía de yacimientos concretos o de las licencias comerciales correspondientes. Según se informa en la página electrónica de Repsol, YPF de Argentina es la primera empresa privada del sector en América Latina. Según el diario Público la producción de petróleo argentino ha representado en los últimos momentos para el conjunto de Repsol el 60%. Resulta obvia su importancia y que se haya sido su país más preciado.
Las repercusiones de la presencia de esa empresa no han sido precisamente positivas. Las explotaciones petrolíferas han conllevado fuertes perjuicios sociales y medioambientales en las zonas afectadas. Se ha acusado a Repsol de llevar a cabo una práctica colonial despiadada, sin que le haya importado los costes. Ha habido una drástica pérdida en los empleos, que según los ODG, OMAL y Ecologistas en Acción han pasado de 55.000 a 6.000. Los salarios no han sido precisamente elevados, con un crecimiento muy por debajo de los beneficios empresariales y sobre todo por debajo del coste de la vida. La contaminación, en fin, ha generado enormes secuelas en la naturaleza y en las poblaciones afectadas.
En cuanto a las cuentas económicas, dada la naturaleza multinacional de la empresa, no se hacen sobre la base del valor generado en ese país, sino dentro de balances generales que se manipulan según interesa. Lo que sí parece cierto es que existe una gran diferencia entre el 60% que aporta al conjunto de la empresa la producción argentina y el 26% que aporta a los activos. De los más de 6.000 millones de beneficios declarados por la empresa en 2010 en todo el mundo, 1.416 millones (el 21,4%) se han hecho en Argentina. Si se aplica el 35% de gravamen fiscal de ese país el estado habría obtenido 495,6 millones.
¿Una empresa española?
La composición del accionariado de Repsol es el que sigue: PEMEX, 9’5%; Caixa Bank, 12’8%; Sacyr, 10%; fondos de inversión extranjeros, 42%; fondos de inversión españoles, 9’9%; otros inversores españoles, 10’8%; autocartera, 5%. En una breve descripción de los principales grupos que participan en Repsol, PEMEX es la empresa pública mexicana que controla la producción y comercialización del petróleo en su país; Caixa Bank es la nueva denominación del grupo financiero creado en torno a La Caixa, el primero en activos financieros en España; y Sacyr Villahermoso es uno de los principales grupos inmobiliarios, presente también en la explotación de autopistas. Entre los inversores minoritarios se encuentran el BBVA, con un 3,9% de las acciones; y el grupo francés BNP Paribas, con el 3,3%.
De todo esto se desprenden dos cosas a primera vista: primero, que el capital de inversores españoles no es el mayoritario, siendo de al menos el 41,6%, pero lejos del 54,8% mínimo que está en manos extrajeras; y segundo, que la empresa tiene una clara naturaleza multinacional.
Esto último resulta altamente importante, porque no sólo su ámbito de actuación traspasa las fronteras de numerosos países, sino que las operaciones económicas se diversifican por doquier en sí mismas y por numerosos países. El que el 51,9% del capital provenga de fondos de inversión ya indica la naturaleza especulativa de esas actuaciones, en las que la producción y comercialización del petróleo no es su único objetivo, dando paso a su participación como un elemento más del entramado de economia financiarizada que rige en nuestros días. Para Juan Torres se trata de la commodity, que no es otra cosa que la conversión del petróleo en un activo financiero más. Mucha gente se pregunta por qué el precio de la gasolina no deja de subir. En esa práctica financiera especulativa se encuentra una de las claves, a las que hay que añadir el coste de las guerras imperialistas en las que se han embarcado las potencias (Iraq, Afganistán, Libia…), cuya factura pasa a pagarse a través del consumo de los carburantes.
Esta participación activa y directa de Repsol en la economía financiarizada conlleva prácticas que acaban por desmontar la idea de que es una empresa española y, lo que es peor, la falacia de identificarla con España para intentar asociar la decisión del gobierno argentino a una agresión a nuestro país. Aquí Alberto Garzón nos da otra de las claves y es la relativa a los beneficios y el pago de impuestos. En el reparto de los beneficios declarados en 2010, que ascendieron a la suma de 6.613 millones de euros, el 24,8% (1.641 millones) los obtuvo en España y el 21,41% en Argentina, correspondiendo el resto, más de la mitad, a otros países. No obstante, la cantidad de 1.641 millones declarada en España fue aumentada por las autoridades a 3.534 millones, por lo que el montante de impuestos debería haber sido de 1.060 millones si se hubiera aplicado el 30% de tipo impositivo que le correspondía. Pese a ello, Repsol acabó pagando 949 millones, es decir, el 26,85% del tipo impositivo. Ya se sabe, cosas de la ingeniería fiscal.
Las actividades de Repsol no reciben el mismo trato fiscal en cada uno de los países donde opera. Siguiendo a Garzón, la media que paga en el mundo es del 26,34% (curiosamente la misma que en España), pero los impuestos oscilan bastante: Libia, 65%; Venezuela, 50%; EEUU y Argentima 35%; Brasil, 34%; Bolivia y Ecuador, 25%… Para que la media sea del 26,34% tiene que haber otros países donde el nivel impositivo sea más bajo. Y ahí entran en juego los paraísos fiscales, esos lugares opacos donde obtienen pingües beneficios las empresas y las personas que luego, cuando hablan en sus países respectivos, llenan sus bocas de patriotismo.
Por último, hay otros dos aspectos importantes no deben olvidarse, cuales son el empleo y los salarios. Como Garzón ha puesto de relieve, los beneficios de Repsol, como lo de las grandes empresas españolas, no han parado de incrementarse en los últimos años, con una media para el periodo 1998-2007 del 12%, una vez descontados los impuestos. El empleo, por el contrario, ha tenido un crecimiento menor, representando sólo un 4’8%. Peor le han ido a los salarios, cuya media sólo ha subido un 1’7%, pese a que en ellos se incluyen también las retribuciones que reciben los directivos y que son millonarias en euros.
Resulta evidente a quién está beneficiando esta expansión empresarial que, en el caso que nos ocupa, se está vendiendo como un ejemplo de lo que llaman marca España. Desde luego que no beneficia a los países donde opera la empresa, ni al país a donde dicen que pertenece, ni a la mayor parte de las personas que trabajan en cualquiera de las divisiones o filiales del conglomerado empresarial. Lo que sí está resultando es muy rentable para quienes la dirigen en cualquirera de sus instancias y para quienes ponen su capital para hacer de la especulación pura y dura el medio de seguir enriqueciéndose.
¿Qué está ocurriendo?
América Latina ha sufrido desde los años 70 duras agresiones contra sus poblaciones, siendo las políticas neoliberales el eje sobre las que se han vertebrado, sin que haya faltado, cuando lo han considerado necesario, la implantación de regímenes políticos dictatoriales y violadores de los derechos humanos en grado extremo. Las medidas de ajuste económico y las privatizaciones de empresas estatales que se aplicaron durante casi tres décadas tuvieron como consecuencia un grado mayor en la pérdida del control de las riquezas nacionales y yn mayor deterioro de las condiciones de vida de la mayor parte de la población.
Los datos que nos ofrece el CEPAL en su estudio sobre la situación social del contienente son ilustrativos de lo ocurrido en la década de los 90, cuando la ofensiva neoliberal fue más intensa. Las medidas tomadas por los gobiernos que actuaron bajo los arbitrios de los organismos internacionales del capitalismo y las potencias económicas dieron lugar a una regresión generalizada en la distribución de la riqueza, ya de por sí injusta con anterioridad. A lo largo del siglo XXI, sin embargo, se ha invertido la tendencia, de manera que esas diferencias han empezado a cortarse en casi todos los países sobre los que se ha hecho el estudio. A ello no son ajenos los cambios políticos que se han dado en numerosos países, que, aunque de distinto calado, han tendido a hacer uso de su soberanía frente a las injerencias exteriores.
Argentina no ha estado ajena a estos cambios, participando de la búsqueda de mayores espacios de soberanía y de una mayor redistribución de la riqueza. Así es como hay que entender la decisión tomada por el gobierno, y refrendada por el parlamento, sobre la empresa Repsol-YPF.
La ofensiva lanzada por la mayoría de los medios de comunicación española ha hecho de la defensa a Repsol un asunto de estado. Sin entrar en lo que han escrito los propiamente de la derecha, donde los zafio y lo interesado han sido el territorio común, El País, que sigue siendo un referente para parte del electorado de la izquierda, ha vuelto a mostrar su verdadera faz. Hacia el continente latinoamericano su posición siempre ha sido muy nítida a favor de los intereses oligárquicos de aquí y allá, entre otras cosas porque sus accionistas principales participan de esos mismos intereses. Que hayan utilizado al catedrático Mariano Marzo para aportar algo de rigor a su línea informativa dice muy poco de esa persona. El propio líder del PSOE, Rubalcaba, se ha manifestado solidario con Repsol, lo que es congruente con el papel que los gobiernos de su partido, antaño con González y hasta ayer con Zapatero, han jugado en todo lo que se ha tratado con anterioridad. No hay nada nuevo.
Como nada permanece y todo está en continuo cambio, toca ahora ver cómo se suceden las cosas tras, en este caso, la decisión argentina. Espero que lo que está ocurriendo en los distintos países de América Latina siga permitiendo que se renueven los aires. De los buenos. Como el nombre de la capital del país que nos ha ocupado en estas líneas.
Documentación de referencia
*CEPAL (2011). Panorama social de América Latina 2011. CEPAL / Naciones Unidas, http://www.eclac.cl/
*Conocer Repsol , página electrónica de la empresa Repsol, 2012, http://www.repsol.com/es_es/
*Garzón, Alberto (2012). » ¿Cuánto paga Repsol en impuestos», en Pijus Economicus , 13 de abril, http://www.agarzon.net/?p=1804
* Garzón, Alberto (2012). » La nacionalización de YPF, filial de Repsol, por el gobierno de Argentina», en Pijus Economicus, 16 de abril, http://www.agarzon.net/?p=1804
*»Los motivos de Argentina para controlar YPF», 16 de abril de 2012, en Público, http://www.publico.es/dinero/
*Marzo, Mariano (2012). «YPF: un hostigamiento por motivos políticos», en El País, 5 de abril, http://elpais.com/elpais/2012/
*ODG, OMAL y Ecologistas en Acción (2012). » ¿Qué defiende el Gobierno del Estado español cuando defiende a Repsol?», en Rebelión, 19 de abril, http://www.rebelion.org/
*Pérez Navarro, César (2012). «¿Qué hay tras la demonización de la Argentina de *Cristina Fernández de Kirchner en El País?», 7 de abril, en Rebelión, http://www.rebelion.org/
*Torres, Juan (2012). «Repsol no es España», en Ganas de escribir, 17 de abril, http://juantorreslopez.com/
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