Hace dos días Gustavo Robles publicó una declaración* con la cual (como suele sucederme en el campo de las ideas, sobre todo las de izquierda) tengo acuerdos y discrepancias. Quiero centrarme en una sola de estas: el uso abusivo, presente ya desde el título, que hace de los conceptos «facho» y «fascista». Esta laxitud se […]
Hace dos días Gustavo Robles publicó una declaración* con la cual (como suele sucederme en el campo de las ideas, sobre todo las de izquierda) tengo acuerdos y discrepancias.
Quiero centrarme en una sola de estas: el uso abusivo, presente ya desde el título, que hace de los conceptos «facho» y «fascista». Esta laxitud se expresa, por ejemplo, en definiciones textuales como las siguientes:
-«no hay errores, no hay excesos, son todos fachos los funcionarios de Cambiemos»
-«el aval al gatillo fácil es, lisa y llanamente, el fascismo»
-«confundir en la población el concepto de ‘delincuente común’ con quienes ejercen el derecho a la protesta política y social es el verdadero fin de la clase cuyos intereses cuida el gobierno fascista» (más claro, si es posible: hay una clase explotadora y hay un gobierno -que no es de su clase- que cuida sus intereses)
A aberraciones como esta última lleva no resguardar el significado preciso de los conceptos. Esas palabras que sirven para muchas cosas no sirven para pensar: podrán dar vuelo emocional a un discurso ante un auditorio acrítico, pero no serán útiles para descubrir las claves de cuestiones complejas.
Finalmente: que yo no esté dispuesto a malversar el significado específico de «fascismo» no debe entenderse como que niego estas dos cosas: 1) su presencia en nuestra sociedad: el fascismo, así como la revolución, siempre están latentes dentro del sistema burgués, pero hay una alucinación, muy frecuente en la izquierda, que encuentra fascismo y revolución en todas las láminas del Rorschach; 2) que Macri es un chupasangre muy dañino.
En estos asuntos pensaba cuando, después de leer su nota, le escribí a Robles planteándole mi discrepancia, así:
para Gustavo
¿Fachos? ¿¿»Fachos», escribís??
¿Si un gobierno impulsa que los uniformados usen armas letales según su propio criterio, es «facho»?
Gracias por desasnarme. No me refiero a cómo hacés polvo las categorías que los explotados necesitamos para interpretar la realidad, sino por demostrarme que sos uno más de los que embrollan todo.
Eso es bueno no olvidarlo, y lo voy a atesorar.
Mala mía. A los Grandes no se les discute, se los reverencia. Para eso son patas de bronce.
Al rato me llegó su respuesta, colmada de concienzudos argumentos:
para mí
¡Gracias por desasnarme vos, oh, gran gurú rojo iluminado, que nos ilumina a los asnos ignorantes que no sabemos lo que tú, obviamente!
No sabés lo que me preocupa tu criterio
Siempre me parecieron imbéciles, además de soberbios pequeñosburgueses, los boludos como vos que se creen dueños de la verdad
Imbéciles, soberbios pequeñosburgueses y absolutamente funcionales al poder burgués
O sea, una lacra lacaya sos
Saludos al bobero, infeliz
Así podrían quedar las cosas, pero se me ocurrió traer el testimonio de… (sí, ya sé, Robles: es fascista) …Trotski, a ver si puede aportar algo. Dice así:
[…] ¿Qué significa en el fondo «social-fascismo»? Los «teóricos» han echado mano a las sutilezas: no pueden decir otra cosa sino que la socialdemocracia está lista para defender contra los obreros los cimientos del régimen burgués por medio de la fuerza armada. ¿Pero no es ese un rasgo común a todos los partidos «democráticos» sin excepción? ¿Alguna vez hemos creído o pensado que la democracia es un régimen de paz social? ¿Es que acaso Kerensky y Tseretelli no masacraron a los campesinos y obreros en los meses de luna de miel de la revolución democrática ? ¿Es que los radicales franceses no han usado la fuerza armada contra los huelguistas, antes y después de la guerra? ¿Acaso la historia de la dominación del partido repu blicano y el partido demócrata de los EE.UU. no es también la historia de las represiones sangrientas contra los huelguistas? Si todo esto es fascismo, entonces la historia de la sociedad dividida en clases es la historia del fascismo; y en el mundo hay tantos fascismos como partidos burgueses: liberal-fascista, radical-fascista, nacional-fascista, etcétera.
¿Pero entonces qué significado tiene esta definición? Ninguno. Es simplemente el sinónimo absurdo de violencia de clase.
(León Trotski, El fascismo, Ediciones CEPE, Buenos Aires, 1972, págs. 62-63.)
Si hubiéramos empezado por acá, ¿no?
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