Una multitud de estudiantes secundarios recorrió el centro porteño para recordar el 41 aniversario de La noche de los lápices con dos preguntas que interrogaban al Estado y a la democracia. ¿Dónde está Santiago Maldonado? Y dónde está el futuro de la escuela pública. León tiene 14 años y escrito en un cachete «prohibido» y […]
Una multitud de estudiantes secundarios recorrió el centro porteño para recordar el 41 aniversario de La noche de los lápices con dos preguntas que interrogaban al Estado y a la democracia. ¿Dónde está Santiago Maldonado? Y dónde está el futuro de la escuela pública.
León tiene 14 años y escrito en un cachete «prohibido» y en el otro «olvidar». Cuando no lleva en su mano la cartulina en la que garabateó «Los lápices siguen escribiendo» sostiene el megáfono apuntando a la cabecera de la marcha que por la ciudad fue cantando:
«Patricia Bullrich
decinos ya
el compañero Maldonado
dónde está».
Así, memoria y presente se unieron esta movilización de estudiantes que recorrió las calles del centro de la ciudad, desde la sede del ministerio de Educación de la Nación hasta el porteño, atravesando la avenida Corrientes, el Obelisco y Plaza de Mayo. En todo el trayecto, el canto fue esa pregunta, dirigida a la ministra de Seguridad y para que responda por una desaparición forzada que hoy es el grito de estas chicas y estos chicos que llevan una bandera blanca que con letras negras interroga a la democracia.
Hoy también es La Noche de los Lápices, porque se cumplen 41 años del secuestro de 10 estudiantes secundarios de La Plata. Tenían entre 14 y 18 años. Sólo 4 sobrevivieron. A seis los fusilaron luego de torturarlos durante una semana. Eran parte de quienes reclamaban por el boleto estudiantil, algo que en la siniestra lógica de la dictadura representaba, en palabras del entonces comisario general Alfredo Fernández «un potencial semillero subversivo».
Eso era para la dictadura la escuela pública.
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