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Si algo se ha vuelto imposible en la Argentina es el «posibilismo realista»

Fuentes: Rebelión

Como en aquella película inolvidable, las fuerzas políticas de derecha siguen ignorando la «catástrofe que nos amenaza», alimentando la ola de mentiras judiciales escritas en cuadernitos truchos y sentencias más infames todavía, del mismo modo que bailaban los ilustres nobles en los salones del Titanic, minutos antes de chocar con el iceberg y hundirse en […]

Como en aquella película inolvidable, las fuerzas políticas de derecha siguen ignorando la «catástrofe que nos amenaza», alimentando la ola de mentiras judiciales escritas en cuadernitos truchos y sentencias más infames todavía, del mismo modo que bailaban los ilustres nobles en los salones del Titanic, minutos antes de chocar con el iceberg y hundirse en el fondo del mar.

De ello se habla mucho. La estampida del dólar, el derrumbe de los activos y el peligro cierto de un default contrasta con la banalidad cuasi suicida de Macri, Clarín, la Alianza Cambiemos con sus Dráculas miserables: Lilita, los radicales y los restos de otras corrientes cuasi fascistas que lo apoyan.

El momento es de una gravedad extrema, tanto para la sociedad en su conjunto que podría sufrir un nuevo derrumbe económico social similar al del 2001, pero mucho más para los sectores políticos opositores que ya están sufriendo persecuciones y amenazas de todo calibre pero que podrían sufrir una escalada de persecuciones y encierros como denuncia la Liga en su llamamiento a luchar por la libertad de todos los presos políticos si el gobierno consigue estabilizar su situación y sobrellevar de algún modo la crisis en que nos sumergen sus políticas. [1]

Pareciera que la política popular es sencilla. La vieja formula de Unidad Nacional para salvar la Argentina puede parecer razonable y hasta única como propuesta realista y posible en las actuales correlaciones de fuerza al interior del movimiento popular y la ausencia tan notoria de una alternativa política verdadera y potente.

Sin embargo las cosas son un poco más complejas.

Comencemos por dos notas publicadas en Pagina 12 donde se pone en duda tan sencilla solución a la situación política.

Claudio Scaletta en la edición del 29 de julio dice redondeando su análisis de coyuntura económica: «Más allá de la voluntad, antes o después será necesaria una reestructuración de la deuda, lo que supondrá una ruptura con el poder financiero global y el FMI. Durante la transición se necesitarán cuidar los dólares uno a uno, lo que supondrá alguna restricción inicial al turismo emisivo y a la formación de activos externos, es decir una ruptura con esa porción de la población risueñamente denominada «clase media internacionalizada». La necesidad de aumentar los recursos fiscales y el cuidado de los precios internos supondrá reinstaurar retenciones diferenciales, una ruptura con los sectores más concentrados de la agroindustria. Desdolarizar los precios de la energía y los servicios públicos aumentará la tensión con las firmas energéticas y las distribuidoras, a la vez que un indispensable nuevo marco de alianzas estratégicas globales significará disputar con la embajada estadounidense, hoy presente en todos los rincones del Estado. Incluso los salarios no podrán recuperarse a la velocidad que esperarían los sindicatos. Saliendo de lo estrictamente económico, si no se hace nada con la superconcentración de los medios de comunicación, todas estas rupturas serán más que amplificadas en el escenario mediático y, si no se reforma la Constitución, las reformas serán bombardeadas, como en el pasado, desde el Poder Judicial.» [2]

¿Creen uds. que todos los que no son Macri estarían dispuestos a realizar estas medidas indispensables para evitar el colapso económico social? ¿Picheto? ¿Massa? ¿El Partido Socialista de Binner? ¿Los intendentes del Pejota del Gran Buenos Aires? Hummm.

Veamos otra opinión, ahora de quien fuera panelista del programa emblema del kirchnerismo, Edgardo Mocca. Luego de repudiar la política macrista en el terreno de las fuerzas armadas, concluye en la necesidad de un programa mínimo para la transición y dice: «Ese programa mínimo bien podía ser encabezado por un nuevo «Nunca Más». Nunca más la violencia estatal contra el pueblo. Y también nunca más la entrega de la soberanía, el endeudamiento irresponsable, la plata de los gobernantes en las guaridas fiscales, el aliento a la timba financiera en detrimento de la producción y el trabajo de argentinos y argentinas, el saqueo a los sectores sociales más débiles en beneficio de un grupo minoritario de privilegiados. Tal vez la forma de este nuevo nunca más sea la de un proyecto de nueva constitución argentina a cuyo alrededor se desarrolle un intenso debate popular y que pueda ser la base de un nuevo lanzamiento de la democracia argentina que recuperamos en 1983. La facilidad y velocidad con la que el gobierno de Macri revierte las conquistas recientes de nuestro pueblo son un argumento a favor de darle jerarquía constitucional a un rumbo de reforzamiento de la democracia con justicia social y soberanía».

A contrapelo de estas y tantas otras reflexiones sobre la profundidad de la crisis, la subordinación al proyecto imperial, la agresividad con que el macrismo destruye el Estado de Derecho y muestra su decisión de arrasar con todo, el discurso de los referentes nacionales del kirchenerismo van por otra vereda.

Recordemos que un discurso es lo que se dice, lo que no se dice y donde se lo dice.

Entonces veamos tres o cuatro párrafos del discurso de Máximo Kirchner, único orador del Plenario de la Militancia convocado por el kirchnerismo pero con el apoyo del Pejota de la provincia y la presencia de los mismos intendentes que están negociando con Massa y le dan gobernabilidad a Vidal.

En un discurso donde no dijo una palabra sobre el intento de Magnicidio contra Maduro ni de la necesaria unidad de los pueblos contra el Imperio, donde ni siquiera nombró a los presos políticos de Argentina y Nuestra América resaltan los siguientes textuales [3]:

«Les pido a todas y todos que no caigamos en provocaciones, que nos pongamos a construir. Que al odio le respondamos con amor.»

«Necesitamos a ustedes, compañeros y compañeras, de pie, mirando de frente, poniendo el cuerpo, llenos de sueños, pensando una Argentina diferente, llenos de amor. Es la única forma en que vamos a poder construir una Argentina que los incluya a todos y no los expulse».

«Es entre todas y todos de la única manera que vamos a poder construir una Argentina grande, inclusiva. Una Argentina donde vuelva a reinar el amor y la igualdad y no esto que estamos teniendo ahora».

Ninguna idea de quién es el verdadero enemigo de los pueblos, y de los que quieren arrasar a la corriente política que representa y muchas apelaciones al 2019 y reiterados llamados a «no caer en provocaciones» y responder al odio con el amor, reflexión bastante pobre para describir la verdadera lucha de clases que se libra en Argentina, el Ware Fare y el proceso de militarización de la sociedad que no pasa solo, ni siquiera principalmente, por el decreto de Macri sobre la actuación futura de las FFAA en el conflicto interno sino en la presencia de Gendarmería, Prefectura y los Servicios de Espionaje en buena parte del territorio nacional, especialmente donde viven las mayorías empobrecidas que dice pretender representar.

Ninguna alusión a algún proceso de unidad programática, de creación de un frente popular patriota y por ende antiimperialista sino nebulosas apelaciones a la unidad contra Macri en presencia de los barones del Cono Urbano, como si no supiera que fueron ellos uno de los factores fundamentales en la derrota del 2015 y en la estabilidad de Cambiemos.

Volvamos al principio de la nota, a las opiniones de Scaletta: sin cambios radicales no hay pos macrismo, anotemos que la persistencia de la idea decimonica de que la política es el arte de lo posible es el camino seguro para la derrota. Que hace falta un despliegue de iniciativa política que modifique la correlación de fuerzas para gestar la masa crítica que nos permita aspirar al posmacrismo y el cambio que evite la catástrofe que nos amenaza.

Y que las apelaciones edulcoradas al «amor» suenan bastante conciliadoras con los asesinos de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y carceleros de Milagro y tantos otros presos políticos (incluidos no pocos peronistas y kirchneristas a los que no hemos dejado un minuto de solidarizarnos con ellos, no como otros).

Dirán que somos setentistas pero sigo pensando con el Che: «Sólo hay una cosa más grande que el amor a la libertad, el odio a quien te la quita.»

Pero no crean que me creo el Che, más bien me inspira un intelectual argentino, uno de los miles a quines le desaparecieron los hijos. David Viñas. En un debate televisivo en pleno menemismo salió a construir el valor del No.

Comienza afirmando que a mayor riesgo de crítica, mayor riesgo de sanción. Cita los nombres de Rodolfo Walsh, de Silvio Frondizi y de John William Cooke. La conductora se impacienta. Viñas no retrocede. Rescata su derecho a definirse por la discrepancia. ¿Nada más?, lo increpa la conductora. Y nada menos, agrega Viñas, quien remata: decir «no» es empezar a pensar. Igual que años atrás lo había escrito en «Los dueños de la tierra» (los Bullrich, los Bauen, los Benetton, no?) Y era bueno poder ver a los enemigos, si hasta era saludable poderlos odiar enteramente, como un ojo mira redondamente a un blanco. Es que ese odio sí que se lo sentía con de esa forma total, resultaba placentero, no incomoda, llenaba el cuerpo y lo sostenía a uno. Hasta adquirían importancia y su verdadero valor los enemigos y uno se definía a partir de ellos. «No» a lo que comen, «no» a lo que leen, «no» a lo que tienen metido en la cabeza… –le había dicho Yuda. [4]  

Porque amamos a Santiago odiamos a Patricia; porque amamos a los pobres odiamos a Mauricio y sus cómplices de este saqueo planificado.

Hay que cultivar tanto amor a la libertad, al pueblo, a la dignidad, que ese amor se transforme en deseo de ser libres, de echar a Macri, de construir algo más grande que nosotros mismos. Con la pasión de quien sabe que lo imposible es lo nuestro, de lo demás se encargan otros.

Notas

[1] https://laladh.wordpress.com/2018/08/09/la-importancia-de-luchar-por-la-libertad-de-las-y-los-presos-politicos-de-acompanarlos-y-sostener-su-esfuerzo-con-nuestra-presencia-fisica-en-los-penales-y-el-respaldo-politico-juridico-y-solidario/

[2] https://www.pagina12.com.ar/131476-rupturas-y-consensos-para-la-post-crisis

[3] https://infocielo.com/nota/94681/con_apoyo_de_varios_intendentes_peronistas_y_ante_miles_de_personas_maximo_kirchner_cerro_el_plenario_de_la_militancia/

[4] https://www.lalunacongatillo.com/single-post/2018/03/13/Por-el-sendero-luminoso-de-David-Viñas

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.