Recomiendo:
0

Sobre el fascismo y el estado en México

Fuentes: Rebelión

a) Estado bárbaro Hace unos días el Procurador General de la República que está agotando su capacidad de mentir, respondiendo al clamor popular de que la matanza de Iguala, el asesinato de 6 y la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, es un crimen de Estado, expresó que el ayuntamiento de Iguala no es […]

a) Estado bárbaro

Hace unos días el Procurador General de la República que está agotando su capacidad de mentir, respondiendo al clamor popular de que la matanza de Iguala, el asesinato de 6 y la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, es un crimen de Estado, expresó que el ayuntamiento de Iguala no es el Estado Mexicano.

Esa afirmación conduce necesariamente a precisar los términos. Según la definición burguesa el Estado es la Nación jurídicamente organizada, por lo que las autoridades de Iguala forman parte del Estado Mexicano, al menos que ese municipio se lo hayan vendido a China. La definición marxista nos informa que el Estado es la clase social económicamente dominante, jurídicamente organizada como clase gobernante, en un determinado territorio. En ambos casos el Estado no es sólo una figura legal, una persona moral, sino fundamentalmente, un conjunto de personas físicas, es decir el Estado es también de carne y hueso, cuyo carácter lo determina la clase social en el poder y que se mide además por el comportamiento de sus integrantes.

El Estado esclavista estuvo integrado por esclavistas. El Estado feudal por los señores feudales. El Estado burgués por burgueses, quienes han tenido un distinto proceder durante el desarrollo del sistema capitalista, de ahí que también califiquemos al Estado como progresista y democrático, o como fascista y represor, dependiendo de la conducta de los gobernantes.

Conforme a estas ideas ciertamente esquemáticas, yo diría que el actual Estado Mexicano está integrado, por traidores a la patria, porque han entregado a los monopolios y al imperio, la soberanía nacional, el territorio y sus riquezas, además del petróleo y la electricidad; por asesinos y bandidos, que han hecho de la tortura y la muerte un estilo de gobernar y que disponen arbitrariamente del presupuesto. Además de todo eso, son torpes e ignorantes. Nuestro amigo Oscar González Bonilla se queja, por ejemplo, en su prestigiado periódico Nayarit Altivo, que es asfixiante la incapacidad de los gobernantes de Nayarit.

Estos genocidas, vendepatrias y analfabetas funcionales, son los que gobiernan al país a nombre del PRI, del PAN y del PRD.

Los grandes monopolios globales y las oligarquías nacionales, en México y el mundo, han multiplicado hasta el extremo los inconvenientes sociales del sistema, al grado de que ya no puede hablarse de capitalismo sino de barbarie, porque además de la explotación del trabajo asalariado, despojan, mediante la fuerza, a las naciones de sus riquezas y a los hombres de mercancías ya producidas. Emplean los avances de la ciencia y la tecnología en perjuicio de los seres humanos, condenando a enormes sectores de la población al desempleo, a la marginación y al hambre.

Al Estado mexicano lo ha calificado, el propio gobierno norteamericano, como fallido, porque no puede controlar la violencia, dar seguridad a la población, ni garantizar la gobernabilidad. Yo pienso que simplemente es un Estado Bárbaro, al igual que el Estado metropolitano a quien sirve.

b) El fascismo elevado a rango constitucional

En la elaboración constitucional la burguesía nacional ha procedido siempre con verdadera audacia, sea para bien o sea para mal. En su etapa de ascenso revolucionario, creó las garantías sociales al lado de las garantías individuales. No se conformó con establecer los derechos de obreros y campesinos mediante postulados generales, sino que los precisó al detalle y estableció los procedimientos para hacerlos valer. La huelga de los trabajadores, de ser un delito, paso a ser una fuente formal del derecho, puesto que esa presión de los trabajadores obligaba a los patrones a firmar los contratos colectivos de trabajo, que pasaban a formar parte del derecho positivo. La Reforma Agraria se desarrolló no solo bajo el principio de que la Nación es la propietaria original de todas las tierras y las aguas comprendidas dentro de su territorio, sino que la Constitución estableció los procedimientos para que los núcleos campesinos fueran dotados o restituidos de las tierras suficientes para satisfacer sus necesidades agrarias. Al principal latifundista que era el Clero, simplemente le negó personalidad jurídica.

A partir de la Expropiación Petrolera, las nacionalizaciones, de ser meros actos administrativos que ponen en manos del Estado las empresas privadas, fueron elevadas a rango constitucional.

En su decadencia, la burguesía nacional, que ha abdicado económica y políticamente a favor de los monopolios globales y del imperialismo, particularmente el imperialismo norteamericano, conserva su audacia legislativa, sólo que ahora en contra de los intereses de la Nación y de los trabajadores.

En 1982 modificó la Constitución para establecer la obligación del Estado de estimular y apoyar a la «Iniciativa Privada», reforma por la cual, México pasó a ser el único país en el mundo que elevaba a rango constitucional, el capitalismo monopolista de Estado.

A partir de entonces nuestra Constitución ha suprimido los derechos de la nación y de los trabajadores para establecer al detalle los derechos y procedimientos de los monopolios nacionales e internacionales.

Ahora Peña Nieto, en lugar de largarse, por ser el mayor responsable de los crímenes de Iguala y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, nos anuncia nuevas reformas a la Constitución, para destruir la institución del Municipio Libre Y el Pacto Federal; establecer un mando único de las fuerzas armadas, y de los tribunales con el fin de combatir no al crimen organizado, sino a todos los mexicanos que protesten en contra de tales crímenes.

La doctora Amelia Gascón y yo nos hemos puesto de acuerdo para elaborar un ensayo o un libro sobre la legislación anunciada, una vez que conozcamos el texto de las iniciativas del presidente indeseable, pero es casi seguro que México se convertirá en el primer país en el mundo y en la historia donde el fascismo se eleve a rango constitucional

C) Más fascista que el fascismo

Jorge Dimitrov fue detenido en 1933 en Alemania tras la toma del poder por parte de los nazis al ser acusado de la quema del Reichstag (esta acción sirvió de pretexto para encarcelar y perseguir a los militantes y activistas comunistas en Alemania).

Tras ser encarcelado en Alemania, estudió el derecho y las leyes alemanas para exponer su defensa ante un tribunal, siendo absuelto de todos los cargos. El alegato genial de su defensa ha inspirado a muchos perseguidos políticos que han sido procesados por regímenes burgueses. No obstante que Dimitrov pudo revertir los términos de su juicio convirtiéndose de acusado en acusador, debe reconocerse que la legislación y los tribunales alemanes de aquella época, eran más independientes del régimen fascista, que lo que serán la legislación y los tribunales en México, si se aprueban las iniciativas de reformas a la Constitución que promueve Peña Nieto.

d) Dos opciones frente al fascismo

A algunos de mis amigos les parece exagerada mi afirmación de que México, de aprobarse las nuevas propuestas de Peña Nieto, vaya a ser el primer país en la historia de la humanidad que eleve el fascismo a rango constitucional. Al respecto quiero informarles que Hitler gobernó la Alemania fascista con la Constitución de Weimar, con algunas reformas y, que aquella, fue una Constitución democrática. El fascismo y sus crímenes horrendos, de lesa humanidad, fue de facto y contrario al derecho, mientras que en nuestro país, el fascismo, será legalizado por nuestra Norma Suprema, contra la cual no procede ni siquiera el juicio de amparo. Por esa razón, reitero, a los mexicanos nos quedarán dos opciones frente a la represión del Estado: morir peleando con las armas en la mano, o morir sin pelear.

e) Soneto encabronado

Morir por la vida de los demás

la impotencia y la indefensión

duelen mucho más que el dolor mismo

de Ayotzinapa sigue el abismo

¿quedarnos quietos, morir, resignación?

Morir como los perros, sin emoción,

sin quejas, reclamos, ni protagonismo,

simplemente, morir sin beneficio.

negarse milagro de la resurrección.

 

Mejor nunca haber nacido, ¡cobarde!

que de todos modos te van a matar.

mira que la leña está que arde

 

Únete a tus vecinos para luchar.

muere por la vida, por la libertad

renacerás en la historia, más tarde.

 

Salvador Castañeda O’Connor es director de la revista Unidad Comunista

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.