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Sobre la celebración del rally Dakar

Fuentes: Rebelión

En esa consagrada obra maestra de lo bizarro, con mediación de lo real aconteciendo, como lo fue el programa de televisión Todo por dos pesos, Fabio Alberti cerraba preguntando ¿qué nos pasa a los argentinos? Es una pregunta muletilla, sin dudas, pero vale realizarla una vez más (no ya con la gracia del humorista). El […]

En esa consagrada obra maestra de lo bizarro, con mediación de lo real aconteciendo, como lo fue el programa de televisión Todo por dos pesos, Fabio Alberti cerraba preguntando ¿qué nos pasa a los argentinos? Es una pregunta muletilla, sin dudas, pero vale realizarla una vez más (no ya con la gracia del humorista).

El evento deportivo del año, según se nos informa, se está llevando a cabo en tierras de estos lares del mundo (incluidas las del sur del Sur, donde si es necesario arrebatárselas a sus ancestrales dueños lo harán para que se observe una vez más el paso de la civilización). Así es que se justifica el corte total de rutas y caminos durante largas horas; nadie repara en los pueblos y caseríos aislados, todos alienados con el espectáculo de acaudalados motivos y recursos: mirando la ostentación sobre ruedas. Todos alabando lo deportivo (sin intentos de ver los poderes que mueven ese deporte). Poco importa… La soberbia ensordecedora de las bocinas… El despilfarro de oro negro por el cual sepultan vivos a los niños en Iraq… Poco importa (no ya de manera fatalista, sino como futuro inmediato)… Poco importa lo lúdico de la ostentación y el poder.

Al llegar a Santa Rosa, un folclore chauvinista recibió a los «deportistas» con pancartas de protestas (con una K tachada), y los coronaron con el clásico lomo: «¡la mejor carne del mundo!» dice uno de los protagonistas de la «odisea»; y el príncipe de Qatar, Nasser Al Attiyah, lidera la competencia…

Ese lomo le es regalado como símbolo de gente tuerca agradecida por los mismos que se lo quieren vender a precios incomibles a sus hermanos de suelo. ¿Acaso le regalarán lomos a los piqueteros pobres y desocupados (porque ahora hay que aclarar que existen piqueteros pobres y desocupados) cuando corten los accesos y tomen las plazas como lo hicieron los autos, las motos y los camiones? ¿Y cuando incomuniquen a los pueblos de nuestras provincias?

¿Contra quién protesta la gauchocracia?

¿De quién será la responsabilidad de volver transitables los caminos? ¿Quién paga el combustible de las ambulancias? ¿El traslado de la gendarmería? ¿Los despliegues de la policía? ¿Los servicios de los bomberos voluntarios? ¿Quién paga a médicos y enfermeros?

¿No será de sus propios impuestos? ¿Sergio Massa no estaba en la promoción de lo mismo que ellos premian con lomo? Un titular de un diario dice que el gobierno de Fernández da por hecho la continuidad de este espectáculo el próximo año. Entonces ¿aplauden -convalidando por omisión- aquello de lo que dicen estar en contra? (porque el espectáculo se realiza con la anuencia K)…

Y a todo esto ¿qué hay de Dakar en Pehuajó? ¿O en Fiambalá?

Aunque, preguntas vanas, después de todo, tanto a la gauchocracia como al gobierno bien poco le importan los pobres, los desocupados, y la redistribución de la riqueza, y ambos disfrutan del mismo espectáculo, en tanto unos con lomo y porotos y los otros con fierros.