La editora del diario Público solicitó el pasado 3 -o 2- de enero un concurso voluntario de acreedores ante los Juzgados de lo Mercantil de Barcelona. La empresa afirma haber tomado «esta decisión para salvaguardar de la mejor forma posible los intereses de todas las partes afectadas» [1] (antes de recurrir al concurso voluntario de […]
La editora del diario Público solicitó el pasado 3 -o 2- de enero un concurso voluntario de acreedores ante los Juzgados de lo Mercantil de Barcelona. La empresa afirma haber tomado «esta decisión para salvaguardar de la mejor forma posible los intereses de todas las partes afectadas» [1] (antes de recurrir al concurso voluntario de acreedores, Mediapubli presentó, a principios de septiembre de 2011, un expediente de regulación de empleo (ERE) que se «saldó» con 29 «bajas incentivadas», un 20% de la plantilla en aquellos momentos [3]).
La decisión empresarial, que afecta también la filial de Mediapubli propietaria de La Voz de Asturias , obedece a «la intensificación de la crisis publicitaria [2], la profunda transformación que está sufriendo el sector de la prensa escrita y las dificultades para acceder a nueva financiación». El proceso, tras su admisión por las autoridades judiciales, conllevará el nombramiento de «una administración concursal encargada de supervisar la gestión de la empresa mientras se buscan las fórmulas necesarias para garantizar su continuidad». Entre ellas, se señala en la información, un acuerdo con los acreedores para el pago de las obligaciones pendientes, nuevas vías de financiación, con el objetivo de «procurar la viabilidad futura del proyecto».
Jesús Maraña, el actual director de la publicación, ha comentado que, en su opinión, «la principal causa de la actual situación tiene su origen en la crisis económica y en sus consecuencias en el ámbito de la comunicación». Hay más razones en nuestra opinión. Entre ellas, las enormes dificultades existentes para incorporar a jóvenes lectores a la prensa escrita no deportiva, especialmente entre jóvenes de origen trabajador y no sólo por motivos económicos. La prensa gratuita (en general, páginas y páginas de publicidad) han penetrado fuertemente entre sectores obreros.
La reducción progresiva de todo tipo de costes, ha añadido Maraña, incluidas «dos reestructuraciones de personal», o las subidas del precio por ejemplar han permitido contener las pérdidas en los últimos ejercicios pero no lo suficiente para compensar la crisis de los ingresos publicitarios. La búsqueda de préstamos en los últimos meses ha resultado infructuosa «pese a que el volumen de la deuda acumulada es mucho menor que el que soportan la mayoría de las cabeceras».
En su opinión, Público no ha sufrido alteraciones en la línea editorial con la que salió a la calle y saltó a Internet. El punto no es del todo evidente, baste pensar en los cambios de dirección, tres o cuatro hasta el momento. Quería ser, ha añadido Maraña, «un diario sinceramente progresista, defensor de una España plural y moderna y respetuoso con sus distintas culturas, aspiraciones y lenguas, que sirviera como herramienta de conocimiento y como plataforma de debate de ideas a una izquierda también plural que siempre ha reivindicado la importancia de lo público y la defensa del Estado del bienestar y de las capas más débiles de la sociedad». La izquierda plural ha incluido, en ocasiones, escritos tan extraños como artículos del ex embajador de Israel en España o de la mismísima secretaria de Estado usamericana. Desde luego, al PSOE de forma destacada.
Trabajan actualmente en Público -no para Público – 160 trabajadores/as y otras 40 en La Voz de Asturias . Reunidos en Asamblea, han acordado el siguiente comunicado con algunos nudos críticos de interés:
«Los trabajadores de Público han conocido esta mañana [tal vez el 3 de enero] que la editora del diario, Mediapubli S.L., ha presentado concurso voluntario de acreedores ante los juzgados de lo Mercantil de Barcelona. La solicitud de intervención de la autoridad judicial se produce habiéndose incumplido ya el abono de la nómina correspondiente al mes de diciembre, que queda pendiente de pago por parte de la empresa.
Ante esta situación, que obliga a la plantilla a permanecer en su puesto de trabajo sin tener conocimiento pormenorizado de los planes de los propietarios del diario, queremos manifestar que mantenemos intacto nuestro compromiso con los lectores. Compartimos con ellos un punto de vista ideológico que busca denunciar, con rigor y profesionalidad, las injusticias sociales y los efectos de la crisis.
Para poder seguir desempeñando nuestra labor, hemos solicitado a los editores de la cabecera, a través del comité de empresa, que informen, en el menor plazo posible, de sus intenciones de permanecer ligados al proyecto que iniciamos entre todos hace ahora cuatro años y medio.
A la espera de la información solicitada y a pesar de la complicada situación personal a la que han abocado los propietarios a 160 familias, los empleados de Público seguiremos trabajando para sacar adelante el producto informativo que nuestros lectores demandan y que creemos imprescindible en la situación económica, política y social que atravesamos».
Hasta aquí el comunicado.
Vaya por delante lo esencial: nuestra solidaridad con los trabajadores de Público , sin duda el nudo más vulnerable de todo el conjunto. No se trata ahora de hacer una valoración crítica de la «cosmovisión de izquierda» que ha abonado Público ni de la bondad y consistencia de algunas de las decisiones tomadas sino de recordar que muchos ciudadanos y ciudadanas hemos aprendido, y queremos seguir aprendiendo, de muchas de sus informaciones y firmas. Por poner algunos ejemplos de Isaac Rosa, Andrés Pérez, José Manuel Naredo, Antonio Izquierdo, Manuel Ansede, en su momento de Rafael Reig, o de colaboradores puntuales como Josep Fontana, Ricard Vinyes, Miren Etxezarreta, Francisco Fernández Buey, Lidia Falcón o Joaquim Sempere.
¡Todo nuestro apoyo para los trabajadores y trababajadoras de Público a quienes queremos expresar nuestra máxima solidaridad mientras permanecemos atentos para apoyar cualquier iniciativa que parezca razonable emprender! No es ninguna buena noticia para la izquierda que Público tenga dificultades ni que sus trabajadores se encuentren en la situación en la que desgraciadamente se encuentran.
Notas:
[2] Se calcula que los ingresos publicitarios, para el conjunto de la prensa diaria española, se han reducido a la mitad en estos últimos cuatro años.
[3] Según datos de la propia publicación, desde su salida en 2007, el periódico editado por Mediapubli ha experimentado un fuerte crecimiento tanto en difusión como en audiencia. En la última oleada del Estudio General de Medios (EGM), noviembre de 2011, se colocó en la cuarta posición entre los diarios de información general y ámbito estatal, con 299.000 lectores, superando a La Razón y detrás de El País , El Mundo y el ABC . La página web de la publicación -www.publico.es- ronda, según las mismas fuentes, los 5 millones de «usuarios únicos».
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