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Terror en pleno día de muertos para defensores del NAICM

Fuentes: Rebelión

El golpe recibido por la élite empresarial en México a raíz de la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAICM) en Texcoco, ha sido significativo. A pesar de que las obras aún no se han cancelado y de que Peña Nieto ha dicho que éstas continuarán hasta el último día de su […]

El golpe recibido por la élite empresarial en México a raíz de la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAICM) en Texcoco, ha sido significativo. A pesar de que las obras aún no se han cancelado y de que Peña Nieto ha dicho que éstas continuarán hasta el último día de su mandato, el anuncio de la cancelación del proyecto ha provocado una desestabilización política que se puede traducir en un nuevo reacomodo. Demos un breve repaso a los acontecimientos previos.

Poco antes y después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el 1 de julio en las elecciones presidenciales, las cúpulas empresariales más importantes del país buscaron por todos los medios (reuniones, conferencias de prensa, documentos oficiales, etc.) presionar al próximo gobierno para continuar con el actual proyecto económico y político que ha perdurado por al menos tres décadas. Ante la derrota política de esta oligarquía económica (representada esencialmente por el PRI-PAN), de ninguna manera aceptaron perder el control económico del país; es decir, perdieron la silla presidencial pero no están dispuestos a ceder el timón económico.

Por otro lado, el gobierno electo de AMLO ha llegado con un discurso de cambio político y económico que ha generado unidad en un amplio sector de la población mexicana (más de 32 millones de votos para ganar las elecciones), y si bien la presión de esta cúpula empresarial, encabezada fundamentalmente por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ha hecho que AMLO haya cedido en algunos puntos importantes, la presión hecha por los sectores populares igualmente ha generado que el gobierno este supeditado a las reivindicaciones que éstos grupos exigen.

El triunfo de Andrés Manuel como presidente electo ha desestabilizado la estructura política y ha generado, en un primer momento, un reacomodo de las fuerzas al interior del sistema político. Ante esta situación, la élite empresarial ha buscado por todos los medios evitar que este primer golpe político se traduzca en un golpe que trastoque al stablishment económico.

«Los empresarios reconocemos y respetamos su triunfo», dicen a coro los principales representantes de ésta élite económica; al mismo tiempo, miembros del CCE reafirman esta postura: «construir junto al nuevo gobierno una ruta que permita a México alcanzar su potencial» y «estamos muy optimistas de lo que podemos hacer en colaboración conjunta el sector privado con el nuevo gobierno» dice Alejandro Ramírez (Cinépolis); Eduardo Tricio (Lala, Aeroméxico) dice que el gobierno contará con el «apoyo para construir las mejores soluciones para nuestro país»; y de manera significativa Claudio X González señala que «tenemos muchas ganas de que sea un buen presidente de México… le hemos ofrecido todo nuestro apoyo… yo creo que va a haber confianza, inversión y más crecimiento» [1]. Este apoyo expresado por estos sectores al gobierno de AMLO generó que incluso el jefe de la oficina de la presidencia en el próximo gobierno de Obrador, Alfonso Romo, asegurara que «hay luna de miel» con los empresarios.

Estas declaraciones muestran una necesidad del sector empresarial por mantener al nuevo gobierno dentro de los marcos económicos establecidos, y de esta manera impedir un cambio radical en este espacio; pero también, y muy importante, estas expresiones evidencian un profundo temor de las cúpulas empresariales ante el nuevo contexto, es decir, ante un posible avance de las masas populares.

La élite económica, que se ha visto beneficiada por las políticas neoliberales implementadas en décadas pasadas a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de la gran mayoría de la población, no está dispuesta a permitir ningún cambio que favorezca a los sectores populares por mínimo que este sea. ¡Populismo!, gritan a coro y vociferan; ¡Populismo!, es su grito de guerra para descalificar cualquier reivindicación de las masas; pues este avance significaría dejar un precedente de que es posible un cambio de rumbo en beneficio del sector popular. Sería un terrible precedente para los intereses de la élite empresarial, pero sería un magnífico precedente para el pueblo de México en su aspiración de mejorar sus condiciones de vida. Estamos ante la lucha de dos proyectos opuestos, la lucha de intereses irreconciliables, la lucha de clases en su máxima expresión.

Es en este contexto donde se coloca la batalla por el proyecto del NAICM. Uno de los puntos centrales, entre varios más, en donde podremos observar si el nuevo gobierno puede llevar a cabo un giro, aunque sea mínimo, en el aspecto económico del país e impulsar un proyecto distinto al que se ha venido operando, es en el tema del aeropuerto. El que está detrás de este proyecto, esencialmente, es el mismo grupo empresarial que ha dominado y dictado las políticas económicas en las últimas décadas, por lo tanto, la continuación del NAICM en Texcoco significa la continuación de la conducción económica por estos mismos grupos.

Por el contrario, la cancelación del NAICM significaría que la victoria del 1 de julio no solamente sería política y tener mayoría en el parlamento, sino que se buscaría consolidar esta victoria sobre el aspecto económico. Por ello, más allá de los argumentos particulares en términos técnicos, aeronáuticos y ambientales (que son fundamentales y que han estado presentes en todo este periodo en foros, debates, documentos, notas de prensa, etc.), la decisión de continuar o cancelar el NAICM es profundamente económica y política. Al ser la primera disputa en términos de mostrar quien mandará y gobernará realmente durante el próximo sexenio, este tema ha adquirido un carácter estratégico tanto para el sector empresarial como para las masas trabajadoras. De su resultado depende, en gran medida, si el triunfo sobre la silla presidencial podrá arrancar el mando del timón económico a la élite económica que aún lo tiene. Esto es lo que está en juego.

Por lo tanto, no sorprende que ante los resultados de la consulta ciudadana en torno a la continuación del aeropuerto en Texcoco o la opción de Santa Lucía-Toluca-CdMx, en donde salió vencedor la segunda opción en proporción de 7 a 3 (goliza en términos futboleros), todos los grupos empresariales tanto nacionales como extranjeros, quienes han sido los grandes ganadores en estos años de neoliberalismo, han descalificado, deslegitimado y ninguneado no sólo a la consulta, sino fundamentalmente a todo el pueblo.

«Una consulta a la ciudadanía en general no traería las opiniones de la gente que verdaderamente conoce«, afirma el director de la Canaero, Rodrigo Pérez-Alonso [2]; «no se debería de hacer entre la población general, ya que nada tienen que abonar al tema», Consejo Coordinador Empresarial de Campeche (CEEC) Víctor del Rio R. de la Gala. Para el CCE, «no es correcto dejar en manos de los ciudadanos una decisión que debería ser eminentemente técnica» [3]; en el mismo tenor, la Concanaco aseguró que » debe ser con base en términos técnicos y financieros, no políticos, basados en una votación popular» [4]. Es decir, el mensaje es que los mexicanos no están capacitados para tomar una decisión así de importante.

Estas expresiones muestran un profundo desprecio a las clases trabajadoras y a los vastos sectores populares, pero carecen de contenido, ya que expertos en la materia han corroborado la inviabilidad técnica y ambiental del NAICM, así como su inviabilidad financiera. El problema no tiene que ver con falta de información, sino por el contrario, con una amplia participación de la población en debates, foros informativos, congresos, encuentros locales que evidencian que el gran negocio del aeropuerto sería para unos cuantos a costa de la gran mayoría. Y esto es lo que les aterra, que el pueblo tenga información y cierre filas en contra de este proyecto; la consulta (por más irregularidades y deficiencias que haya tenido) es ilegal para este sector de la derecha no por el hecho de que haya votado sólo el 1% de la población nacional, sino porque muestra un repudio a la continuación del proyecto del NAICM. Para la derecha del país, la ilegalidad de la consulta consiste en el hecho de que perdieron, he ahí la esencia de su rabieta. Veamos algunas de sus expresiones.

PRI

«Fue evidente la manipulación y la posición abierta de los promotores en favor de Santa Lucía «; y en el mismo tenor afirman que «afectaría a las futuras generaciones, a todos los mexicanos, perderemos miles de empleos y se va a perder la reputación del país y la certidumbre que se debe dar a los inversionistas». Claudia Ruiz Massieu [5]

PAN

«Es terrible para el país este ejercicio; nos ha metido en una ruta peligrosísima«. Damián Zepeda. [6]

Coparmex  

«Siendo candidato (López Obrador) estuvo en Coparmex y se comprometió a dos cosas: a que de haber una consulta popular sobre el NAIM sería con apego a la ley… nos mintió . Las empresas afectadas estarán en su legítimo derecho de exigir lo que corresponda si el proyecto se interrumpe«. Gustavo de Hoyos. [7]

CCE  

«La consulta popular del fin de semana estuvo fuera del marco legal, que la cancelación tendrá implicaciones jurídicas con acreedores y contratistas y generará incertidumbre«. Juan Pablo Castañón. [8]

BBVA y Citibanamex  

«El problema no es la cancelación del proyecto, sino el mensaje de incertidumbre que se envía a los inversionistas «. Eduardo Osuna. [9]

Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA)

«Es extremadamente decepcionante que el próximo gobierno pretenda cancelar ese proyecto ‘de clase mundial’… Es un gran revés». Alexandre de Juniac. [10]

Estas declaraciones tanto del capital nacional como del internacional, así como de los partidos políticos que han defendido sus intereses en los últimos años (como han sido el PRI-PAN), evidencian claramente la molestia por el hecho de la posibilidad cada vez más real de la cancelación de este megaproyecto. Por supuesto, como afirma Damián Zepeda del PAN, esta decisión ha metido en una ruta peligrosísima, pero al propio proyecto económico que se venía gestando, y eso favorece al pueblo. Por supuesto que es una decisión extremadamente decepcionante, pero para los capitales que se han enriquecido a costa de la mayoría de la sociedad, y eso favorece al pueblo. Por supuesto que es un gran revés, pero para esa élite económica que no está dispuesta a ceder un ápice en el control de la dirección económica que tanto les ha beneficiado. Queda claro que el golpe recibido por el anuncio de la cancelación del NAICM ha puesto en cuestionamiento quien llevará las riendas económicas del país al menos en el próximo sexenio. Del tamaño de la rabieta empresarial es el tamaño del triunfo del pueblo.

«¿Quién manda? ¿No es el pueblo, los ciudadanos? ¿No es eso la democracia? Ese es el cambio. Entonces se acabó el predominio de una minoría y la vinculación del poder económico y político, que el gobierno esté sólo al servicio de un grupo. El gobierno es de todos, representa a todos y estoy seguro que se entenderá», dijo AMLO en conferencia de prensa posterior a los resultados de la consulta [11]. Y, efectivamente, lo que está en juego no sólo es un proyecto de inversión, sino el control del poder político y económico; se va definiendo quien será el que realmente mandará en el próximo sexenio o incluso para quien gobernará AMLO: será la oligarquía económica o el pueblo quien mande.

La consulta sólo ha sido una pequeña muestra de la negativa por continuar con la construcción del NAICM, pero el triunfo no se debe buscar en ese espacio. La resistencia de las comunidades directamente afectadas ha estado presente desde al menos 17 años, la tenaz lucha emprendida por los pobladores a través de todo este periodo y la unidad que han logrado generar con otros tantos sectores de la población en general, ha sido fundamental para echar atrás no sólo una, sino ya varias veces el proyecto del aeropuerto en Texcoco. La decisión de cancelar el proyecto no se logró en la consulta; se logró en las calles y en los pueblos, en las movilizaciones y en la presión ejercida desde abajo. El gran referente ha sido el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), y si bien este logro hay que buscarlo en la digna resistencia que han dado desde hace varios años, es cierto que en este momento no hubiera sido posible sin la unidad de organizaciones, pueblos y movimientos sociales que tomaron como propia la bandera del NO al NAICM.

«Es gracias a la lucha incansable de los pueblos de la zona oriente la cuenca del Valle de México, en defensa de su herencia ancestral, que hoy podemos hablar de un triunfo indiscutible de la vida… El triunfo es de todos«, afirman en un pronunciamiento los integrantes del FPDT y la plataforma organizativa en contra del aeropuerto [12].

Y esta es una gran lección histórica para el pueblo mexicano. Dado el carácter estratégico de la continuación o cancelación del aeropuerto y las repercusiones políticas y económicas que de esta decisión se derivarían, se logró entender, en la mayoría del movimiento popular, que la lucha por la cancelación del NAICM era a su vez una lucha no sólo por las tierras y los pueblos directamente afectados, sino también que de su triunfo dependían la posible cancelación de la Reforma Educativa, de la Reforma Energética, de la libertad de los presos políticos alrededor del país, de echar atrás el avance en la privatización del agua, en frenar la depredación que hacen de los pueblos las mineras extranjeras, en avanzar hacia una educación pública y gratuita sin exclusión de jóvenes, en recuperar la salud pública universal, en la recuperación de los empleos y salarios dignos, es decir, se entendió que frenar el NAICM significaba, al mismo tiempo, generar mejores condiciones para la realización de las demás reivindicaciones particulares de los diversos sectores populares. El anuncio de la cancelación del NAICM ha significado un triunfo para todo el pueblo.

Este triunfo ha sido producto de la unidad. Pero a pesar del anuncio, la cancelación aún no se lleva a cabo, y los empresarios ya han dicho que utilizarán todos los medios a su alcance para evitar la cancelación del proyecto; es decir, la batalla apenas está dando inicio, pero queda claro que el primer golpe lo ha dado el pueblo, algo que no ocurría desde hace al menos tres décadas.

Se ha abierto una posibilidad histórica favorable a las masas trabajadoras que no se debe desaprovechar. La élite económica y política del país no se quedará cruzada de brazos, está aterrada por el resultado de esta primera batalla, y por ello el contraataque ya ha iniciado; ante ello se necesita más organización, más unidad. Para frenar a los de arriba se necesita unidad férrea desde abajo. A pesar de esto, nada les quitará que en pleno día de muertos estén a punto de colocar la imagen del NAICM en su ofrenda, pero lo más importante: en este día de muertos la clase trabajadora los ha aterrado como en ningún otro, de nosotros depende que su terror dure para siempre.

Notas:

[2]  https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/10/08/aerolineas-piden-que-consulta-sobre-el-naicm-sea-solo-entre-expertos

[3]  https://breaking.com.mx/2018/10/empresarios-critican-consulta-popular/

[4]  http://www.jornada.com.mx/2018/10/29/politica/004n1pol

[5]  https://www.jornada.com.mx/2018/10/30/politica/008n1pol

[6]  https://www.jornada.com.mx/2018/10/30/politica/008n1pol

[7]  https://www.jornada.com.mx/2018/10/29/politica/004n1pol

[8]  https://www.jornada.com.mx/2018/10/30/politica/004n2pol

[9]  https://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/10/31/cancelar-el-proyecto-mala-decision-bbva-y-citibanamex-226.html

[10]  https://www.jornada.unam.mx/2018/10/30/politica/005n3pol

[11]  https://www.jornada.com.mx/2018/10/30/politica/002n1pol

Eduardo Peralta. Facultad de Economía – UNAM

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.