El Licenciado Héctor Valle es economista, Presidente de FIDE, fundación que integra también, como Directora Merecedes Marcó Del Pont, integrante del proyecto «Hacia el Plan Fénix», docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y presidente del Fondo Nacional de las Artes (FNA). Analizó para El Pueblo Nuevo en exclusiva la situación económica […]
El Licenciado Héctor Valle es economista, Presidente de FIDE, fundación que integra también, como Directora Merecedes Marcó Del Pont, integrante del proyecto «Hacia el Plan Fénix», docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y presidente del Fondo Nacional de las Artes (FNA). Analizó para El Pueblo Nuevo en exclusiva la situación económica del país y de los países europeos.
En los últimos años el modelo económico argentino ha pasado de un modelo al que escapar a uno al cual seguir, ¿cómo lo analiza Usted?
La experiencia argentina es muy ilustrativa sobre que hacer en una circunstancia de crisis extrema. Lo que me preocupa es que las señales que están dando las economías maduras, sobre todo de los países europeos y también de Estados Unidos, es insistir en ponerles a los países que están en una situación conflictiva como Grecia; España; Portugal y creo que en cualquier momento Italia, así como a los países que en su momento fueron parte de la Unión Soviética, Lituania; Letonia y todos los países de esa parte del mundo donde la crisis ha pegado muy fuerte, es exigirles más ajustes cuando con esa exigencia, la reprogramación de la deuda compulsiva y de prestarles a cambio de condiciones muy severas, lo único que se consigue es empeorar la situación.
La propuesta que le están haciendo los bancos alemanes fundamentalmente a Grecia significa que va a cargar por servicios de la deuda 30 o 40 años a la vista, lo que es absolutamente inviable porque es inviable el sistema que le dio origen a esta situación.
A un país como Grecia o Portugal, de menor desarrollo activo respecto a las grandes potencias, con un tipo de cambio similar al de estas y que además está revaluado, lo que se les quita totalmente es competitividad en el resto del mundo. Además están obligados a participar de gastos muy enormes como es el mantenimiento de la OTAN.
Cuando ese desequilibrio fiscal se financia apelando al endeudamiento y se llega al momento en que esa deuda es absolutamente impagable, lo que hay que hacer es lo que hizo la Argentina.
La idea es no llegar al punto que llegó la Argentina, pero llegado a ese punto, es necesario producir un default.
Ahora, es muy difícil producir un default cuando los que más se van a ver afectados son los bancos alemanes, pero tienen que entender que le están exigiendo a los países endeudados condiciones similares a las que los países ganadores de la 1ra guerra mundial le exigieron a Alemania por los pactos de Versalles, que terminó en una situación de inflación y de caos económico que llevó al nazismo.
Con la particularidad de que quienes están imponiendo estos planes salvajes son los que se van a quedar con las empresas públicas a un precio vil.
Es el mismo mecanismo que se le impuso a la Argentina, primero se los endeuda; se les pone un tipo de cambio que les quita totalmente competitividad; se les obliga a hacer los ajustes y cuando esos ajustes fracasan, en vez de revisar la situación estructural que ha dado motivo a ese desequilibrio, les exigen pagar liquidando las empresas del estado, cambiando bonos que han sido depreciados por la misma circunstancia de crisis, por empresas que son un capital real. Ese es exactamente el mismo mecanismo del plan Brady. Es lo mismo que hizo Cavallo con Mulford, endeudarse como un jugador compulsivo que va a la ruleta pierde y vuelve a endeudarse.
Además hoy lo que están pagando es segunda, tercera y cuarta ronda de endeudamiento pero cada vez con intereses más altos.
Ese sistema no tiene solución porque la única forma de crear trabajo y riqueza real es por la vía de la producción, y si uno ciega las posibilidades de trabajar y de producir, porque el tipo de cambio es absolutamente no competitivo; porque el poder adquisitivo de la gente se ha derrumbado; porque el sector público no tiene ningún tipo de herramientas para hacer promoción, lo que está acotando es la capacidad de repago del país, por lo que es contradictorio internamente el modelo.
Se está dejando de lado en todos estos análisis la salida por la que optó Islandia
Es otro caso, un paraíso financiero que se derrumba porque se desmoronó toda la gran timba financiera que se había armado.
Así como un banco privado para con sus clientes tiene un límite para prestarles, porque si trasgrede ese límite le presta plata a gente que es insolvente y la deuda es irrecuperable, lo mismo pasa con las naciones.
Se han derrumbado varios paradigmas como el de Islandia pero también el de Irlanda, que era un país mostrado como el modelo a desenvolver de especialización productiva en industrias de tecnología de punta, y se comprobó también que estaba montado sobre un castillo de naipes sobre una actividad productiva que era incapaz de sostener ese crecimiento, entre otras cosas porque no generaba suficientes empleos y porque los precios de esos bienes los establece el mercado asiático que tiene otros costos salariales para competir.
El mundo es muy complejo pero lo que está pasando es muy sencillo de entender.
Es complejo si se cae en la trampa dialéctica de que estamos en una aldea global y tenemos que asumir el lugar que nos imponen
Esa aldea global impone un mercado que ha excluido a mucha gente. En esa aldea global se supone que los salarios son los de los países pobres de Asia y la renta es la de Alemania o Suiza, y para que ocurra eso más de la mitad de la población queda afuera del juego.
Tenemos el caso de China donde hay regiones que el ingreso per capita es equivalente al de Francia, por ejemplo sobre la costa del Mar de la China, pero hay provincias del interior con ingresos per capita inferiores a los de Bolivia, lo que genera desequilibrios de una magnitud tal que el sistema no tiene como solucionarlos. La única solución es barajar y dar de nuevo pero para eso tienen que entender que la factura la tienen que pagar los bancos.
Si Grecia va al default, o sea si sale del Euro, los bancos alemanes se van a ver sensiblemente afectados, pero que pasa sino con los trabajadores y las familias griegas, esos no se van a a ver afectados con este modelo?. Ese el orden de prioridades que indica la experiencia Argentina, que en este momento después de diez años del abandono de ese sistema perverso, tiene a los bancos con tasas de rentabilidad tan altas como no tuvieron en su historia.
¿Qué pasa si el gobierno griego se opone definitivamente a imponerle al pueblo estos planes de hambre?
Se van a caer los bonos griegos, que están metidos en la cartera de los bancos de Alemania y de Gran Bretaña, por lo que esos bancos van a ir al rojo y van a tener una situación muy difícil en la que necesitarán la ayuda de sus respectivos gobiernos. Pero lo que hay que entender es que no hay otra alternativa.
Lo malo es, como parece que va a pasar en España, que la respuesta a una consulta electoral sea de derecha, o sea más conservadora todavía por lo que la protesta va a ser más fuerte.
El panorama que se plantea es complejo, lo sencillo es entender el origen del problema y cual es la única salida, pero es complejo como responde la sociedad, con la protesta callejera y el voto conservador.
Todo esto no es muy distinto a lo que pasó en Alemania en los años ´20, cuando se hunde la República de Weimar, en medio de manifestaciones callejeras pero que termina instalando a Hitler.
No tenemos que engañarnos pensando que en Europa van a aparecer señores «K» y que van a patear el tablero, lo más probable es que tengamos esta combinación muy mala de violencia callejera con gobiernos muy conservadores, xenófobos y discriminadores, con fuerte persecución del inmigrante como ya se vive en Europa.
En Europa se los llama PIGS, cerdos, a los paíse pobres haciendo un acróstico con las iniciales de Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain). ¿Demuestra esto un racismo eurocéntrico importante?
Y creciente. Esa denominación es toda una definición de la idea que tiene esta gente de las cosas y el racismo es una de las manifestaciones de la crisis. Toda la vida ha existido pero estalla cuando la cantidad de puestos de trabajo se reduce sensiblemente; cuando el gasto público para bienestar social se achica y de esa manta corta todo el mundo tironea.
Inevitablemente pasa eso. El racismo es casi una reacción pavloviana de las sociedades ante una situación crítica originada por la acumulación del gran capital.
Un panorama por lo menos turbulento el que se plantea a futuro en el mundo
Pero esto está mostrando también como está cambiando el eje de la economía mundial que nos está mostrando que las economías maduras no le encuentran salida a la crisis y que cada vez es más importante la cooperación entre las economías emergentes y en particular las experiencias muy interesantes como la argentina. En economía siempre hay blancos y negros, pero el hecho de que el modelo europeo o modelo atlántico por llamarlo de alguna forma, este en crisis y con pocas chances de sobrevivir, no quiere decir que no existan otros sistemas en el mundo que están en fuerte expansión.
La economía nunca suma cero, siempre hay más o menos.
Está crisis va estallar en un no muy largo plazo
Va a estallar pero puede subsistir un tiempo en un conflicto constante al borde del abismo y también puede haber un grado de racionalidad por parte de los países industrializados. En otras épocas estas crisis se resolvían con una guerra mundial, lo que hoy por suerte es bastante difícil.
¿Cómo va a afectar a la economía argentina?
Sin dudas que una profundización de esta crisis la va a afectar entre otras cosas porque en este momento tiene muchas dificultades Brasil y por esa vía nos puede entrar; porque China está manifestando un escenario de sobre inversión al que en algún momento va a ponerle freno. Sin dudas que nos va a afectar pero es por eso que tenemos que tener políticas como las que se están llevando adelante que cuentan mucho con el dinamismo del sector público; con el dinamismo del mercado interno y la capacidad de consumo de la población. Pero sin dudas que hay que tomar las medidas para estar lo más precavido posible.
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