Mientras en la Argentina se vive el clima preelectoral de las «primarias abiertas simultaneas y obligatorias» (PASO) del 13/8 hacia la elección del 22/10 próximo, donde se definen las mayorías parlamentarias, las de medio turno de la gestión Macri, en el mundo se transitan nuevos fenómenos que debieran analizarse con atención ya que impactan en […]
Mientras en la Argentina se vive el clima preelectoral de las «primarias abiertas simultaneas y obligatorias» (PASO) del 13/8 hacia la elección del 22/10 próximo, donde se definen las mayorías parlamentarias, las de medio turno de la gestión Macri, en el mundo se transitan nuevos fenómenos que debieran analizarse con atención ya que impactan en nuestra cotidianeidad.
Por un lado se destacan las desvalorizaciones bursátiles y variabilidad de localizaciones de las inversiones especulativas ante el temor de una escalada de guerra entre EEUU y Corea del Norte.
El dinero mundial fluye hacia destinos seguros, caso de EEUU, y pronostica que cualquier país que pretenda atraer capitales excedentes tendrá que profundizar la pérdida de soberanía, la cesión de derechos y asegurar grandes beneficios, al estilo de las altas tasas de interés que ofrecen las autoridades monetarias de la Argentina.
No solo se mantienen elevadas al 26,25% la tasa de interés, sino que se negocian por encima cerca del 29% en el mercado secundario y las necesidades de renovar LEBAC por más de 530.000 millones de pesos para la próxima semana pueden motivar nuevas subas de tasas, situación onerosa a cargo de finanzas que son públicas. El capitalismo en Argentina es funcional a la demanda mundial por rentabilidades extraordinarias.
En simultáneo y como proceso más estructural, el capitalismo desarrollado, aun con dificultades emanadas desde la crisis mundial del 2007/09, capta inversiones productivas para nuevos desarrollos tecnológicos en comunicaciones, energía y producción sustentada en la digitalización, alejado de aquel cercano tiempo relativo al boom de las materias primas.
China es un caso especial, ya que junto a las tendencias globales sobre inversiones en nuevas tecnologías, mantiene el interés por la región y sus recursos naturales asentado en sus deficiencias estructurales de acceso a materias primas en su propio territorio.
Resulta casi imposible insertar el debate local electoral en este marco de coyuntura mundial, ya que la preocupación económica no se concentra en el debate sobre el modelo productivo del país y su inserción mundial, sea para adecuarlo a las tendencias hegemónicas o para contrarrestarlo hacia una perspectiva alternativa.
Esto último, la alternativa, requeriría una discusión que trasciende lo local y se proyecte como debate regional de articulación productiva y económica, tal como se esbozó en propuestas inconclusas de años recientes, al estilo de la Nueva Arquitectura Financiera, o proyectos de asociación en la producción de alimentos o energía.
Inversiones, crecimiento, distribución del ingreso y alternativa
En la lógica del gobierno solo se esperan inversiones externas, que como demuestra el informe de la CEPAL, son esquivas para la región y marginales para la Argentina. [1] Mientras, reemplaza inversiones por préstamos, hasta que se materialicen aquellas y como sabemos, el endeudamiento externo hipoteca el futuro del país.
Dice el Informe de CEPAL que las inversiones en América Latina y el Caribe vienen cayendo desde el máximo logrado en 2011 por 207.000 millones de dólares a los 167.000 millones en 2016; y Argentina es receptora apenas del 3% del total de inversiones externas radicadas en la región, muy lejos del 47% de Brasil y detrás del 19% de México, el 8% de Colombia, el 7% de Chile, el 4% de Perú y el 3% de Panamá. [2]
Agrega el estudio que existen tendencias de los capitales globales que migran hacia los principales países del capitalismo desarrollado y que no hay perspectivas de repetir el ciclo de expansión asentado en inversiones en recursos naturales para la exportación de la década pasada. Eso no quiere decir que la región modificará su papel subordinado como proveedor de esos bienes comunes, especialmente el litio, los hidrocarburos, los minerales, el agua y todo lo producido por la tierra. La primarización exportadora es un problema estructural de la región, confirmado en los últimos años.
Algunos de los discursos electorales críticos en la Argentina incluyen referencias a las promesas incumplidas por errores de gestión y desde allí piden pista para hacerse cargo del gobierno sin modificar la orientación ideológica programática orientada hacia el mercado y la apertura liberalizadora. Desde ese lugar se presentan como eficientes administradores de un programa de derecha, aun sin ser candidatos, tal como pontifica Martín Redrado respecto de la política monetaria. [3] Son los que disputan el gobierno en la nueva etapa que imagina la hegemonía mundial para la región, contra el modelo de cambio político reciente y que se ejemplifica en la continuidad de Venezuela o Bolivia en asociación con Cuba.
Otros discursos electorales incluyen críticas a la ortodoxia monetarista, especialmente del BCRA, aun cuando éste, a contramano del discurso de «no intervención estatal» decidió vender 1.600 millones de dólares en las últimas 2 semanas para contener la cotización del dólar en torno a los 18 pesos. No se trata de intervenir o no intervenir, sino, discutir en beneficio de quién se interviene. Es que más allá de la ideología liberal, predominante en el Gobierno de Macri, pesa la consideración de los políticos en el gobierno. Es el caso de la Gobernadora Vidal que intenta no perder la consulta de las PASO y presiona con medidas heterodoxas. A modo de ejemplo se puede mencionar la inducción al Banco Provincial para distribuir excedente vía descuentos acordados con cadenas comerciales, o la presión ejercida a la ortodoxia en materia de la política monetaria para contener la disparada del dólar, ya que habría impacto en los precios y un descontento social generalizado.
Se escuchan también críticas a la distribución regresiva del ingreso y a la desigualdad alimentada con mayor concentración y un crecimiento de la producción y el consumo orientado a sectores de elevados ingresos, mientras decae el consumo popular. Todo agravado con una inflación sostenida, que alcanza ya al 13,8% acumulado entre enero y julio, y que el propio BCRA pronostica en 22% para el año [4] , muy lejos de las metas del 17%.
Los debates son diversos y no siempre claros en función de la lógica hegemónica en los medios de comunicación, favorable a sostener la programática liberalizadora y orientada al mercado.
Por eso y más allá del análisis que surja del resultado en las PASO del próximo domingo, interesa habilitar un debate crítico sobre los límites que ofrece continuar una lógica subordinada a las tendencias del capital mundial y proponerse una agenda basada en construir otra lógica para la producción y la satisfacción de las necesidades sociales.
Notas:
[1] CEPAL. La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017. Documento informativo. En: http://www.cepal.org/es/
[2] Alicia Bárcena. Presentación del Informe sobre IED de la CEPAL. En: http://www.cepal.org/sites/
[3] Martín Redrado. Una política cambiaria sin convicciones. Ámbito Financiero del 11/08/17, en: http://www.ambito.com/893287-
[4] BCRA. Inflación esperada REM 2/8/17, en: http://www.bcra.gov.ar/ (consultado el 11/08/2017)
Julio C. Gambina es Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP
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