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El 80% apenas cubre la mitad de sus necesidades básicas

Un insulto para los jubilados

Fuentes: Red Eco Alternativo

Ocho de cada diez jubilados terminaron el año con haberes que apenas cubren la mitad de sus necesidades básicas. En este modelo donde los mas ricos concentran cada vez más la riqueza y en el que la actividad de mayores ganancias es la financiera, esto resulta cuanto menos un insulto. Casi cerrando el año pasado, […]

Ocho de cada diez jubilados terminaron el año con haberes que apenas cubren la mitad de sus necesidades básicas. En este modelo donde los mas ricos concentran cada vez más la riqueza y en el que la actividad de mayores ganancias es la financiera, esto resulta cuanto menos un insulto.

Casi cerrando el año pasado, la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires dio a conocer la llamada «canasta del jubilado» que mide lo que necesita un mayor de 65 años para cubrir sus gastos básicos.

Según las mediciones que viene realizando desde mayo de 2010, a diciembre de 2012 la canasta mínima para un jubilado asciende a 3.979,31 pesos. Este valor se incrementó respecto a 2011 en 30 por ciento.

Incremento similar al que tuvieron los haberes jubilatorios (los últimos ajustes de cada año se realizan los meses de setiembre: en 2011 el haber mínimo era de $ 1434,29 y en 2012 $ 1879,67). A pesar de esa aparente paridad, el haber actual de un jubilado cubre apenas la mitad de la canasta estimada por la Defensoría. Pero si la comparamos con la canasta con la cual el INDEC mide la pobreza para un habitante (a octubre era de 513,79), el gobierno puede afirmar con bombos y platillos que el haber mínimo casi cuadriplica las necesidades de alimentos, vestimenta, medicamentos, transportes, higiene y recreación de los jubilados. Cualquiera que viva en Argentina sabe que una persona no puede comer, vestirse, viajar, pagar servicios e impuestos, vivir con 17 pesos diarios y que un jubilado tampoco puede hacerlo con 62.

Volviendo a la canasta para la tercera edad calculada por la Defensoría, no podemos decir que es exagerada ni mucho menos. Se compone de 1.433 pesos para alimentos, 1.315 pesos para cubrir gastos de vivienda (alquiler o expensas y servicios como gas, luz y teléfono), 197 pesos para tres medicamentos diarios (considerando el descuento de la obra social, el PAMI) y sin tener en cuenta otros gastos vinculados al sistema sanitario. Para recreación le asigna 138 pesos (puede ir una vez al mes al cine y a comer una pizza). Higiene, transporte y vestimenta (890 pesos) completan el total. Si hablamos de un matrimonio, ambos jubilados, el costo de la canasta sube a 4.798 pesos (no llega a dos jubilaciones mínimas).

Es inevitable contrastar estos datos con otras informaciones dadas a conocer por el organismo estadístico oficial, el INDEC.

Una de las estadísticas difundidas por este organismo durante el año que acaba de terminar, da cuenta de que el 10 por ciento de los hogares de mayores ingresos de la Argentina gana 16 veces más que el 10 por ciento con menos ingresos. Según el organismo este guarismo marca una «mejora» ya que la brecha se achicó en 0,4 por ciento respecto a fines de 2011. Pero en la base, los que menos ingresos tienen son más (de 6,9 a 7,6) y en la cúspide los que más ingresos perciben también aumentaron (de 11,9 a 12,2). Otra estadística confirma que la actividad económica creció 1,8 por ciento. Sin embargo ese dato pondera una baja en el sector productor de bienes (2 por ciento) con un alza en el sector de servicios (2,6 por ciento). Dentro de este último, la que más creció fue la intermediación financiera y de los otros servicios financieros (19,7 por ciento), con una mejora de 22,4 por ciento del sector de entidades bancarias y no bancarias.

Estos datos marcan por un lado cómo la brecha entre ricos y pobres -concentración de la riqueza- continúa acentuada y por otro lado a qué sectores de la actividad (la especulativa) sigue beneficiando el modelo.

Volviendo al tema de los jubilados, el titular de la ANSeS, el viceministro de economía y la misma presidenta han sostenido con insistencia la idea de que no es posible pensar en pagarles el 82 por ciento móvil que reclaman por derecho, ya que eso haría que la ANSeS quebrara. Sin embargo la ANSeS es el ente que destina millones de sus fondos para gastos que no tienen que ver con los jubilados (1 de cada 4 pesos). Fondos que se utilizan para cubrir déficits de las cajas militares, planes de empleo, la Asignación «Universal» por hijo, el plan Conectar Igualdad, el plan de construcción de viviendas PRO.CRE.AR (1). A mediados de 2012, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, fue beneficiado con 600 millones de pesos a la tasa del 16 por ciento anual (mucho menos que la inflación real cercana al 25 por ciento) para que pudiese pagar el medio aguinaldo de los empleados públicos de la provincia. Ese dinero salió del Fondo de Garantía de la ANSeS.

Pero además no resguarda el dinero que forma parte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, creado con la plata que recibió el Estado de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones -AFJP- (administradoras privadas) cuando fueron estatizadas por este gobierno. Este fondo, dice un video de la ANSeS «se constituyó para garantizar haberes, jubilaciones y pensiones en caso de contingencias».

La Auditoría General de la Nación presentó en marzo del año pasado un informe con críticas al manejo del dinero de la ANSeS y de este Fondo. Los auditores marcaron que «hay ausencia integral de gestión financiera» y «debilidad de gestión por parte del organismo». Además afirman que «Al no contar la ANSeS con una proyección a mediano y largo plazo sobre la sustentabilidad del sistema, las decisiones de corto plazo no tienen mayor sustento» cuestionando así los préstamos que el organismo hace a programas de Gobierno y al sector público a tasas que no cubren la inflación, provocando la pérdida de valor de los mismos (suponiendo que esos créditos se cobren). Entre otros ejemplos hizo referencia a gastos por 4.670 millones de pesos que son del Ministerio de Desarrollo Social. Agrega además como ejemplos la cobertura de déficits de cajas jubilatorias provinciales y las jubilaciones a cargo del Tesorero de regímenes especiales de Fuerzas Armadas, afirmando que estos gastos «castigan» la cuenta de la ANSeS. El Fondo a fines del 2010 era de casi 179 mil millones de pesos, a fines de 2011 llegaba a casi 200 mil millones. El incremento del 12 por ciento no cubrió la inflación real de ese año (casi 23 por ciento). A setiembre de 2012 el fondo reunía 227 mil millones de pesos, un incremento de 13 por ciento, con una inflación real cercana al 18.

Claudio Lozano, diputado por el Frente Amplio Progresista, afirma que se está descapitalizando la ANSeS. Cuando se objeta la viabilidad de reconocer el 82 por ciento de haber jubilatorio no se está exigiendo nada nuevo. «El 82 por ciento no es fruto de un arbitrio, de algo que se nos ocurrió a algunos. Es la diferencia entre lo que sería el salario bruto menos los descuentos. De ahí surge el 82 por ciento, el salario neto que aquel que en la vida activa lo cobraba, luego, cuando es jubilado quiere seguir percibiendo más o menos lo mismo. Hoy está muy lejos de ser ese el haber previsional de la Argentina, donde 8 de cada 10 jubilados ganan la mínima.»

«Si no estamos pagando los haberes jubilatorios y al mismo tiempo no estamos cancelando las deudas que el sistema tiene con los jubilados, lo que estamos haciendo es utilizar ANSeS como caja para financiar la política pública, para pagar deuda pública, para sostener subsidios, para garantizar créditos a las empresas, para cosas que no tiene que ver con la política previsional y eso si no tiene ninguna justificación», afirmó el diputado.

Si los recursos de la ANSeS son utilizados para muchas otras cosas, podría concluirse que el dinero en las arcas de este organismo, sobra. No dar una jubilación digna a los trabajadores pasivos lo está desmintiendo.

Y para recordar esta falacia los jubilados van todos los miércoles frente al Congreso de la Nación. El 26 de diciembre fue la última marcha del año. Un brindis con el simbolismo del PAN y AGUA, para recordar a todos aquellos que físicamente no están pero viven en la férrea decisión de continuar la lucha. Por su 82 por ciento, por ningún haber jubilatorio debajo del salario mínimo, vital y móvil no inferior a la canasta básica, para que se termine la intervención en su obra social (PAMI), por viviendas en comodato para jubilados y pensionados, para que se restituyan las contribuciones patronales disminuídas durante el menemismo y por una profunda reforma tributaria por la que paguen mas los que mas tienen. 

Nota:

(1) Jubilados: «inversores» de la primera hora http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=8269&Itemid=44

Fuente: http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=9671&Itemid=99999999