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Elecciones en México

Un país, dos visiones

Fuentes: Rebelión

Estamos en México en la recta final de las elecciones presidenciales, donde por primera vez una de dos mujeres será electa presidenta de la nación, existiendo en otras épocas candidatas presidenciales mujeres, cuyas candidaturas se vieron avasalladas por el partido otrora hegemónico del PRI que hoy busca conservar su registro con el 3 por ciento de votación, como el PRD, Verde, PT, M.C. Dos partidos mantienen el poderío electoral nacional y son precisamente MORENA –partido de AMLO- y el PAN, tradicionalmente llamado de derecha, que por cierto ya no tanto lo es. Por ello dos mujeres se disputan el inquilinato de palacio nacional, Claudia Sheimbaum y Xóchitl Gálvez respectivamente, cuyos partidos salvarán sus registros sin duda alguna.

En su momento Luis Javier Garrido en su libro “El partido de la Revolución institucionalizada”, dedico sendos análisis del por qué el PNR-PRM-PRI, conservó el poder durante 70 años, para perder en 2000 con el PAN donde surgió Vicente Fox, conservar el poder con Felipe Calderón, es decir doce años, para luego el PRI recuperar el poder con Enrique Peña Nieto y, éste perder ante Andrés Manuel López Obrador, quien milito en el PRI, PRD y conformó MORENA.

Javier Garrido dice que se mantuvo en el poder al establecer un poder absoluto sobre agrupaciones, sindicatos y gremios en general, que si bien no sacaron de la pobreza a la población en su momento, tampoco generaron intentos golpistas o no los permitieron, hasta que el PRI tuvo su ala democrática, divisiones, creación del PRD y muchos de ellos ahora en MORENA conjuntamente con otros actores políticos provenientes del PAN y PRI, sin dejar de mencionar que en el partido hoy en el poder, existen izquierdistas puros, como la propia Claudia Sheimbaun que no militó antes en partido alguno, sino más bien proveniente de luchas estudiantiles de la UNAM entre otras.

Antes de perder el PRI la presidencia por dos sexenios, ya existían zonas ganadas por la oposición entre ellas muchas capitales, estados y la CDMX que sigue primero en manos del PRD y ahora de MORENA.

Los partidos por excelencia mayoritarios PAN y MORENA, se ven alianzados por otros que buscar salvar sus registros, lo que no ha impedido que estos últimos tengan representaciones aisladas, pero al fin representaciones a lo largo y ancho del país en los tres niveles de gobierno. Esta será una elección entre mujeres lo que se ve interesante, porque el país por lo menos en los próximos seis años tendrá el rostro de mujer y seguramente su toque femenino, lo que no implica políticas publicas débiles sino todo lo contrario, fuertes y novedosas. Algo que en verdad requiere el país ante una sociedad machista tradicionalmente y sobre un sector como las mujeres y los niños ampliamente violentado y tradicionalmente olvidado.

Pero decimos que es un solo país y dos visiones del mismo, porque las propuestas de ambas candidatas, aunque tienen un origen en el discurso ético, probo y esperanzador, no deja de ser eso, un mero discurso que permite posicionarse a cada uno, donde la ventaja dos a uno la lleva por el momento la candidata oficialista.

A ambas también las une en el discurso dos temas importantes, el garantizar apoyos asistencialistas –que no generadores de empleo e independencia financiera y económica- para jóvenes, madres solteras, estudiantes y adultos mayores y, el de la inseguridad pública que priva en todo el país, destacando que en los rating internacionales México ocupa con cinco ciudades los primeros lugares de 10, de las 50 ciudades más violentas del mundo, lo que representa que, el tema de la seguridad pública que el estado mexicano debería garantizar sigue siendo un pendiente nacional que cuesta vidas, patrimonios, libertades. Retomando a Sergio García Ramírez, las ciudades son selvas de asfalto donde la ley del león más fuerte es la que impera y agregaríamos que de nada sirve tener libertades y derechos, si el derecho a la vida –que te quita una mano asesina- nadie te lo garantiza.

Las propuestas en este sentido van desde crear cárceles súper equipadas, sacar al ejercito de las calles, doblar sueldos a policías hasta perfeccionar el trabajo de la Guardia Nacional, reducir la criminalidad e inseguridad con modelos aplicados en la ciudad de México, entre otros. Lo cierto es que, si a un mexicano se le pregunta que tan seguro se siente en su país, en su casa, al salir del trabajo, en la carretera, su respuesta no es nada alentadora, y eso es una realidad. Un tema que no debe escaparse es que lamentablemente 20 candidatos a cargos diversos de elección popular han sido asesinados y de todos los partidos, pero además la sombra y vox populi que nadie quiere este dos de junio unas elecciones presidenciales y de 9 gobernadores, enrarecidas por violencia de todo tipo proveniente de donde sea, oficial o enraizada, por la delincuencia organizada que no es ajena a ningún país del mundo por cierto.

Los mexicanos iremos a elecciones el dos de junio y debemos estar seguros que nuestra participación debe ser civilizada independientemente del partido de nuestra preferencia, lo que es un derecho que debemos ejercer de manera libre, secreta, democrática y consiente de lo que deberemos esperar los próximos seis años.

No debo dejar de mencionar que cualquier ganador –con la visión política e ideológica que tenga- está obligado a respetar la Constitución Mexicana y las leyes que de ella emanen, porque precisamente es la democracia la que nos permite tener gobernantes, quienes deben mandar obedeciendo, máxima democrática, pero además con respeto irrestricto a la legalidad, el imperio de la ley y el Estado de Derecho.

Rafael Marín Marín es Secretario General del Frente Jurídico Nacional en Defensa de la Constitución y el Estado de Derecho y, Presidente de México Crítico. Agrupación Política Nacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.