Leamos los títulos que tres periódicos argentinos hicieron sobre la cobertura del reciente «Encuentro Nacional de Mujeres 2010» en Paraná, Argentina, y el uso silenciador, vago y menospreciativo del artículo indeterminado «un«: Clarín pone «Agresión en un taller sobre aborto«; La Nación pone «Tensión durante un congreso de mujeres«; y El Argentino (sí, sí, el […]
Leamos los títulos que tres periódicos argentinos hicieron sobre la cobertura del reciente «Encuentro Nacional de Mujeres 2010» en Paraná, Argentina, y el uso silenciador, vago y menospreciativo del artículo indeterminado «un«: Clarín pone «Agresión en un taller sobre aborto«; La Nación pone «Tensión durante un congreso de mujeres«; y El Argentino (sí, sí, el oficialista, ya no nos asombremos) pone «Provocación de grupos religiosos. Fueron a un encuentro de 30 mil mujeres donde se debatía la despenalización del aborto«.
¿Qué actitud repetida en otras ocasiones se puede hallar? En este caso:
1. Estos artículos, escuetos, pasaron casi desapercibidos entre las secundarias páginas de estos medios.
2. Se desestimó la cantidad de gente, a pesar de que tuvieron cuatro veces más asistentes que la «marcha por la seguridad» que tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires el jueves pasado y que sí tuvo gran cobertura periodística.
3. La riqueza de un amplio debate que se organizó y cuyo interés común fue la violencia de género, fue reducida a un sólo tema: el aborto.
4. Para estos tres medios fueron más importantes unos pocos incidentes violentos que iniciaron intolerantes militantes católicos contra algunas mujeres asistentes, que el evento en sí mismo.
De allí, y según el interés de cada holding, se está a un paso de sugerir dos grupos antagónicos: proabortistas (izquierda atea, etc., etc.) y antiabortistas (derecha cristiana etc., etc.). Una reducción ideologizada y tendenciosa que no sirve para darle continuidad a un debate necesario.
Este fin de semana hubo personas que pusieron su cuerpo y su inteligencia para abrir mentes, para contribuir a eliminar prejuicios, para dar un paso adelante hacia la justicia con su dulce firmeza, sin armas, por amor a los cientos de mujeres que mueren asesinadas, a los cientos de miles de abortos realizados sin garantías de salud, a miles de jóvenes secuestradas para servicios sexuales, y a las millones de maltratadas e invisibilizadas en sus casas.
Las papas queman: los femicidios están a la orden del día y las múltiples formas de violencia de género en el hogar, en el trabajo y hospitales no cesan, a pesar de la existencia de leyes de protección. ¿Cómo vamos a pretender cambiar el mundo si se silencia este debate? Rotulemos para que las cosas no cambien, dicen algunos medios.
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