Bayer llegó a Trenque Lauquen para brindar una exposición acerca de las denominadas «Campañas al Desierto», en el marco del 130º aniversario de la fundación de Trenque Lauquen. La charla, organizada por la revista «Clivajes», constó de una introducción al tema de la invasión militar al Desierto, con lecturas de extractos de documentos del Archivo […]
Bayer llegó a Trenque Lauquen para brindar una exposición acerca de las denominadas «Campañas al Desierto», en el marco del 130º aniversario de la fundación de Trenque Lauquen.
La charla, organizada por la revista «Clivajes», constó de una introducción al tema de la invasión militar al Desierto, con lecturas de extractos de documentos del Archivo General de la Nación. En ellos aparecían comentarios de Julio Argentino Roca sobre los indígenas, basados en un racismo profundo.
Bayer se explayó en este sentido, y basándose en documentación histórica, planteó que «el problema, para los que querían el llamado «progreso», era, concretamente, que los indios no poseían el concepto de `propiedad`. Para ellos, todo era de todos. Pero a pesar de saber esto, los blancos llamaron a los indígenas ´ladrones´ y ´salvajes´, y a cambio del aniquilamiento, le regalaron al General 50.000 hectáreas, de las tierras saqueadas a sus habitantes originarios: ranqueles, pehuenches y mapuches».
Con el sentido del humor que lo caracteriza, explicó que «nosotros no pedimos que los monumentos de Roca sean destruidos. Proponemos, en cambio, que sean trasladados a la Estancia La Larga». Esta estancia es propiedad de los descendientes de Roca, y había sido cedida por el gobierno nacional al militar, como premio por su protagonismo en la apropiación del desierto. «La Larga», es una estancia ubicada en Guaminí, y la propuesta es que las 36 estatuas que honran al general genocida, sean ubicadas allí, para que sus bisnietos decoren esa gran cantidad de hectáreas con la figura de su benefactor familiar. (foto)
Monumentos
El escritor explicó su proyecto de quitar el gigantesco monumento a Roca que se erige en plena Capital Federal. «¿Por qué premiamos a los asesinos con monumentos y calles hermosas?», se preguntó en más de una oportunidad. «¿Por qué no hay reconocimientos para los luchadores que dieron, con absoluta entrega y coraje, su vida?».
Bayer suele decir que los cambios de calles serían un principio «para poder a mirarnos en el espejo». Junto a diferentes comisiones ha presentado en la Legislatura estos proyectos, que no han sido aprobados. «No entiendo por qué hacemos culto a los asesinos. Deberíamos poder elegir dónde vivir, con qué nombre llamar a la calle que habitamos».
Sangre aborigen
«Según estudios de la Universidad Nacional de Buenos Aires, el 56% de la población argentina tiene sangre aborigen», dijo. «Por qué, entonces, se perpetúa el insulto, se oculta la verdadera historia y se insiste aún, no sólo en loar a los asesinos, sino en negar la verdadera identidad».
Lorenzo Cejas Pincén, descendiente directo del Cacique, se encontraba entre el público. Cuando Bayer llegó a los salones se presentó y le dio la bienvenida en mapuche.
Finalizando la conferencia, ante un aplauso cerrado del público, Bayer se paró y humildemente acompañó el aplauso, dirigiéndolo a la familia Pincén.
El escritor habló también de la Guerra de la Triple Alianza, para graficar la paradoja del ‘Progreso Blanco’, y recordó que «el pueblo mapuche no tiene fronteras, ésa es obra de los blancos. La crueldad de la historia oficial califica de ´salvajes´ a los habitantes originarios de estas tierras, pero está visto, que a los occidentales y cristianos, representados en Roca, les queda mejor esa palabra».
San Martín, Belgrano, Bolívar y O´Higgins fueron reivindicados en la conferencia: «Ellos nombraban a los indígenas como ´nuestros hermanos, nuestros paisanos los indios´».
El verbo atalivar
Bayer se refirió al hermano menor del genocida, llamado Ataliva Roca, y habló de la fortuna que gestó durante el mandato de su hermano. «Ataliva se ocupaba de administrar los bienes de su hermano, ¡qué sacrificado! ¿verdad?. La familia Roca, igual que la familia Martínez de Hoz, y Álzaga Unzué, por citar algunos ejemplos, se quedaron con las tierras que formaban el llamado desierto, y que estaban pobladas».
En este marco, Bayer citó a Sarmiento, el que acuñó la frase: «…Roca hace negocios y su hermano ataliva», nombre propio convertido en verbo para graficar que «atalivar es quedarse con los vueltos, es decir, coimear».
El movimiento obrero
«Además de la historia de la represión de los pueblos originarios durante Roca, habría que hablar sobre la represión obrera que efectuó durante sus mandatos. La ley 4.144, de Residencia, le pertenece a él, aunque fue escrita por Miguel Cané. Es una de las leyes más crueles contra la lucha indiscutible de los obreros por las ocho horas de trabajo. Además de las brutales represiones contra sus manifestaciones», dijo, y nombró a los Mártires de Chicago, a los primeros sindicatos, de origen anarquista y socialista, y a figuras actuales, como la de Pocho Lepratti, quien fue asesinado por la policía de Rosario en diciembre de 2001. Pero marcó la necesidad de reivindicar la lucha y las conquistas «que son patrimonio de estas personas, entregadas a la búsqueda de la justicia social».
El presente
A la hora del debate, y ante una pregunta del público, Bayer dio su opinión con respecto a los tres años de gobierno del Presidente Néstor Kirchner: «Pienso que es conveniente apoyar lo que está bien hecho, y no apuntar solamente a lo criticable. En materia de Derechos Humanos, Kirchner está haciendo un buen trabajo, a pesar de su pasado como Gobernador de Santa Cruz, donde tuvo actuaciones verdaderamente cuestionables. A mí me sorprende un poco su acción actual en este sentido, porque no sabía que le interesaba tanto la cuestión de los Derechos Humanos… pero hay gente en su gestión, muy comprometida en esta materia, como Nilda Garré» (ministro de Defensa de la Nación).
Con respecto a la política económica del gobierno nacional, el escritor manifestó «Hay mucha gente con urgencias, ellos no pueden esperar. Debemos insistir en el reclamo para que la pobreza y la desocupación se terminen definitivamente. Estas son cuestiones que no debemos dejar de señalar».
Un espacio
Esta es una apretada síntesis de la conferencia que Osvaldo Bayer brindó en Trenque Lauquen el pasado miércoles, y que duró tres horas.
Es imprescindible, para que las sociedades tengan la oportunidad de conocer su origen, y para recuperar el pensamiento crítico que tantos años de silencio y negación han logrado destruir, que se desarrollen espacios para el debate.
Esta fue una oportunidad poco frecuente en Trenque Lauquen, que accedió, en la voz de Osvaldo Bayer, a la historia oculta (da). Pero además, Trenque Lauquen (que oficialmente, y año tras año, festeja las «Campañas al Desierto») le vio la cara y aplaudió a su «ciudadano ilustre», a un incansable defensor de los Derechos Humanos, a un reivindicador de los pueblos originarios, a un protagonista de la historia argentina. Se permitió la disertación, se mostró interesado. Se dio un lujo, y lo mejor, es que puede repetirse.
Por qué Bayer
En la presentación del escritor, la periodista Alexandra «Jani» García explicó las razones por las que Osvaldo Bayer fue invitado a Trenque Lauquen: «Apelamos a Osvaldo Bayer, porque es un reivindicador de las convicciones políticas que han sido siempre ocultadas, y porque, como Rodolfo Walsh, es un sembrador de quimeras y rebeldías.
«Convocamos a Bayer para hablar de la otra historia, la que está llena de sentidos y de decisiones políticas. Porque nos resulta insuficiente la narración del mandato militar sobre las campañas al desierto, y porque no queremos justificaciones del aniquilamiento indígena.
«Lo llamamos para conocer la lucha de los movimientos obreros de la historia, porque sabemos que la palabra sindicato no nació ligada a la corrupción, ni al vaciamiento, ni al interés personal. Porque queremos hablar de las conquistas sociales, y no sólo de los resultados de esa lucha, que se ligan siempre a la muerte, como queriendo adiestrarnos, en aras de la quietud y el silencio.
«Pero fundamentalmente, lo convocamos porque quisimos hacerlo, y afortunadamente aceptó.
«El filósofo José Pablo Feinnman definió a Osvaldo Bayer como «La figura moral más importante de estos tiempos», a nosotros nos emociona su presencia, y nos damos el lujo de abordar la historia a través de su voz».