Edward Joseph Snowden, antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia y de la Agencia de Seguridad Nacional, está acusado de espionaje por Estados Unidos por develar que su país utiliza un programa para vigilar las comunicaciones de millones de personas en todo el mundo. ¿Por qué esto es noticia?, ¿acaso, nos sorprende esta injerencia? […]
Edward Joseph Snowden, antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia y de la Agencia de Seguridad Nacional, está acusado de espionaje por Estados Unidos por develar que su país utiliza un programa para vigilar las comunicaciones de millones de personas en todo el mundo. ¿Por qué esto es noticia?, ¿acaso, nos sorprende esta injerencia? ¿Por qué el Tío Sam, asume el rol de centinela y salvador del mundo? ¿Por qué USA puede hacer guerras preventivas, puede inocular enfermedades a líderes mundiales, puede manipular mediáticamente, puede invadir militarmente y ocupar territorios, puede asestar golpes de Estado y golpes legalizados, etc.? ¿Quiénes son Strauss, Bloom, Kojéve, Fukuyama, Wolfowitz y Wohlstetter? Parte de las respuestas nos la ofrece el maestro Luis Antonio Bigott en su libro «Otra vez y ahora sí Bolívar contra Monroe» (Editorial Trinchera, 2010).
La Doctrina Monroe y la concepción del Destino Manifiesto (Manifest Destiny) fueron «desarrolladas en el siglo XX por tres pensadores que consolidaron la ideología del pensamiento conservador de los Estados Unidos». Bigott se refiere a Leo Strauss (1899-1973), Allan David Bloom (1930-1992) y Alexandre Kojéve (1902-1968) quienes, influenciados por la Fenomenología de Edmund Husserl y el Existencialismo del filósofo nazi Martin Heidegger, sustentan la superioridad de USA.
Todos los norteamericanos se creen superiores porque la doctrina del Destino Manifiesto expresa que Estados Unidos es una nación destinada a expandirse desde el norte al sur y desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico. De esta manera, los estadounidenses asumen que la expansión no sólo es buena sino también lógica, es decir, manifiesta y certera, es decir, tiene un destino). El Manifest Destiny es el equivalente alemán de la teoría del Lebensraum que impulsaban los nazis para justificar su expansión hacia el este de Europa y Asia Central.
El Destino Manifiesto se sintetiza en tres pilares: (1) La virtud de las instituciones y los ciudadanos de Estados Unidos. (2) La misión para extender estas instituciones, rehaciendo el mundo a imagen de los Estados Unidos. (3) La decisión de Dios de encomendar a los Estados Unidos la consecución de esa misión.
La Doctrina Monroe, elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en el año 1823, se sintetiza en la frase «América para los americanos», sólo que para los americanos del norte los únicos americanos son ellos mismos.
Veamos cómo Strauss, Bloom, Kojéve, Fukuyama, Wolfowitz y Wohlstetter sustentan teóricamente el Destino Manifiesto. Según Strauss el gobierno de los Estados Unidos, o lo que es lo mismo, «el gobierno encubierto de los sabios, de los hombres superiores, es facilitado por la abrumadora estupidez de los gentiles, los cuales mientras más crédulos, simples y poco perceptivos sean, más fácil será para los sabios controlarlos y manipularlos».
Para Strauss, la paz es una situación negativa y la guerra constituye lo positivo. Al referirse al destino del coloso del norte escribe: «Estados Unidos es la nación elegida por Dios. Nunca los Estados Unidos deben comprometerse con una paz americana sino permanecer en una guerra permanente».
Strauss, aprendió de Nietzsche que sólo unos pocos están en condiciones de conocer la verdad sin derrumbarse. Los filósofos no pueden decir lo que piensan verdaderamente. De allí que, para él, la verdad es peligrosa y destructiva para la sociedad. Por ello afirma que desde el principio de los tiempos, los hombres han elaborado mentiras para poder vivir con más tranquilidad. La religión, por ejemplo. La esperanza en el más allá, en el castigo a los malos y en el premio a los buenos, la reencarnación, la resurrección, la vida eterna, la imagen misma de Dios, todo ello no son más que esperanzas para poder vivir. Son «mentiras necesarias», sin las cuales, probablemente, la mayoría de seres humanos se desesperarían e incluso se suicidarían al saber que este valle de lágrimas no tiene un final feliz. Esto es reforzado por Bloom: «Estados Unidos constituye el centro de dominación y necesita del mantenimiento permanente de la violencia».
Kojéve por su parte, asegura que los componentes teleológicos, el deber ser de los Estados Unidos, lo constituyen el nacionalismo y el mesianismo. La verdadera civilización, que para Kojéve se encuentra representada por los Estados Unidos, sólo será posible si mantiene un régimen de terror que es inevitable.
Yo agrego a esta lista de Bigott a Francis Fukuyama (1952), Paul Wolfowitz (1943) y Albert Wohlstetter (1913-1997). El primero, por defender la teoría de que la historia humana como lucha entre ideologías ha concluido, dando inicio a un mundo en el que la economía neoliberal se ha impuesto y que ésta, amparada en una pseudodemocracia, constituye el pensamiento único.
El segundo teórico, Paul Wolfowitz, por justificar la guerra para extender la democracia de libre mercado. Especialista en inventar amenazas imaginarias para obtener dinero y lanzarse en aventuras bélicas, ha creado teorías sobre las «intervenciones preventivas» y la intimidación a los «competidores emergentes». Bajo la influencia de Allan Bloom, Paul Wolfowitz desarrolla sus conocimientos en ciencias políticas y su interés se centra en la filosofía de Leo Strauss, consejero de Bloom. El último, Albert Wohlstetter, que estudió Matemática con Jacob Wolfowtiz, padre de Paul, es el primer estratega nuclear del país. Es miembro de la Rand Corporation y teórico de la vulnerabilidad de los Estados Unidos. Es el equivalente de J. J. Rendón en el coloso del norte. Wohlstetter, figura clave de los neoconservadores, fundó el equipo de los «Vulcanos», en referencia al dios romano que forja las armas divinas en la profundidad de los volcanes. A este grupo perteneció Condoleezza Rice.
USA nunca permitirá que exista un canto de amistad, de buena vecindad y por ende nunca podremos estar unidos eternamente, ni podremos vivir gloriosamente por nuestra libertad, por nuestra lealtad. Ni seremos un símbolo de paz que alumbrará el vivir de todo el continente americano. No habrá fuerza de optimismo ni fuerza de hermandad mientras exista injerencia norteamericana en Latinoamérica y el Caribe. Porque tal como nos lo recuerda el vietnamita Nguyen Giap: » La clase dominante nunca se retira por voluntad propia de la palestra histórica» . Este marco teórico del terror materializa el fundamento de la política estadounidense. Snowden sólo lo ha sacado a luz pública.
Alí Ramón Rojas Olaya es Rector de la Universidad Católica Santa Rosa
@rojasolaya y [email protected]
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