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Vicisitudes de un país ante un mundo perplejo

Fuentes: Rebelión

La crisis económica y de consecuencias políticas de comienzos del año 2008 puso en evidencia que el poder del sector financiero ha desplazado al sector productivo en pos de ganancias rentísticas extraordinarias que afectan países y compañías. Hoy día la posibilidad de afectar el único caso mundial de reestructuración de deuda positiva esta en las […]

La crisis económica y de consecuencias políticas de comienzos del año 2008 puso en evidencia que el poder del sector financiero ha desplazado al sector productivo en pos de ganancias rentísticas extraordinarias que afectan países y compañías.

Hoy día la posibilidad de afectar el único caso mundial de reestructuración de deuda positiva esta en las huestes de la Corte Suprema Norteamericana en pos de beneficiar a estos sectores en desmérito de la estructura financiera de un país.

La voluntad política de la Argentina de reconocer viejas deudas estatales con el objetivo de soberanizar en el largo plazo al país debe ser la clave para entender el porqué de dicho reconocimiento en pos de lograr autonomía en las políticas internas del país y posteriormente lograr una masa de recursos capaz de ser redistribuida a la población.

Conjeturar un retorno a políticas keynesianas o neokeynesianas en un mundo des-producido o re-localizado en su frente oriental es un desafío pertinente dado los fracasos político-económicos de un Neoliberalismo impuesto a sangre y fuego en nuestros terruños.

Pero es quizás necesario considerar la importancia de interrogar a una población que aun añora tiempos pasados o es afecta a las interacciones de los medios de des-comunicación vigentes y su cola de acólitos que replican fehacientemente el mensaje que intenta deslegitimar la acción estatal.

En particular, a un breve tiempo de celebrarse elecciones gubernamentales en el país y verdaderos intereses que no están a la vista juegan sus fichas en el más discreto pero concreto nivel.

La nueva regionalización llamada BRICS pueda ser el entorno geopolítico necesario para establecer relaciones externas afines al proceso de integración arraigado en la UNASUR y el MERCOSUR pues la autonomía plena -aquella añorada por el viejo peronismo- en estos tiempos globalizantes se diría que no es plenamente posible.

En este sentido se establecen 2 ejes mundiales, uno relacionado con la financiarizacion y la des producción -situado en el Hemisferio Occidental- y otro situado en el eje Sur/Sur relativo a la producción y a la extracción de recursos naturales.

Sin producción no hay Economía, decía el viejo Lenin y lo que estamos presenciando es el aumento paulatino de la tasa de desempleo en los países occidentales fruto del proceso anteriormente señalado.

Descolgarnos de la finanzas mundiales ha sido un valor considerable pues las necesidades financieras de desarrollo interno no pueden ser aplacadas por dicho sector sino que se deben buscar en el ahorro propio -«Vivir con lo Nuestro «dira Aldo Ferrer»- o en el nuevo entramado regional.

Augurar superávits fiscales, comerciales y de cuenta corriente es también soberanizarnos aun mas contando con nuestros propios recursos para afinar un proceso de desarrollo endógeno y poder contar con ciclos económicos positivos a largo plazo lo que prevé un horizonte de estabilidad no solo económica sino política y social.

Es indefectible considerar que pensar esta situación local no es ajena a los acontecimientos posteriores al año 2003 en la Argentina que ha posibilitado un desarrollo inédito en décadas anteriores y que habilita un horizonte aun mayor.

Toda esta por hacer si este proceso sigue en marcha con los actores que en su mayor caso expresen su intencionalidad y autenticidad sino de lo contrario otros coaligados a intereses foráneos tomaran lugar y una nueva oportunidad será perdida por décadas.

Ezequiel Beer. Geografo / UBA. Analista Politico

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.