En los últimos meses se ha querido instaurar la idea de que el gobierno quiere manejar a la justicia. El 13 de septiembre y el 8 de noviembre, en esas concentraciones de la oposición de derecha operadas por los medios monopólicos, se pedía por «democracia», «justicia», libertad», «libertad de expresión», cuando se estaban manifestando democráticamente, […]
En los últimos meses se ha querido instaurar la idea de que el gobierno quiere manejar a la justicia. El 13 de septiembre y el 8 de noviembre, en esas concentraciones de la oposición de derecha operadas por los medios monopólicos, se pedía por «democracia», «justicia», libertad», «libertad de expresión», cuando se estaban manifestando democráticamente, expresando libremente sus consignas opositoras, encubriendo que lo que pedían era «libertad de mercado». El liberalismo que tanto añoran, no acepta la democracia ni la libertad de opinión. Cualquier medida progresista que se tome, si afecta sus intereses particulares, es un ataque a la libertad, así haya sido legislada por el Congreso emergido del voto mayoritario popular. Los derechos humanos de todos los habitantes, en cada acción ciudadana diaria, deben estar protegidos por el Estado, que debe velar para que las leyes se cumplan y que en ellas se encuentre el encuadre para una mayor justicia en la distribución de la riqueza, que es el gran pilar de la igualdad. La verdadera democracia es avanzar a la mayor igualdad.
Rostros severos, gestos violentos, golpes a periodistas, señoras gritando porque hay planes de ayuda para los excluidos y para la inclusión de niños en las escuelas, se vieron en estos encuentros. Políticos de derecha y algunos del llamado progresismo y de la izquierda, tomaron estos vocablos y le ofrecieron rostros a los grandes medios.
Este reclamo de independencia de la justicia fue encendido por la proximidad del 7 de diciembre. El gobierno había pedido que se anulara la extensión de la medida cautelar que hizo que el grupo Clarín siguiera sin la obligación de ceder licencias más allá de esa fecha.
Contrariamente, la Cámara Civil y Comercial, resolvió prorrogar la cautelar hasta que haya sentencia definitiva. Excedió lo que se suponía y le otorgó al grupo empresario todo lo que peticionó. En paralelo, y en sintonía, el juez Griesa, les otorgó todo lo que pretendían a los fondos buitre. La economía e ideología liberal resulta bien defendida por la justicia con estos fallos. Para ellos, el Estado, representante de los intereses del pueblo y los derechos soberanos, no valen tanto como los derechos empresariales, en una curiosa forma de interpretación de la «libertad» aclamada por buitres y caceroleros.
Luego el Juez Alfonso resolvió la discusión de fondo dictando la constitucionalidad de los aspectos de la ley de Medios, que marcan límites que obligan a las empresas de medios a desprenderse de licencias. Declaró constitucional la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y ordenó levantar la cautelar contra los artículos 161 y 45 de esta ley.
Hay que festejar cuando las leyes de la democracia se pueden cumplir. Y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, es una ley de la democracia, discutida en muchos ámbitos y votada, mayoritariamente, por el Congreso de la Nación. El 7D, muchos festejaron porque podían no cumplir la ley, y se equivocaron.
Por otra parte, la Justicia de Nueva York pospuso hasta febrero la sentencia del juez Griesa, contraria al derecho argentino en el juicio armado por los abogados de fondos buitre y se dispuso la liberación de la Fragata Libertad, que ya zarpó desde Ghana.
Argentina se vio involucrada en un conflicto internacional que no esperaba. La cancillería tuvo una contundente actuación. En lo internacional, Argentina pone principalmente sus esfuerzos en consolidar el bloque sudamericano, entendiendo que es la estrategia necesaria para llevar adelante el proyecto de soberanía con inclusión que es su modelo.
Hubo, como siempre, quienes le propusieron al gobierno que pagase lo que los buitres reclamaban. Hubo también argentinos que se alegraron que a la Argentina le vaya mal, que volvieron a hablar de lo aislado que está el país. Se habló de humillación y de los derechos de los fondos buitre. No les preocupaba que si Argentina cedía y realizaba el depósito en efectivo que Griesa imponía, se afectaba el pago al 93% que sí aceptó el canje oportunamente y con quienes Argentina cumple rigurosamente.
Y los vericuetos judiciales siguen y exceden ampliamente el saber de esta nota.
¿Se puede, en este contexto, hablar de presión al Poder Judicial? ¿El festejo explícito en todos los medios opositores, ante el disgusto que fue para el gobierno el fallo de la Cámara, no habla de una libertad de prensa total? ¿Es de buen argentino, denunciar falsamente ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la opresión que sufren los periodistas en el país?
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)
El 6 de diciembre arribó a Buenos Aires una representación de la SIP, llamada para que observe si en la Argentina estaba en peligro la libertad de expresión. La comisión conducida por Claudio Polillo, que es el presidente de Libertad de Prensa e información de la SIP, se reunió con Norma Morandini y María Eugenia Estenssoro del FAP, Laura Montero y Oscar Aguad de la UCR, Federico Pinedo del PRO, Patricia Bullrich de Unión por Todos, Gerardo Milman del GEN y Enrique Thomas del Peronismo Federal. Como se ve, un grupo «muy progresista» que lucha por la soberanía argentina, se reunió con una institución más progresista aún.
La SIP , en realidad es la Sociedad Interamericana de Empresas de Prensa. Quiere lucir como paladín de la libertad de expresión en el continente, aunque en la realidad siempre estuvo contra cualquier tentativa de emancipación del colonialismo de los Estados Unidos. En cada golpe de Estado contra gobiernos constitucionales de América Latina, estuvo implicada. En nuestra última dictadura, participó en el cierre de muchos medios periodísticos y contribuyó a la entrega de periodistas en manos de la represión
Y ahora, nuestros patriotas, la llaman por temor a que falte libertad de expresión en nuestro suelo. Obsérvese que algunos de los legisladores que se reunieron con los representantes de la SIP, han sido luchadores por los derechos humanos. Sobrepasan todo límite razonable.
Festejos rememorativos a 29 años de democracia
Fiesta popular (El 9 de diciembre en la plaza)
El país en que vivimos, tuvo su verdadera fiesta popular. El domingo 9 de diciembre, gran cantidad de personas festejaron con alegría el Día de la Democracia y los Derechos Humanos en la Plaza de Mayo y en distintas ciudades de todo el país. Se festejan los 29 años de gobiernos elegidos por el voto ciudadano y, en especial, estar viviendo la profundización de la democracia a través de la lucha por la igualdad y la emancipación. Se ha recobrado la autoestima y enfrentarse a los grandes monopolios y poderes se hizo posible.
El discurso de la presidente en la Plaza, fue un discurso de una militante que lucha por la democracia en un país de iguales y de unidad. Nombró a Irigoyen y a Alfonsín, en una demostración de grandeza política. No es casual que a Menem y a De La Rúa no los haya nombrado, a pesar de ser también presidentes de la democracia. Estos no se opusieron al poder económico, por el contrario lo alentaron, en cambio Alfonsín, lo intentó y no lo logró.
La fiesta también fue no solamente una afirmación del compromiso con la democracia, sino un apoyo contundente al proyecto de transformación nacional y popular que comenzó en 2003, y que es tan atacado por los nostálgicos del neoliberalismo. Se valora, además, ampliamente , la decisión de este gobierno de terminar con la impunidad y que con la Justicia basada en memoria y verdad, se construya una patria que no tenga posibilidades de repetir la barbarie vivida.
La oposición tuvo también su festejo
El radicalismo, junto a Binner y Macri se juntaron para celebrar los 29 años de democracia. La reunión fue en la sede de la UCR, y destacaron su amplitud para juntarse, basada en «sus buenas intenciones», a decir de Macri. Fueron de la partida, Ricardo Alfonsín, Mario Barletta, Ricardo Gil Lavedra, Gerardo Morales, Ernesto Sanz y Cleto Cobos de la UCR; Binner del PS-FAP, Alfonso Prat Gay de la CC-FAP, Gerardo Millman del GEN- FAP; Macri, Pinedo, Gabriela Michetti del PRO; Gustavo Ferrari aliado de Francisco de Narváez; Patricia Bullrich de UPT; Eduardo Amadeo del PF; Humberto Tumini de Libres del Sur y Leandro Despouy , presidente de la Auditoría General de la Nación.
El tema que los aglutinó fue, fundamentalmente, no permitir la re reelección y consintieron un documento: «Compromiso Republicano», en el que se comprometen a «Observar la Constitución», siempre para asegurarse que CFK no pueda ser reelegida. Este es el más profundo acuerdo que los une. No pasa por sus mentes que hay otros temas referidos a la evolución de la sociedad en estos últimos 19 años, por ejemplo, en l o judicial, en lo social, que ameritan discusión para una modificación de la constitución que ampare estos cambios. Supuestamente, esta gran mezcla de distintas (¿distintas?) ideologías, podrían construir una democracia completa, a decir de Barletta, ya que ésta, la que vivimos hoy, no lo es. Macri hace su negocio porque quiere ser visto como candidato a presidente para 2015 y pretende ser apoyado por este abanico de personalidades. El progresismo, por el contrario, va en descrédito y con demasiada frecuencia se encuentra justificando una foto.
Una misma fecha, un mismo motivo a rememorarse, dos festejos muy distintos…
El 2012
Para destacar, en 2012, hay importantes hechos. Se subrayan la estatización de YPF, que habla del cambio que representa pasar de la entrega, a la lucha por la soberanía, la modificación del estatuto del peón rural, que es un paso trascendente en los derechos sociales, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, la ampliación de derechos ciudadanos que es la sanción del voto a los 16 años. También se modificó la ley de ART, que es rechazada por algunos gremios por entender que resta derechos, aunque no está claro, si al intervenir en la «industria de los juicios», negocio de algunos en detrimento de la mayoría de los trabajadores, no resulta un beneficio.
Se ha profundizado, en este período, la dirección y sentido que lleva este proyecto gubernamental. Las Corporaciones Mediáticas y Económicas han sido descubiertas y expuestas ante la sociedad y resistidas. Y a pesar de las férreas peleas por la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, se está en los tramos finales para que se consiga que cualquier sector de la sociedad que necesite, pueda expresarse.
La conceptual discusión sobre la deuda externa, también tuvo este año una visualización que dejó al desnudo las intenciones imperiales de afuera y de nuestros pagadores y entregadores compulsivos de adentro, en la pelea contra los fondos buitre y la retención de nuestra fragata Libertad.
La inserción regional, siguió en avance y Argentina juega un papel muy importante en esta construcción.
Terminando el año tenemos que hablar de saqueos que perturban el transcurrir de esta democracia que tanto cuesta construir. Por ahora, y a gran riesgo que así no sea, la vamos a atribuir a quienes quieren construir una realidad que se contradice con un ambiente forjado en la construcción diaria . La política, muchas veces, intenta «inventar situaciones», que no provienen de la acción genuina social, provocadas para torcer algo que fluye, no casualmente, sino porque se trabaja para que la vida sea para todos.
Se hizo y se hace mucho, pero es claro que hay mucho por hacer. No decimos «lo que falta», decimos avanzamos, profundizamos y seguimos caminando enfrentando a los poderosos y a los obstáculos. Nunca se llega. No hay un paraíso esperando, hay que caminar y caminar. A veces recibimos golpes fuertes, pero este gobierno redobla la apuesta y en eso estamos nosotros. Seguir y seguir, no achicar, y si sabés compartir con quienes aprecian y no tienen mezquindad en reconocer lo que se logra, se viven algunos momentos profundos de eso que llamamos, felicidad.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.