El negacionismo es exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda, es el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Es en esencia un acto irracional que retiene la validación de una experiencia o evidencia históricas»
Paul O Shea.
El rol del negacionismo del gobierno en la catástrofe que nos amenaza.
Luego de cuatro años de políticas neoliberales y cuasi fascistas del gobierno de Macri y de un continuismo consentido por el gobierno de los Fernández, la Argentina se encamina a una situación que bien puede caracterizarse de catástrofe: más pobres, más enfermos con un gobierno cada día más débil ante los poderes permanentes (el Poder Judicial, el Poder Comunicacional, las Embajadas Imperiales) que van imponiendo. en amplio terrenos, sus política coloniales.
Lo llamativo del proceso es que la respuesta del gobierno y sus intelectuales orgánicos (para no ser malo y decir a sueldo, que queda feo) ha sido un permanente negacionismo de los problemas y un patético no se puede ante cada desafío pendiente.
¿Qué fue el macrismo sino un modo particular, digamos argentino del siglo XXI, de aplicar un proyecto imperial de reorganización radical del dominio colonial sobre la Argentina?
Un dominio que comenzó siendo español, mutó a británico para mediados del siglo XIX y volvió a mutar a yankee para mediados del siglo XX. Para consolidar ese dominio se perpetró el genocidio de los 70 del siglo pasado y luego se aupó, por mecanismos formalmente legales, a dos discípulos y continuadores de Videla: Carlos Saúl Menem y Mauricio Macri.
El carácter distintivo de Macri es que, contando con una exigua mayoría electoral y sin mayoría legislativa, construyó un mecanismo de dominación en base a las redes de espías, los integrantes del Poder Judicial y el grueso del Poder Comunicacional constituyendo una zona gris de poder real que bien presumíamos en el caso del secuestro seguido de muerte de Santiago Maldonado y que avizoramos en el video sobre el grupo de tareas de la Vidal para sacar del terreno de juego al Pata Medina y otros sindicalistas.
El resultado más tangible de ese modelo de dominación que algunos llaman Lawfare, fueron los presos políticos. El mismo Medina, tan lejos del sindicalista de liberación o siquiera democrático que hemos propiciado desde hace cincuenta años, estuvo preso. Un preso político no es alguien “inocente” o privado de la libertad sin causa judicial, como de un modo, tan vulgarmente ignorante, postulan Fernández y Cafiero, sino alguien cuya condición judicial está originada o modificada por la persecución política de la que es objeto (definición tomada de la asamblea parlamentaria del año 2000 de la Unión Europea).
A dos años del gobierno de los Fernández en la Argentina hay casi cuarenta presos políticos (la lista completa actualizada está en Presxs políticxs | Liga Argentina por los Derechos Humanos (laligaporlosddh.com) pero desde que en enero de 2020 el presidente postuló con fuerza la inexistencia de presos políticos bajo su gobierno, el negacionismo sobre los presos políticos no ha dejado de crecer. Ni siquiera el caso Milagro Sala logra conmover la obsecuencia de los escribas a sueldo o el silencio casi monacal de gobernadores, senadores y diputados. Acaso el caso más patético es el del Secretario de derechos humanos de la Nación que organiza un debate sobre Lawfare pero no habilita hablar de presos políticos.
Así se cumple la profecía del peronismo: no se pueden liberar los presos políticos porque no nos da la correlación de fuerzas, y cómo la causa por la libertad de los presos políticos queda en muy pocas manos la correlación de fuerzas en este tema es cada vez más adversa. El disciplinamiento es tal que si ponen el buscador google junto con las palabras Cristina Fernández + presos políticos el resultado es el siguiente: en Twitter: Es necesario que no haya presos políticos en la Argentina, que cada uno pueda expresar sus ideas #CFKenFilo 6 agosto de 2016 y nunca más mencionó el tema.
¿Alguien puede sostener que la predica del Presidente de la Nación, el silencio vergonzoso de las y los legisladores, funcionarios y hasta dirigentes sociales sobre el tema, no deja de impactar en la correlación de fuerzas?
¿Por qué no discutieron nunca en el Senado de la Nación el proyecto de revisión de las causas por violación de los Convenios de derechos humanos presentado en diciembre de 2019, o el de Intervención del Poder Judicial de Jujuy?
¿En dos años no hubo tiempo para intentar una declaración de interés del Congreso?
El desconocimiento de la existencia de las y los presos políticos conlleva la convalidación de lo actuado por un Poder Judicial que más temprano que tarde irá de frente contra el mismo gobierno que los ha legitimado una y otra vez. El negacionismo no es neutro en la sumatoria de fuerzas para lograr la libertad de los presos políticos y revertir el Lawfare, por el contrario es lo más funcional a la derecha que pueda pedirse.
Pero no es solo en el terreno de la administración de Justicia; ante el rebrote de la Pandemia, el gobierno tira la toalla y pareciera regresar al comienzo de todo: en la variante Omicrón, el Covid 19 no sería peligroso ni letal, sería casi una gripecita como decía el denostado Bolsonaro y ahora la Vizotti: “Es alentador ver que en Argentina está empezando a pasar lo que vemos en otros países, que no tenemos internaciones y muertes, y que allí donde empezó primero (la ola de Ómicron) se está estabilizando y con expectativa de que el descenso sea rápido por las características de esta variante» Covid-19: el Ministerio de Salud estimó cuándo bajaría la ola de contagios por Ómicron | Un dato alentador en medio de la suba de casos | Página12 (pagina12.com.ar)
Que la variante Omicrón es más contagiosa parece no estar en discusión pero, ¿que no trae peligro? Según el sitio del diario La Nación (Coronavirus: indicadores y cifras de la pandemia en tiempo real – LA NACION) en los últimos catorce días fallecieron 426 personas, lo que es lo mismo a decir que murieron 213 por semana que alcanzarían para llenar siete micros coche cama a Mar del Plata lo que equivaldría a que todos los días un micro a Mar del Plata desaparezca o explote sin dejar sobrevivientes.
Sin embargo, la ministra Vizzotti casi a diario insiste en que casi no hay hospitalizados ni muertos.
Negacionismo puro y del peor linaje, negar la muerte siempre es funcional a la derecha, nosotros somos un proyecto de vida y ninguna muerte nos puede parecer “normal”. La negación de la muerte va unida a apelaciones cada vez más patéticas a la responsabilidad individual mientras el espectáculo de las playas atestadas y sin ningún cuidado se muestran por doquier.
Después de haber decretado varias veces el fin de la pandemia, el gobierno sencillamente parece haber tirado la toalla en el momento más peligroso de la pandemia, que es el del final. Siempre los finales son momentos difíciles, donde lo nuevo no termina de madurar y lo viejo se niega a desaparecer.
La práctica de negar lo obvio se ha transformado en una especie de marca de agua de los funcionarios de Fernández desde los que aseguran que se puede pagar la deuda externa sin ajuste de la economía a los que sostienen que darle permiso a la Shell para explorar el petróleo de nuestra plataforma marítima es nacional y popular Shell se asocia con YPF y Equinor para buscar petróleo en aguas profundas – El Cronista
Hace falta recordar quien es Shell? Leamos lo que dice la directora del Observatorio de la Energía, Belén Annis en el periódico Agenda Malvinas: “Shell ha sido pieza clave del proceso de exploración en la Cuenca Norte en Malvinas. O sea, YPF hace negocios con Shell en Mar Argentino, y hace negocios también con una empresa noruega que lleva en su directorio a una asesora petrolera clave del consorcio de ocupas que tenemos en nuestras islas. Vergonzoso e indignante». Annis hace referencia a la directora de Equinor, empresa noruega presentada por los progresistas como garantía de responsabilidad ecológica y ambiental. El Observatorio de la Energía repudió la asociación de YPF con Shell y Equinor – AgendaMalvinas
En conclusión mi postulación es que el discurso “posibilista” del gobierno y la absoluta mayoría del Frente de Todos no aporta a la modificación positiva de la correlación de fuerzas sino todo lo contrario.
Al postular que no hay presos políticos deterioran la voluntad política de luchar por su libertad.
Al postular que la pandemia terminó deterioran la lucha sanitaria y cultural para superar la pandemia con el menor costo humano posible (¿no era que entre los negocios y la vida se elegía la vida?).
Al postular un extractivismo fundamentalista en Chubut y en las costas atlánticas, golpean un movimiento que podría constituirse en una gran fuerza antimperialista y contra las derechas. Lejos de ser un desvío oportunista y muestra típica de la “viveza criolla” termina siendo un “tiro en los pies” que fortalece la derecha y aumenta el peligro de una catástrofe política como sería el triunfo de la alianza de las derechas en las elecciones del 2023.
Porque si algo se puede concluir de las derrotas políticas en Brasil y Argentina que las políticas de derecha, pensadas como concesiones para detener a las derechas, consiguen el efecto contrario. El negacionismo fortalece a las derechas.
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