Cuando el ingeniero Mauricio Macri fue candidato en las elecciones a Jefe de Gobierno del año 2003, yo lo voté. Lo voté porque creía que los políticos corruptos que durante años se perpetuaban en el poder y se presentaban una y otra vez a cualquier cargo que surgiera me habían defraudado. Voté pensando que un […]
Cuando el ingeniero Mauricio Macri fue candidato en las elecciones a Jefe de Gobierno del año 2003, yo lo voté. Lo voté porque creía que los políticos corruptos que durante años se perpetuaban en el poder y se presentaban una y otra vez a cualquier cargo que surgiera me habían defraudado. Voté pensando que un cambio oxigenando a esta gestión política enquistada de irregularidades, le venía bien. Lo voté porque pensaba que era verdad que un exitoso empresario era el mejor candidato para una ciudad donde sus principales problemas pasaban por mal manejo o el manejo indiscriminado de uno de los presupuestos más importantes del país. Lo voté porque creía que si había podido poner en orden a un club como Boca Juniors, con todas las irregularidades que se habían difundido tenía hasta su llegada, poniendo su patrimonio en garantía, era un tipo honesto de buenas intenciones. Voté a Mauricio Macri porque hablaba con las palabras que yo quería escuchar: Honestidad, Austeridad, Seguridad, Justicia, Salud y Educación Pública eficientes. Por eso lo voté.
Aquella elección la ganó Aníbal Ibarra y mi voto no alcanzó para que Mauricio Macri llegara a Jefe de Gobierno.
Pasaron dos años y el ingeniero Macri se presentó como candidato a Diputado por la Ciudad de Buenos Aires y ahí si tuve la oportunidad de acompañarlo con mi voto al Congreso de la Nación. ¡Por fin un cambio! Pensé. Ahora si ese lugar lleno de los mismos personajes de siempre tendrá una voz distinta, una voz realmente preocupada por hacer una Legislación más interesada en las necesidades de la gente que en los negocios propios.
Me defraudó. Es igual que lo que criticó, o peor. En lugar de ir a las sesiones de Congreso a debatir las ideas por las que los ciudadanos lo elegimos, estuvo dos años haciendo campaña (incluida la expulsión de Ibarra) para llegar hoy a ser Jefe de Gobierno.
¿Será que lo aburrió la banca del Congreso? Y ¿si lo aburre la Gestión de Gobierno y quiere con esto lograr el trampolín para postularse a Presidente de la República?
A mí, una simple ciudadana que quiere vivir tranquila en su casa, con trabajo, con las calles limpias, realmente me da miedo que otra vez nuestro voto sea manipulado para lograr objetivos personales.