México Se cumple ya un año del inicio de la lucha contra el fraude del 2 de julio del 2006. Por supuesto esta no fue la única lucha, gran cantidad de sectores de trabajadores en diversos frentes se vieron en la necesidad de enfrentar a un régimen que, ante la crisis del capitalismo, se ve […]
México Se cumple ya un año del inicio de la lucha contra el fraude del 2 de julio del 2006. Por supuesto esta no fue la única lucha, gran cantidad de sectores de trabajadores en diversos frentes se vieron en la necesidad de enfrentar a un régimen que, ante la crisis del capitalismo, se ve en la necesidad de atacar intereses tanto económicos como políticos de los trabajadores para sobrevivir.
Sin duda hubo luchas se capital importancia, pero la mayoría de ellas estuvo vinculada en un modo o en otro con la sucesión presidencial:
Los mineros
A principios de año Napoleón Gómez Urrutia junto con la CROC intentaron asumir el control del congreso del trabajo. En realidad su idea no era otra más que la obtener una posición ventajosa de de frente al advenimiento de las elecciones y utilizar el aparato del congreso del trabajo como elemento de negociación frente al Estado. El gremio minero, forzado por sus cada vez más precarias condiciones había empujado a la dirección de Gómez Urrutia a lanzarse a una y otra huelga. Si Gómez Urrutia no asumía una actitud medianamente acorde a las demandas de los trabajadores corría el riesgo de quedar absolutamente indefenso de frente a conflictos internos con otras facciones burocráticas del sindicato. Para un dirigente sindical sin el apoyo del aparato del estado, el ser rebasado por su base es el fin.
La reacción del Estado fue contundente, de manera gansteril colocaron nuevamente en la dirección del Congreso del Trabajo al asesino y golpeador Víctor Flores, aún cuando estatutariamente estaba impedido para participar.
Cuando estalló la mina de Pasta de Conchos el Estado creyó que era el momento de incriminar a Gómez Urrutia y sacarlo de la jugada, poco después se hizo pública una acusación de fraude y una supuesta destitución por parte de una comisión de vigilancia fantasma.
Los trabajadores veían a agresión contra el dirigente como una respuesta del estado a las constantes huelgas que se habían desatado en el pasado inmediato, por lo que asumieron como suya la lucha contra la imposición de Elías Morales. Los mineros realizaron varios paros nacionales, por primera vez en décadas y particularmente en la siderúrgica Lázaro Cárdenas se lanzaron a huelga indefinida. La mayor parte de los empresarios mineros decidieron llegar a acuerdos con la facción de Gómez Urrutia lo que desactivó la huelga nacional, sólo el grupo México de la familia Larrea se negó a reconocerlo y ello prolongo el conflicto especialmente en Lázaro Cárdenas.
La lucha minera fue el escenario de la primera utilización de las fuerzas federales y locales para reprimir a los trabajadores, no obstante los acereros de Michoacán humillaron a los policías federales y estatales haciéndolo huir cuando intentaron tomar por la fuerza la siderúrgica. El saldo de dos trabajadores asesinados mostró que la burguesía estaba dispuesta a todo con tal de doblegar a la clase obrera en lucha. Sobre la actitud del «gobernador» de Michoacán esta rayo entre la estupidez y el crimen: era criminal lanzar a la policía contra los huelguistas, era estúpido pensar que trabajadores con la fuerza y organización de los acereros dejarían pasar la agresión sin responder. Por supuesto la responsabilidad principal de la agresión recae en el gobierno federal, no obstante la colaboración de Lázaro Cárdenas Batel, lo dejará marcado para siempre como un rompehuelgas.
No obstante la determinación de los trabajadores y el contundente triunfo frente a la policía federal preventiva permitió a los trabajadores de Lázaro Cárdenas salir con la victoria total, que se tradujo en el reconocimiento del sindicato y en el otorgamiento de concesiones económicas inimaginables en cualquier sector del movimiento.
El movimiento minero claramente se enfrentó al régimen y en esa lógica se acercó a la candidatura de López Obrador, es claro que por ello Calderón esta tratando de maniobrar para quedar en bueno términos con Gómez Urrutia con el objeto de que este vuelva a atar de manos a los trabajadores, no obstante el proceso esta lleno de contradicciones dado que el grupo México no esta dispuesto a hacer concesiones y aún hoy gasta millones y millones de pesos en agresiones al sindicato.
Los campesinos
En estas fechas la ofensiva del estado en contra de los movimientos organizados tenía como objetivo generar en las masas una sensación de desanimo e impotencia. El 3 de mayo toco el turno a los campesinos de Atenco, cuando mediante una burda provocación mandos combinados de la policía federal y estatal detuvieron y torturaron a decenas de miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, entre ellos a Ignacio del Valle su principal dirigente. La saña con la que actuó la policía incluyó la violación de mujeres y el asesinato de dos jóvenes.
San Salvador Atenco fue durante varias semanas un territorio ocupado, las libertades de reunión, manifestación y el libre transito desaparecieron y se estableció la fuerza bruta de la policía federal preventiva como la única ley en el lugar.
Sin duda el movimiento que encabeza Ignacio del Valle ha sido severamente golpeado pero no ha desaparecido, la condena de 67 años que se le impuso es una afrenta contra todo el movimiento en su conjunto y la lucha por la libertad de los presos políticos debe, junto con otras, convertirse en un elemento aglutinador a nivel nacional. En este caso tenemos que ser precisos, Ignacio del Valle no sólo esta detenido, en lo hechos esta enterrado vivo en una cárcel de máxima seguridad sin derecho siquiera a leer.
Ante ello la opción no es el aislamiento sino la vinculación con todos los sectores de obreros, campesinos, estudiantes que siguen luchando y organizándose. En ese sentido la táctica aislacionista de «la otra campaña» no puede ser más perjudicial, dado que sólo un gobierno distinto al actual puede dar la libertad a los presos políticos y la caída del gobierno actual no se logrará separándose con cualquier pretexto de los instrumentos de lucha que los trabajadores se están creando.
Oaxaca
El otro gran movimiento que se desarrollo hace ya un año y que justo entre mayo y junio testificó el inicio de la formación de un autentico organismo de doble poder fue Oaxaca.
En realidad las demandas del magisterio de la sección XXII no eran realmente muy radicales, simplemente se trataba de la tradicional demanda de rezonificación, es decir adaptar la escala de salarios de los profesores al que se tiene por ejemplo en la ciudad de México. No obstante el problema era y es que la burguesía no ve el futuro con optimismo, si bien es cierto que está teniendo ganancias, lo esta haciendo a costa de reducir más y más la parte de los salarios que corresponde a los trabajadores. En ese afán reduce más y más los motivos por los cuales los trabajadores en general tienen confianza en el sistema. La consecuencia es inestabilidad política, es decir aumentan las dificultades para que las masas crean que quienes los gobiernan y los explotan tienen razón para hacerlo.
Estas circunstancias se combinaron con el hecho de que los caciques priístas de Oaxaca no deseaban mostrar debilidad en el macro del proceso electoral, tenían miedo a que, en el caso de ceder, la imagen de su candidato colapsara definitivamente. Así que ante las justas demandas del magisterio oaxaqueño la reacción fue la absoluta cerrazón. Los hechos que se sucedieron: la ocupación del zócalo oaxaqueño por parte de un plantón de maestros fue reprimida salvajemente, lo que provocó una reacción tan efectiva que obligó a la retirada de los efectivos de la policía estatal y la formación de un organismo que representaba todos los grupos de izquierda organizados y a la población dispuesta a dar la lucha, no solamente por las demandas del magisterios sino por la caída de Ulises Ruiz.
La formación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, fue una más de las múltiples experiencias, que a largo de los últimos años se han tenido lugar en toda América Latina. Los trabajadores en sus diversas expresiones están conformando organismos representativos que se confrontan directamente con los que el aparato estatal ha creado. Se forman nuevas instituciones que disputan el poder, sean o no conscientes de ello, con las de la burguesía.
En el caso de Oaxaca desde junio hasta finales de noviembre fue la APPO la que tenía el control de la situación; todos los poderes huyeron de la capital del estado y la APPO era la máxima autoridad.
El carácter masivo y representativo de la APPO permitió que adoptara en un primer momento una actitud no sectaria de frente al proceso nacional, incluso se llamó a votar contra el PRI y el PAN en las elecciones lo que facilitó un triunfo arrollador de López Obrador en Oaxaca el 2 de julio.
Lamentablemente la dirección de la APPO no asumió la necesidad de organizar definitivamente un poder alternativo al del Estado. Mantuvo su posición de solicitar simplemente la salida de Ulises Ruiz y ello los fue llevando a ceder más y más espacios en el macro de un proceso de negociación que el gobierno sólo utilizó para preparar el golpe definitivo. Mientras tanto, en las sombras, Ulises Ruiz no dejaba de mandar pandillas de asesinos que cada noche atravesaban la ciudad asesinando activistas y desventurados que cruzaban su camino.
Las barricadas que colmaron la ciudad tenían básicamente una función defensiva, esto tenía su lado positivo, pero por otro lado representaba una actitud expectante que permitía que a la larga el Estado empezara a tomar la iniciativa. Muchos pueblos y ciudades pequeñas formaron también sus asambleas populares. La actitud de las masas fue siempre irreprochable y siempre estuvieron dispuestas a ir incluso más allá de lo que los dirigentes de la APPO les planteaban, pero la energía de las masas no se puede manifestar de forma permanente.
El problema de Oaxaca no se podía circunscribir al ámbito local, no obstante, lo más lejos que las corrientes dominante de la APPO llegaron fue pugnar por una asamblea constituyente local en la que no se planteaba más que una nueva relación entre gobierno y gobernados en los marcos del sistema, una especie de reforma política. Ese error también fue utilizado por Ulises Ruiz para plantear «bueno si se trata de una reforma política entonces yo la puedo dirigir» Finalmente la APPO se limitó a formar una constituyente pero únicamente de la propia APPO.
No obstante todavía el 2 de noviembre el movimiento tuvo fuerzas para repeler el intento de la PFP para asaltar la Ciudad Universitaria. Lamentablemente luego del Congreso Constituyente de la APPO el movimiento perdió todas las posibilidades de la iniciativa política, como hemos señalado en otras ocasiones lo peor que puede hacer un movimiento que cuestiona al régimen establecido con un levantamiento es perder la iniciativa. Una táctica ofensiva hasta la victoria es lo único que puede evitar que los enemigos de los trabajadores tengan tiempo para rehacerse.
Más adelante hablaremos del movimiento contra el fraude pero la APPO tenía la opción de llamar abiertamente a integrarse a esta lucha a nivel nacional, tomando el poder en Oaxaca y llamando a la Convención Nacional Democrática a hacerlo a nivel nacional. Lejos de ello, la corriente dominante de la APPO jugó con la idea de negociar la salida de Ulises Ruiz a cambio de la unificación o no con la CND, al final actuó como el gobierno quería, no se integró a la lucha y el gobierno pago con la represión. Flavio Sosa esta en la cárcel y debemos lucha por su liberación, no obstante su confianza en negociar con un gobierno que lo que deseaba era la total aniquilación de la APPO jugo un papel importante en la derrota, parcial, del conflicto. Por supuesto hay de inconsistencias a traiciones, podríamos decir que Flavio Sosa cometió los errores naturales de quienes siguen una política puramente reformista. Otros en cambio, Rueda el secretario general de la sección XXII no tuvo más que dimitir, la evidencia de su traición fue tan grande que no tuvo otra opción. Algunos más incluso llegaron a convertirse en delatores de sus propios compañeros.
No obstante la razón fundamental de la derrota de la APPO fue la contradicción entre su esencia plenamente revolucionaria como organismo de doble poder y su decisión de no enfrentar al estado sino tratar de negociar con el. Supongamos por un momento que Ulises Ruiz hubiera caído definitivamente, eso no habría cambiado nada el sistema de poder caciquil que aún posee el PRI, tampoco hubiera acabado la ancestral miseria del campesinado y que ha llevado a una cuarta parte de la población oaxaqueña a buscar nuevos horizontes en los Estados Unidos. En esas circunstancias aún una salida negociada hubiese significado una derrota en los hechos.
Con todo la APPO pasará a la historia como una de las experiencias revolucionarias más trascendentes, en nuestra opinión del mismo tamaño de las luchas de principios de siglo pasado en Cananea o Rió Blanco que fueron antecedentes directos de la revolución de 1910.
En honor al carácter abiertamente revolucionario de la APPO las cárceles de Oaxaca y de otros estados de la república mantienen como rehenes a más de 40 luchadores sociales de la APPO, en ese sentido su legado para las futuras luchas es mucho más importante.
Hoy en día la APPO busca reorganizarse, en ese sentido es básico recatar las inmensas enseñanzas que la insurrección oaxaqueña contiene y combatir las visiones reformistas y claudicantes que, disfrazadas con una fraseología seudo revolucionaria solo pueden llevar a nuevos fracasos. Por supuesto no hay que olvidar la lucha por la liberación de los presos políticos, es muy importante unificar es lucha con la de los presos políticos de todos los demás movimientos que según datos de organismos de derechos humanos suman más de 500.
Es muy importante tomar en cuenta que pese a la represión el movimiento aún mantiene bastante capacidad de movilización, así mismo en el marco de las luchas que se desatan a nivel nacional, -y de la incapacidad del capitalismo para ofrecer una alternativa viable a las masas-, más temprano que tarde volveremos a ver a nuevas oportunidades revolucionarias, en Oaxaca y en el conjunto del país.
La lucha contra el fraude
En Militante habíamos señalado tres cuestiones al respecto en nuestro periódico de mayo del 2006: que López Obrador seria el candidato más votado; que el gobierno y su partido el PAN estaban preparando un fraude; que la estrategia para imponerse sería una masiva campaña mediática y la represión a todos niveles. (Militante, Mayo 2006)
La clave para lograr la caída del gobierno seria el prepararse para la lucha contra el fraude desde antes que se efectuara la elección.
Desafortunadamente en el seno de la coalición que encabezó López Obrador daba la impresión de que no habría ningún problema, que AMPLO sería el más votado y también ganaría la elección (en México no es muy común que esto suceda). En ese sentido la campaña se dejó bajo el encargo de expertos en mercadotecnia y empresas de publicidad desdeñando a los militantes y sus organizaciones juveniles, campesinas y sindicales, las cuales se sumaban de manera masiva a la candidatura de AMLO como una forma de expresarse políticamente en contra del régimen.
El gran entusiasmo se manifestó en una masiva votación en el área metropolitana, donde unos 5 millones de trabajadores en su mayoría votaron a favor el AMLO.
Será muy difícil conocer cual fue la cifra real de votos que la coalición por el bien de todos obtuvo, no obstante según estimaciones alrededor de un millón de votos no fueron tomados en cuenta, lo que significaría en su conjunto más de 16 millones de votos.
La estrategia panista estaba orientada a lograr una cifra de votos reales suficientes para que aunados a los trucos informáticos, Felipe Calderón fuera es siguiente presidente.
La movilización posterior al fraude fue la más grande de nuestra historia, con millones de trabajadores y jóvenes en las calles, principalmente en la ciudad de México.
El impresionante plantón de varios kilómetros en el corazón mismo de la ciudad significó una tremenda demostración de la fuerza que tenia el movimiento. A lo largo de los meses de agosto y septiembre, la zona de reforma se convirtió en un territorio libre en donde las masas por decenas de miles acudían a discutir y organizarse para dar la lucha.
En estas circunstancias, con el apoyo masivo de los trabajadores habría sido más que posible la convocatoria a una huelga general para impedir la llegada de Calderón a la presidencia.
Desgraciadamente en el seno de la dirección de la coalición parecía que había más miedo a las masas que a los mismos orquestadores del fraude dentro del gobierno. Las acciones de masas siempre se limitaron a marchas o concentraciones al Zócalo. Mientras que las acciones de resistencia civil, -como tomas de carreteras o manifestaciones frente a los bancos y empresas cómplices del fraude-, se realizaron sólo con grupos bastante reducidos, no porque la voluntad de las masas fuera poca, sino porque la dirección del movimiento no hacía llamados abiertos a las acciones.
Aun con todo ello las masas buscaron uno y otro medio para expresarse lo que se tradujo en una movilización espontanea en todo el país en contra tanto del presidente Fox, como la de su sucesor designado. De este modo, los «presidentes» tuvieron que soportar actuar de forma casi clandestina durante todo lo que restó del año.
En movimiento por su parte mantuvo una enorme capacidad de movilización que aún conserva, a pesar de la lluvia propagandística en contra.
El discurso de AMLO comenzó a girar hasta llegar a señalar la necesidad de la transformación del país, el no reconocimiento del presidente impuesto y la conformación de un gobierno legitimo, dirigido por el mismo AMLO bajo el nombramiento de presidente legitimo.
Nuestra opinión en aquel entonces era que tales decisiones eran correctos en la medida de que es necesario que la dirección del movimiento adoptara una postura en la cual quedara clara la determinación de ir hasta el final para evitar la toma de protesta de Calderón o en el caso de que esto sucediera lograr su caída lo más pronto posible.
Plantear la formación de un gobierno alternativo era un desafío que animaba las masas y preocupaba a la burguesía, la cual se acuerpó en torno a Calderón ante el temor de que el proceso revolucionario que enarbolaba la lucha contra el fraude triunfara y pusiera en peligro al sistema.
El mismo modo la mayoría de la burocracia priísta se alineo al presidente espurio regateándole apoyos con el fin de asegurar nuevas y viejas canonjías.
De este modo quedaron plasmados dos Méxicos encontrados entre si, uno el de los trabajadores, campesinos y jóvenes; el otro el de la burguesía, sus lacayos y sus administradores, los cuales empleando la manipulación mediática y la represión buscaban imponerse a como diera lugar.
Lamentablemente llegaron las fechas fatales; el 15 de septiembre, el 20 de noviembre y finalmente el 1 de diciembre y nunca se plantaron medidas más allá de manifestaciones y tomas, por demás simbólicas, de la tribuna de la Cámara de diputados.
Las masas el 20 de noviembre proclamaron a AMLO presidente legítimo, no para hacer mítines y declaraciones a lo largo del país, sino para encabezar la lucha para derrocar a Calderón.
La burguesía temerosa de una rebelión de las fuerzas armadas, -las cuales habían votado también masivamente por AMLO-, compró su fidelidad dándoles un aumento en sus ingresos superior en 10 veces al que se les otorgó a los trabajadores comunes. Por el otro lado no se hizo ningún llamado a la tropa para dar la lucha al lado de los trabajadores mientras que tampoco se planteado alguna medida en el terreno sindical, con lo que poco a poco el gobierno más débil en la historia posterior a la revolución de 1910 se fue asentando y lanzando nuevos ataques en contra de los trabadores.
Repetimos no es que las masas no quieran dar la lucha, lo que sucede es que no se les convoca a nada. Es un hecho que los trabajadores no emprenderán una acción decidida si no tiene el respaldo y la iniciativa de su dirección y eso es precisamente lo que ha faltado.
La segunda Convención Nacional Democrática de marzo del 2007 confirmó la actitud que la dirección del movimiento había asumido en meses anteriores. Sustancialmente lo que se planteo como tarea es la credencialización de representantes del gobierno legítimo, que en teoría podemos ser todos. Lo pero es que se planteo la siguiente convocatoria para finales de año.
Por supuesto lo mejor de la segunda CND fue la gente, era notoria la politización de los trabajadores en las mesas de discusión, las cuales aprobaron llamados al paro general, a las expropiaciones y a la lucha por derrocar a Calderón.
El futuro de lucha
Ante las actitudes tibias de la CND, particularmente de la dirección del PRD, sería francamente posible que el gobierno de Calderón se estabilizara, esto bajo la condición de que otorgara ciertas concesiones para comprar la paz social. No obstante la burguesía ha profundizado sus divisiones, las cuales se hacen cada vez más visibles, (Calderón vs. Espino, por poner un ejemplo) y producto de su crisis estructural se ven forzados a reducir a cero todas las viejas conquistas de los trabajadores para mantener a flote su sistema.
Lo que le espera a los trabajadores bajo Calderón es el intento de destruir los contratos colectivos que quedan, la disolución de la seguridad social, la desaparición de los sistemas de pensiones substituyéndolas por limosnas, la criminalización de la protesta social, la entrega del país a los organismos de seguridad norteamericanos con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. En suma el terrorismo en la forma de ataques a los niveles de vida y la represión.
En estas circunstancias no hay alternativas, hay que luchar, por ello el movimiento encabezado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se mantiene firme en contra de la «ley del ISSSTE», que como hemos dicho es más bien una ley contra el ISSSTE.
Los paros y las movilizaciones en el terreno sindical han sucedido a la lucha electoral., pero dentro de poco veremos también la intensificación de las luchas campesinas con motivo de la desaparición de aranceles a productos agrícolas como el maíz.
Sumemos a este escenario la desaceleración y probable recesión de la economía norteamericana de la que depende el 90% de las exportaciones y tendremos un escenario de explosiones sociales en los próximos años.
La única opción es la unidad en la lucha y en todos los frentes y su expresión más nítida será la huelga general en el campo y la ciudad para derribar a este gobierno y a sus políticas reaccionarias.
Ya hemos visto en México la tendencia de los trabajadores a la formación de organismos de doble poder o con el potencial para ello como lo fue la APPO y como lo podía ser la CND, Hoy la formación del Consejo Nacional de Huelga dirigido por la CNTE muestra nuevamente esta tendencia, la labor de todo activista honesto es impulsar todo el potencial revolucionario de estas iniciativas las cuales son la únicas con posibilidades reales para transformar verdaderamente las instituciones.
Militante llama a los jóvenes y trabajadores del campo y la ciudad a sumase a esta lucha en los sindicatos, en las organizaciones populares y también en las bases del PRD, para construir de manera conjunta una nueva dirección capaz de lograr la verdadera transformación del país, que sólo puede tener la forma de revolución socialista. http://venezuela.elmilitante