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La polarización política en ascenso

2008, el año de los referéndums

Fuentes: Bolpress

Con gran pompa y despliegue mediático, el gobierno de Evo Morales presentó a una multitud reunida en Plaza Murillo de La Paz la nueva Constitución Política del Estado aprobada por la Asamblea Constituyente, mientras que en el Parque Urbano de Santa Cruz las instituciones del movimiento autonómico a la cabeza de la Prefectura y el […]

Con gran pompa y despliegue mediático, el gobierno de Evo Morales presentó a una multitud reunida en Plaza Murillo de La Paz la nueva Constitución Política del Estado aprobada por la Asamblea Constituyente, mientras que en el Parque Urbano de Santa Cruz las instituciones del movimiento autonómico a la cabeza de la Prefectura y el Comité Cívico entregaron a un mar de gente los estatutos autonómicos de ese departamento. Ambas concentraciones fueron meras representaciones simbólicas de fuerza para cerrar con broche de oro el año 2007, pues ni la Carta Magna ni los estatutos autonomistas son definitivos y todavía requieren el voto del pueblo para gozar de valor legal y legitimidad.

Lo acontecido el fin de semana no significa más que un episodio de la abierta confrontación clasista en Bolivia, la cual promete radicalizarse el próximo año, cuando los dos bloques de poder pongan a prueba su capacidad de convocatoria en las urnas y en las calles.

El gobierno de Evo Morales y sus representantes en la Asamblea Constituyente lograron aprobar la nueva Carta Magna en los plazos previstos, enfrentando un furibundo ataque del bloque conservador. Habiendo fracasado en su intento de hacer naufragar a la Constituyente «masista», los opositores reaccionaron aprobando proyectos de estatutos autonómicos en cuatro departamentos, algunos de los cuales apuntan a constituir verdaderos estados federales independientes del poder central.

El texto de la Carta Magna entregado por la Asamblea Constituyente es un «proyecto» que seguramente será modificado en el Congreso, instancia que ahora debe convocar a un referéndum dirimidor sobre el artículo 398 de la nueva Constitución. En esta primera consulta, el pueblo decidirá si el límite para el latifundio son 5 mil o 10 mil hectáreas.

Se necesitan dos tercios de voto en el Congreso para llamar a este primer referéndum, una tarea sumamente tarea difícil. «Conseguir dos tercios es una cosa complicada porque hay fuerzas que querían matar a la Asamblea Constituyente, y que no nos darán fácilmente los dos tercios», dijo el Vicepresidente Alvaro García Linera, y pidió a los movimientos sociales mantenerse atentos y movilizados.

Posteriormente, los asambleístas deben entregar al Presidente Morales el texto constitucional definitivo que incluya las observaciones del pueblo expresadas en el referéndum dirimidor para que el Jefe de Estado convoque al referéndum final que aprobará o rechazará el texto constitucional.

El prefecto de Santa Cruz Rubén Costas no se animó a aprobar por aclamación los estatutos autonómicos de Santa Cruz en el multitudinario cabildo del sábado, como se lo pedían a gritos algunos asistentes. El gobernador cruceño dijo que lo que corresponde ahora es que el soberano, el pueblo, apruebe esta suerte de «constitución política» regional en un referéndum democrático.

«Que todo el mundo sepa que vamos a levantar firmas para refrendar esta aprobación, que vamos a seguir con esta ingeniería democrática que venimos haciendo por casi ocho años, que no vamos a tener las 70 mil firmas que necesitamos para refrendarlo, que vamos a buscar 500 mil, o mejor un millón», dijo Costas, aunque varios especialistas en el rubro afirman que esta consulta ciudadana no tiene respaldo legal.

En resumen, el 2008 será el año de las consultas populares: dos referéndums para aprobar la nueva Carta Magna, y posiblemente varias consultas regionales en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando para refrendar estatutos autonómicos.

Además, aparece en la agenda de consultas el referéndum propuesto por Evo Morales para revocar o ratificar los mandatos del Presidente y Vicepresidente de la República y de los prefectos de los nueve departamentos. Sin embargo, algunos representantes políticos y analistas piensan que esta batalla electoral se dejaría para el 2009 debido a la dificultad técnica y económica que implica organizar más de tres consultas en solo un año, una situación que no se da ni siquiera en Suiza.

Si se ratifica la nueva Carta Magna en un referendo constitucional, habrá elección general de Presidente, Vicepresidente, Diputados y Senadores a fines de 2008. Si Morales tiene autorización para buscar la reelección en estos nuevos comicios, entonces no tendría sentido llamar a referendo revocatorio en 2008.

El senador de Podemos Carlos Bohrt propone invertir las cosas, es decir esperar a que se dé el referéndum constitucional. Si gana el Sí y se aprueba la nueva Constitución, en diciembre los bolivianos decidirán si ratifican su confianza a Evo Morales o se la quitan. Si gana el No, que sería un gran revés para Evo, recién se organizaría el referéndum revocatorio.

A la oposición no le parece conveniente que el referéndum revocatorio abarque también al mandato del Vicepresidente, como propone el MAS. Bohrt opina que si el oficialismo pierde en la consulta tendría que asumir la Primera Magistratura el Presidente del Senado, lo que no es recomendable desde ningún punto de vista.

Se pierde el principio de autoridad

Los sendos actos de masas celebrados este sábado por el gobierno nacionalista y la burguesía agroindustrial latifundista de Santa Cruz anuncian que del proceso de polarización política que vive el país desde enero de 2006 seguramente se agudizará en 2008. En los actos de masas del sábado, el Presidente Morales, el Vicepresidente García, varios representantes del Ejecutivo y la mayoría de los movimientos sociales que lo respaldan fueron enfáticos al afirmar que no permitirán jamás la división del país, como quisieran las minoritarias oligarquías ricas del oriente.

«Este proceso de cambio es imparable, hagan lo que hagan (…) mejor que los terratenientes devuelvan voluntariamente la tierra si tienen conciencia social». «Autonomía no es separación y división. Bolivia se mantendrá unida y no permitiremos ninguna división del país», afirmó el Presidente Morales y aseguró que ningún miembro de las Fuerzas Armadas y de la Policía acompañará ninguna aventura golpista de la ultraderecha.

En Santa Cruz, el prefecto Costas, el líder cívico Branco Marinkovic y el presidente del Concejo Municipal cruceño Oscar Vargas pusieron en duda una vez más la autoridad y legitimidad del gobierno «comunista» del MAS. El movimiento cívico empresarial seguirá su camino autonómico, celebrará su referéndum y aprobará su estatuto. Si el Congreso no reconoce a través de una ley los resultados de esta consulta, entonces los líderes cruceños asumirán la autonomía de hecho en su republiqueta y tomarán el control de los recursos naturales, entre ellos la tierra y los hidrocarburos, y asumirían potestades legislativas en educación, salud, policía…

Santa Cruz no reconoce al gobierno centralista controlado por la «indiada», declaró efusivo el alcalde de Santa Cruz Percy Ferández. «No tenemos miedo» a las amenazas del gobierno, subrayó Vargas. «No es una advertencia ni una bravuconada: Que el gobierno ni piense en invadir Santa Cruz», repitió amenazante el prefecto Costas.