En una entrevista, el ministro de Relaciones Exteriores y experto en cosmovisión andina, David Choquehuanca, explica los detalles principales de este planteamiento que sitúa a la vida y a la naturaleza como ejes centrales.
El Vivir Bien, el modelo que busca implementar el gobierno de Evo Morales, se puede resumir como el vivir en armonía con la naturaleza, algo que retomaría los principios ancestrales de las culturas de la región. Éstas considerarían que el ser humano pasa a un segundo plano frente al medio ambiente.
El canciller David Choquehuanca y uno de los estudiosos aymaras de ese modelo y experto en cosmovisión andina, conversó con La Razón durante una hora y media y explicó los detalles de estos principios reconocidos en el artículo 8 de la Constitución Política del Estado (CPE)
«Queremos volver a Vivir Bien, lo que significa que ahora empezamos a valorar nuestra historia, nuestra música, nuestra vestimenta, nuestra cultura, nuestro idioma, nuestros recursos naturales, y luego de valorar hemos decidido recuperar todo lo nuestro, volver a ser lo que fuimos».
El artículo 8 de la CPE establece que: «El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).
El Canciller marcó distancia con el socialismo y más aún con el capitalismo. El primero busca satisfacer las necesidades del hombre y para el capitalismo lo más importante es el dinero y la plusvalía.
Según D. Choquehuanca el Vivir Bien es un proceso que recién comienza y que poco a poco se irá masificando.
«Para los que pertenecemos a la cultura de la vida lo más importante no es la plata ni el oro, ni el hombre, porque él está en el último lugar. Lo más importante son los ríos, el aire, las montañas, las estrellas, las hormigas, las mariposas (…) El hombre está en último lugar, para nosotros, lo más importante es la vida».
En las culturas
Aymara • Antiguamente los pobladores de las comunidades aymaras en Bolivia aspiraban a ser qamiris (personas que viven bien).
Quechuas • De igual manera las personas de esta cultura anhelaban ser un qhapaj (gente que vive bien). Un bienestar que no es el económico.
Guaraníes • El guaraní siempre aspira a ser una persona que se mueve en armonía con la naturaleza, es decir que espera algun día ser iyambae.
El Vivir Bien da prioridad a la naturaleza antes que al humano
Éstas son las características que poco a poco se implementarán en el nuevo Estado Plurinacional.
Priorizar la vida
Vivir Bien es buscar la vivencia en comunidad, donde todos los integrantes se preocupan por todos. Lo más importante no es el humano (como plantea el socialismo) ni el dinero (como postula el capitalismo), sino la vida. Se pretende buscar una vida más sencilla. Sea el camino de la armonía con la naturaleza y la vida, con el objetivo de salvar el planeta y da prioridad a la humanidad.
Llegar a acuerdos en consenso
Vivir Bien es buscar el consenso entre todos, lo que implica que aunque las personas tengan diferencias, al momento de dialogar se llegue a un punto neutral en el que todas coincidan y no se provoquen conflictos. «No estamos en contra de la democracia, pero lo que haremos es profundizarla, porque en ella existe también la palabra sometimiento y someter al prójimo no es vivir bien», aclaró el canciller David Choquehuanca.
Respetar las diferencias
Vivir Bien es respetar al otro, saber escuchar a todo el que desee hablar, sin discriminación o algún tipo de sometimiento. No se postula la tolerancia, sino el respeto, ya que aunque cada cultura o región tiene una forma diferente de pensar, para vivir bien y en armonía es necesario respetar esas diferencias. Esta doctrina incluye a todos los seres que habitan el planeta, como los animales y las plantas.
Vivir en complementariedad
Vivir Bien es priorizar la complementariedad, que postula que todos los seres que viven en el planeta se complementan unos con otros. En las comunidades, el niño se complementa con el abuelo, el hombre con la mujer, etc. Un ejemplo planteado por el Canciller especifica que el hombre no debe matar a las plantas, porque ellas complementan su existencia y ayudan a que aquél sobreviva.
Equilibrio con la naturaleza
Vivir Bien es llevar una vida de equilibrio con todos los seres dentro de una comunidad. Al igual que a la democracia, a la justicia también se la considera excluyente, según el canciller David Choquehuanca, porque sólo toma en cuenta a las personas dentro de una comunidad y no a lo que es más importante: la vida y la armonía del hombre con la naturaleza. Es por eso que Vivir Bien aspira a tener una sociedad con equidad y sin exclusión.
Defender la identidad
Vivir Bien es valorar y recuperar la identidad. Dentro del nuevo modelo, la identidad de los pueblos es mucho más importante que la dignidad. La identidad implica disfrutar plenamente una vida basada en valores que se han resistido por más de 500 años (desde la conquista española) y que han sido legados por las familias y comunidades que vivieron en armonía con la naturaleza y el cosmos.
Uno de los objetivos principales del Vivir Bien es retomar la unidad de todos los pueblos
El ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca explicó que el saber comer, beber, danzar, comunicarse y trabajar son también algunos aspectos fundamentales
Aceptar las diferencias
Vivir Bien es respetar las semejanzas y diferencias entre los seres que viven en el mismo planeta. Va más allá del concepto de la diversidad .»No hay unidad en la diversidad, sino es semejanza y diferencia, porque cuando se habla de diversidad sólo habla de las personas», dice el Canciller. Este planteamiento se traduce en que los seres semejantes o diferentes jamás deben lastimarse.
Priorizar derechos cósmicos
Vivir Bien es dar prioridad a los derechos cósmicos antes que a los Derechos Humanos. Cuando el Gobierno habla de cambio climático, también se refiere a los derechos cósmicos, asegura el Ministro de Relaciones Exteriores. «Por eso el Presidente (Evo Morales) dice que va a ser más importante hablar sobre los derechos de la madre tierra que hablar sobre los derechos humanos».
Saber comer
Vivir Bien es saber alimentarse, saber combinar las comidas adecuadas a partir de las estaciones del año (alimentos según la época). El ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, explica que esta consigna debe regirse en base a la práctica de los ancestros que se alimentaban con un determinado producto durante toda una estación. Comenta que alimentarse bien garantiza la salud.
Saber beber
Vivir Bien es saber beber alcohol con moderación. En las comunidades indígenas cada fiesta tiene un significado y el alcohol está presente en la celebración, pero se lo consume sin exagerar o lastimar a alguien. «Tenemos que saber beber, en nuestras comunidades teníamos verdaderas fiestas que estaban relacionadas con las épocas estacionales. No es ir a una cantina y envenenarnos con cerveza y matar las neuronas».
Saber danzar
Vivir Bien es saber danzar, no simplemente saber bailar. La danza se relaciona con algunos hechos concretos como la cosecha o la siembra. Las comunidades continúan honrando con danza y música a la Pachamama, principalmente en épocas agrícolas; sin embargo, en las ciudades las danzas originarias son consideradas como expresiones folclóricas. En la nueva doctrina se renovará el verdadero significado del danzar.
Saber trabajar
Vivir Bien es considerar el trabajo como fiesta. «El trabajo para nosotros es felicidad», dice el canciller David Choquehuanca, quien recalca que a diferencia del capitalismo donde se paga para trabajar, en el nuevo modelo del Estado Plurinacional, se retoma el pensamiento ancestral de considerar el trabajo como una fiesta. Es una forma de crecimiento, por eso en las culturas indígenas se trabaja desde pequeños.
Retomar el abya laya
Vivir Bien es promover que los pueblos se unan en una gran familia. Para el Canciller, esto implica que todas las regiones del país se reconstituyan en lo que ancestralmente se consideró como una gran comunidad. «Esto se tiene que extender a todos los países, es por eso que vemos buenas señales de presidentes que están en la tarea de unir a todos los pueblos y volver ser el Abya Laya que fuimos».
Reincorporar la agricultura
Vivir Bien es reincorporar la agricultura a las comunidades. Parte de esta doctrina del nuevo Estado Plurinacional es recuperar las formas de vivencia en comunidad, como el trabajo de la tierra, cultivando productos para cubrir las necesidades básicas para la subsistencia. En este punto se hará la devolución de tierras a las comunidades, de manera que se generen las economías locales.
Saber comunicarse
Vivir Bien es saber comunicarse. En el nuevo Estado Plurinacional se pretende retomar la comunicación que existía en las comunidades ancestrales. El diálogo es el resultado de esta buena comunicación que menciona el Canciller. «Tenemos que comunicarnos como antes nuestros padres lo hacían,y resolvían los problemas sin que se presenten conflictos, eso no lo tenemos que perder».
El Vivir Bien no es «vivir mejor» como plantea el capitalismo
Entre los preceptos que establece el nuevo modelo del Estado Plurinacional, figuran el control social, la reciprocidad y el respeto a la mujer y al anciano.
Control social
Vivir Bien es realizar un control obligatorio entre los habitantes de una comunidad. «Este control es diferente al propuesto por la Participación Popular, que fue rechazado (por algunas comunidades) porque reduce la verdadera participación de las personas», dijo el canciller Choquehuanca. En los tiempos ancestrales, «todos se encargaban de controlar las funciones que realizaban sus principales autoridades».
Trabajar en reciprocidad
Vivir Bien es retomar la reciprocidad del trabajo en las comunidades. En los pueblos indígenas esta práctica se denomina ayni, que no es más que devolver en trabajo la ayuda prestada por una familia en una actividad agrícola, como la siembra o la cosecha. «Es uno más de los principios o códigos que nos garantizarán el equilibrio frente a las grandes sequías», explica el Ministro de Relaciones Exteriores.
No robar y no mentir
Vivir Bien es basarse en el ama sua y ama qhilla (no robar y no mentir, en quechua ). Es uno de los preceptos que también están incluidos en la nueva Constitución Política del Estado y que el Presidente prometió respetar. De igual manera, para el Canciller es fundamental que dentro de las comunidades se respeten estos principios para lograr el bienestar y confianza en sus habitantes. «Todos son códigos que se deben seguir para que logremos vivir bien en el futuro».
Proteger las semillas
Vivir Bien es proteger y guardar las semillas para que en un futuro se evite el uso de productos transgénicos. El libro «Vivir Bien, como respuesta a la crisis global«, de la Cancillería de Bolivia, especifica que una de las características de este nuevo modelo es el de preservar la riqueza ancestral agrícola con la creación de bancos de semillas que eviten la utilización de transgénicos para incrementar la productividad, porque se dice que esta mezcla con químicos daña y acaba con las semillas milenarias.
Respetar a la mujer
Vivir Bien es respetar a la mujer, porque ella representa a la Pachamama, que es la Madre Tierra poseedora de dar vida y cuidar a todos sus frutos. Por estas razones, dentro de las comunidades, la mujer es valorada y está presente en todas las actividades orientadas a la vida, la crianza, la educación y la revitalización de la cultura. Los pobladores de las comunidades indígenas valoran a la mujer como base de la organización social, porque transmiten a sus hijos los saberes de su cultura.
Vivir Bien y NO mejor
Vivir Bien es diferente al vivir mejor, que se le relaciona con el capitalismo. Para la nueva doctrina del Estado Plurinacional, vivir mejor se traduce en egoísmo, desinterés por los demás, individualismo y solamente pensar en el lucro. Considera que la doctrina capitalista impulsa la explotación de las personas para la captación de riqueza en pocas manos, mientras que el Vivir Bien apunta a una vida sencilla que mantenga una producción equilibrada.
Recuperar recursos
Vivir Bien es recuperar la riqueza natural del país y permitir que todos se beneficien de ésta de manera equilibrada y equitativa. La finalidad de la doctrina del Vivir Bien también es la de nacionalizar y recuperar las empresas estratégicas del país en el marco del equilibrio y la convivencia entre el hombre y la naturaleza en contraposición con una explotación irracional de los recursos naturales. «Ante todo se debe priorizar a la naturaleza», agregó el Canciller.
Ejercer la soberanía
Vivir Bien es construir, desde las comunidades, el ejercicio de la soberanía en el país . Esto significa, según el libro «Vivir Bien, como respuesta a la crisis global«, que se llegará a una soberanía por medio del consenso comunal que defina y construya la unidad y la responsabilidad a favor del bien común, sin que nadie falte. En ese marco se reconstruirán las comunidades y naciones para construir una sociedad soberana que se administrará en armonía con el individuo, la naturaleza y el cosmos.
Aprovechar el agua
Vivir Bien es distribuir racionalmente el agua y aprovecharla de manera correcta. El Ministro de Relaciones Exteriores comenta que el agua es la leche de los seres que habitan el planeta. «Tenemos muchas cosas, recursos naturales, agua y por ejemplo Francia tampoco tiene la cantidad de agua ni la cantidad de tierra que hay en nuestro país, pero vemos que no hay ningún Movimiento Sin Tierra, así que debemos valorar lo que tenemos y preservarlo lo más posible, eso es Vivir Bien».
Escuchar a los mayores
Vivir Bien es leer las arrugas de los abuelos para poder retomar el camino. El Canciller destaca que una de las principales fuentes de aprendizaje son los ancianos de las comunidades, que guardan historias y costumbres que con el pasar de los años se van perdiendo. «Nuestros abuelos son bibliotecas andantes, así que siempre debemos aprender de ellos», menciona. Por lo tanto los ancianos son respetados y consultados en las comunidades indígenas del país.
Fuente: http://www.la-razon.com/versiones/20100131_006989/nota_247_946416.htm