En vísperas de su próxima travesía internacional el neozapatismo, fiel a sí mismo y a contracorriente de los tiempos actuales de confinamiento, celebra un año más de sembrar la lucha. Demasiados acontecimientos desde aquella lejana madrugada, oscura y luminosa al mismo tiempo, en ese año en el que debimos entrar al primer mundo de acuerdo con la narrativa oficial.
De comunidades sin los más elementales servicios de salud a territorios ejemplares en el manejo de la pandemia. De colonias, ejidos y poblados sin electricidad a sedes del encuentro intergaláctico «por la humanidad y en contra del neoliberalismo». De las zonas de refugio para aplicar la teoría indigenista a los Marez a (Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas). De las diez básicas demandas contenidas en la (primera) Declaración de la Selva Lacandona a las luchas altermundistas y antisistémicas. De los primeros campamentos de entrenamiento en la clandestinidad de los Montes Azules a los cuarenta y tres Centros de Resistencia Autónoma y Rebeldía Zapatista en Chiapas. De la construcción del primer Aguascalientes en Guadalupe Tepeyac (sede de la Convención Nacional Democrática destruido por el Ejército Mexicano), a los 16 Caracoles actuales. De mujeres, hombres, niños y ancianos monolingües, sin los elementales servicios públicos a ser convocantes y protagonistas de encuentros políticos, científicos y artísticos. En síntesis de la formación de un ejército para defenderse y enfrentar al mal gobierno a la lucha por la vida en todo el orbe.
Del lado de la clase política y el Estado también ha habido cambios nadie puede negarlo, sobre todo de discurso, sin embargo, hasta ahí ha podido llegar la autodenominada Cuarta Transformación, ya que en la práctica, sólo ha experimentado algunos cambios cosméticos. La 4T ha refuncionalizado al neoliberalismo como en su momento lo hicieron los gobiernos progresistas en latinoamérica. Morena ha logrado transformarse en el partido de Estado que tanto combatió y a quien sigue responsabilizando en su propaganda de los males del país. Paradójicamente la mayoría de los funcionarios de su gabinete provienen de las filas de los partidos que anteriormente gobernaron el país. Un dato más, la mayoría de los nuevos partidos satélite que acaban de obtener su registro orbitan alrededor del partido del presidente, justo como en los tiempos del partido de Estado.
La niña defensa zapatista ha reiterado lo que el subcomandante Moisés había advertido “no importa si cambian los caporales, el finquero sigue siendo el mismo”. Pero la niña tzotzil prefiere la metáfora del fútbol. A ella no le importan los partidos, ni los equipos y tampoco los marcadores de “la final” porque tiene otra pregunta que nadie quiere hacerse, ¡el balón!, quién es el dueño. Insiste: “Sí, el dueño del balón, y del estadio, y del trofeo, y de los equipos, y de todo esto”.
Todo ha cambiado para continuar igual pero hay aspectos en la vida nacional que incluso han empeorado, sólo recordaré dos que los movimientos sociales no se han cansado de denunciar: la militarización y los megaproyectos. AMLO ha sido congruente con su propuesta de campaña desde 2006 de militarizar al país so pretexto de combatir al narco. Sólo que Felipe Calderón no sólo le robó la presidencia sino también la propuesta con la que se legitimaría durante el sexenio. Las reformas estructurales que la derecha no logró implementar están siendo ejecutadas con la legitimidad de treinta millones de votos. El presidente ha reiterado que votará en contra de enjuiciar a los expresidentes.
En el más reciente comunicado del EZLN hace una alegoría en la que describe en lo que se ha convertido la democracia participativa con su fetiche estelar: las urnas. A las que compara con una “cantina” (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2020/12/29/segunda-parte-la-cantina/), analizando de paso el comportamiento de los usuarios de aquello que el presidente denominó en su momento como “las benditas” redes sociales: “¿Es peligroso?” (…) El cadenero lo tranquiliza: “De ninguna manera, aquí reina la impunidad. Vea usted a quien está en turno al bate. Dice cualquier tontería y unos le aplauden y otros lo critican con otras tonterías. Cuando esa persona termine su turno, otra subirá. Ya le dije antes que no necesita ser inteligente. Es más, la inteligencia aquí es un estorbo. Anímese. Así se olvida de las enfermedades, de las catástrofes, de las miserias, de las mentiras hechas gobierno, del mañana. Aquí la realidad no importa en realidad. Lo que vale es la moda en turno”.
Este año habrá elecciones y pese a que la lucha y el pensamiento crítico no van a ser parte del marketing político, el EZLN y el CNI resurgirán al mundo.