A los medios de comunicación A las organizaciones populares Al pueblo en general Las actuales condiciones represivas que mantiene el gobierno del estado de Chiapas, la campaña criminal que busca acabar con la organización popular independiente y en específico contra nuestro Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), los crímenes de Estado y de […]
A los medios de comunicación
A las organizaciones populares
Al pueblo en general
Las actuales condiciones represivas que mantiene el gobierno del estado de Chiapas, la campaña criminal que busca acabar con la organización popular independiente y en específico contra nuestro Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), los crímenes de Estado y de lesa humanidad que se perfilan contra nosotros, el cerco político, económico y policíaco en las comunidades donde tenemos presencia y arraigo, los antecedentes de vigilancia y hostigamiento, las detenciones arbitrarias e injustas, la tortura como método de investigación y para mermar la voluntad de luchar y defender nuestros derechos.
Nos obliga a guardar la integridad y la seguridad de los pueblos y comunidades que nos organizamos en torno al FNLS, por lo que nos declaramos en RESISTENCIA, como una medida política para frenar el accionar represivo y asegurar la existencia de nuestros pueblos.
Lo que se materializa en que a partir de este momento no existe relación ni trámite alguno con el gobierno de Chiapas, debido a su actitud indolente, represiva y criminal ante las demandas de justicia y de una vida digna para el pueblo, ante la cerrazón política y las medidas represivas, constantes y características de la presente administración.
A la vez que RESISTIR implica no pagar impuestos y hacer valer por la vía de los hechos todos y cada uno de nuestros derechos, como organización y con la solidaridad del pueblo, porque si el gobierno ejecuta una política represiva, ésta subsiste del erario público, que en esencia es riqueza social que produce el pueblo, por lo que es injusto que el pueblo le siga pagando a su verdugo, que sigamos manteniendo y sosteniendo al represor.
Siempre apelamos a nuestro derecho legítimo a manifestarnos y esta medida es parte de este derecho, nos vemos obligados y en la necesidad de llevar acabo esto ante la violencia gubernamental que cada día ensangrienta más al pueblo y busca cobrar nuevas víctimas.
Son múltiples las violaciones a los derechos humanos, producto de las acciones represivas del gobierno chiapaneco contra del pueblo trabajador, las cuales llegan a causar daños psicológicos en la población y a afectar la vida cotidiana de las comunidades.
Hemos denunciado en esta administración los constantes actos de hostigamiento y vigilancia, sobrevuelos rasantes de helicópteros, avionetas, drones, ataques paramilitares, despojos de tierras, desplazamiento forzado, incursión policíaca militar, hasta el cometido de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y tortura.
Las cifras de víctimas expresan el espeluznante clima de violencia, sin embargo, las cifras más que números son casos que vistos con minuciosidad demuestran los daños psíquicos y sociales que causa la violencia gubernamental y la violación sistemática a los derechos humanos.
Las comunidades campesinas y populares se encuentran en constante hostigamiento policíaco y militar, vigilancia, seguimiento y amenazas que preparan el camino para el cometido de nuevos crímenes de lesa humanidad y detenciones arbitrarias, evidencia de la política de terrorismo de Estado que ejecuta el gobierno chiapaneco, lo que anula la posibilidad de que la población pueda llevar acabo sus actividades económicas y de subsistencia. En los hechos se implementa un cerco económico, que de prolongarse se convertiría en un genocidio.
El pueblo tiene el inalienable derecho a defenderse de la violencia gubernamental, toda medida que proteja la vida de los habitantes de las comunidades es necesaria y aplicable al actual contexto de terrorismo de Estado, hacemos el llamado a todas las organizaciones populares a seguir construyendo la coordinación y poder así detener los crímenes en contra de las masas explotadas y oprimidas.
La resistencia del pueblo trabajador ante la represión del Estado, empuja a resolver una necesidad apremiante, la coordinación cada vez más estrecha entre explotados y oprimidos, y sus diferentes expresiones organizativas, únicamente con la solidaridad entre hermanos de clase se frena la política represiva.
¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!