El combate a la corrupción en instituciones como PEMEX iniciado por el gobierno federal en México, ha desatado una serie a reacciones a favor y en contra, obligando a los diferentes sectores sociales a tomar una posición frente a las acciones de gobierno, la mayoría de la población ve con buenos ojos las maniobres desarrolladas […]
El combate a la corrupción en instituciones como PEMEX iniciado por el gobierno federal en México, ha desatado una serie a reacciones a favor y en contra, obligando a los diferentes sectores sociales a tomar una posición frente a las acciones de gobierno, la mayoría de la población ve con buenos ojos las maniobres desarrolladas para frenar la venta clandestina de hidrocarburos, el llamado huachicoleo que tanto mermó las posibilidades económicas y sociales de PEMEX, y que generó toda una red ilícita que llega hasta las oficinas del gobierno federal anterior pasando por despachos de gobernadores, diputados, alcaldes y demás funcionarios públicos. La podredumbre salió a la luz, quedando aún pendientes las acciones que se efectuaran en las restantes paraestatales referentes a los sectores de salud, educación, electricidad y otros servicios públicos. Quien dude que la corrupción deba frenarse revela su carácter proclive al prejuicio moral de la sociedad.
Un sector de la sociedad vinculado con los grandes capitales, empresas transnacionales y políticos corrompidos del PRI, PAN, PRD y demás partidos satélites, han desatado una guerra ante las medidas del gobierno federal, a través de las redes sociales y los medios de comunicación al servicio del interés privado, difundiendo información falsa para generar confusión, miedo y hacer reaccionar a la sociedad en contra del combate a la corrupción mediante un claro discurso manipulador y verdaderamente cínicos, hoy salen a la escena pública a pretender exigir el reparo de los daños que ellos mismos causaron, con flagelos histriónicos periodistas como Dennise Dreser y otros se oponen a la Guardia Nacional, siendo ellos y sus medios de comunicación los que celebraron la violencia de Estado en Oaxaca, Atenco, Guerrero y tantos otros sitios, ¿cabrá tanta desvergüenza en sus rostros o sólo es una más de las novelas aprendidas del canal de las estrellas? Si bien la Guardia Nacional es un asunto totalmente cuestionable ¿porque hasta ahora manifiestan su rechazo a los organismos militares y policiacos’ Aún seguimos esperando entre otros pronunciamientos, sus opiniones sobre la violencia sexual y torturas cometidas por la policía federal y militar en San Salvador Atenco en mayo del 2006, siendo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró responsable a los Estados Unidos Mexicanos en los actos referidos, información que fue difundida en un comunicado fechado en diciembre de 2018, o mejor todavía, qué opinión tienen sobre la aceptación de la demanda en contra de Enrique Peña Nieto por parte de la Corte Internacional de La Haya, referente a lo sucedido en Ayotzinapa y Tlatlaya, en ambos casos la policía y el ejercito es cómplice de asesinatos, tortura y desapariciones forzadas. La crítica simulada de aquellos que alentaron por décadas la violencia de Estado que tanto ha herido a México, se desvanece ante la evidencia de la congruencia histórica.
Entre las muchas cosas que han salido a flote a partir del comba al huachicoleo, se encuentra también una lista de periodistas que recibían pagos millonarios por mantener en páginas de internet información favorable a la corrupción, destacándose los nombres de posibles involucrados como Joaquín López-Doriga, José Cárdenas y Adela Micha, conocidos por sus a sañas antidemocráticas como la celebración de los fraudes electorales que se efectuaran para frenar al hoy presidente de la república, además, de ser claros y abiertos impulsores de la criminalización de las protestas sociales, especialmente de las manifestaciones hechas por el sector magisterial en país. Los acostumbrados a la corrupción, al chayoteo y a la transa en el sentido más vulgar, son los primeros para exigir cuentas, cuando el mutismo los acompaño en su vida acomodada en el régimen anterior. Es mucho lo que hay que cuestionar de nuestra realidad, pero hacerlo para pretender tapar el sol con un dedo es una falacia de aquellos que fomentaron con ataques, cortinas de humo y silencios la corrupción e impunidad. El sangrado que realizaron de PEMEX es sólo una muestra del mucho daño que efectuaron a la nación. Así como estos muchos otros «intelectuales» orgánicos del viejo régimen hoy buscan reacomodarse en el discurso para pasar desapercibidos por sus actos que fomentaron la violación de los derechos elementales de los mexicanos. Las cantidades millonarias que recibieron para fomentar la impunidad es su lapida en la vida cultural de la nación, al cinismo en la palabra la verdad de la historia dará su lugar.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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