Testimonio Mi nombre es Cecilia López Pérez, defensora de derechos humanos, integrante del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), indígena hablante del idioma tsotsil originaria del municipio de San Andrés Larrainzar, madre soltera de 44 años con dos hijas menores de edad de 15 y 11 años de edad. Formo parte de la […]
Testimonio
Mi nombre es Cecilia López Pérez, defensora de derechos humanos, integrante del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), indígena hablante del idioma tsotsil originaria del municipio de San Andrés Larrainzar, madre soltera de 44 años con dos hijas menores de edad de 15 y 11 años de edad.
Formo parte de la Red de Monitoras Indígenas de Derechos Humanos y de las Mujeres de K´inal Antsetik, también soy integrante del FNLS. Como defensora de los derechos humanos he documentado casos a víctimas de graves violaciones a los derechos humanos contra indígenas y campesinos de diferentes regiones del estado por casos de feminicidio, asesinato político, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, represión y desplazamientos forzados.
Por la muestra de solidaridad de gente sensible a las injusticias, a la represión, el hostigamiento mi caso particular es la muestra de que entre trabajadores existen principios humanos que debemos forjar como la solidaridad, la sencillez…, reconocernos como víctimas de un sistema económico y político que genera desigualdades, despojo, muerte, violencia contra los trabajadores, razones suficientes para luchar hombro a hombro.
No me fue difícil entender el origen de las graves violaciones a los derechos humanos, conozco en carne propia el hambre y todo tipo de dificultades como de preocupaciones que generan la precariedad que vivimos los trabajadores. He recorrido comunidades, pueblos y ciudades donde no existe aparente diferencia entre el campo y la ciudad, porque la pauperización que se vive como uno, otro lugar, aunado la militarización existente en ambos.
La necesidad de organizarme la conocí en las acciones políticas de masas, por las arbitrariedades que comete el Estado contra los trabajadores y por las demandas populares. Por nuestra labor de monitoras de derechos humanos constantemente somos objeto de intimidación, hostigamiento y persecución de agentes del Estado uniformados y vestidos de civil ante lo imperioso de denunciar cada atropello que comete el régimen.
La constante violencia de clase que se presenta en el país y el mundo me condujo a la reflexión y análisis de que ninguna agresión a nuestro pueblo merece ser silenciada, ya que provoca hijos en la orfandad, familias destruidas y pueblos desolados por masacres y desplazamientos forzados.
¿Por qué soy víctima de la violencia de Estado?
Soy víctima del acoso, hostigamiento e intimidación policíaca por sumarme a la exigencia de presentación con vida de los detenidos desaparecidos y exigir el castigo a los autores materiales e intelectuales de los crímenes de Estado y de lesa humanidad cometida contra todo el pueblo y, en particular, contra nuestros compañeros Humberto Morales Sántiz y Fidencio Gómez Sántiz.
He formado parte activa en la exigencia de justicia para cada víctima de violencia, los principios político organizativos que inculca la organización independiente me permite abrazar todo causa justa del pueblo y coadyuvar en la lucha por superar la desigualdad social y económica en la que vivimos.
Entre estas exigencias puedo destacar la presentación con vida de los dos luchadores sociales Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, es justo mencionar que nadie debe ser considerado delincuente por el hecho de exigir la presentación con vida de un ser humano, de un familiar o un amigo, más aún, al tratarse de hombres que han decidido dar su vida para cambiar de raíz las calamidades sociales que caracteriza a las familias proletarias de nuestro país.
Como familia hemos participado en jornadas de lucha por el juicio y castigo a los responsables de los crímenes perpetrados a lo largo y ancho del país, en éstas actividades supimos que los perpetradores del crímenes de lesa humanidad son mandatados por la clase en el poder por la inmensa documentación que existe al respecto.
En el caso de los luchadores sociales Gabriel y Edmundo, se comprueba la participación de todas las corporaciones policíacas y militares en su detención y posterior desaparición forzada. Por señalar al Estado mexicano como el responsable de este crimen se nos criminaliza, hostiga e intimida, ¿por qué en el gobierno actual mantiene la persecución política, la criminalización que se materializa en represión y hostigamiento policíaco hacia quienes exigimos justicia?
Nuestra organización, el FNLS ha denunciado la responsabilidad del Estado mexicano por la sistematicidad de la violencia contra el pueblo, además de la persistencia de omisión, comisión y aquiescencia en la materialización de los crímenes de lesa humanidad que no distingue sexo, edad u origen étnico, se perpetra por igual contra quien padece precarias condiciones socioeconómicas y emite crítica políticas a la clase dominante en el país.
El Estado mexicano busca por todas las formas evitar la organización de los sectores populares y adquiera conciencia de clase, hostiga e intimida para que desistamos de esa necesidad política, somos víctimas de la violencia institucional porque luchamos de forma independiente, fuera de los marcos corporativos del gobierno. Soy víctima del hostigamiento por luchar por el socialismo en México.
Relatoría de hechos por hostigamiento y allanamiento de domicilio.
El hostigamiento y posterior allanamiento del domicilio de la familia de nuestra compañera Cecilia López Pérez se dio en el marco de la jornada nacional de lucha: ¡Ni perdón, ni olvido! ¡Juicio y castigo a los responsables! Que se realizó del 28 de febrero al 08 de marzo.
Tengo 15 años de edad, soy hija de Cecilia el nivel grado básico de secundaria, soy indígena tsotsil y somos integrantes del FNLS. Como parte de nuestra actividad programada en el marco de la jornada de lucha El 02 de marzo fuimos a un volanteo informativo en espacios públicos, junto con otros compañeros jóvenes acudimos al mercado municipal José Castillo Tiellmans, ubicada en el noreste de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Alrededor de las 12:00 del día me repartía volantes junto con mis compañeros, algunos locatarios ponían atención y otros no tanto, me quedé a explicar el contenido del volante a una comerciante, me aparté a corta distancia del resto de los compañeros, como 4 metros, cuando volteé hacia atrás, vi un hombre vestido de negro con una gorra negra a una distancia de 6 metros, tenía una altura aproximada de 1.70 m. Con un celular en mano me tomó fotografías, caminé hacia los compañeros, y los perdí de vista.
Pasaron 10 a 15 minutos aproximadamente, seguimos por un pasillo del mercado, cuando de pronto allí estaba este hombre a una distancia de medio metro aproximadamente frente a mí y me dijo «Niña, cuídate, te estamos vigilando». Cuando escuché eso, sentí miedo, no pude decir nada, no sabía que decir, con una mano me dio un empujón sobre el hombre izquierdo y luego se perdió entre la gente que caminaba en el mercado. Los compañeros me vieron y corrí hacia ellos a una distancia de 5 o 6 metros para decirles de la amenaza contra mí, todo fue muy rápido.
El 05 de marzo, mientras realizábamos actividades simultáneas, conferencias de prensa en la plaza de La Paz y la Resistencia en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas y otro frente al Congreso del estado de Chiapas en Tuxtla Gutiérrez, fue allanado el domicilio de nuestra compañera. El hecho ocurrió aproximadamente entre 9:00 de la mañana y 2:00 de la tarde, fue la hija de Cecilia, quien llegó primero a la casa y observó los hechos e inmediatamente se comunicó con su madre.
Llegué a mi casa aproximadamente a las 2:40 de la tarde, abrí el portón de la casa, luego escuché el golpeteo de una de las puertas que dan al balcón que me hiso creer que mi mamá ya estaba en casa. Abrí la puerta interior de la casa y deje la mochila en el sillón, subí a la segunda planta y me percaté la puerta del balcón estaba abierta, posteriormente observé con mayor detenimiento el desorden sobre la mesa que hay en el cuarto de al lado de donde estaba.
Bajé por mí mochila y subí inmediatamente para dirigirme a mí cuarto que tiene vista hacia la calle. Al entrar vi el desorden, mis cosas estaban tiradas en el piso, las ventanas abiertas, me desconcerté. Baje de nueva cuenta para llamar a mi mamá por teléfono, después de tres intentos me respondió que ya venía para la casa. Le dije que en la casa todas las estaban tiradas sobre el suelo. Salí de la casa a indicación de mi mamá e ingresar hasta su llegada.
Cecilia:
Llegué a la casa como a las 3:15 pm., y observé a mi hija muy asustada, y me explicó las condiciones en que había encontrado al interior de la casa en los lugares específicos, luego entristeció con ganas de llorar, posteriormente me comentó que de los cuartos que hay en la segunda planta uno no fue ultrajado.
Ingresamos al cuarto de en medio, en peste observé las revistas Consigna Socialista todas desacomodadas, dos cajas de ropa desordenadas, libros desordenados como si hubiesen buscado algo entre esos documentos y libros, evitamos tocar las cosas.
Minutos después, fui con mi hija a ver las cosas tiradas. Nos acercamos a ver las revistas, una de ellas estaba abierta. Luego fuimos a revisar el resto de la casa y todas las demás puertas estaban cerradas, de esto concluí que sólo en esos dos cuartos ingresaron .
Lo acontecido el 02 y 05 de marzo demuestran un hecho concreto, persiste la vigilancia policíaca contra quienes se organizan y luchan por el socialismo. El hostigamiento, intimidación y amenaza contra nuestra compañera nos conduce únicamente al Estado mexicano, a las estructuras policíacas y militares como los responsables, quienes cuentan con la capacidad logística e infraestructura para mantener vigilancia constante hacia quienes nos organizamos.
¿Quién tiene interés en que se deje de exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos? ¿Quién pretenden que el pueblo deje de exigir juicio y castigo a los autores materiales e intelectuales de los crímenes de Estado? ¿Somos hostigados, intimidados y amenazados por no estar dispuestos a perdonar a los responsables de los crímenes de lesa humanidad? En nuestras denuncias señalamos al Estado mexicano y a sus estructuras policíaco-militares como responsables de cada crimen de lesa humanidad en el país, ¿será esta la razón por la que somos víctimas de hostigamiento policíaco?
Las revistas desacomodadas es una publicación especial del FNLS, con una portada que expresa la exigencia principal de las víctimas del terrorismo de Estado en México, de fondo rojo y negro y se lee: Vivos los llevaron, vivos los queremos.
Dejar abierta la revista en una página que expresa una de las exigencias de los familiares, amigos, organizaciones populares, defensores de derechos humanos de los dos luchadores sociales Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, es un indicio claro que describe, quien siga con la exigencia de presentación con vida será víctima de la represión o de un crimen de Estado, por esto insistimos al Ejecutivo federal ¿en esto consiste poner fin al hostigamiento a toda expresión disidente a su política o quién da este tipo órdenes que pone en riesgo el derecho a la vida de luchadores sociales? Porque esto implica callar voces solidarias y detener el descontento popular.
Los hechos descritos sólo es obra del régimen, no es un asunto de delincuencia común, no extrajeron objeto alguno de valor, es una expresión contrainsurgente contra el derecho a disentir y la necesidad de justicia para las víctimas y sus familiares, de ese modo, los sujetos cumplieron su amenaza a nuestra compañera menor de edad.
Estos agentes pretenden generar el terror en la compañera y su familia, buscan paralizarla, intentan hacer que desista de su labor como defensora de los derechos humanos y concretamente que se aleje de la organización independiente y lucha por el socialismo en el país. Buscan que la compañera no materialice su calidad humana en la solidaridad con las víctimas del terrorismo de Estado.
Exigir justicia por las ejecuciones extrajudiciales no es un delito, mucho menos exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, por el contrario es una necesidad política de las víctimas de la violencia de Estado, como apremiante es mantener la denuncia y las acciones políticas de masas en esa loable tarea.
Fraternal y combativamente.
Cecilia López Pérez. Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.