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No fue el boleto estudiantil

Los y las desaparecieron, torturaron y asesinaron por luchar por la Revolución

Fuentes: La Simón Bolívar Secundarios / Resumen Latinoamericano

Este 16 de septiembre se cumplieron 39 años del nefasto suceso que se conoce como «La noche de los lápices». Esa madrugada diez alumnos y alumnas de la Escuela Nro 3 de La Plata, militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), fueron secuestrados/as por miembros de la Policía y el Ejército. Este operativo que […]

Este 16 de septiembre se cumplieron 39 años del nefasto suceso que se conoce como «La noche de los lápices».

Esa madrugada diez alumnos y alumnas de la Escuela Nro 3 de La Plata, militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), fueron secuestrados/as por miembros de la Policía y el Ejército. Este operativo que estaba destinado «a combatir el accionar subversivo en las escuelas», formó parte del plan que el Gobierno militar desarrolló entre 1976 y 1983, que pretendía exterminar no sólo a la gran masa militante que luchaba defendiendo intereses claramente opuestos a los de la clase dominante y explotadora, sino también exterminar la conciencia social y militante del pueblo.

En estos años de democracia posteriores al último golpe cívico-militar se ha logrado construir desde el Estado, los medios de comunicación y otros actores sociales y políticos una visión de estos hechos que no sólo consideramos errónea, sino con una clara intención desinformativa. Se caracteriza a Claudio, Gustavo, María Clara, Pablo, Francisco, María Claudia, Patricia, Emilce, Daniel y a Horacio como jóvenes que fueron secuestrados/as, torturados/as y desaparecidos/as, por el simple hecho de haber participado en sus respectivos Centros de estudiantes y hacer ayuda comunitaria en barrios bajos. Pero de esta manera se busca ocultar que estos/as jóvenes no eran la reencarnación del buen samaritano, sino que eran revolucionarios y revolucionarias con todas las letras. Optaron por la vía revolucionaria para cambiar el país, asumiendo la responsabilidad de militar en organizaciones a las que no les temblaba el pulso a la hora de actuar y jugársela por todos los explotados. En palabras de Envar «Cacho» El Kadri: «Se ha hecho desaparecer dos veces a los desaparecidos: la primera físicamente, secuestrándolos; y la segunda fue haciendo desaparecer la razón por la que los hicieron desaparecer».

Por otro lado, tenemos la visión de los sectores de derecha, los mismos que históricamente atentaron contra los derechos del pueblo. Esta versión busca hacer ver a los grupos revolucionarios como causantes de un caos tal que no dejó otra alternativa que la toma del poder por parte de los militares para restablecer el orden, bajo el lema de «proceso de reorganización nacional», como si ambas fuerzas fueran equiparables.

Hoy debemos hacer un análisis más profundo, que nos permita comprender la lucha que nuestros compañeros y nuestras compañeras iniciaron y darle una continuidad en el presente y con vistas al futuro.

Volvemos a levantar las mismas banderas por las que decidieron arriesgar sus vidas, entendiendo que era la voz del pueblo la que pedía ser escuchada. El trabajo de los compañeros y las compañeras forma parte inevitablemente de nuestra identidad, somos herederos de esta lucha que debemos dar día a día. Es así que los y las estudiantes salimos a las calles a marchar, tomamos los colegios reclamando que de una vez por todas nuestros derechos dejen de ser vulnerados, y seguiremos haciendo todo lo que sea necesario para avanzar en este camino, ya que cada pequeño paso nos incentiva a continuar hasta generar un cambio real y profundo, que logre desarrollar conciencia popular y garantice los derechos del pueblo.

En nosotros y nosotras, la juventud, descansa la responsabilidad de cumplir con ese y otros mandatos. Los lápices siguen escribiendo y luchando por esos sueños que aún siguen vigentes.

VIVIREMOS Y VENCEREMOS

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2015/09/16/argentina-no-fue-el-boleto-estudiantil-los-y-las-desaparecieron-torturaron-y-asesinaron-por-luchar-por-la-revolucion/