El proyecto de Ley de Presupuesto 2016, que ya cuenta con media sanción de la Cámara Baja, sigue el camino del endeudamiento para cubrir el déficit calculado. Mientras cancela intereses de deuda por 104.100 millones de dólares destina a Salud, Vivienda, Asistencia Social, Agua Potable y Trabajo mucho menos que ese dinero. Pautas de inflación, […]
El proyecto de Ley de Presupuesto 2016, que ya cuenta con media sanción de la Cámara Baja, sigue el camino del endeudamiento para cubrir el déficit calculado. Mientras cancela intereses de deuda por 104.100 millones de dólares destina a Salud, Vivienda, Asistencia Social, Agua Potable y Trabajo mucho menos que ese dinero. Pautas de inflación, crecimiento y valor del dólar siguen, como en presupuestos anteriores, tergiversando recursos y gastos que, cuando se ejecutan, resultan lejanos a la realidad.
Con media sanción en Diputados y aprobación en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, el proyecto de Presupuesto 2016 se apresta a ser convertido en ley, según afirma el oficialismo, el próximo 28 de octubre, tres días después de las elecciones presidenciales.
Los datos básicos del proyecto del Ejecutivo contempla un crecimiento de la economía (PBI) del 3%, una inflación de 14,5% y un dólar promedio de 10,6 pesos.
Antes de comenzar a analizar las partidas que componen el Proyecto de Presupuesto 2016, es importante aclarar que las Ejecuciones Presupuestarias posteriores vienen arrojando cifras diferentes, en muchos casos desfasajes importantes, entre muchos de los números que se prevén y los que finalmente se realizan.
Esto sucede tanto en los recursos como en los gastos y tiene que ver no solo con considerar datos de inflación, crecimiento y valor dólar que no se condicen con lo real sino también con subestimar gastos y/o ingresos que generan excedentes por fuera del presupuesto que son discrecionalmente reasignados por el Ejecutivo sin pasar nuevamente por el debate parlamentario.
Solo tomando dos datos podemos ver hasta dónde se vienen dibujando los presupuestos: el resultado financiero y los gastos aprobados. Según el Presupuestado 2015, el resultado financiero arrojaría un déficit de 49.624 millones de pesos. Sin embargo, y tal como lo establece el actual presupuesto en debate para 2016, el cierre de 2015 será con un déficit de casi el triple (138.730 millones de pesos). Aun así es difícil pensar que esta cifra no se supere porque a agosto se acumulaba un rojo de 102.700 millones de pesos. Estimaciones realizadas por el diputado Claudio Lozano lo ponen cercano a 300.000 millones. El Estudio Bein & Asociados (Miguel Bein es asesor económico del candidato presidencial del oficialismo, Daniel Scioli) había estimado en agosto pasado que el resultado financiero podría llegar a fines de 2015 a 325.249 millones de pesos.
Si observamos los recursos y gastos presupuestados desde 2003 hasta 2014, y los comparamos con los efectivamente ejecutados sucede lo mismo. Los recursos han acumulado modificaciones respecto a los presupuestos originales por valores nominales de casi 390.000 millones de pesos. Los gastos se han incrementado vía Decisiones Administrativas (DA – Jefatura de Gabinete) o por Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU – Poder Ejecutivo) en casi 780.000 millones de pesos. En ambos casos significa que no han pasado por el debate parlamentario y se han asignado discrecionalmente. Estas cifras, según cálculos realizados por Lozano, ascenderían a 1 billón 380 mil millones y a poco más de 2 billones de pesos, si se actualizarán al 2015 por la inflación acumulada desde 2003.
Para tener una idea de la magnitud de este mecanismo de manejo de los fondos públicos diremos que durante el año 2014 el presupuesto original fue modificado en 46 veces vía DNU o DA. En lo que va del 2015 tuvo 25 modificaciones.
Sobre los Recursos, Gastos y Fuentes de Financiamiento
En el CUADRO I (1) especificamos el origen de los recursos presupuestados por casi 1 billón, 500 mil millones de pesos. Los de Seguridad Social llegan a casi el 31% -superior a lo presupuestado en 2015- y representan ingresos que superan en un 80% a los que individualmente se prevé recaudar sobre la ganancias (Impuesto a las Ganancias) y sobre el consumo (IVA). Los recursos de seguridad social no deberían considerarse como recursos del presupuesto por ser parte de un sistema de reparto que debería utilizarse para esa sola afectación.
En el CUADRO II (2) mostramos los gastos globales estimados en alrededor de un 1 billón, 600 mil millones de pesos. Los destinados a Seguridad Social continúan siendo los de mayor porcentaje, seguidos por Energía, Combustibles y Minería. También exponemos el resultado financiero, o sea, la diferencia entre los ingresos y los gastos (incluidos los intereses de deuda) que, al igual que en el presupuesto 2015, arroja déficit de casi 100.000 millones de pesos. A valores de presupuestos este «rojo» se duplicó respecto al del año anterior.
En el CUADRO III (3) detallamos los gastos. Analizando las partidas se aprecia que los intereses de deuda, presupuestados para el año próximo, ocupan el cuarto lugar por encima de Salud; Vivienda; Promoción y Asistencia Social; Agua Potable y Alcantarillado; y Trabajo. Todos estos gastos están íntimamente vinculados a la situación social de los sectores más desprotegidos y confrontan altos niveles de desocupación (casi 2 millones), empleo no registrado (3 de cada 10), de planes sociales de diversos tipos (se estima que cerca de 8 millones de personas los reciben), déficit habitacional y de infraestructura, pobreza (alrededor de un 25%) e indigencia (cerca del 6%).
Finalmente, en el CUADRO IV (4) exponemos la deuda que surge como diferencia entre los pagos (amortizaciones) y la toma de nuevo endeudamiento. Son 247.440 millones de pesos que equivalen a 23.343 millones de dólares (a valor dólar presupuesto de 10,60 pesos) y superan a lo presupuestado en 2015 (17.647 millones de dólares, a valor dólar de 9,45). De este cuadro surge claramente que es por la vía del endeudamiento público que se cubrirá el déficit fiscal presupuestado. Pero, además, que se cancela deuda que vence con nueva deuda que se contrae.
Más deuda además de la deuda
Además de esta deuda, el proyecto autoriza a realizar nuevas operaciones de crédito público, algunas de las cuales exceden el ejercicio: 67.000 millones de dólares (entre 90 días y 4 años, según art. 34), 54.500 millones de dólares (para obras públicas e infraestructura, según art.38), 39.700 millones de dólares (que exceden el 2016, según art. 40).
El artículo 35 autoriza al Poder Ejecutivo a integrar el Fondo de Desendeudamiento hasta 6.500 millones de dólares destinados a cancelar intereses de deuda pública con tenedores privados durante el ejercicio fiscal 2016 y «en caso de resultar excedente y siempre que tenga efecto monetario neutro, a financiar gastos de capital».
El artículo 36 autoriza las sumas de 60.000 millones de pesos para Tesorería y 35.000 millones para ANSeS en operaciones de crédito a corto plazo (un año). El artículo 37 autoriza al Ministerio de Economía a colocar Letras del Tesoro por 19.000 millones de pesos para garantizar compras de combustibles, energía, aeronaves y obras públicas.
El artículo 43 autoriza a tomar deuda pública por 15.000 millones de pesos para incorporar al Fondo Fiduciario del programa de crédito para la vivienda PROCREAR
El artículo 44 autoriza a otorgar avales y garantías hasta 51.700 millones de dólares.
Si bien no prevé cifras para el pago de los holdouts, el artículo 41 autoriza al Ejecutivo para seguir el camino de «normalización de los servicios de la deuda pública», dando así nuevamente carta blanca para que las definiciones puedan ser tomadas sin intervención del Parlamento.
Este proyecto, como otros anteriores, muestra que la estructura económica de Argentina demanda dólares para su funcionamiento porque se basa en un modelo que necesita divisas para funcionar.
La industria automotriz, una de las básicas en el esquema productivo industrial, funciona como ensambladora de partes que se importan y se pagan en dólares. Si a esto sumamos la baja de los precios internacionales de las materias primas que importamos, la falta de sustitución de importaciones, las devaluaciones de Brasil y China (nuestros principales socios comerciales) se concluirá que el endeudamiento es intrínseco a este modelo.
A manera de cierre
A esta altura nos preguntamos sobre la utilidad de esta herramienta que viene, desde hace varios años, acentuando cada vez más lo real de lo presupuestado. A tal punto que el proyecto actual no computa aumentos salariales (aunque aumente la dotación en el sector público), previsionales ni de los planes sociales.
Un crecimiento del 3% previsto en el marco de estancamiento de uno de los sectores que más incidencia tiene sobre la producción como es la industria manufacturera, la baja en la inversión de equipos para la producción, la caída en la tasa de empleo (quienes ya no buscan trabajo), un dólar para el año próximo que es casi como el actual, una inflación que ni siquiera es la que se aplica en el mismo presupuesto al momento de estimar gastos y recursos, nos dan la respuesta: entre lo presupuestado y lo real , el relato kirchnerista.
Notas:
(1) CUADRO I
(2) CUADRO II
(3) CUADRO III
(4) CUADRO IV
Fuente: http://www.redeco.com.ar/nacional/economia/17114-presupuesto-2016-nueva-ley-con-la-misma-logica