El Ministro de Energía de Argentina, Juan José Aranguren, acredita una larga carrera profesional -desde 1979- en la petrolera anglo-holandesa Shell, importante funcionario en la central británica, desde 1997 en el directorio de la filial argentina y otras regionales, y por último presidente local de Shell. Es probado e indudable su total alineamiento con las […]
El Ministro de Energía de Argentina, Juan José Aranguren, acredita una larga carrera profesional -desde 1979- en la petrolera anglo-holandesa Shell, importante funcionario en la central británica, desde 1997 en el directorio de la filial argentina y otras regionales, y por último presidente local de Shell.
Es probado e indudable su total alineamiento con las directrices doctrinales político – económicas vigentes de «Las Siete Hermanas»; mega petroleras anglosajonas cartelizadas desde el período de entreguerras, en el siglo XX, en épocas en que marcaban las pautas del mercado petrolero mundial.
Shell es uno de los mascarones de proa del accionar colonialista de Gran Bretaña, y del cartel de hidrocarburíferas de Gran Bretaña y EEUU. En ese rol, formalmente ciudadano argentino, pero en los hechos «ciudadano transnacional» totalmente consustanciado con el neoliberalismo mundialista, Aranguren emprendió distintas acciones de claro hostigamiento al gobierno argentino, en las recientes épocas de políticas económicas heterodoxas; cuando no estábamos «automáticamente alineados» con las potencias tradicionales.
Aranguren operó funcionalmente al neoliberalismo transnacional del sector financiero, de las hidrocarburíferas neocolonialistas (de EEUU, Gran Bretaña, Francia), y otras grandes corporaciones oligopólicas y cartelizadas mundialmente.
¿Argentino Aranguren? Todo parece indicar que solo lo es de nacimiento, pero por su accionar un «ciudadano del mundo», consustanciado con ideas y pautas de acción del globalismo a ultranza, que actúa limitando en grados superlativos, o incluso eliminando, a los Estados-Naciones soberanos. Sin ánimo peyorativo y solo como definición sociológica, sería entonces un cipayo asumido, según las filosas y precisas conceptualizaciones siempre vigentes de Jauretche.
En ese contexto, marcado por sus antecedentes, se analizan diversas expresiones recientes y acciones que lo ubican en un rol como otros mandamaces, de gobiernos ultra liberales, marcadamente elitistas, clasistas a veces con mal disimulado racismo, antiindustrialistas, de hecho opuestos al desarrollo nacional autónomo, y alineados a la potencia mundial dominante de turno… antes Gran Bretaña y hoy EEUU y la UE. En rápido repaso histórico, en el triste rol de subordinados a dictados de potencias extranjeras, se puede citar a Rivadavia, Mitre, la «generación del ’80» (decimonónica), Federico Pinedo (abuelo del actual legislador), Martínez de Hoz, Cavallo, etc.
En ese contexto apátrida que prioriza los objetivos excluyentes de las petroleras transnacionales y del modelo de feroz achicamiento del Estado Argentino, puede entenderse la frase de Aranguren: «no es relevante el autoabastecimiento (hidrocarburífero)». ¿Cómo no va a ser relevante el autoabastecimiento de petróleo y gas, si desde comienzos del siglo XX, la dependencia de esas importaciones condicionó en forma negativa nuestra Balanza Comercial, siendo una herramienta política de sometimiento a las imposiciones de Gran Bretaña y EEUU? ¿No es relevante, si ante la previsible futura suba de los precios internacionales, al terminar las actuales condiciones de muy bajos precios, una duplicación o incluso triplicación de los precios, produciría un descalabro inmanejable para Argentina, si no logramos el autoabastecimiento? ¡Y por sobre todo!, ¿como no va a ser muy importante nuestro auto abastecimiento de petróleo y gas, si el yacimiento no convencional de Vaca Muerta, será la llave a nuestra irrupción como poderoso exportador de esos estratégicos combustibles, transformándose esa actividad en una ingente productora de divisas, con las cuales nuestro país dejará de depender de los condicionamientos leoninos del poder financiero transnacional? Claro que si se extranjeriza, todo eso se perderá, y a eso apuntan las acciones ya indicadas.
¿Desconoce todo eso Aranguren? Seguro que no, pero su accionar parece afín a la dependencia creciente de nuestro país a los dictados de «La Rubia Albión» (Gran Bretaña) y sus asociados neocolonialistas.
Muy grave es la desjerarquización de la real importancia y plena factibilidad técnica e incluso económica de Vaca Muerta, que mediáticamente instigan Aranguren y sus aliados/compañeros de ruta, del ecologismo cavernario (también instrumento de los dictados británicos), a través de Greenpeace, Fundación Vida Silvestre, FARN, AVINA y otras ONGs fundamentalistas. Eso no puede ser casual, pues existen fundadas sospechas, que las cuantiosas riquezas del mega yacimiento hidrocarburífero no convencional (uno de los mayores del mundo), sería la moneda de pago, con la cual el macrismo pretende «amigarse» (léase subordinarse) a las presiones de los fondos buitres y otros rapiñeros del sistema financiero especulativo transnacional.
En esa abstrusa y antinacional línea de pensamiento, recientemente Aranguren, en paralelo con el infundado y repetitivo discurso de las ONGs «ecologistas» británicas, y sus «perejiles» locales, (Clarín-14/09/2015-Energía Estratégica y otros medios electrónicos afines a las «renovables», La Nación, etc.) dieron una serie de precisiones que son aberraciones técnicas sin asidero alguno, pero claramente funcionales a los intereses británicos de debilitar la posición geopolítica argentina en La Patagonia. Para eso, los operadores británicos atacan con particular dureza y rebuscadas argumentaciones falaces, los proyectos en marcha (Central Térmica Río Turbio, hidroeléctricas del Río Santa Cruz, Vaca Muerta, Chihuido I); iniciativas que al concretarse plenamente permitirán radicar efectivamente más población, inducir al desarrollo en esas vastedades casi deshabitadas, y con ello fortalecer nuestra situación geopolítica en una región particularmente delicada, amenazada la soberanía nacional por la fortaleza militar británica en Malvinas, el recurrente expansionismo chileno (que persiste en sectores «duros» del vecino país), y por las acciones disolventes de grupos pseudo indigenistas, también financiados desde la UE, EEUU y particularmente Gran Bretaña y sus aliados principales de la Commonwealth.
Atacó a la central carbonífera de Río Turbio, esencial en un lejano extremo de línea, básica para generar más trabajo genuino en el despoblado extremo sur continental, y eslabón importante para disminuir nuestra patológica dependencia del petróleo y el gas natural -por eso le «molesta» a Aranguren-, además de proveer energía de base, y disponer de tecnología de última generación que limita casi totalmente las poluciones, no afectando en nada a los glaciares (como mentirosamente lo afirman los ultra ecologistas).
La afirmación de Aranguren, según la cual «es más rentable» utilizar las «renovables sesgadas» (eólicas y solares), descalificando con ello a las centrales hidroeléctricas de Santa Cruz, a la central carbonífera, e incluso al gran yacimiento hidrocarburífero de Vaca Muerta, es una aberración técnica, inexcusable en un ejecutivo de muy alto rango del área energética y ahora ministro del tema.
La energía eléctrica no puede suplir al consumo de petróleo y gas, en diversos usos esenciales, menos aun la energía de baja calidad de eólicas y solares; eso es elemental, solo con malicia o mucha ignorancia puede argumentarse semejante dislate; y en el caso analizado, forma parte de una densa campaña de impresentables intereses antinacionales, digitada por petroleras y ONGs «ecologistas» británicas, y otros actores similares.
Inclusive profundizó ese error, al afirmar que el 87% de la generación eléctrica se obtiene quemando combustibles fósiles», lo cual es totalmente falso, pues el acumulado a noviembre de 2015 muestra un 65 % de generación fósil. Y es aberrante afirmar que con eólicas y solares se podrá reemplazar al petróleo y gas de Vaca Muerta… ¡no solo porque la energía eléctrica de las «renovables sesgadas» es intermitente, de baja calidad y alto costo real, sino por la elementalidad que los automotores, maquinaria vial, tractores, aviones, barcos, etc., necesitan hidrocarburos, pues no son eléctricos!
En la misma línea de ataques mediáticos infundados, alineados con los medios ultra conservadores (La Nación, Clarín, etc.), utilizando la misma parafernalia de argumentos falaces del ecologismo cavernario pro británico, el ministro Aranguren denosta a las grandes hidroeléctricas de Santa Cruz, ya comenzadas con financiación blanda china, afirmando que «sería más rentable y más ‘ecológico’ reemplazarlas por molinos eólicos»; lo cual conlleva una serie de gruesas falsedades, a saber:
– Ocultan que esas hidroeléctricas se pagan solas, en cuatro o cinco años de funcionamiento y consecuente ahorro de hidrocarburos. En cambio las eólicas son mucho más caras por KWh, solo viables con fuertes subsidios.
– En el mundo, la energía más barata es la hidroeléctrica. La eólica y la solar son caras e ineficientes, por eso van atadas a costosos subsidios.
– Es falso que las eólicas sean más baratas por KWh que las hidroeléctricas, para afirmarlo solo consideran el costo de instalación, pero no el rendimiento, calidad de la energía, vida útil, y las muchas ventajas adicionales de las hidroeléctricas, que no poseen las eólicas.
– La hidroeléctrica es energía de base, estable y previsible. La eólica y la solar solo son complementos, no sirven de base de ningún sistema eléctrico. Alemania apostó por las «renovables sesgadas» (eólicas y solares), y por sus limitaciones y bajos rendimientos, depende del gas ruso, carbón polaco y de EEUU y electricidad de sus socios de la UE. ¿No lo sabe Aranguren?
– Las hidros de Santa Cruz proveerán trabajo directo e indirecto a más de 20.000 personas durante su construcción, y luego serán la base de la industrialización y el desarrollo de actividades turísticas y recreativas.
– Funcional a la OTAN, a EEUU y la UE (sobre todo a Gran Bretaña), Aranguren y sus «socios» de Greepeace y similares, buscan hacer caer los muy importantes acuerdos estratégicos con Rusia y China, para volver a subordinarnos como colonia económica de las Potencias Tradicionales del G 7. El viejo y perimido esquema del país – estancia.
– En línea con lo precedente, están atacando el estratégico y muy importante Plan Nuclear en marcha, el mayor de nuestra historia.
– Preocupante en grado sumo, es que se estaría «preparando el terreno» para entregar Vaca Muerta como prenda de pago, de las exorbitantes sumas exigidas por los usureros buitres, y sus asociados menores locales.
Las evidencias demostrarían -salvo prueba en contrario- que Aranguren es Ministro del Gobierno Argentino, operador y funcional al Imperio Británico.
Carlos Andrés Ortiz. Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Blog del autor: http://caoenergia.blogspot.com.ar/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.