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Nestora Salgado, coordinadora de la Policía Comunitaria de Guerrero, presa por luchar

Fuentes: Los Brigadistas-UNAM

De última hora: el pasado 23 de febrero, la defensa legal de la presa política Nestora Salgado, logró que se repusieran los 3 procesos legales por los que está encarcelada. En las próximas horas se resolverá si hay auto de libertad o nuevos autos de formal prisión. Es de suma importancia cerrar filas, hacer pronunciamientos, […]

De última hora: el pasado 23 de febrero, la defensa legal de la presa política Nestora Salgado, logró que se repusieran los 3 procesos legales por los que está encarcelada. En las próximas horas se resolverá si hay auto de libertad o nuevos autos de formal prisión. Es de suma importancia cerrar filas, hacer pronunciamientos, exigir al poder judicial de Guerrero, al gobierno estatal y al gobierno federal, la libertad inmediata de Nestora.

¿Qué es la policía comunitaria?

En la costa chica y la montaña de Guerrero, más de 150 comunidades han generado y sostenido una organización regional basada en usos y costumbres indígenas, llamada Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria (CRAC-PC) El objetivo de la organización es procurar seguridad y justicia para miles de personas que han sufrido el olvido, la pobreza, así como el acoso de grupos criminales coludidos con el gobierno. Cansados de sufrir violaciones, robos, secuestros, asesinatos, sin que los cuerpos de seguridad oficiales pudieran hacer nada; hartos de que los que dicen cuidar al pueblo, más bien cuidaran a los grupos de sicarios, los pueblos se decidieron a resolver el problema por ellos mismos, y conformaron la CRAC con su policía comunitaria, cuya máxima autoridad es la asamblea general.

Los policías comunitarios son gente de los pueblos, que conocen sus problemas y dinámica interna. Se les asigna el cargo en la asamblea, frente a la gente, que los reconoce por su honestidad y su compromiso. Y el sistema comunitario de seguridad no está basado en el castigo, sino en la reeducación de los infractores. Si alguien comete una falta, el que la cometió debe reeducarse en la misma comunidad, con trabajo voluntario; se tiene la concepción de que si hay gente que está faltando a las normas comunitarias, no sólo está mal él, sino la comunidad en su conjunto, por lo que el problema no se resuelve aislando al ladrón o al golpeador, sino incorporándolo a la vida comunitaria; por otro lado, con la fuerza de la organización se ha disminuido al máximo, y en algunos casos erradicado, otro tipo de problemas como el secuestro y la presencia de grupos de narcotraficantes.

Es importante mencionar que los sujetos infractores no están encarcelados, duermen en casas de justicia, pero en el día están en la calle, hacen trabajos comunitarios conviviendo con la población. Se trata de otro tipo de justicia, no la que impulsa la PGR, sino una más cercana al pueblo, que está en sus manos y bajo su control, y que además, les ha resultado muy útil: desde el surgimiento de la policía comunitaria, la región donde opera ha registrado una caída de más del 90% en los delitos cometidos.

Los gobiernos estatal y federal, sostuvieron en su momento que esta policía no es regular, y que no tiene reconocimiento oficial, a lo que la gente respondió que no quieren el reconocimiento de nadie, sino respeto a las formas de organización comunitaria. Reconocimiento ya lo tienen, el de los propios pueblos, y con ese basta. Gracias a la firmeza de las comunidades, a su lucha incansable durante más de dos décadas, el gobierno ha tenido que ir modificando su posición, y reconocer incluso legalmente, con la llamada Ley 701, la existencia de la CRAC-PC.

Sin embargo, la existencia de esta masiva organización popular, sostenida por miles de pobladores mediante la discusión y decisión colectiva en cada vez más comunidades de Guerrero, es un estorbo para diversos grupos de poder. Los saqueadores de los recursos naturales, las grandes empresas que tienen proyectos mineros en la zona, los políticos corruptos que lucran con los cargos públicos, los grupos del narco que ya no pueden operar a su gusto en la zona, todos ellos, además de sus acuerdos criminales, tienen un objetivo común: acabar con la Policía Comunitaria, destruir la organización del pueblo, disolver las asambleas comunitarias y a la asamblea regional. Es así que desde el gobierno, los juzgados, los partidos tradicionales, y todas las instituciones del Estado que trabajan para los dueños del dinero, se ha emprendido una ofensiva contra la CRAC-PC, simplemente porque el hecho de que, para avanzar en el proceso de despojo de los recursos naturales, para poder saquear los minerales de la zona, para asegurar que el narco pueda seguir operando a sus anchas en la región, al gobierno, los grupos mafiosos y el gran capital, les resulta imprescindible que la CRAC desaparezca, que la gente vuelva temerosa, desorganizada e indefensa a sus casas. Y la detención de Nestora Salgado es parte de esa ofensiva.

¿Quién es Nestora Salgado?

Una de las comunidades guerrerenses que decidió hacer valer su propio sistema de seguridad y justicia, fue la de Olinalá en Guerrero, de donde Nestora es originaria. Tras regresar de Estados Unidos, donde en su juventud fue a buscar mejor suerte económica para ella y su familia, Nestora decidió quedarse y luchar junto a su pueblo. Gracias a la entrega y valentía mostrada, los pobladores la nombraron Coordinadora de la Policía Comunitaria, un cargo superior a la de los comandantes según la estructura de la organización.

Como Coordinadora, Nestora actuó firme y honestamente en la defensa de su pueblo, combatió grupos criminales aplicando la justicia conforme a las reglas de la comunidad y en el marco de lo establecido por la Ley 701. Realizando esas actividades es que detuvo y envió a reeducación a algunos de los personajes que hoy la acusan de secuestro.

Dos son los casos paradigmáticos por los cuales Nestora está presa. Uno se trata de un par de mujeres, que eran parte de un grupo de narcotraficantes que operaba en Olinalá, y que Nestora había enviado a reeducación. El otro, es el caso de un síndico del pueblo, que pertenecía a una mafia de asesinos vinculada al narco, que se dedicaba a matar campesinos para apoderarse de sus tierras y su ganado. Esas personas, criminales a sueldo, agresores de las comunidades, son las que acusan a Nestora Salgado de secuestro. A ellos fueron a los que «liberó» el Ejército, la Marina y las policías Estatal y Municipal en su operativo contra la Policía Comunitaria de agosto de 2013, cuando fue detenida Nestora junto con 5 de sus compañeros de la CRAC, que igual que la «comandanta», continúan presos.

El que fuera gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre, dijo a los medios que «la encerramos porque era un peligro para la paz social», pero ninguno de los que la acusan directamente han dado la cara, ni se han presentado a declarar. Incluso cuando el posterior gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega, se desistió de los cargos contra Nestora, oscuros personajes vinculados con el PAN y no se sabe a qué otras organizaciones mafiosas, como Alejandro Martí e Isabel Miranda de Wallace, salieron en conferencia de prensa a decir que la posible liberación de Salgado, es «ilegal y contraria a derecho», y que «el gobernador Rogelio Ortega no tiene facultad para solicitar su libertad…».

El caso es que, con desistimiento y todo, Nestora sigue presa, y en enero pasado cumplió dos años y medio tras las rejas, primero en un penal de máxima seguridad en Nayarit, y hoy en el Reclusorio Femenil de Tepepan, en la Ciudad de México. Incluso la ONU se pronunció por su liberación inmediata, reconociendo que no cometió delito alguno, pero los gobiernos de Héctor Astudillo en Guerrero, y de Enrique Peña Nieto, se empeñan en mantenerla en la cárcel, como represión política a la Policía Comunitaria, y amenaza contra todos aquel que pretenda organizarse con su pueblo o comunidad para garantizar la seguridad y la justicia que el Estado mexicano es incapaz de asegurar.

¿Por qué luchar por su libertad?

Porque Nestora es inocente, porque es injusto que siga presa. Porque su detención es un atentado contra todos, principalmente contra los que pretendan organizarse y luchar por sus derechos. Porque hasta la ONU se ha pronunciado por su libertad. Porque en Olinalá, la espera su comunidad y su familia, la cual ha tenido que sufrir también los estragos de este duro encierro. Porque para construir un país más seguro, necesitamos defendernos desde abajo, organizarnos, y es eso lo que el gobierno quiere destruir. Porque los grupos de matones y sicarios están protegidos por el Estado, en contubernio con los principales partidos políticos y sólo el pueblo puede ponerles un alto. Porque Nestora representa a un México harto de masacres, y ávido de respeto a su dignidad.

Luchar por la libertad de Nestora Salgado, es tarea y responsabilidad de todos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.