A pesar de lo que mandatan la legislación nacional y los acuerdos internacionales en migración, en México menos de 1 por ciento de niñas, niños y adolescentes que son detenidos por autoridades migratorias son reconocidos como refugiados o reciben otro tipo de protección, reveló Human Rights Watch (HRW). En el informe «Puertas cerradas. El […]
A pesar de lo que mandatan la legislación  nacional y los acuerdos internacionales en migración, en México menos de  1 por ciento de niñas, niños y adolescentes que son detenidos por  autoridades migratorias son reconocidos como refugiados o reciben otro  tipo de protección, reveló Human Rights Watch (HRW).
  
 En el informe «Puertas cerradas. El fracaso de México en la protección  de niños refugiados y migrantes de América Central», HRW señaló que el  gobierno mexicano dificulta el acceso a refugio para las y los niños  migrantes, además de que propicia su detención en estaciones  migratorias, en lugar de procurarles cobijo adecuado, lo que contraviene  el principio de interés superior de la niñez, establecido en leyes  nacionales y en diversos tratados internacionales.  
  
 Además, HRW sugirió, como han acusado aquí grupos civiles, que Estados  Unidos «apoyó» económicamente a México para que detuviera el cruce de  niñas y niños migrantes, lo que propició que en 2015 más de 35 mil  personas menores de edad fueran detenidas en los centros migratorios del  país.
  
 NIÑAS HUYEN DE LA VIOLENCIA SEXUAL
  
 La organización internacional recordó que en los países del llamado  «Triángulo Norte» de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras),  la violencia de pandillas («maras») persigue desde hace más de 10 años a  niñas, niños y adolescentes, quienes se ven orilladas a viajar a México  en busca de seguridad.
  
 En Honduras, más de 400 personas menores de 18 años murieron en la  primera mitad de 2014, la mayoría víctimas de la violencia pandillera,  quienes las presionan incluso para que se unan a las «maras» bajo  amenazas de daño físico, muerte o contra su familia.
  
 Las niñas y mujeres adolescentes afrontan en mayor medida la violencia  sexual y el acoso por parte de miembros de las pandillas, explicó HRW.
  
 El organismo constató con testimonios que las personas menores de edad  salieron de sus países hacia México por razones de seguridad, luego de  que fueran presionadas para unirse a la «maras», amenazadas con  violencia sexual y explotación, secuestros, así como sometidas a  extorsión o víctimas de violencia en el hogar.
  
 También hubo quienes aseguraron que emigraron porque las personas encargadas de su cuidado habían muerto.
  
 DERECHOS DE PAPEL
  
 HRW recordó que por ley México ofrece protección a las y los refugiados,  así como a otras personas que podrían afrontar amenazas contra su vida o  seguridad si regresan a sus países, pero los mismos datos oficiales  refieren que menos de 1 por ciento (sin desagregar por sexo) de las  niñas, niños y adolescentes detenidos por Migración en México son  reconocidos como refugiados.
  
 Y es que aunque «sobre el papel, la ley y los procedimientos mexicanos  reflejan, en muchos aspectos, las normas internacionales», HRW detectó  «grandes discrepancias entre la ley de México y la forma en que se  aplica».
  
 Las reglas son claras: las normas internacionales exigen una audiencia  justa para cada solicitud de refugio; la evaluación de las solicitudes  presentadas requiere tomar en cuenta el interés superior de la infancia;  y las niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados deben  recibir representación legal u otro tipo de asistencia.
  
 Los agentes de protección a la infancia del Instituto Nacional de  Migración (INM) deben evaluar las necesidades de la infancia migrante, y  la Ley de Migración de México exige que las y los menores de edad sean  referidos a refugios operados por el Sistema Nacional para el Desarrollo  Integral de la Familia (DIF).
  
 Esa misma ley obliga a cualquier funcionario del INM o del gobierno que  reciba una solicitud verbal o por escrito de asilo de una persona  migrante de cualquier edad, a remitirla a la Comisión Mexicana de Ayuda a  Refugiados (COMAR).
  
 Además, las y los migrantes de cualquier edad que son víctimas de delito  grave en México también pueden solicitar al INM una visa humanitaria
  
 HRW encontró que niñas y niños que podrían cumplir los criterios para  recibir asilo, afrontan múltiples obstáculos a la hora de presentar su  solicitud cuando son detenidos por el INM. El obstáculo tal vez más  desafiante, dijo la organización, es la práctica de someter a todas las  niñas y niños migrantes a condiciones  carcelarias.
  
 En total, más de 35 mil niñas y niños en 2015 estaban detenidos en  centros migratorios, más de la mitad no acompañados, pero incluso  aquellos que llegaron al DIF estaban en condiciones de detención, ya que  no asisten a la escuela, carecen de visitas supervisadas a jardines,  parques o iglesias, ni tienen ningún otro tipo de interacción con la  comunidad.
  
 Y a menos que necesiten atención médica especializada, permanecen en los  refugios las 24 horas del día, los siete días de la semana.
  
 La detención, dijo HWR, es especialmente problemática para quienes  quieren solicitar la condición de refugio, ya que -según los  testimonios- los agentes del INM amenazan con que la solicitud de asilo  significa la prolongación de su detención.
  
 Otra dificultad es que los agentes del INM no informan a las y los niños  migrantes de su derecho a solicitar el reconocimiento como refugiados;  además, las autoridades no evalúan adecuadamente para determinar si sus  solicitudes de asilo son viables; no dan asesoría jurídica u otro tipo  de asistencia; y los procesos de resolución de las solicitudes no están  diseñados en el interés superior de la infancia.
  
 MÉXICO RECIBIÓ APOYO DE EU
  
 Como señalaron activistas en 2015, HRW confirmó que el apoyo del  gobierno de EU a la capacidad de México de aplicar medidas de control a  la migración aumentó después de mediados de 2014, cuando empezó a llegar  al país vecino un número sin precedente de menores de edad no  acompañados y familias con niñas y niños desde Centroamérica.
  
 Lo que incluso derivó en que el secretario de Seguridad Nacional de EU,  Jeh Johnson, elogiara al gobierno de México por tomar «medidas  importantes para interceptar el flujo de migrantes ilegales procedentes  de Centroamérica con destino a EU», y también en que las aprehensiones  por parte del país del norte disminuyeran mientras que las detenciones  en México aumentaron.
  
 HRW enfatizó que la devolución de niñas y niños que experimentan  violencia en sus países de origen incumple también las obligaciones de  México para proteger a la infancia.
  
 Si bien HRW buscó entrevistarse con altos funcionarios en México para su  investigación, éstos no respondieron la solicitud, pero ayer el INM  reviró en redes sociales que no recibe recursos económicos de ningún  tipo de organismo o dependencia, nacionales o extranjeras.
  
 El instituto aseguró que a través de los Oficiales de Protección de la  Infancia prioriza la seguridad de las y los menores de edad, a quienes  rescatan y dan el «retorno asistido» (no así refugio), y les ofrece un  trato humanitario.
  
 A contrapelo de los testimonios y de los organismos civiles, el INM  también aseguró que todas las niñas, niños y adolescentes migrantes  extranjeros «rescatados» son canalizados al DIF y se les ofrece refugio,  alimento y comunicación.
  
 También argumentó que es su prioridad la reunificación familiar, con  especial atención de las y los menores de edad que viajan no  acompañados, y pidió que se realice «una valoración objetiva» de lo que  está sucediendo en países en donde se origina la migración. 


